La web Rasmussen Reports informa que el 45% de los votantes norteamericanos están preocupados de que el gobierno “use las operaciones de entrenamiento militar para imponer un mayor control sobre algunos estados”
Uno de estos grandes ejercicios militares del que ya hemos hablado con anterioridad se llama “Jade Helm” y se realizará entre junio y septiembre en diferentes estados de EEUU. Su objetivo es entrenar al ejército para hacer frente a amenazas asimétricas, es decir, enfrentarse a enemigos no militares y no regulares, lo que incluye entrenarse para controlar a la propia población civil en caso de grandes disturbios.
El teniente general Charles Cleveland, Comandante de Operaciones Especiales, dirigirá las maniobras.
Cabe destacar que el Teniente General Cleveland escribió un documento estratégico en septiembre de 2014 titulado “Concepto Operativo ARSOF 2022″, de gran significado ante el escenario al que parece estamos abocados en un futuro.
Teniente General Cleveland
Su contenido, a pesar de su lenguaje aséptico y legalista, resulta ser escalofriante a causa de las implicaciones que comporta.
La estrategia descrita en el documento “busca establecer una red mundial de influencia militar para reunir información de inteligencia sobre poblaciones clave, que permita contener y luchar contra agentes no estatales, milicias y otras amenazas ‘irregulares'”.
El documento hace hincapié en la naturaleza global de la amenaza y señala que el conflicto “borrará las fronteras actuales”.
Cleveland ve “un mundo futuro inestable que requerirá de una fuerza militar capacitada para mantener el control”.
En ARSOF 2022, Cleveland toma nota de “las tendencias globales en curso de carácter social, político, informativo y económico y la creciente competencia entre los Estados-nación tradicionales y los actores no estatales”
Según Cleveland, “las batallas del futuro se lucharán en terreno urbano”.
En este “mundo multipolar”, los actores no estatales con acceso a internet y otras comunicaciones, serán capaces de influir sobre la población de todo el mundo.
El documento afirma que : “La diferencia significativa con los conflictos del pasado, será la mayor capacidad de los actores no estatales para defenderse, influir o atacar a otras poblaciones”
Con el fin de contrarrestar las amenazas de estos grupos, las operaciones especiales utilizarán diversas tecnologías, incluyendo Guerra electrónica, energía dirigida, tecnología aeroespacial, robótica, vehículos no tripulados y tecnologías furtivas de baja visibilidad.
Tal vez la parte más sensacional del documento la encontramos en la afirmación de que las Operaciones Especiales requerirán “hacer operativa la base de CONUS”, es decir, el propio territorio de los Estados Unidos continentales.
Un ejército americano global que no solo realizará operaciones fuera de sus fronteras sino en el interior de sus fronteras, contra su propia población.
La estrategia del general Cleveland es utilizar medios civiles para apoyar a los soldados desplegados. El plan busca utilizar organismos no gubernamentales, centros de investigación, instituciones académicas y otras agencias del gobierno de Estados Unidos para apoyar el objetivo de Operaciones Especiales de contener la amenaza de organizaciones extremistas violentas, actores no estatales y otras amenazas irregulares.
El plan busca crear un sistema para reunir expertos civiles para completar la misión de “mejorar” el dominio de la nación, la estabilidad, la seguridad y salvaguardar el estado de derecho.
En una sección titulada “Apoyo Militar al Gobierno”, el documento señala que:
“Teniendo en cuenta las responsabilidades asignadas de los militares de Estados Unidos en las áreas de la estabilidad y gobernabilidad, formaciones conjuntas futuras deberán abordar intereses comunes y mejorar la gobernanza de la nación que las acoja, la seguridad, el desarrollo económico y el estado de derecho.
Hacerlo requerirá un sistema para adquirir, clasificar, controlar y recurrir a la pericia civil adecuada para apoyar o ejecutar las tareas de estabilidad alineadas con los objetivos de seguridad nacional”.
La estrategia del general Cleveland es claramente de naturaleza global y establece que el conflicto habrá borrado las fronteras nacionales.
Estamos hablando de un ejército operativo dispuesto a actuar sin restricciones en cualquier lugar del mundo, bajo la excusa de “mantener la estabilidad” y “luchar contra el extremismo y el terrorismo”, con el apoyo de organismos civiles.
El lenguaje de este documento es muy similar a un artículo del Atlantic Council publicado el año pasado.
El Atlantic Council es un think tank con sede en Washington DC que tiene vínculos con responsables políticos muy influyentes. Dicho documento lamenta el hecho de que el sueño de George HW Bush de un “nuevo orden mundial” está fallando, es decir, que la imposición de un nuevo orden mundial se está debilitando a causa de que actores no estatales e individuos empoderados, amenazan con desestabilizar el mundo.
El documento concluye que es necesaria una “crisis extraordinaria” para contrarrestar esta tendencia.
Cabe destacar que como “actores no estatales” se definen, no solo grupos violentos o terroristas, sino grupos y individuos “peligrosos”, entre los que según el Atlantic Council, se incluirían personajes como Edward Snowden, Bradley Manning y grupos de hackers, así como cualquier tipo de activismo contrario a los intereses de los más poderosos.
Como vemos, todo lo que hemos dicho es muy grave.
El ejército de EEUU sigue una doctrina estratégica centrada en controlar a la población civil y luchar contra organizaciones no regulares en territorio urbano.
Ese tipo de organizaciones pueden ser tanto “grupos terroristas” como otros “grupos no conformes con el poder” o “individuos capaces de representar una amenaza para la estabilidad”.
Como vemos, todo ello son definiciones difusas, que pueden llegar a abarcar a cualquier colectivo molesto o incontrolable.
De hecho, en EEUU, como indicamos en varios artículos, se llegan a vigilar como sospechosos a grupos pacifistas y a organizaciones veganas defensoras de los animales.
Un tipo de prácticas que podemos encontrar en otros países.
En España, sin ir más lejos, cualquier grupo anti-sistema puede ser calificado de “anarquista violento y terrorista” y ser perseguido.
Poco a poco, cualquiera que se oponga al discurso oficial podrá ser sospechoso.
Solo hará falta vincular a determinados grupos con actos violentos o con expresiones de “exaltación de la violencia”, a través de maniobras orquestadas y apoyadas por los propios medios de comunicación.
Se intuye claramente que la lucha contra el “terrorismo global” será usada para justificar la intervención directa del ejército en nuestra vida diaria, mezclando las funciones propias de un ejército moderno de alta tecnología con las de la policia o los órganos civiles que puedan realizar cualquier tarea de vigilancia o control sobre la población.
Nos acercamos a un futuro en el que el ejército y la policia serán indistinguibles.
Y todo ello, en un marco donde las fronteras nacionales quedarán definitivamente borradas, como si esta fuerza militar tuviera un carácter global.
Dicho de otra manera: nos están diciendo en la cara que nos acercamos a una dictadura global centralizada, en la que, con la excusa de luchar contra el terrorismo, se establecerá un control férreo sobre la población y una persecución de aquellos que se opongan a los designios del poder.
Bienvenidos al nuevo modelo de tiranía globalizada…