La xenofobia, la supremacía de la raza blanca, el antisemitismo, el racismo y el anticomunismo. Esos son los pilares de la organización de Estados Unidos y de extrema derecha Ku Klux Klan.
La construcción de un muro en la frontera con México, la prohibición del ingreso de musulmanes al país, la deportación de 11 millones de inmigrantes. Estas son algunas propuestas de Donald Trump en su campaña política para conseguir la candidatura presidencial republicana.
Por eso, no votar por Trump sería "traicionar nuestra herencia", según dijo esta semana David Duke, antiguo líder del grupo supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK).
Duke, quien fuera el guía de los Caballeros del Ku Klux Klan en Estados Unidos, insistió a sus seguidores para que dieran su voto al empresario y les pidió que incluso se alistaran como voluntarios para su campaña, porque encontrarían afinidades.
"Están pidiendo a gritos voluntarios -instó Duke en un discurso dirigido a los simpatizantes del KKK-. Vayan allí, conocerán personas con la misma mentalidad que ustedes".
"No estoy diciendo que esté de acuerdo con todo lo relacionado con Trump. De hecho, yo no lo habría apoyado formalmente. Pero sí apoyo su candidatura, y sostengo votar por él como una acción estratégica. Espero que haga todo lo que esperamos de él", reiteró el líder supremacista, quien ya había mostrado sus simpatías por él el pasado verano.
Coincidiendo con estas declaraciones, un grupo de acción política alineado con el nacionalismo blanco anunció también su respaldo al aspirante republicano y comenzó una campaña telefónica en el estado de Vermont a favor del magnate.
En diciembre, Rocky Suhayda, el líder del Partido Nazi Americano, aplaudió el plan del precandidato presidencial republicano para impedir que los fieles del islam pisaran suelo estadounidense de manera temporal frente a la amenaza del terrorismo jihadista.
Y Andrew Anglin, editor de la página web neonazi The Daily Stormer, escribió un texto titulado "Heil Donald Trump, el último salvador", en apoyo a esa propuesta.
Al final de su artículo, no contento con su guiño a Hitler, Anglin concluyó parafraseando al propio magnate: "Make America White Again!" ("Vuelve a hacer blanco de nuevo a Estados Unidos").
Además de prohibir la entrada a los musulmanes a raíz del tiroteo ocurrido el pasado diciembre en San Bernardino (California), atribuido a la radicalización jihadista de sus autores, Trump también instó a crear una base de datos para registrar a todos los musulmanes en EE.UU. después de los ataques ejecutados por el grupo Estado Islámico (EI) en París hace unos meses.
Trump, no tan a disgusto
El candidato presidencial republicano despertó duras críticas por haber evitado condenar al Ku Klux Klan y a su ex líder, David Duke, quien hizo explícito su apoyo al candidato. Consultado por CNN acerca de Duke, Trump respondió: "No sé nada sobre David Duke, ¿okey? No sé ni siquiera nada de lo que están hablando sobre supremacía blanca o supremacistas blancos".
Presionado por el entrevistador Jake Tapper sobre los vínculos de Duke con el Ku Klux Klan, Trump evitó denunciarlos explícitamente. Luego escribió en Twitter que había "repudiado" su apoyo durante una conferencia de prensa el viernes.
Los competidores republicanos de Trump salieron a condenarlo rápidamente, como así también los candidatos demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders. "No podemos ser un partido que nomina a alguien que rechaza condenar a supremacistas blancos y al Ku Klux Klan", dijo en un acto en Virginia el senador por Florida, Marco Rubio. "¿Cómo haremos crecer nuestro partido con un candidato que rechaza condenar al Ku Klux Klan? No me digan que él no sabe lo que es el Ku Klux Klan", expresó.
Agencias EFE y DPA