G12; Crónicas de Playas Negras, El Salvador
Índice de la crónica
•1. Señal de los últimos días
•2. No entienden los tiempos de Dios
•¿La Iglesia conquista?
•¿La Iglesia va a poner el mal bajo los pies de Cristo?
•Levantando la bandera del falso avivamiento mundial
•¿Cristo aún no puede volver a por los suyos?
•3. Discípulos del Falso Profeta
•4. Un feliz y verdadero encuentro
•5. Aprendiendo de lo enseñado a los obispos de Efeso
•Prestando atención al fenómeno de la infiltración
•Una experiencia personal
•6. ¿En qué tiempo estamos, pues?
•Agradecimientos
“…y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1: 8)
Sin novedad, y avanzada la tarde, llegué desde Madrid, España, vía San José de Costa Rica, al aeropuerto internacional de San Salvador, república de El Salvador el día 19 de enero del 2009. Allí me esperaba, feliz, el pastor Pablo Israel Treminio de la iglesia de apóstoles y profetas de Playas Negras, en la Unión, junto con una querida hermana de esa congregación, y su pequeño hijo.
Después de unas tres horas largas de marchar hacia el oriente por carretera, ya entrada la noche, llegamos a Playas Negras.
La campaña de apologética y escatología, empezó el miércoles de esa misma semana, y duró dos días más, teniendo su colofón un muy interesante seminario que pude dar a muchos de los pastores de esa región, en el templo de la iglesia del pastor Treminio, eso fue el sábado. El domingo, también tuve el privilegio de predicar en la iglesia del pastor, en el culto.
Ni que decir que el recibimiento de los hermanos fue de lo más cálido y expresivo. Hermanos muy sencillos, llenos del amor del Señor, que esperaban tener una campaña donde se les presentara la verdad de la Biblia, sin añadiduras ni sustracciones. Creo sinceramente, que así fue para la gloria de Dios.
Los hermanos querían saber acerca de los aspectos de la venida de Jesús; acerca de los tiempos proféticos al respecto, y ser confirmados en su fe, dada la gran cantidad de apostasía y herejías que se están volcando en estos últimos tiempos por doquier en el seno eclesial, de lo cual tampoco ellos han sido ajenos, no en cuanto a que hubieran participado de ello, sino que lo han llegado a sufrir de alguna manera.
El pastor Treminio me contaba que las congregaciones de su concilio, apóstoles y profetas, que tiene una larga trayectoria como tal, habiéndose cumplido el setenta aniversario hace un par de años, sufrieron sus iglesias cuando el G12 y sus católicos Encuentros, tanto de Castellanos como de Cash Luna, y la falsa nueva reforma apostólica, hicieron acto de presencia en el área de la Unión, al oriente del país.
Él mismo me contó cómo, inocentemente, fue a uno de esos “encuentros”, pensando que iba a uno de los típicos retiros evangélicos que siempre solían hacer los ministros del área. Una vez allí se dio cuenta del engaño.
Pero gloria sea dada al Señor, que ese embite, quizás produjo más bien que mal, ya que, como enseña el apóstol Pablo a los corintios (1 Co. 11: 19), era necesario que se manifestaran dos bandos, y los que permanecieron firmes en la sana doctrina, se fortalecieron más en la fe, y así continúan adelante.
“Una panorámica de uno de los días de campaña en Playas Negras, El Salvador”
“El pastor Miguel Rosell enseñando en la campaña de Playas Negras, en El Salvador”
1. Señal de los últimos días
“Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24: 7-12)
Es evidente que la proliferación de falsos profetas, falsos apóstoles y falsos maestros es mayor que nunca antes en la historia de la verdadera Iglesia. Muchos están siendo engañados por ellos, tal y como el mismo Jesucristo lo declaró. Es parte de la maldad que se está multiplicando en todas las esferas, y consecuentemente, el amor de muchos se está enfriando.
Todo ello es algo que la Palabra nos advierte que iba a pasar como señal de los últimos días, por lo tanto, aunque nos duele, no nos asombra.
Allí donde voy, me encuentro también con creyentes que están tibios, porque un día fueron heridos, y no supieron rehacerse, quedando resentidos y hasta amargados. Esto hizo que su amor se enfriara. Esta es otra de las señales de los últimos días, y está ocurriendo ante nuestros propios ojos.
Otros no están especialmente resentidos, porque no se han dado cuenta todavía que han sido engañados, pero al vivir en ese engaño, su amor también se ha enfriado. Han perdido, tanto unos como otros, el primer amor (Ap. 2: 4).
Sea por esa razón, o porque muchos sólo quieren creer conforme a su sola conveniencia, el caso es que todos ellos huyen del auténtico mensaje de la Escritura, para refugiarse en las mentiras de los falsos maestros, cumpliéndose así lo escrito:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4)
Más que nunca antes en la historia de la Iglesia, las ganas de oír cuentos y fábulas, y el aumento de los fabulistas que ocupan grandes púlpitos, y pequeños también, es una espantosa realidad que no podemos dejar de denunciar. El aumento de la búsqueda de señales, de milagrería, de prodigios extraños, de emocionalismo, de cualquier forma de escapismo en lo “cristiano” es una inconmensurable realidad, y todo ello va en el mismo sentido de la porción escritural anterior.
El materialismo hedonista ha entrado en el seno eclesial como jamás antes en la historia. Muchas veces, con la ingenua excusa de ponerse a la par con el mundo para así poder “ganar las almas para Cristo”, ha ido ocurriendo justo todo lo contrario; el mundo ha entrado en la iglesia… ¡y se ha quedado! Y no estoy aquí hablando tanto de las formas, sino del fondo.
Vivimos en días cuando de una manera hasta espectacular, los que nos llamamos evangélicos vamos definiendo por nuestro fruto (Mt. 7: 16) lo que somos en realidad; unos permaneciendo y fortaleciéndonos según todo el consejo de Dios (Hchs. 20: 27), otros, ladeándose estrepitosa y peligrosamente hacia las falsas doctrinas y prácticas de corte neopentecostal, como la “super fe” o “fe en la fe” (Word-of-faith); la teología del dominio (Reino ahora), la “doctrina de los pactos”, “de la prosperidad o materialismo “cristiano”, de los “nuevos apóstoles y profetas”, G12, D12 y sus Encuentros, falso ecumenismo, entre otras muchas, y llega un punto cuando la apostasía como tal en lo personal se produce, y entonces ya no hay marcha atrás.
En esos días de campaña escatológica y apologética que tuvimos en Playas Negras, pudimos mostrar la diferencia – ya abismal – entre lo que la Biblia enseña, y llamamos “todo el consejo de Dios” (Hchs. 20: 27), y la llamada “nueva revelación” de esos nuevos voceros, que aún se llaman evangélicos, pero que distan mucho de serlo ya.
“Otra instantánea de la campaña de Playas Negras”
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2. No entienden los tiempos de Dios
En la campaña en Playas Negras, argumentaba ante unas setecientas personas que uno de los grandes errores con sus respectivas consecuencias, que cometen los que defienden el “Reino Ahora” (dominionismo), es el de no entender acerca de los tiempos y las dispensaciones de Dios, llegando a creer que ahora es el tiempo de gloria, cuando todavía es el tiempo del testimonio (Hchs. 1: 8).
El Señor Jesús les reprochó a los dirigentes de su tiempo:
“Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! ¡que sabéis distinguir el aspecto del cielo mas las señales de los tiempos no podéis! (Mateo 16: 1-3)
Aquellos fariseos esperaban para entonces el advenimiento de un Mesías glorioso y triunfante, sin discernir que tenían ante sí al Mesías sufriente, tal y como los profetas lo anunciaron en su día (Is. 53).
Hoy en día, a quienes les gusta mucho llamarse y que les llamen líderes, les ocurre tres cuartos de lo mismo. Creen que ahora es el tiempo de recibir todos los beneficios del Reino, naturales y espirituales, argumentando: “porque somos hijos del Rey”…pero el Rey, todavía no se ha manifestado como tal en este mundo; el Rey todavía sigue sentado a la diestra del Padre.
Quieren reinar antes de tiempo, quieren la gloria aquí y ahora. Pero la Biblia es muy clara al respecto:
“[El Padre] dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”. (Efesios 1: 9, 10)
Como vemos aquí, ese reunirse todas las cosas en Cristo, como consecuencia ineludible de la manifestación visible y tangible del Reino en su rotundidad y cabalidad, sólo se producirá del todo en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, es decir, al final del Milenio, cuando pasen el primer cielo y la primera tierra, y Dios manifieste Su creación de cielo nuevo y una tierra nueva (ver 2 Pr. 3: 10-13; Ap. 21: 1; Is 65: 17)
“El pastor Pablo Israel Treminio junto a Miguel Rosell”
¿La Iglesia conquista?
Por otro lado, liderando la Iglesia, creen que esta va a conquistar las naciones para Cristo, como aquellos falsos líderes que esperaban al Mesías triunfante (aquellos le esperaban, estos ni siquiera le esperan).
Una de las enseñanzas que constantemente bombardean la mente y el corazón de muchos evangélicos que se prestan en cuanto a la conquista de las naciones y similar, es sin duda la emanada del G12 y del D12.
Según César Castellanos, el portavoz principal del G12, esa revelación del “gobierno de los doce” es necesaria e imprescindible para que Dios traiga el supuesto nuevo avivamiento mundial para estos últimos tiempos; para la “conquista” de las naciones para Cristo. El lo afirma con rotundidad así en su libro “Liderazgo de éxito a través de los doce”, pág. 29:
“Sé que las naciones del mundo se volverán a esta visión de los doce y, quienes lo hagan, se multiplicarán grandemente porque es la estrategia de Dios para el siglo XXI”
Contrariamente a lo que postula Castellanos, las naciones (o ethnos), no se volverán (como si alguna vez antes lo hubieran sido) a la visión de los doce, porque, en primer lugar, están compuestas por gentes impías en su mayor parte; en segundo lugar, porque esa llamada visión es absolutamente ilusoria, y en tercer lugar, porque nadie desea que las naciones se “multipliquen”, y menos todavía que esa sea “la estrategia de Dios”.
“Algunos de los pastores en el seminario de Playas Negras”
¿La Iglesia va a poner el mal bajo los pies de Cristo?
Evidentemente, este ejercicio de conquista, requiere de una previa aniquilación de los poderes del mal. Así que enseñan que, con el fin de “establecer el Reino”, la Iglesia va a destruir, o a constantemente atar, los poderes del maligno, pero eso no lo enseña la Biblia.
La Biblia dice otra cosa:
“El Señor dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies” (Salmo 110: 1) (ver también Hchs. 2: 34, 35)
“porque es necesario que Él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies” (1 Co. 15: 25)
Definitivamente, no es la Iglesia la que pone a los enemigos de Cristo bajo sus santos pies, sino el Padre, y la gloria es para Él (de otra manera la gloria sería para la Iglesia).
Reflexionemos. ¿Serán el hambre, la pobreza, la miseria, la injusticia, la enfermedad, la violencia y demás penalidades entre otras, enemigos de Cristo? Por supuesto que sí. Pues es lamentablemente paradójico el hecho que Castellanos nos hable de la conquista de las naciones, y que su propia nación, Colombia, sea hoy por hoy de las más pobres y violentas de toda Latinoamérica.
Mi pregunta es, ¿Por qué tantos se dejan seducir y convencer por esos voceros del error?
En realidad la Biblia nos enseña que estamos todavía en la dispensación de la gracia, de la sublime paciencia de Dios hacia esta humanidad perdida, tiempo en el cual, en el espíritu del Siervo sufriente, la Iglesia que es la desposada de Cristo, busca el cumplir con Su voluntad de ser testigo de Cristo hasta la muerte si es preciso, en el contexto escritural que todavía rige en este tiempo, y que dice:
“Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado…y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 2: 3, 4; 3: 12) Todo ello esforzándonos en la gracia que es en Cristo Jesús (2 Ti. 2: 1)
Todo esto queda muy lejos de esas pretensiones de conquista, de gloria y glorificación de los creyentes, de malentendida prosperidad, en definitiva, de declaradas ceguera, altivez y soberbia, que no son propias del verdadero cristiano, sino del deseo de la carne (Gl. 5: 17).
“Instantánea del seminario para pastores; en primer plano está el pastor Treminio, anfitrión del evento”
“Compartiendo a los pastores en el seminario de Playas Negras”
Levantando la bandera del falso avivamiento mundial
Ahora, es sí, ha sido – y es - menester convencer a los más espirituales. Para eso previamente y por años se ha ido levantando la bandera del advenimiento del gran avivamiento mundial por parte de los falsos profetas y profetisas de turno.
Ante la promesa del advenimiento de un avivamiento mundial para este tiempo, que vaya a desembocar en la conquista de las naciones, todos los esfuerzos humanos son pocos. De ahí que la unidad a como de lugar entre los cristianos, la “nueva unción”, las “nuevas revelaciones” (como el G12 o D12), los “nuevos apóstoles y profetas” que van a “liderar” la iglesia, y otras muchas aberraciones afines, son la respuesta lógica a esa supuesta fe, que no es más que declarada presunción y engaño.
¿Cristo aún no puede volver a por los suyos?
“y será predicado este evangelio del Reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24: 14)
Muchos objetan que Cristo no puede volver a por los suyos todavía, echando mano de ese versículo, pero hay que tener en cuenta lo siguiente:
1) No se puede usar un solo versículo para hacer una doctrina.
2) El Evangelio del Reino es la proclamación de que Jesús es el Rey, y eso se dará a saber cabalmente durante el Milenio.
Esto último fue dicho ya por los profetas:
“Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2: 14)
“No harán mal ni dañarán mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Isaías 11: 9)
3) El “fin” no es la venida del Señor a por su Iglesia, sino que el fin se corresponde con la destrucción de este planeta, y eso tendrá lugar al concluir el Milenio, para iniciarse el periodo eterno: una tierra nueva y cielos nuevos (Ap. 21: 1)
Por lo tanto, el Señor puede venir en cualquier momento a por los suyos, más aun cuando la misma Palabra nos dice que todos han oído acerca de Jesús ya:
“¿No han oído? Antes bien, por toda la tierra ha salido de ellos, y hasta los confines de la tierra sus palabras” (Ro. 10: 18)
Por lo general, las gentes saben lo suficiente acerca de Jesús como para buscar más si es que tienen interés. No lo hacen la mayoría, porque son incrédulos, y como tales, el enemigo ha tomado ventaja cegándoles (ver 2 Corintios 4: 3, 4)
La proclamación del Evangelio es la parte que le corresponde a la Iglesia, y eso no significa que todos los que oyen van a creer, sino más bien lo contrario:
“pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto” (2 Co. 4: 3)
“En plena disertación en el seminario para pastores”
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3. Discípulos del Falso Profeta
La Biblia clarísimamente enseña que para este tiempo de la dispensación de la gracia, y hasta el surgimiento del hijo de perdición, el Anticristo, no se va a producir ningún gran avivamiento mundial (2 Ts. 2: 3). Por el contrario, se va a producir una gran apostasía, y de ella, un falso avivamiento – el cual ya ha empezando – que tendrá su apogeo cuando ese Falso Profeta, a modo de falso Elías, haga descender fuego del cielo, engañando así a muchos incautos “evangélicos”, amén de muchos otros … y todo esto lo digo con dolor, con mucho dolor:
“Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia…” (Ap.13: 11-14)
Ese hombre, el Falso Profeta, tendrá como aspecto de ser de Cristo pero hablará palabras del diablo. En el nombre de cristo (cristo que será el Anticristo, la primera bestia, que morirá y “resucitará”), hará grandes prodigios y señales. Ese cristo del que habla, es el cristo de la Gran Ramera (Ap. 17), que se presenta como Cristo; por eso muchos de la tierra – es decir, falsos creyentes – se confiarán a él, porque tienen el mismo espíritu que él, y aun así, muchos creen que son de Cristo.
Todos ellos no son guiados por la verdad, sino por la apariencia, sus ambiciones y codicia; por el poder, las señales, la milagrería, el emocionalismo, y por un espíritu que se disfraza a modo del bendito Espíritu de Cristo, pero que son muchos demonios juntos (ver 2 Co. 11: 14).
Se dicen cristianos, pero Cristo ya no les conoce, o jamás les conoció (Mt. 7: 23).
El espíritu que ahora mismo ya tienen, o que siguen, como si fuera el de Cristo, en realidad es el de aquel inicuo, “a quien el Señor matará con el espíritu de Su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”. El poder espiritual de ese inicuo “es por obra de Satanás”, y en su día y de forma claramente visible a todos los que son de la tierra, manifestará “gran poder y señales y prodigios mentirosos”, y engañará a todos los que se pierden (y aquí mayormente la Palabra nos habla de “creyentes”), “por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos” (2 Ts. 2: 8, 9, 10)
No aman la verdad, por lo tanto no aman a Cristo (Jn. 14: 6), por eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creen ni creyeron a la verdad, sino que se complacieron y se complacen en la injusticia (2 Ts. 2: 11, 12); en su forma carnal y esotérica de entender y vivir lo que consideran cristianismo.
¡Como siempre digo, no todo es oro lo que reluce!
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4. Un feliz y verdadero encuentro
Además del pastor Treminio, su familia y los hermanos de Playas Negras, también me acompañaron esos días de campaña, y hasta el último momento allí, dos muy queridos hermanos de Managua, Nicaragua, el Hno. Donald Dolmus y el Hno. Jorge Vargas, los cuales fueron un gran apoyo para mí todos esos días.
El Hno. Donald Dolmus tiene un blog muy interesante, donde podemos encontrar mucho sobre apologética y escatología, ya que ese hermano, al igual que Jorge Vargas, tiene un gran celo por la verdad de Cristo. Pasamos horas hablando sobre todas estas cosas, y profundizando en la amistad. Doy gracias a Dios por ellos, por saber que aunque somos minoría en términos numéricos, somos uno en Cristo, siendo así sal y luz en este mundo agónico.
Ellos también tuvieron la oportunidad de compartir con los hermanos allí, y gozaron de la generosa hospitalidad del pastor Treminio, quien tiene su casa abierta a todos, todo el tiempo a modo de los primeros cristianos en Jerusalén (Hchs. 2: 46)
“De izquierda a derecha en cuanto a adultos: el Hno. Cristóbal, diácono de la iglesia; el Hno. Donald Dolmus; un servidor; el Hno. Jorge Vargas; el pastor Israel Treminio”
“El Hno. Donald Dolus compartiendo junto con el Hno. Jorge Vargas en la iglesia del pastor Treminio”
5. Aprendiendo de lo enseñado a los obispos de Efeso
“Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (Hechos 20: 26-31)
El apóstol Pablo tuvo unas palabras de advertencia y ánimo para los ancianos de la iglesia de Efeso, que no podemos ignorar en cuanto a su aplicación también para nosotros en estos últimos días.
Más que nunca antes, es preciso enseñar todo el consejo de Dios desde el púlpito, y no sólo partes de él. El gran problema que se está dando en muchos lugares, es que no se da a estudiar toda la revelación que Dios nos ha dado, lo cual llamamos Biblia. En muchos púlpitos no se habla del pecado, del infierno, negando así y de hecho en gran parte, el valor del sacrificio de la Cruz.
Un aspecto tremendamente descuidado es el de la profecía bíblica. Desde los púlpitos no se enseña el libro de Apocalipsis como tal, ni nada que tenga que ver con las dispensaciones, ni el Milenio, ni acerca de la venida del Señor a por los suyos (el Rapto), ni la resurrección de los muertos, etc. etc.
Más que nunca antes cada discípulo tiene que prestar atención a como está andando ante Dios. No vale el excusarse en que el pastor hace o no hace, enseña o no enseña, y así va uno. Cada uno de los verdaderos creyentes pertenecemos al sacerdocio de Dios en esta dispensación, y por tanto somos responsables (1 Pr. 2: 9). El problema es que a muchos les gusta ser “líderes”, pero no son responsables.
“Otra instantánea de la campaña de apologética en Playas Negras. Allí hubo bastantes iglesias representadas”
“Almas entregándose a Cristo en la campaña”
Prestando atención al fenómeno de la infiltración
Más que nunca antes, los obispos (ancianos) deben cuidar de la verdadera grey, porque más que nunca antes la infiltración en las iglesias evangélicas es un hecho. Muchos no son conscientes de esto, y ese es el ardid del diablo.
Proveniente de la Contrarreforma, los jesuitas e Illuminati (que según el finado ex jesuita de alto rango Alberto Rivera, son lo mismo), han estado activos contra los evangélicos, y lo han hecho sobre todo a través de una apabullante infiltración. Hoy en día existe dentro del seno eclesial una enorme cantidad de falsos hermanos, muchos de ellos ocupando puestos de alta responsabilidad. Mucho del “crecimiento” de muchas iglesias, en concreto del G12, se debe a la misma razón, para engañar así a los incautos, de manera que también ellos reciban “la visión del G12” y se queden en “la visión”, participando de sus católicos y herméticos Encuentros. El camino hacia la Gran Ramera está del todo despejado de esa manera, y el espíritu del inicuo también está servido.
Una experiencia personal
En nuestra congregación en Centro Rey, por meses hemos sufrido el acoso de esos falsos cristianos que han pretendido entrar y quedarse en la iglesia. De hecho, descubrimos que algunos de los hermanos de la iglesia en realidad no eran hermanos, sino agentes de los Illuminati (¡a saber cuántos habrá en cuántas congregaciones evangélicas!)
Ellos no pierden el tiempo. En seguida buscan como afectar la iglesia, según las órdenes que reciben, las cuales siguen a pie juntillas. Ni qué decir que a esos hijos del diablo los tuvimos que echar, aunque siempre negaban ser lo que eran (jamás revelarán su verdadera identidad, les va con ello la vida).
A los pastores reunidos en el seminario del sábado, les contaba nuestra experiencia en Centro Rey, de cómo por meses, y cada domingo, venían personas nuevas al culto. Al principio nos alegrábamos, pero el Espíritu Santo nos fue revelando que tipo de gentes eran. Nos dimos cuenta también, que todos ellos hacían gestos que llegamos a saber eran invocaciones y conjuros; algunos abiertamente hacían los cuernos, sobre todo en el tiempo de la alabanza, aprovechando el movimiento y las palmas.
Evidentemente, a muchos les invitábamos a salir de la iglesia, y los otros viendo eso, pues ya no volvían. Casi cada domingo y por meses, venían gentes diferentes y de diferentes nacionalidades, llegando a ser un verdadero agobio.
Llegó el momento – les comentaba a los pastores – que tal era el acoso, que decidimos por unos domingos no permitir la entrada a nadie que no conociéramos, y así lo hicimos. Durante dos o tres domingos vinieron como siempre, pero se les decía que era una reunión sólo para los miembros, y no podían entrar. Curiosamente, uno de ellos allí mismo en la puerta preguntó ¡como podía llegar a ser miembro! Una tonta manera de delatarse allí mismo.
Ahora lo interesante del caso, es que desde ese momento, ya no ha vuelto nadie nuevo de forma espontánea, y esto ya por dos meses aproximadamente. Es evidente que sabían y saben que no les íbamos a dejar entrar, y es evidente por tanto que todos aquellos que nos visitaron eran de lo mismo. Eso nos demuestra que están perfectamente organizados.
Les decía a los pastores que muchos consiervos se alegran tanto cuando aparecen personas desconocidas los domingos, y yo les decía que la iglesia primitiva y perseguida, era muy cauta cuando se presentaban desconocidos presuntos nuevos cristianos en sus cultos, y jamás decían ingenuamente “¡Bienvenidos!” (2 Juan 10), sino que tenían mucho cuidado y discernían, ya que también recordaban las palabras del apóstol Pablo:
“…mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño” (Hchs. 20: 27-29)
Hoy por hoy, muchos de hecho han olvidado esas sabias palabras de advertencia, porque sólo quieren, a como de lugar, llenar sus templos de personal. Pero la Palabra nos insta más que nunca antes a VELAR: “Por tanto, velad…” (Hchs. 20: 31)
Muchos olvidan que es mayormente a modo de “caballo de Troya” que el enemigo pretende destruir las congregaciones, es decir, desde adentro.
“La iglesia del pastor Treminio estaba llena ese domingo. Curiosa la costumbre de sentarse los varones en un sitio y las mujeres en otro”
“En plena predicación en el culto dominical”
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6. ¿En qué tiempo estamos, pues?
Les decía a los hermanos en Playas Negras, que la venida del Señor a por los suyos necesariamente es inminente, ya que Israel es Israel de nuevo en Israel (Zac. 12: 6), por tanto la nueva expresión del Imperio Romano, es decir, la UE, se ha levantado, así como se levantó la cuarta bestia de Daniel para luchar contra Israel en su día.
Ya han pasado los dos días (dos mil años) – ver Oseas 6: 2 – tiempo en el cual la casa de Israel fue dejada desierta (Mt. 23: 38ss), y tiempo correspondiente a la Iglesia. Consecuentemente la expresión católica fundamentalista de la Gran Ramera está llegando a su fin (cada vez es menor el catolicismo convencional, sobre todo en Europa). Ese catolicismo ha sido enemigo a muerte de lo evangélico (ver las declaraciones conciliares de Trento).
La política satánica ahora es la de “si no puedes con tu enemigo, únete a él”; y eso justamente es lo que está haciendo la Gran Ramera con el G12, D12, falsa reforma apostólica y profética, ecumenismo, etc. etc. El diablo no puede llevar de hecho lo evangélico “de vuelta a Roma”, pero está metiendo Roma en lo evangélico. Muchos dicen no ser católicos, pero están en el espíritu de la Gran Ramera.
Todo ello constituirá el levantamiento de la última expresión de la Gran Ramera; una iglesia ecuménica, mezclada, diluida, autocomplaciente, contentada consigo misma, vacía del Espíritu de Cristo y llena del espíritu de este mundo, que dirá en un principio ser la iglesia de Cristo.
Todo ello es ahora, lo cual indica que el arrebatamiento de los verdaderos discípulos, con la resurrección de los que duermen, es un hecho que podrá ocurrir en cualquier momento (1 Ts. 4: 13-17). Recuerde querido lector que el Señor dijo que esto se produciría en el momento en que menos nos lo pareciera (Mt. 24: 42).
Muchos, engañados por los falsos profetas que actúan a modo de oráculos sibilinos, declarando y decretando esto y aquello, creen que la Iglesia está en un avivamiento y en una alegría triunfalista, y que influirá en este mundo hasta el punto de que este sea “cristianizado” y “discipulado”. La realidad es que no se aperciben de la realidad de los tiempos, tan claramente expresada en el Libro de los libros.
Quiera el Señor que este ensayo pueda ayudar, al menos a algunos a salir del error en el que están, y a muchos más a perseverar en el camino de la santidad; ¡Sí, santidad a Jehová!
“El seminario a pastores y obreros”
Agradecimientos
Desde aquí deseo agradecer toda la ayuda y servicio prestados al Hno. Julio Ortega, en Virginia (USA), quien hizo todas las gestiones para que pudiera ir a El Salvador, con los queridos hermanos de Playas Negras; Dios te bendiga Hno. Julio. También quiero expresar mi gratitud a mi amigo el Hno. Dr. Antonio Bolainez, quien de alguna manera me abrió puerta para ir a ese hermoso país, habiendo él estado allí muchas veces y habiendo hablado a los hermanos de mi persona y ministerio.
Gracias a todos y cada uno de los hermanos de Playas Negras, a los estimados pastores, a la Hna. Rumilda, la esposa del pastor Treminio que tantas pupusas salvadoreñas nos preparó junto con sus preciosas hijas (con lo cual he venido con algo de peso añadido).
Siéndome imposible mencionarlos a todos y a cada uno, por cuestión de espacio, reciban todos y cada uno mi estimación, aprecio y gratitud en el Señor.
Y a usted, querido lector, le deseo lo mejor de mi Cristo también.
Dios les bendiga a todos.
© Miguel Rosell Carrillo, pastor de Centro Rey Jesucristo, Madrid, España.
Enero 2009
www.centrorey.org
FIN