Ente el aumento del numero de personas que, en Venezuela,están entrando en la "santeria" es conveniente dejar sentada nuestra postura con respecto a esta practica pagana, de origen africano, y practicada primordialmente en Cuba. No es nuestro deseo atacar a nadie que practique este rito, pero si es nuestro deber dejar en claro el origen satánico del mismo, y las consecuencias eternas para los que lo practiquen
La Santería es una práctica pagana fruto del sincretismo Yoruba con el Catolicismo Romano. Tiene sus orígenes en la tribu Yoruba del África. Los Yorubas vivían en lo que se conoce hoy como Nigeria, a lo largo del Río Niger. Durante la época de la colonia española en América Latina, los esclavos africanos trajeron sus prácticas de hechicería y en sus esfuerzos de esconder su creencia, identificaron sus deidades africanas (orishas) con los santos del catolicismo romano, dando como resultado un sincretismo religioso conocido hoy como la Santería.
En la Santería se practica la invocación a los espíritus, sacrificios de animales, la adivinación, la adoración de imágenes, el espiritismo, los conjuros, la ofrenda a espíritus de velas, frutas y flores, la dedicación de niños, la utilización de amuletos como collares y pulseras, la vestimenta de iniciación y otras prácticas, todas condenadas por la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios advierte claramente sobre estas prácticas. Ya en el Antiguo Testamento la Palabra inspirada nos muestra el rechazo de Dios hacia tales prácticas: «Que nadie de ustedes ofrezca en sacrificio a su hijo haciéndolo pasar por el fuego, ni practique la adivinación, ni pretenda predecir el futuro, ni se dedique a la hechicería ni a los encantamientos, ni consulte a los adivinos y a los que invocan a los espíritus, ni consulte a los muertos. Porque al Señor le repugnan los que hacen estas cosas…» (Deuteronomio 18:10-12).
17 santeria-venezuela11Las personas suelen entrar en la santería buscando resolver un problema. Por ejemplo, una enfermedad, la infidelidad de un esposo, protección de enemigos, el dominio de una persona a través de un encantamiento, problemas económicos, búsqueda de posición en cargos, prosperidad y toda clase de beneficios. En Venezuela la Santería ha tenido aceptación sólo hace unos pocos años con la llegada de cientos de personas procedentes de la isla de Cuba, país donde se práctica mucho estas creencias. Cantantes, artistas, políticos, empresarios, entre otros se han dedicado a estas prácticas para obtener favores.
¿Cuál es la fuente o de dónde proceden estos favores? El pasaje bíblico de la tentación de Jesús en el desierto ofrece una idea. Satanás tentó al Señor ofreciéndole éxito, prosperidad y poder de este mundo a cambio de que se postrara ante el y le adorase. «Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás» (Mateo 4:10).
El Señor Jesucristo con toda autoridad sobre lo invisible y lo visible dejó clara dos cosas: 1. Al Señor Dios adorarás y 2. A Él sólo servirás. ¿Por qué servir a dioses falsos si se tiene la oportunidad de servir al Único y Verdadero Dios?
Hay varios puntos negativos en relación con la Santería desde la perspectiva bíblica y cristiana. El primero de gran importancia es que no hay cabida en ningún lugar en esta práctica pagana para Jesucristo, su enseñanza y su obra redentora. El cristianismo es cristocéntrico. No basta insistir en la antigüedad milenial y la grandeza de las civilizaciones africanas donde predominaba esta religión. El criterio de la verdad no es ni su antigüedad ni los logros de alguna civilización, sino es su relación íntima con el Dios Creador y la transmisión del conocimiento de la voluntad divina al hombre. Por eso la máxima revelación de Dios para la humanidad es Jesucristo, el Emmanuel, Dios encarnado. «Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo» (Hebreos 1:1-2).
En el Nuevo Testamento se ve que las prácticas de hechicería son condenadas como obstáculos a la fe cristiana. Se destaca el caso del mago Simón en los Hechos de los Apóstoles, a quien el apóstol Pedro reprendió severamente (Hechos 8:9, 8:18-24). En el capítulo 19 de los Hechos, leemos también: «Muchos de los que llegaron a ser creyentes confesaron sus prácticas pecaminosas. Varios de ellos, que practicaban la hechicería, trajeron sus libros de conjuros y los quemaron en una hoguera pública» (Hechos 19:18-19). El apóstol Pablo en su carta a los Gálatas, incluye a «la brujería» entre los pecados graves que impiden entrar en el Reino de Dios (Gálatas 5:20).
Lo importante es confiar en Dios, en su amor paternal y su poder infinito, en su Palabra y no en fuerzas ocultas o supersticiones. «No se angustien ustedes…crean en mí» (Juan 14:1), dijo Jesús.