Por supuesto que sí. ¡La Biblia lo afirma!
En Apocalipsis la Biblia nos dice: "Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: «Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?» Yo le dije: «Señor, tú lo sabes». Él me dijo: «Estos son los que han salido de la gran tribulación." Apocalipsis 7:13
En otras palabras, estos "vestidos de ropas blancas" son personas que se salvaron durante la Gran Tribulación pero que por estar en el cielo, significa también que tuvieron que morir durante la Gran Tribulación por haber aceptado a Jesucristo como su Salvador.
Ministerio del Espíritu Santo durante la Gran Tribulación
Antes de la resurrección de Jesús, el Espíritu Santo era dado a los hijos de Dios en ocasiones especiales y en medidas diferentes. El Espíritu Santo siempre estuvo y está y estará en la tierra y en todas partes al mismo tiempo debido a su atributo de omnisciencia, sin embargo, Dios ungía o confería "medidas" del Espíritu Santo según la ocasión o la necesidad.
Desde tiempos del Antiguo Testamento vemos evidencias del ministerio del Espíritu Santo. Vemos a Sansón siendo investido con fuerza sobrenatural cuando destruyó aquel templo lleno con sus captores. Moisés partiendo el mar a través de la unción del Espíritu Santo. Vemos a Daniel sobreviviendo al foso de los leones gracias al indudable trabajo del Espíritu de Dios para calmar a estas fieras hambrientas.
Más recientemente, vemos que el día en que Jesús vino a bautizarse con Juan el Bautista, la Trinidad se unió en propósito y motivo cuando Dios el Padre identificó a Jesús como su Hijo, el Espíritu Santo lo ungió para iniciar su ministerio de Mediador entre el hombre y Dios.
¿Con qué invistió el Espíritu Santo a Jesús cuando fue bautizado por Él en el Río Jordán?
La Biblia nos trae luz en este aspecto: "Después del bautismo… Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él" Hechos 10:37-38
En otras palabras, Dios el Padre ungió a Jesús, su Hijo, con el Espíritu Santo para "hacer bien y sanar a todos los oprimidos por el diablo".
¿Nos da Dios a nosotros el mismo Espíritu Santo que le dio a Jesús?
¡Jesús mismo nos dijo que sí! Después de su crucifixión, Jesús instruyó a sus discípulos a que se fueran a Jerusalén y que no salieran a predicar hasta que recibieran el Espíritu Santo. Jesús se lo prometió a sus seguidores: "Recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra". Hechos 1:8
Esto significa que la Iglesia era ahora titular del Espíritu Santo… ¡no por momentos y por medidas como hasta ese momento!, sino ¡en su totalidad!
La Iglesia a partir del Día de Pentecostés, allá en el Aposento Alto, recibió el Espíritu Santo para hacer la Obra de Jesucristo en la Tierra.
Jesús enseñó que las cosas que nosotros haríamos gracias a nuestro apoderamiento del Espíritu Santo serían aún mayores que las que Él hizo (Ver Juan 14:12). Sin embargo…
Cuando la Iglesia sea levantada, al inicio de la Gran Tribulación…
¿Acaso no se marchará el Espíritu Santo con la Iglesia?
La respuesta es "sí" y es "no".
Decimos sí porque el Espíritu Santo habrá terminado su trabajo que inició el Día de Pentecostés (a propósito, ¡el que fue profetizado siglos antes en Joel 2:28!). El Espíritu fue dado en esa medida a la Iglesia. Como la Iglesia ya no estará, este aspecto del ministerio encargado al Espíritu por Jesús, habrá terminado: »De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré." Juan 14:11-13
Pero al mismo tiempo decimos que no porque el Espíritu Santo continuará estando presente en la tierra y en todo lugar del universo gracias a su atributo de omnisciencia (capacidad de estar en todo lugar y en todo tiempo al mismo tiempo). Siendo así, el Espíritu Santo estará disponible para aquellos dejados atrás que decidan aceptar al Mesías y su Salvación. ¡No en la misma medida que hoy, por supuesto!
¿Se imagina usted cuán proclive será a aceptar la veracidad y la factualidad de Jesús un hombre cuya esposa e hijos sean todos raptados porque eran cristianos y él, por nunca creer, sea dejado? ¿Se imagina lo que pasará por la mente de este hombre al recordar las múltiples veces que su esposa lo invitó a ir a la iglesia, pero que él rechazó por considerar eso de "religión" cosa de tontos?
¿Se imagina lo proclive que serán a aceptar de Jesús, aunque ello signifique la muerte, los miles de "cristianos" fríos que nacieron, se criaron, asistieron a la iglesia todas sus vidas, pero que siempre fueron cristianos "plásticos" y que nunca en verdad tomaron una decisión de ser radicales por Jesús? Estos mis estimados lectores, deberán ser totalmente locos para aún después de haber sido dejados, no aceptar a Jesús como su salvador.
¿Qué le pasará a aquellos que busquen de Dios durante la Gran Tribulación?
La Biblia es categórica: "Vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar. Y vi las almas de los decapitados (descabezados) por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años." Apocalipsis 20:4-5
Note que no puede haber ambigüedad cuando analizamos este texto. ¡La Biblia francamente declara que las almas de estos habían sido salvas porque se negaron a aceptar el Sello de la bestia y no adoraron "a su imagen, ni recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos".
Oremos y santifiquemos nuestras vidas para que NO seamos de esos dejados atrás. El Espíritu Santo estará presente en el mundo durante la Gran Tribulación, pero NUNCA en la misma medida en la que lo tenemos hoy. Estamos en el Tiempo de la Gracia, pero durante la Gran Tribulación será casi imposible la salvación, a no ser que dé su vida por obtenerla.
¡Este es el tiempo de la dispensación!
NOTA: Los que creemos y vemos evidencias bíblicas para este marco escatológico que he presentado aquí, somos denominados "Dispensacionalistas" ya que creemos que debido a que tenemos al Espíritu Santo en gran medida antes de la Gran Tribulación, seremos "dispensados" o "excusados" de las tribulaciones de la Gran Tribulación. Pero cuando ocurra el Rapto de la Iglesia, aunque la Biblia nos indica que la salvación será posible, será mucho más difícil y se tendrá que pagar el precio máximo por ella. No crea que porque esto parece un segundo chance usted tiene posibilidades amplias de salvación. Ahora es cuando la gracia "sobreabunda".
Pastor Dawlin Ureña
Grand Rapids, Michigan. USA