El Nazismo y la Iglesia Católica


El Nazismo y la Iglesia Católica

Arzobispo Freidrich Coch y Nazis, Dresden 1933


Aunque la Iglesia Católica se ha querido desmarcar fuertemente del Nazismo y el Papa Benedicto XVI ha condenado duramente el nazismo durante una visita a una sinagoga alemana, no podemos cerrar los ojos a la historia y ver que fue lo que realmente ocurrió en esos funestos años. Traemos 2 análisis, uno por el filósofo Michael Onfray y el otro por el escritor John Cornwell sobre la relación de la Iglesia con el Nazismo antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

"Estamos convencidos de que la gente necesita y requiere esta fe. Por lo tanto hemos llevado a cabo la lucha contra el movimiento ateo, y esto no sólo con unas pocas declaraciones teóricas: lo hemos aplastado."
(Adolf Hitler, en un discurso en Berlín, 24 de octubre de 1933).

Con estas palabras, Hitler asumía que su lucha por alcanzar y obtener poder también involucraba a la fe religiosa de las personas. Hitler mismo declaró: "Aprendí mucho de la orden de los jesuitas. Hasta ahora, nunca ha existido en la tierra nada más grandioso que la organización jerárquica de la Iglesia Católica. Yo transferí a mi partido mucho de esta organización".

Pero ahora revisaremos la actuación del Papa Pío XII y la Iglesia Católica durante el Nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Es un tema muy controversial, pero no podemos negar el conocimiento a los hechos que sucedieron. Desde los años 20, la Iglesia condenó al nazismo y en las elecciones de 1932, Hitler fue rechazado en las urnas en las regiones católicas como Baviera. Entre 1933 y 1936, El Vaticano dirigió a Berlín 34 notas oficiales en las que tachaba de total aberración la ideología hitleriana.

Obispo Ludwig Muller y Nazis


Hubieron muchos héroes católicos que murieron en campos de concentración, uno de ellos fue el Padre Maximiliano de Kolbe, quien murió de hambre en el campo de exterminio de Auschwitz, dando su vida por otro prisionero que había sido condenado a moris de esa forma. También tenemos al Cardenal Faulhaber que condenó la persecución a los judios en los años 30. Los nazis pidieron que sea asesinado. En 1936 la policía confiscó sus sermones y luego fue presionado por los nazis con manifestaciones. Durante la guerra se siguió manifestando en contra de los nazis y elevando su voz sin miedo en defensa de los judíos.

Pero en general, al empezar la escalada nazi, se puso en práctica un pacto entre el partido nazi y la Iglesia Católica, en la cual, la mayoría de la Iglesia colaboró con su silencio, y el nazismo dejaría a la Iglesia sobrevivir, al menos por esos años. A ese pacto se le llamó "Concordato". El concordato hecho entre el Vaticano y Hitler, era para acordar que la Iglesia no se iba a entrometer de manera oficial en la politica Nazi y de ningun pais ocupado por ellos, a cambio Hitler desistiria de formar una religión propia, además también evitaban que los nazis tomaran a los católicos como enemigos.

Ahora sabemos, gracias a algunos eclesiásticos fieles a los derechos humanos, mediante los documentos soltados, los secretos que se ocultaron en ese tiempo. En ellos se describen claramente todo lo que la Iglesia calló para sobrevivir mientras otros fueron asesinados.

¿Donde estuvo la Iglesia Católica en esos tiempos que mas se necesitaba de ella?.
Susan Zuccotti en su libro “Under his very windows”, descubrió que clérigos y laicos católicos desafiaron a nazis proveyendo de comida, ropa y cobijo a los judíos y otros refugiados en toda Italia. Como resultado de esto, mientras que aproximadamente el 80 por ciento de los judíos europeos perdieron la vida durante la Segunda Guerra Mundial, el 85 por ciento de los judíos italianos sobrevivieron a los nazis. Pero Zucotti no le da crédito de esto al Papa por no encontrar directrices dadas por el pontífice a los católicos.

El cardenal Karl Lehmann presentó en Maguncia un estudio que ilustra el papel de la Iglesia de Roma en el sistema nazi de trabajos forzados durante la II Guerra Mundial. Entre seis y ocho mil esclavos judíos trabajaron para ella. Y la Iglesia se benefició con esa esclavitud.

El historiador Karl-Joseph Hummel, que ha editado este informe, describía las dificultades de los católicos bajo el nazismo. “Mediante contratos con el Ejército, los monasterios y otras instituciones evitaban las posibles expropiaciones” de un régimen hostil. Para cumplir estos contratos en medio de la guerra, la Iglesia recurrió a los trabajadores forzados puestos a su disposición por los nazis como “medida de autodefensa”. El catedrático de la Universidad Libre de Berlín Wolfgang Wippermann destacaba la “estrecha relación” entre la Iglesia católica y la Comisión de Historia que ha guiado el estudio. Para él “tiene como meta la justificación de algunos comportamientos del Vaticano respecto a la Alemania de Hitler”.

Hitler y Obispo Ludwig Muller. Muller se suicidó al termino de la Segunda Guerra Mundial


Se calcula que el Tercer Reich entregó a sus empresas colaboradoras cerca de ocho millones de trabajadores forzosos. Los que fueron entregados a instituciones eclesiásticas eran en cierto modo los más afortunados, puesto que fueron empleados en labores de cocina, limpieza o agrícolas.

La realidad de todo esto es que el Papa Pío XII fue criticado durante décadas por no hacer nada para salvar a los judíos durante la matanza nazi. Seis millones de judíos fueron exterminados en campos de concentración por parte de los alemanes y sus aliados en la guerra.
El Vaticano ha tratado de defender la memoria del Papa, señalando que si bien éste nunca denunció en público el genocidio, practicó una diplomacia silenciosa a fin de salvar discretamente a miles de judíos.

A continuación, 2 análisis sobre lo que sucedió en esta época, uno, por el escritor John Cornwell y el siguiente por el filósofo Michael Onfray.


John Cornwell, periodista y escritor inglés, hace un analisis que es considerado muy controversial, sobre la relación Iglesia - Nazismo:



Siempre estuve convencido de que la evidente santidad de Eugenio Pacelli (aún no era el Papa Pío XII), era una prueba de su buena fe. ¿Cómo podría haber traicionado a los judios un Papa tan Santo?. Pedí acceso a documentos cruciales, asegurándoles a sus custodios que estaba del lado de mi investigado: en un libro titulado Un ladrón en la Noche, yo había defendido al Vaticano contra cargos del asesinato del Papa Juan Pablo I por sus pares.

Dos oficiales me permitieron acceder al material secreto: declaraciones bajo juramento que se juntaron hace treinta años para avalar el proceso de canonización de Pacelli y el archivo de la Secretaría de Estado del Vaticano. También recurrí a fuentes alemanas en relación con las actividades de Pacelli en Alemania durante las décadas del ´20 y del ´30, incluídos sus contactos con Adolf Hitler.

A mediados de 1997 me encontré en un estado de shock moral. El material que había juntado no apuntaba a una exoneración sino a una acusación aún más escandalosa. La evidencia era explosiva, Mostraba por primera vez que Pacelli era abiertamente, y según sus propias palabras, antisemita.

Pacelli llegó al Vaticano en 1901, a la edad de 24 años, reclutado para especializarse en cuestiones internacionales y derecho canónico. Colaboró con su superior, Pietro Gasparri, en la reformulación del Código de Derecho Canónico que se distribuyó en 1917 a los obispos católicos de todo el mundo.

A la edad de 41 años, ya arzobispo, Pacelli partió hacia Munich como nuncio papal para comenzar el proceso de eliminar los desafíos legales a la nueva autocracia papal y procurar un tratado entre el papado y Alemania como un todo, que reemplazará todos los arreglos locales y se convirtiera en un modelo de las relaciones entre la Iglesia Católica y los Estados.

Obispos catolicos haciendo el saludo Nazi en honor a Hitler.


En mayo de 1917 recorrió Alemania, destruída por la guerra, ofreciéndo su caridad a gente de todas las religiones. Sin embargo, en una carta al Vaticano, reveló tener menos amor por los judíos. El 4 de septiembre le informó a Gasparri, que era cardenal secretario de estado en el Vaticano, que un doctor Werner, el rabino jefe de Munich, se había acercado a la nunciatura para rogar un favor. Con el fin de celebrar Succoth, los judíos necesitaban hojas de palmeras, que normalmente llegaban de Italia. Pero el gobierno italiano había prohibido la exportación, vía Suiza, de unas palmeras que los judíos habían comprado y que estaban retenidas en Como. “La comunidad israelita – continuaba Pacelli – busca la intervención del Papa con la esperanza de que abogue a favor de los miles de judíos alemanes”.

Pacelli le dijo a Gasparri que no le parecía apropiado que el Vaticano “los ayudara en la práctica de su culto judío”. Gasparri respondió que confiaba completamente en la “astucia” de Pacelli, coincidiendo con que no sería apropiado ayudar al rabino Werner.

Dieciocho meses mas tarde reveló su antipatía por los judíos de una manera más abiertamente antisemita, cuando estuvo en el centro de una revuelta bolchevique en Munich. En una carta a Gasparri, Pacelli describió a los revolucionarios y a su líder, Eugenio Levien: “Un ejército de trabajadores corría de un lado a otro, dándo órdenes, y en el medio, una pandilla de mujeres jóvenes, de dudosa apariencia, judías como todos los demás”, daba vueltas por las salas con sonrisas provocativas, degradantes y sugestivas. La jefa de esa pandilla de mujeres era la amante de Levien, una jóven mujer rusa, judía y divorciada. (…..) Este Levien es un hombre jóven, de unos 30 o 35 años, también ruso y judío. Pálido sucio, con ojos vacíos, voz ronca, vulgar repulsivo, con una cara a la vez inteligente y taimada”.

Hitler que había logrado su primer gran triunfo en las elecciones de 1930, quería un trato con el Vaticano porque estaba convencido de que su movimiento sólo podía tener éxito si se eliminaba al catolicismo político y sus redes democráticas. Luego de su ascenso al poder en enero de 1933, Hitler hizo una prioridad de su negociación con Pacelli.

El Concordato del Reich le garantizó a Pacelli el derecho a imponer un nuevo Código de Leyes Canónicas sobre los católicos de Alemania. A cambio, Pacelli colaboró en el retiro de los católicos de la actividad política y social. Luego Hitler insistió en la disolución “voluntaria” del Partido Central Católico Alemán”.

Cardenal Bertram en una procesión funeraria, marzo 7 del 1935. 


Los judios fueron las primeras víctimas del Concordato: luego de su firma , el 14 de julio de 1933, Hitler dijo a su gabinete que el tratado había creado una atmósfera de confianza “especialmente significativa en la lucha urgente contra el judaísmo internacional”. Aseguraba que la Iglesia Católica le había dado su bendición pública, en el país y afuera, al nacional – socialismo, incluída su posición antisemita.

Durante los años ´30, a medida que el antisemitismo nazi crecía en Alemania, Pacelli no se quejó ni siquiera en nombre de los judios convertidos al catolicismo: para él, era cuestión de política interna.

En enero de 1937, tres cardenales y dos obispos alemanes viajaron al Vaticano para pedir una vigorosa protesta contra la persecución nazi de la Iglesia Católica, a la que se le habían suprimido todas las formas de actividad con excepción de los servicios religiosos. Finalmente, Pío XI decidió lanzar una encíclica, escrita bajo la dirección de Pacelli, donde no había ninguna condena explícita al antisemitismo.

En el verano de 1938, mientras agonizaba, Pio XI se preocupó por el antisemitismo en Europa y encargó la redacción de otra encíclica dedicada al tema. El texto que nunca vió la luz del día, se descubrió hace poco. Lo escribieron tres jesuitas, pero presumiblemente Pacelli estuvo a cargo del proyecto. Se iba a llamar Humani Generis Unitas (La unión de las raza humana) y, a pesar de sus buenas intenciones, está lleno de un antisemitismo que Pacelli había mostrado en su primer estadía en Alemania. Los Judios, dice el texto, eran responsables de su destino, Dios los había elegido, pero ellos negaron y mataron a Cristo. Y “cegados por su sueño de triunfo mundial y éxito materialista” se merecían “la ruina material y espiritual” que se habían echado sobre sí mismos.



El documento advierte que defender a los judíos como exígen “los principios de humanidad cristianos” podría conllevar el riesgo inaceptable de caer en la trampa de la política secular. La encíclica llegó a los jesuitas de Roma a fines de 1938; hasta el día de hoy, no se sabe por qué no fue elevada a Pío XI. Pacelli, convertido en Papa el 12 de marzo de 1939, sepultó el documento en los archivos secretos y les dijo a los cardenales alemanes que iba a mantener relaciones diplomáticas normales con Hitler.

Pacelli conoció los planes nazis para exterminar a los judíos de Europa en enero de 1942. Las deportaciones a campos de exterminio habían comenzado en diciembre de 1941. A lo largo de 1942, Pacelli recibió información confiable sobre los detalles de la solución final provista por los británicos, franceses y norteamericanos en el Vaticano.

El 17 de marzo de 1942, representantes de las organizaciones judías reunidos en Suiza le enviaron un memorándum a través del nuncio papal en Berna, donde detallaban las violentas medidas antisemitas en Alemania, en sus territorios aliados y en zonas conquistadas. El memo fue excluído de los documentos de la época de la guerra que el Vaticano publicó entre 1965 y 1981.

En septiembre de 1942, el presidente norteamericano Franklin Roosevelt envió a su representante personal, Mylon Taylor, a que le pediera a Pacelli una declaración contra el exterminio de los judíos. Pacelli se negó a hablar porque debía elevarse sobre las partes beligerantes.

El 24 de diciembre de 1942, finalmente, Pacelli habló de “aquellos cientos de miles que, sin culpa propia, a veces sólo por su nacionalidad o raza, reciben la marca de la muerte o la extinción gradual”. Esa fue su denuncia pública mas fuerte de la solución final.

Pero hay algo peor. Luego de la liberación de Roma, Pio XII pronunció su superioridad moral retrospectiva por haber hablado y actuado a favor de los judíos. Ante un grupo de palestinos, dijo el 3 de agosto de 1946:

“Desaprobamos todo uso de fuerza (….) como en el pasado condenamos en varias ocasiones las persecuciones que el fanatismo antisemita infligió al pueblo hebreo”. Su autoexculpación grandilocuente un año después del fin de la guerra demostró que no sólo fue Papa ideal para la solución final nazi, sino que también un hipócrita.

Sobre John Conrwell

El periodista y escritor inglés John Cornwell, es conocido por varios libros sobre el Papado. Ultimamente ha estado mas abocado a las ciencias y humanidades. Su libro "Un ladrón en la noche" de 1989, investiga la muerte en 1978 del Papa Juan Pablo I, muerte que fue rodeada de muchas teorías de conspiración. Aunque el atribuye la muerte a una embolia pulmonar posiblemente como resultado de una negligencia y sobretrabajo. En 1999, Cornwell publica "El Papa de Hitler", en el cual acusa al Papa Pio XII en ayudar a legitimar el régimen nazi a través de un Concordato para permanecer en silencio durante el Holocausto. Despues del libro, Cornwell dijo que es imposible juzgar los motivos del silencio del Papa durante la guerra, mientras Roma estuvo bajo el yugo de Mussolini y luego ocupado por Alemania.

Sobre el "Papa de Hitler", inició un estudio sobre Pio XII con el aval de la Iglesia con la idea de intentar lavar su imagen. El tema era Pío XII y la Segunda Guerra Mundial. Pero sus investigaciones lo llevaron a volver a plantearse la dirección de sus ideas ya que lo que descubrió fue muy aterrador, asi que sus escritos pasaron a hacer una crítica por lo que sucedió en esos años. En el prólogo del libro "El papa de Hitler. La historia secreta de Pío XII", nos revela que su intención era realizar una obra vindicativa de la imagen de Pío XII. Cornwell ya había trabajado para el Vaticano en una investigación sobre la muerte de Juan Pablo I ("Un ladrón en la noche"), donde deshechó la idea la de la conspiración del asesinato y atribuyó la muerte a una embolia pulmonar. Ante esto, El Vaticano, le dió libre acceso a sus libros y escritos para su siguiente libro. Fue el mismo Vaticano quien proporcionó sus escritos secretos asi que Cornwell hizo esta investigación con muy buenas bases. Lógicamente, el resultado de sus investigaciones, hicieron que el Vaticano empeore sus relaciones con el historiador.


Michael Onfray en sus reflexiones sobre esta cuestión (libro: "Tratado de Ateología de Ed. Anagrama):

Hitler con Obispo Ludwig Muller


El Vaticano ama a Hitler 

El matrimonio entre la Iglesia católica y el nazismo es incuestionable, abundan los ejemplos y no son insignificantes. La complicidad no se estableció con silencios de aprobación, con no dichos explícitos o cálculos realizados a partir de hipótesis interesadas. Los hechos le demuestran a cualquiera que investigue el tema en la historia que no fue un matrimonio de conveniencia, impuesto por una necesidad de supervivencia de la Iglesia, sino una pasión común y compartida hacia los mismos enemigos irreductibles, los judios y los comunistas, igualados, la mayor parte del tiempo, en el revoltijo conceptual del judeobolchevismo.

Desde los inicios del nacionalsocialismo hasta la protección de los criminales de guerra del Tercer Reich después de la caída del régimen, a quienes ayudaron a huir a otros países, aparte del silencio de la Iglesia sobre estos asuntos, desde entonces, y aún hoy –incluso la imposibilidad de consultar los archivos sobre este tema en el Vaticano-, el feudo de San Pedro, heredero de Cristo, fue también el de Adolf Hitler y sus secuaces nazis, fascistas franceses, colaboracionista, vichyistas, milicianos y otros criminales de guerra.

Los hechos: la Iglesia católica aprobó el rearme de Alemania, yendo en contra del Tratado de Versalles, desde luego, pero también en contra de las enseñanzas de Jesús, en especial, las que celebran la paz, la bondad y el amor al prójimo; la Iglesia católica firmó un acuerdo con Adolf Hitler desde su asunción como canciller en 1933; la Iglesia católica calló sobre el boicot de los comerciantes judíos, no protestó ante la proclamación de las leyes raciales de Nuremberg en 1935, guardó silencio en 1938 cuando ocurrió la Noche de los Cristales; la Iglesia católica entregó su archivo genealógico a los nazis que supieron desde ese momento quiénes eran cristianos, y por lo tanto no judíos; la Iglesia católica sostuvo, defendió y apoyó al regimen pro nazi de los ustachis de Ante Pavelic en Croacia; la Iglesia católica absolvió al régimen colaboracionista de Vichy en 1940; la Iglesia católica, aunque estaba al corriente de la política de exterminio iniciada en 1942, no la condenó, ni en privado ni en público, como tampoco dio órdenes a los curas u obispos de censurar ante los fieles al régimen criminal.



Las fuerzas aliadas liberaron Europa, llegaron a Berchtesgaden y descubrieron Auschwitz. ¿Qué hizo el Vaticano? Siguió apoyando al régimen derrotado: la Iglesia católica, a través del cardenal Bertram, mandó decir una misa de réquiem en memoria de Adolf Hitler; la Iglesia católica guardó silencio y no hizo ninguna declaración condenatoria cuando se descubrieron las pilas de cadáveres, las cámaras de gas y los campos de exterminio; la Iglesia católica, más bien, organizó para los nazis sin Führer lo que nunca hizo por ningún judío o víctima del nacionalsocialismo: coordinó la oficina de ubicación de los criminales de guerra fuera de Europa; la Iglesia católica utilizó al Vaticano, expidió papeles sellados con visas y creó una red de monasterios europeos como lugares de escondite para protección de los dignatarios del Reich derrotado; la Iglesia católica incluyó en su jerarquía a personas que habían ocupados cargos importantes en el régimen hitleriano; la Iglesia católica nunca se arrepentirá de nada, puesto que no reconoce oficialmente nada de esto.
...
Mientras permanecía en silencio sobre la cuestión nazi durante y después de la guerra, la Iglesia no dejaba de tomar decisiones contra los comunistas. Con respecto al marxismo, el Vaticano dio muestras de un compromiso, de una militancia y de una fuerza que bien nos hubiera gustado verle utilizar para combatir y desacreditar el Reich nazi. Fiel a la tradición de la Iglesia que, por la gracia de Pío IX y Pío X, condenó los derechos del hombre como contrarios a la enseñanza católica, Pío XII, el famoso Papa, amigo del nacionalsocialismo, excomulgó en masa a los comunistas del mundo entero en 1949. Alego la colusión de los judíos y el bolchevismo como una de las razones de su decisión.

A modo de información: ningún nacionalsocialista de las bases, ningún nazi del alto mando o miembro del estado mayor del Reich fue excomulgado y ningún grupo fue excluído de la Iglesia por haber hecho funcionar las cámaras de gas. Adolf Hitler no fue excomulgado, y su libro, Mi Lucha, nunca formó parte del Indice. Recordemos que después de 1924, fecha de publicación de ese libro, el famoso Index Librorum Prohibitorum agregó a su lista –junto a Pierre Larouse, culpable del Grand Dictionaire universel (!) a Henri Bergson, André Gide, Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre. Adolf Hitler nunca figuró allí.

Hitler ama al Vaticano

Un lugar común, que no resiste ni el menor análisis, y aún menos la lectura de los textos, presenta a Adolf Hitler como un ateo pagano, fascinado por los cultos nórdicos, amante de un Wagner de cascos con cuernos, del Walhalla y de las valquirias de grandes pechos, un anticristo, la antítesis del cristianismo. Además de la dificultad de ser ateo y pagano a la vez –negar la existencia de Dios o de los dioses, y creer en ellos al mismo tiempo..- es necesario pasar por alto todos los pasajes de la obra escrita –Mi Lucha-, de la obra política –ausencia en el Reich de persecuciones contra la Iglesia católica, apostólicia y romana, al contrario de las llevadas a cabo contra los Testigos de Jehová, por ejemplo-, y las confidencias privadas del Führer –conversaciones publicadas con Albert Speer-, donde Adolf Hitler afirma sin ambigüedades y de modo constante su buena opinión del cristianismo.

¿Fue decisión de un Führer ateo mandar inscribir en los cintos de los soldados de las tropas del Reich Gott mit uns! ¿Se sabe que la frase fue tomada de las Escrituras? En particular, del Deuteronomio, uno de los libros de la Torá, donde podemos leer explícitamente: Dios (Dt. 20, 4), una frase extraída de la arenga que Yahvé dirige a los judíos cuando parten a luchar contra sus enemigos, los egipcios, a los que Dios promete un exterminio total (Dt. 20, 13). ¿Un Führer ateo fue el que determinó que todos los niños de la escuela pública alemana comenzaran la jornada en Reich nacionalsocialista rezando una oración a Jesús? No a Dios, lo que podría hacer de Hitler un deísta, sino a Jesús, lo cual lo define, en forma explícita, como cristiano. El mismo Führer, supuestamente ateo, les exigió a Goering y a Goebbles, en presencia de Albert Speer, quien relata la conversación, que permanecieran en el seno de la Iglesia católica, como lo haría él hasta el último de sus días.

Las compatibilidades cristianismo-nazimo

Las buenas relaciones entre Hitler y Pio XII se dieron más allá de las complicidades personales. Las dos doctrinas comparten varios puntos de vista. La infalibilidad del Papa, que, recordémoslo, también es jefe de Estado, no podía disgustar a un Führer que estaba a su vez persuadido de la propia. La posibilidad de construir un Imperio, una Civilización y una Cultura con un líder supremo investido de todos los poderes –como Constantino y algunos emperadores cristianos que lo sucedieron- era lo que fascinaba a Adolf Hitler mientras escribía su libro. ¿La erradicación por parte de los cristianos de todo lo que se relacionara con el paganismo? ¿La destrucción de altares y templos? ¿La quema de libros? ¿Las persecuciones contra los opositores de la nueva fe? Excelente, consideraba Hitler.

El 20 de Abril de 1939, el Arzobispo Cesare Orsenigo, nuncio Papal en Berlin, celebra el cumpleaños de Hitler


El Führer exaltaba el devenir teocrático del cristianismo: la intolerancia que crea la fe, según sus propias palabras, en la página 451; la capacidad de la Iglesia para no renunciar a nada, incluso ante la ciencia cuando ésta contradice sus posicones y cuestiona algunos de sus dogmas, página 457; la plasticidad de la Iglesia a la que predice un futuro más allá de lo imaginable, página 457; y la permanencia de la venerable institución, a pesar de este o aquel comportamiento deplorable de algunos miembros de la Iglesia, lo cual no compromete al movimiento general, página 119. Por todo ello, Adolf Hitler invita a aprender, página 457, y también páginas 118, 119 y 120. (Mein Kampf, libro de Hitler).

¿Cuál es el verdadero cristianismo del que habla Hitler en Mein Kampf? El del gran -en la misma página, Jesús, el mismo al que le rezan los niños en las escuelas del Reich. ¿Pero qué Jesús? No el de la otra mejilla, no, sino el colérico que expulsa a latigazos a los mercaderes del Templo. Hitler hace referencia explícita al pasaje de Juan en su demostración. Y además, a modo de recordatorio, ese látigo crístico sirve para desalojar a los infieles, a los no cristianos, a las personas que practican el comercio y hacen transacciones de dinero, en una palabra, los judíos, la razoón de la complicidad entre el Reich y el Vaticano. El Evangelio de Juan (2, 14) no impide la lectura filocristiana y antisemita de Hitler, mejor, la hace posible... Y más aún si recordamos los pasajes que condenan a los judíos a la gehena, pasajes que abundan en el Nuevo Testamento. Los judíos, pueblo deicida, ésa es la clave de aquella camaradería funesta: se sirven de la religión para sus negocios, dice; son los enemigos de toda la humanidad, agrega; y crean el bolchevismo, precisa. Cada uno llegará a su propia conclusión. El, Hitler, explica por qué: "Las ideas y las instituciones religiosas de su pueblo deben ser sagradas para el jefe politíco", página 120. Así pues, las cámaras de gas se alumbrarán en las hogueras de San Juan.

Sobre Michael Onfray

Michel Onfray nace en Argenta, 1 de enero de 1959. Filósofo francés. Nació en el seno de una familia de agricultores normandos. Doctor en filosofía, enseña esta materia en el Lycée de Caen de 1983 a 2002. Según él, la educación nacional enseña la historia oficial de la filosofía y no aprender a filosofar. Dimite en 2002 y crea la Universidad Popular de Caen y escribe su manifiesto en 2004 (communauté philosophique). Michel Onfray cree que no hay filosofía sin psicoanálisis, sin sociología, ni ciencias. Un filósofo piensa en función de las herramientas de que dispone; si no, piensa fuera de la realidad.

Sus escritos celebran el hedonismo, los sentidos, el ateísmo, al filósofo artista en la raza de los pensadores griegos que celebran la autonomía del pensamiento y de la vida. Su ateísmo es sin concesiones, expone que las religiones son indefendibles como herramientas de soberanía y trato con la realidad.

Sobre el libro "Tratado de Ateología", este libro, que trepó raudo a las listas francesas e italianas, el autor critica los textos sagrados del cristianismo, el judaísmo y el islamismo, que, dice, tienen en común "el odio hacia las mujeres, a la inteligencia, a la razón, a los libros, a la carne y a la libertad".

Ataca Onfray: "El judaísmo, el cristianismo y el islamismo corrompen por igual la vida de millones de individuos en el planeta; fomentan guerras, conflictos, odios dirigidos contra uno mismo, los otros y el mundo; predican amor al prójimo y dan sablazos a diestra y siniestra".
Para Onfray la única vía para mejorar las relaciones humanas es el ateísmo. El filósofo sugiere que tras esta postura ética se sostienen ideas como la libre disposición del cuerpo; la igualdad amorosa y la existencia construida en base al ocio y no al trabajo.

El libro de Onfray ha despertado la ira de algunos círculos religiosos. Desde que el trabajo obtuvo cobertura en los medios, el autor ha recibido varias amenazas de muerte e incluso se han editado dos libros (y hay otro en preparación) para responderle.
Autodefinido como anarquista, Onfray es un predicador solitario que, paradojalmente, tiene millones de lectores en Europa.
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La Iglesia católica que apoyó la dictadura militar argentina


Por: Virginia Bossié / ARGENPRESS INFO

La periodista Virginia Bossié recopiló algunos documentos sobre lo que expresaron los obispos argentinos en apoyo de la dictadura militar. Hubo algunas voces disidentes y también martirio de monjas, sacerdotes y católicos, mientras los obispos apoyaban los asesinatos. Especial documento para los venezolanos, en donde el franquista Opus Dei apoya el petrogolpe.

Documento Nº 1: La voz de la Iglesia cómplice

23-9-75 Mons. Victorio Bonamín (Vicario General del Ejército). Homilía ante el Ejército: '¿No querrá Cristo que algún día las FF.AA. estén más allá de su función? El Ejército está expiando la impureza de nuestro país... los militares han sido purificados en el Jordán de la sangre para ponerse al frente de todo el país...'

29-12-75 Mons. Tortolo (Pte. C. E. A. Vicario FF.AA.). Almuerzo en el Plaza Hotel ante la Cámara Argentina de Anunciantes: '... se avecina un proceso de purificación... '

5-1-76 Mons. Bonamín. Homilía Iglesia Stella Maris: 'La Patria rescató en Tucumán su grandeza mancillada en otros ambientes, renegada en muchos sitiales, y la grandeza se salvó en Tucumán por el Ejército Argentino. Estaba escrito, estaba en los planes de Dios que la Argentina no podía perder su grandeza y la salvó su natural custodio: el Ejército...'

24-3-76 Mons. Tortolo. Declaraciones luego de entrevistarse con el General Videla y el Almirante Massera: '...si bien la Iglesia tiene una misión específica, hay circunstancias en las cuales no puede dejar de participar así cuando se trate de problemas que hacen al orden específico del Estado...'

10-4-76 Cnel. Juan Bautista Sassiain: '...el Ejército valora al hombre como tal porque el Ejército es cristiano...'

11-5-76 Mons. Bonamín (bendición de las armas). Acto de ascenso a generales de brigada de Arturo Corbetta, Rodolfo Reinoso y Juan Bautista Sassiain, en presencia del Gral. Videla: 'Señor Dios de los ejércitos en cuyas manos está el destino de los pueblos: escucha la oración que te dirigimos implorando Tu bendición sobre estos sables y estas insignias y, en especial, sobre los nuevos generales del Ejército que las reciben como signo de la función y el poder que hoy asumen. Saben que su vida de soldado en cumplimiento de sus funciones específicas no está ni debe estar separada de Tu Santa Religión. Estos hombres comparten la misma fe de Tu Iglesia y la quieren vivir a través de la actividad y el servicio propio de la vocación militar que les enseñaste. Como soldados del Evangelio están dispuestos a sacrificarse dando la vida por los hermanos a ejemplo de Cristo, están de parte de la justicia y de la paz, comprometidos por Tu gracia y Tu fuerza a restablecer la armonía del amor, esa armonía quebrantada en nuestro suelo patrio por quienes, según lamentaba el salmista, gritan 'guerra' cuando todos decimos 'paz'...'

15-5-76 Documento de la Conferencia Episcopal Argentina: '...hay que recordar que sería fácil errar con buena voluntad entre el bien común si se pretendiera que los organismos de seguridad actuaran con pureza química de tiempos de paz, mientras corre sangre cada día, que se arreglaran desórdenes, cuya profundidad todos conocemos, sin aceptar los cortes drásticos que la situación exige; o no aceptar el sacrificio, en aras del bien común, de aquella cuota de libertad que la coyuntura pide, o que se buscara con pretendidas razones evangélicas implantar soluciones marxistas...'

17-6-76 Mons. Pío Laghi (Nuncio Papal): '...Hay una coincidencia muy singular y alentadora entre lo que dice el Gral. Videla de ganar la paz y el deseo del Santo Padre para que la Argentina viva y gane la paz...'

27-6-76 Mons. Pío Laghi (Nuncio Papal). Declaraciones en Tucumán: '...el país tiene una ideología tradicional y cuando alguien pretende imponer otro ideario diferente y extraño, la nación reacciona como un organismo con anticuerpos frente a los gérmenes, generándose así la violencia... en este caso habrá de respetarse el derecho hasta donde se pueda...' '... los valores cristianos están amenazados por la agresión de una ideología que es rechazada por el pueblo. Por eso cada uno tiene su cuota de responsabilidad, la Iglesia y las FF.AA.; la primera está insertada en el Proceso y acompaña a la segunda, no solamente con sus oraciones, sino con acciones en defensa y promoción de los derechos humanos y la patria...'

25-4-76 Mons. Tortolo: '...ruego a Dios que infunda a los integrantes del Arma de Caballería pasión por el bien y odio por el mal...'

7-7-76 La Comisión Ejecutiva de la C.E.A. (Primatesta, Aramburu, Zaspe) en carta a la Junta por el asesinato de los palotinos: '...sabemos que la palabra del ministro de Interior y la presencia en las exequias del Sr. ministro de Relaciones Exteriores y Culto y de altos jefes militares, como el gobierno de las FF.AA. participan de nuestro dolor y, nos atreveríamos a decir, de nuestro estupor'.

9-9-76 Mons. Olimpo Maresma (Mendoza). Acto por el 65 Aniversario de la coronación pontificia de la Virgen del Carmen de Cuyo: '...el enemigo vive en nuestro interior y lo que es más grave, está alojado en el interior de muchos argentinos. Por eso nuestro trabajo debe ser total: debe abarcar el cuerpo y el espíritu... estamos en una guerra casi civil que no hemos declarado y que nos han declarado...'

5-10-76 Mons. Aramburu - Cardenal (Pte. C.E.A. Arzobispo de Bs. As): '...hay que defenderse tanto contra la violencia de los enemigos del orden y del país, como de la impaciencia y presión de otras fuerzas o factores de influencia...'

10-10-76 Mons. Bonamín (En Tucumán, junto al Gral. Bussi): '...La Providencia puso a disposición del Ejército el deber de gobernar, desde la presidencia hasta la intervención de un sindicato...'

14-10-76 Mons. Tortolo (declaraciones): '... yo no conozco, no tengo pruebas fehacientes que los derechos humanos sean conculcados en nuestro país. Lo oigo, lo escucho, hay voces, pero no me consta...'

17-10-76 Mons. Tortolo. Palabras de clausura de la 'Semana de religión y moral', donde se otorgaron premios a la 'virtud militar': '...soldados, hay dos alternativas: ser fieles o traidores a Dios y a la Patria. Los paños tibios o los medios términos no corren en esta hora del mundo...'

29-10-76 Mons. Tortolo. Declaraciones: '...hay gente católica que ha recibido la confirmación, que se alza contra la Nación argentina, destruyéndola. Cuando quienes la defienden reaccionan contra esa actitud destructiva, dicen que ellos son los perseguidos, tergiversan el espíritu y la mentalidad de Cristo.... Dios habita el alma del soldado que va con Cristo y por Cristo a cumplir con su deber, rechazando a quienes se alzan contra el país...'

12-11-76 Mons. Antonio J. Plaza (La Plata). Acto junto al Gral. Camps donde se lo nombra capellán de la Policía de la Prov. de Bs. As: '...la Iglesia brindará fortaleza espiritual a los integrantes de los cuadros policiales y a sus familias para templarlos ante la adversidad...'

12-76 Carta de Navidad de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) al General Videla: '...con motivo de las próximas fiestas navideñas y para expresar nuestros férvidos y cordiales votos de una felicísima Navidad... unidos pues a su Excelencia y a quienes le acompañan en la dura y riesgosa tarea de servir a la patria aun a costa de la propia vida, esta Comisión Permanente saluda a su Excelencia con la más distinguida consideración y la promesa de humildes y diarias oraciones al Señor...'

1977 Mons. Tortolo. Declaraciones: '...La Iglesia piensa que el gobierno de las FF.M. es una exigencia de la coyuntura. Por lo tanto se tiene la convicción de que las FF.AA., aceptando la responsabilidad tan grave y seria de esta hora, cumplen con su deber...'

13-3-77 Alm. Emilio E. Massera. Declaraciones a la revista 'Familia Cristiana' reproducidas por 'Clarín': 'Nosotros cuando actuamos como poder político seguimos siendo católicos... todos obramos a partir del amor, que es el sustento de nuestra religión, no tenemos problemas y nuestras relaciones son óptimas, tal como corresponde a cristianos...'

17-3-77 Carta de la Conferencia Episcopal Argentina a la Junta Militar: 'Vuestras Excelencias... conocen y han valorado nuestra actitud, desde su papel de gobernantes y de cristianos convencidos. Por eso mismo es que sin temor al riesgo de ser mal interpretados queremos hoy transmitirles las inquietudes que de todas partes nos llegan desde hace tiempo...'

4-77 Anexo S de la Directiva Mayor del Ejército 504/77 (Documento Secreto DS-77- Comando del Ejército, firmado por el Gral. Roberto Viola): '...si bien no hay una activa participación de la Iglesia, la misma se manifiesta mediante la comprensión y aceptación de los principios básicos enunciados...'

5-77 Mons. Plaza Discurso: 'Los malos argentinos que salen del país se organizan desde el exterior contra la patria, apoyados por fuerzas oscuras difunden noticias y realizan desde afuera campañas en combinación con quienes trabajan en la sombra dentro de nuestro territorio. Roguemos por el feliz resultado de la ardua tarea de quienes espiritualmente y temporalmente nos gobiernan. Seamos hijos de una Nación en la cual la Iglesia goza de un respeto desconocido en todos los países condenadamente marxistas...'

5-77 Mons. Ildefonso Sansierra (San Juan). Por iniciativa del presidente Videla, la C. E. A recibió a los generales Viola jefe de Estado Mayor del Ejército, Jáuregui y Martínez (responsables de los servicios de inteligencia). Al finalizar la reunión Monseñor informó a la prensa: '...los señores militares nos informaron con amplitud sobre la situación actual del país en el marco de la actividad defensiva y ofensiva contra la guerrilla subversiva que se nos ha impuesto desde adentro y afuera de nuestro territorio... al término de la exposición de los generales hubo un intercambio de ideas en un clima verdaderamente cristiano y patriótico...'

20-11-77 Mons. Bonamín. Declaraciones: '... si pudiera hablar con el gobierno le diría que debemos permanecer firmes en las posiciones que estamos tomando: hay que desestimar las denuncias extranjeras sobre desapariciones...'

3-12-77 Mons. Bonamín. Declaraciones en Santa Fe: '...la mejor defensa es el ataque, en lugar de la paciencia y la tolerancia...'

6-12-77 Mons. Bonamín. Conferencia en la Universidad Nacional del Litoral: 'La lucha antiguerrillera es una lucha por la República Argentina, por su integridad, pero también por sus altares... esta lucha es una lucha en defensa de la moral, de la dignidad del hombre, es una lucha en defensa de Dios... por ello pido la protección divina en esta guerra sucia en que estamos empeñados...'

31-1-78 Mons. Sansierra. Declaraciones: '...yo voy a la cárcel y me dejan salir siempre. Nunca me quedo adentro...'

26-5-78 Mons. Rómulo García (Mar del Plata): '... las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos son campañas improvisadas y organizadas por quienes niegan la libertad...'

5-79 Documento Secreto -DS 79- Comando del Ejército firmado por el Gral. Cristino Nicolaides: 'la Iglesia es una fuerza amiga que continua aceptando los principios básicos enunciados por el Proceso de Reorganización Nacional...'

7-8-79 Mons. Sansierra Declaraciones a propósito de la llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humano de la OEA: '...la CIDH tiene intención política... debemos defender nuestra soberanía y si la comisión excede sus funciones, el gobierno, haciendo uso de sus facultades soberanas, debe dar por terminada su misión... los derechos humanos son suspendidos en tiempos de guerra...'

11-9-79 Mons. Octavio N Derisi (Obispo auxiliar La Plata. Rector Universidad Católica Argentina): '...la CIDH no debería haber venido, el gobierno con gran generosidad la ha aceptado... una comisión extranjera no debería venir a tomarnos examen... pero, en fin, ya que han venido pido a Dios que sean objetivos y no se dejen influenciar por aquella gente que ha creado este problema en la Argentina: las familias de aquellos guerrilleros que mataron, secuestraron y robaron...' '... la Argentina es uno de los países donde hay más tranquilidad y donde los derechos humanos están más respetados. No veo que en este momento en la Argentina se encarcele, se mate, se atropellen los derechos humanos... '

13-9-79 Mons. Guillermo Bolaffl (Rosario): '...cada país debe regular los derechos humanos, no deben ser los extranjeros (la CIDH) los que nos vengan a indicar lo que tenemos que hacer...'

2- 79 Mons. Parodio (destinado en el Vaticano, de visita en Mar del Plata). Declaraciones: '...ahora se comprende mejor a la Argentina... en Europa hay quienes siempre buscan lo negativo... aquí el rostro de la Argentina se ve más positivamente...'

24-12-79 Declaración de la CEA (Conferencia Episcopal Argentina): 'Desaparecidos: si bien es cierto que el gobierno nacional ha aclarado y publicado la situación de muchos y que la ley 22068 regula la ausencia con presunción de fallecimiento, intentando así resolver algunos problemas jurídicos patrimoniales, sin embargo todavía subsiste el problema de personas desaparecidas, sea por la subversión o por la represión o también por libre determinación...'

12-79 Mons. Antonio Quarracino (Avellaneda, futuro presidente CEA y cardenal de Bs. As): '...en una situación de guerra, los argumentos y los límites éticos entran en un cono de sombra y oscuridad...'

3-81 Mons. Bonamín (Casa Rosada, junto a Videla): '...los miembros de la Junta Militar serán glorificados por las generaciones futuras...'

4-82 Mons. Miguel Medina (vicario General de las FF.AA.). Declaraciones: '...Algunas veces la represión física es necesaria, es obligatoria y como tal, lícita...'

11-8-82 Mons. Medina. Declaraciones: '...es un honor para la Argentina tener la calidad de estas FF.AA...'

19-11-82 Mons. Juan Carlos Aramburu (arzobispo de Bs. As. - cardenal). Declaraciones a 'Il Messagero' de Roma: '...en Argentina no hay fosas comunes y a cada cadáver le corresponde un ataúd. Todo se registró regularmente en los correspondientes libros...' '... ¿Desaparecidos? No hay que confundir las cosas. Usted sabe que hay desaparecidos que viven tranquilamente en Europa...'

22-12-82 Gral. Cristino Nicolaides. Discurso de despedida ante el pase a retiro de Mons. Bonamín: '...Cuadros y tropas lo recibían sedientos de su prédica, sustento imprescindible para afrontar los esfuerzos y superar las incomprensiones... su consejo aseguraba definitivamente el buen rumbo de la espada... es un auténtico soldado de Cristo y de la Patria...'

12-4-83 Mons. Quarracino. Declaraciones: '...es necesaria una ley que yo llamo de olvido, porque sino, no le veo solución. Si no es así, se envenenará más la sociedad argentina...'

15-4-83 Mons. Quarracino. Declaraciones: '...no hay que dejarse engañar, hay supuestos desaparecidos que están fuera del país... hay gente que no figura en las listas, que están en otros lugares de América Latina indocumentados y pasan para mucha gente como si fueran desaparecidos... si son indocumentados y están fuera del país, por algo será, pero me consta que los hay..'

2-5-83 Mons. Quarracino. Declaraciones ante la ley de autoamnistía: '...es valiente y está bien hecha... las protestas individuales de algunos obispos argentinos sobre el contenido del documento son individuales y en consecuencia no pueden ser tomadas en cuenta como la opinión de la CEA...'

1982 Documento de la C. E. A. 'Democracia, responsabilidad y esperanza'. Al asumir el presidente Raúl Alfonsín: '...el episcopado argentino pudo no acertar todo lo que dijo e hizo. Los obispos somos hombres limitados; pero podemos afirmar que siempre procuramos obrar y hablar de acuerdo a los dictados de nuestra conciencia de pastores...'

23-1-84 Mons. Carlos Mariano Pérez (Salta): '...hay que erradicar a las Madres de Plaza de Mayo y a los organismos de derechos humanos que pertenecen a una organización internacional, lo mismo hay que terminar con la exhumación de cadáveres NN que es una infamia para la sociedad...'

30-7-84 P. Christian Von Wernich (capellán de la Policía de Bs. As, actual párroco en Bragado). Declaraciones a la revista 'Siete Días': '... que me digan que Camps torturó a un negrito que nadie conoce, vaya y pase, pero cómo iba a torturar a Jacobo Timerman, un periodista sobre el cual hubo una constante y decisiva presión mundial... que si no fuera por eso!...'

21-5-85 Mons. Plaza. Declaraciones sobre el juicio a los excomandantes: '...es una revancha de la subversión y una porquería. Se trata de un Nuremberg al revés, en el cual los criminales están juzgando a los que vencieron al terrorismo...'

5-7-86 Misa de FAMUS, en Córdoba: '...los seudohéroes que encarnan la revolución francesa en nuestra patria desintegran la tradición hispanoamericana; la trilogía francesa de igualdad, libertad, fraternidad es totalmente subversiva...'

2-8-86 P. Manuel Beltrán Misa de FAMUS: '...con la democracia llegó el destape anticlerical, el auge de la droga, la delincuencia y la pornografía...'

23-10-91 Crónica de La Nación 'Todos se sintieron llamados por el Papa. Festejo en la Nunciatura': 'El presidente Menem y el nuncio apostólico Ubaldo Calabresi brindaron con champaña por los trece años del papado de Karol Wojtyla. A cincuenta metros del sillón Luis XV en el que hablaban los dos, los ex presidentes Videla y Viola mantenían un diálogo junto a los ventanales de la Nunciatura. En el mismo salón conversaban Leopoldo Galtieri, Basilio Lami Dozo y Emilio Massera. La senadora Saadi conversaba con el obispo Jorge Casaretto y después con Gerardo Sofovich...'

7-3-95 Mons. Emilio Bianchi di Cárcano - Vicepresidente CEA. Declaraciones: '...si algún capellán aprobó la desaparición física de personas o sostuvo que la Iglesia la apoyaba, pecó gravemente...'

8-3-95 Declaración de la CEA: '...si algún miembro de la Iglesia hubiera avalado con su recomendación o alguno de esos hechos, habría actuado bajo su responsabilidad personal, errando o pecando gravemente contra Dios, la humanidad y su conciencia...'

25-4-95 Mons. Carmelo Giaquinta (Resistencia): 'Cuando ni una mosca se movía en la Argentina y los partidos políticos estaban todos silenciados, la Iglesia tuvo documentos vehementes... aunque faltaron gestos concretos que acompañaran esas palabras...'

27-4-95 Mons. Pío Laghi. Declaraciones desde EE.UU.: '¿Cómo iba a suponer que estaba tratando con monstruos, capaces de arrojar personas desde los aviones y otras atrocidades semejantes? Se me acusa de delitos espantosos por omisión de ayuda y de denuncia cuando mi único pecado era la ignorancia de lo que realmente sucedía...' '...Cuando la muerte del obispo Angelelli, le hablé al general Suárez Mason pidiendo un avión para ir a La Rioja, diciéndole que quería saber la verdad, si eran ellos los que lo habían matado. Me dijo que no, que era un accidente y lo mismo me repitió el cardenal Primatesta, que fue conmigo a La Rioja...'

2-5-95 Mons. Edgardo Storni (Santa Fe). Declaraciones: '...La Iglesia no necesita hacer ningún examen de conciencia, y mucho menos pedir perdón a la sociedad argentina...'

Documento Nº 2: Voces de la otra iglesia: Declaraciones de obispos y sacerdotes que se opusieron a los crímenes

15-5-83 Mons. Miguel Esteban Hesayne (Viedma): '...debemos predicar el compromiso para cooperar en la construcción de una nueva sociedad, en la civilización del amor. Y esa civilización del amor pasa por la defensa de los derechos humanos, por la preferencia por los más pobres, y por la liberación de los oprimidos...'

13-8-85 Mons. Jorge Novak (Quilmes). Declaraciones: '...no puede, no debe esperarse de la Iglesia otra actitud que la de alentar la acción de la justicia. No hay término medio, o corremos solidariamente la suerte del hombre apremiado por la injusticia, o nos hacemos cómplices del opresor...'

20-8-89 Mons. Jaime De Nevares (Neuquén). Homilía ante el posible indulto: '...no hay paz sin justicia y no hay justicia en la impunidad. La impunidad trae el debilitamiento de las instituciones y abre las puertas a la dictadura. De donde se deduce claramente, hermanos, que es nuestro deber de cristianos y de argentinos, de patriotas, convocarnos para luchar contra una infame claudicación llamada indulto...'

15-4-95 Mons. Miguel Esteban Hesayne (Viedma). Declaraciones: '...se ha comido con los torturadores, los hemos recibido en la C. E. A para que se disculparan, o mejor dicho para que trataran de engañarnos diciendo que eran simplemente exceso. Y por otra parte no quisimos recibir a las madres de los desaparecidos que durante todo un día, bajo la lluvia, estuvieron a las puertas de la Asamblea Plenaria del Episcopado. Y como decíamos con otro obispo, ¿qué estará diciendo Jesucristo, en este momento, en que no recibimos el clamor de las madres?.. ' '...FF.AA. que torturan no saldrán impunes ante Dios creador...'

28-4-95 Mons. Jorge Novak (Quilmes). Declaraciones: '...Debemos pedir perdón a Dios y a la sociedad en nombre de la Iglesia por nuestra cobardía, por nuestras omisiones, por nuestras complicidades...'

11-5-95 P. Rubén Capitanio (Villa La Angostura. Neuquén). Declaraciones: '...La Iglesia, fundamentalmente su jerarquía episcopal, fue cómplice del genocidio vivido en la Argentina durante la dictadura militar porque no hizo todo lo que podía para evitar semejante atrocidad social... la Iglesia es responsable de miles de vidas, no porque las haya matado sino porque no las salvó. Tenía herramientas para presionar y parar la masacre. ¿Cómo? Diciendo que no se iba a tolerar un desaparecido más, por lo tanto que detuvieran ya los secuestros y la represión. Hubiéramos tenido miles de presos políticos pero vivos...'

12-95 P. Hernán Benítez (en respuesta a Quarracino y su manto de olvido, parafraseando a San Gregorio Magno): '...Quienes prudentes y silenciosos contemplan a los asesinos se vuelven cómplices de sus asesinatos. Porque tan criminal es el que mata como el que calla ante el que mata...'
Mons. Quarracino respondió: '...San Gregorio no hubiera escrito eso si el emperador, por asesino que fuera, le hubiera estado construyendo gratis la Basílica de San Pedro...'
A lo que el P. Benítez respondió: '...La última dictadura militar mató a 30.000 personas, fríamente, planificadamente. A la monstruosidad de ultimar sin proceso ni defensa se le sumó el sacrilegio de negarles sacerdote, confesión, eucaristía, extremaunción. Y la Iglesia presenció impávida el atropello a Dios en sus hijos, con un silencio que pone frío en el alma...'
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    Iglesia Católica niega haber sido cómplice de la última dictadura militar argentina


    El condenado dictador argentino, Rafael Videla, recibiendo la hostia
    La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) rechazó que haya habido complicidad entre la institución y el último gobierno de facto, y llamó a “promover un estudio a fin de seguir buscando la verdad”.
    Fue a través de un documento firmado por los obispos que participaron de la 104° Asamblea Plenaria en El Cenáculo, en la localidad bonaerense de Pilar, en el que se refirieron a declaraciones del ex dictador Jorge Rafael Videla, que tiempo atrás denunció que el Episcopado asesoró a la Junta Militar por los desaparecidos.
    “Algunas afirmaciones recientes, a partir de las declaraciones de Videla, atribuyen a quienes entonces conducían el Episcopado, alguna complicidad con hechos delictivos. Que haya habido una suerte de connivencia es totalmente alejado de la verdad”, señalaron.
    La máxima institución del catolicismo en la Argentina admitió que pese a que “han pasado muchos años, siguen surgiendo interrogantes acerca de los hechos ocurridos, y de la responsabilidad que tuvieron personas e instituciones”.
    La CEA también afirmó que les “queda la preocupación por completar un estudio demorado pero necesario” sobre lo que sucedió durante la dictadura.
    Los integrantes de la Asamblea Plenaria además pidieron “perdón” a quienes se sintieron “defraudados” o “no acompañados” durante esos años.
    “No podemos ni queremos eludir la responsabilidad de avanzar en el conocimiento de esa verdad dolorosa y comprometedora para todos”, señalaron, y se mostraron “comprometidos a promover un estudio más completo de esos acontecimientos, a fin de seguir buscando la verdad”.
    “Además, exhortamos a quienes tengan datos sobre el paradero de niños robados, o conozcan lugares de sepultura clandestina, que se reconozcan moralmente obligados a acudir a las autoridades pertinentes”, señaló el documento.
    Los obispos, también manifestaron que “es necesario el reconocimiento de cuanto sea deplorable, el arrepentimiento de quienes sean culpables, y la reparación en justicia de los daños causados”.
    “Cuando la justicia es demasiado largamente esperada, deja de ser justicia, y agrega dolor y escepticismo. Reiteramos el pedido de perdón a quienes hayamos defraudado o no acompañado como debimos”, concluyó el comunicado.
    Víctimas del terrorismo de Estado y organizaciones de derechos humanos denuncian hace varios años la complicidad de integrantes de la Iglesia con la dictadura: hasta el momento, el único miembro que fue sentenciado fue el ex capellán de la policía bonaerense, Christian Von Wernich, aunque la Iglesia nunca lo sancionó.
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    Israel

    “Sin duda alguna, un día Rusia atacará a Israel, lo dice la Torá”: Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel 1996-1999

    Desde el punto de vista profético, Israel es el “reloj” de Dios, el cronómetro que nos dice cuán cerca ó lejos estamos de que concluyan los actuales tiempos de las naciones y de la Iglesia, y comiencen los tiempos mesiánicos del Reino de Cristo.

    Precisamente por eso, por los acontecimientos que estamos presenciando, podemos estar seguros de que el mundo está a punto de cambiar abrupta y drásticamente, a partir de circunstancias que afectarán a judíos, cristianos y musulmanes, en primer término, pero también a las demás religiones de la Tierra.

    Los judíos esperan la venida del Mesías por primera vez, los cristianos lo esperamos en su segunda venida. Ese grandioso advenimiento estará precedido por una serie de hechos mediante los cuales Dios irá preparando a la humanidad entera. Próximamente, Dios romperá el silencio que ha guardado hasta ahora respecto al pueblo judío, y volverá a actuar directa y portentosamente como lo hizo con prodigios admirables en el pasado.

    Toda la historia de Israel está caracterizada por diversos momentos de castigo y silencios divinos, siempre debidos a las infidelidades del pueblo adoptado por Él. Las Escrituras recalcan que las deportaciones y dominaciones (de Egipto, Babilonia, Persia, Grecia, Roma) fueron permitidas por Dios en vista de que los suyos quebrantaban la alianza. De suyo, esa dramática historia de correctivos por parte de Dios es la prueba indirecta de que efectivamente son el pueblo elegido, pues lo son con pesar de eso mismo.

    El último de los castigos de Dios sobrevino en el año 70 de nuestra era por haber rechazado a su propio Hijo. El Emperador romano Tito Flavio Vespasiano ordenó la destrucción total de Jerusalén, obligando a los judíos a abandonar la tierra prometida y a emigrar a todo el mundo. Del Templo, como lo predijo el mismo Jesucristo, no quedó “piedra sobre piedra”.

    Así, el último de los silencios de Dios respecto de los judíos, el presente, es el que va desde la extraordinaria manifestación divina el día de Pentecostés, hasta el toque de la primer trompeta del Apocalipsis. Se trata del silencio divino más largo de la historia.

    Ahora bien, el profeta Ezequiel predijo que, después de la dispersión, los israelitas volverían a reunirse en la tierra prometida: “He aquí que tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones a donde se fueron, y los reuniré y los traeré a su tierra” (Ez 37, 21). Esa profecía se cumplió el 14 de mayo de 1948. A partir de entonces comenzaron formalmente los así llamados “últimos tiempos”.

    En el Antiguo Testamento, la atención de Dios se centraba en los judíos y su presencia en la tierra prometida bajo la ley que Dios dio a Moisés. En el Nuevo Testamento, Dios guarda silencio respecto a su pueblo y su atención se centra en la Iglesia, ofreciendo la salvación a todos los gentiles.

    Cuando el llamado de Dios a formar parte de la Iglesia se haya completado, el tiempo de gracia terminará, Dios removerá a la Iglesia fiel mediante la primera resurrección y el Arrebato de los fieles, y se volverá a concentrar en su plan de salvación sobre los judíos.

    Gracias al profeta Ezequiel sabemos de qué manera Dios romperá su silencio, antes de que inicie el periodo de la Gran Tribulación. Él describe una batalla, comúnmente conocida como la “Guerra de Gog y Magog”, en que Dios destruirá portentosamente a una alianza de invasores que atacarán Israel, así como a las naciones de donde vinieron esos ejércitos.

    La Guerra de Gog y Magog es un conflicto único en su cronología, en su propósito, en sus características y efectos sobre Israel y sobre el mundo entero.

    Ezequiel predijo que, después de reunidos nuevamente en la tierra prometida, al final de los tiempos, los israelitas serán atacados por los enemigos del norte (países árabes) juntamente con Rusia: “He aquí que estoy contra ti, Gog, príncipe soberano de Mésec y Tubal (actual Rusia) (…) te sacaré con todo tu ejército (…) Con ellos están Persia (Irán), Cus (Etiopía) y Fut (Libia), todos ellos armados con escudo y yelmo. Gómer, con todas sus tropas, y la casa de Togarma (Turquía), desde el lejano norte con todas sus tropas y muchos pueblos contigo (...) Después de muchos años invadirás un país salvado de la espada, reunido de muchos pueblos a los montes de Israel (…) En los últimos días atacarás a mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra” (Ez 38, 3-8, 16).

    A lo largo de los capítulos 38 y 39, los nombres de Gog y Magog son utilizados en forma conjunta como título que denomina la combinación de un gran adversario de Dios: Gog como un “príncipe”, y Magog como un país ó región. Dos veces utiliza “Magog” para indicar el territorio de donde es originario el líder denominado “Gog”, que en hebreo antiguo significa “encumbrado”. Al mencionar a Gog como proveniente del “lejano norte”, Ezequiel parece estar denotando el nivel máximo de autoridad dentro de una alianza de naciones de lo que hoy son las ex repúblicas soviéticas, territorio del antiguo reino de Anatolia y más allá del Cáucaso.

    Esa guerra mundial, en la que varios países se unirán para atacar a Israel concluirá, dice Ezequiel, con una portentosa intervención divina que frustrará la invasión. Meses después tendrá lugar el falso acuerdo de paz firmado por el personaje a quien el profeta Daniel llamó la “cuarta bestia”(denominado por San Juan como el “Anticristo”), el cual dominará el mundo durante siete años: “por otra semana sellará un pacto con muchos” (Dn 9, 27). Jesucristo llamó a ese periodo la “Gran Tribulación” y es la etapa en que la humanidad será purificada y preparada para su Retorno glorioso, acontecimiento que cierra los tiempos de la Iglesia y de las naciones, y da inicio a los nuevos tiempos mesiánicos del Reino de Dios en la Tierra.

    La guerra contra Israel descrita por Ezequiel, y que es previa a los siete años de la Gran Tribulación, será abortada por una acción directa de Dios: “Sobre los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos que fueron contigo (…) Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel” (Ez 39, 4, 7).

    El profeta nos dice que los ejércitos que atacarán Israel serán derrotados de forma milagrosa y deslumbrante: mediante un gran terremoto (Ez 30, 19); por tempestad, enormes granizos, fuego y azufre (Ez 38, 22); y por una confusión masiva en la que los agresores comenzarán a matarse entre sí (Ez 38, 21).

    Esa intervención divina para proteger a Israel revivirá en los judíos la conciencia de la elección, pero los confundirá al creer que el líder ruso aniquilado era la cuarta bestia de Daniel, y que el promotor de la paz es el Mesías.

    Cabe mencionar que la guerra mundial descrita por Ezequiel no es, como erróneamente se piensa a veces, la batalla de Armagedón, la cual será otra campaña militar que se librará hacia el final de la Gran Tribulación, una vez que el Anticristo haya roto el acuerdo de paz y se vuelva contra los mismos judíos. La campaña de Aramagedón es descrita por el apóstol San Juan en el libro del Apocalipsis (Ap 16, 12-16), y es la que propiciará la Parusía, pues Jesús en persona volverá para salvar a Israel de la destrucción que le pretenderá infligir el Anticristo.

    Con todo, a la Guerra de Gog y Magog también se le puede llamar “de Armagedón” porque también tendrá lugar en el valle de Armagedón, llanura de Meguido, al norte de Israel, pero claramente difieren una de otra, en el tiempo y en sus características.

    Los siete años de la Gran Tribulación, también conocida como la “setenta semana de Daniel” (por ser el período que falta a la profecía de las 70 semanas, de las cuales ya se cumplieron 69 semanas), son dos partes divididas en tres años y medio, de 1260 días exactos cada mitad (Ap 12, 14; 13, 5; Dn 7, 21).

    Es a mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio de iniciada la Gran Tribulación, cuando el Anticristo romperá el falso acuerdo de paz, proscribirá el sacrificio divino, y desatará la persecución contra todos los que no se sometieron a su gobierno: “a mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación; y en el ala del Templo habrá abominaciones desoladoras hasta el final, cuando la ruina decretada se derrame sobre el desolador” (Dn 9, 27).

    Previsiblemente, la Guerra de Gog y Magog será posterior a un ataque previo de Israel contra Siria. Ese embate, que fue profetizado por Isaías, aparentemente refleja una agresión nuclear, ya que la capital siria será completamente destruida: “He aquí que Damasco dejará de ser ciudad; será un montón de ruinas. Cesará el reino de Damasco, y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Yahvé de los ejércitos” (Is 17, 1-3; 9). También Jeremías y Amós señalan que Damasco será destruida por el fuego (Jr 49, 23-27; Am 1, 3-5).

    Isaías establece una relación entre la devastación del Líbano (Is 10, 23-25; 34) y la total destrucción de Damasco. Ambas naciones son asirias, y el Líbano ha estado esencialmente bajo control de Siria.

    La Guerra de Gog y Magog traerá cambios significativos para Israel, para Medio Oriente y para el mundo entero.

    Israel atravesará por un proceso de limpiar y enterrar los cadáveres de sus enemigos que durará siete meses (Ez 39, 11-16). Algunos estudiosos sugieren que la mención explícita de Ezequiel de “siete meses” pudiera ser para indicar el tiempo que tardará en iniciar la Gran Tribulación después de la Guerra de Gog y Magog, es decir, del momento en que el Anticristo firmará el falso acuerdo de paz.

    Con la intervención divina en la Guerra de Gog y Magog, Israel se despertará espiritualmente a Dios, al Dios de los milagros del Antiguo Testamento. Los judíos se congregarán festivos en Israel mientras las naciones que pretendieron atacarla llorarán sus bajas.

    Israel expandirá sus fronteras, readquirirá control total sobre Jerusalén y reconstruirá el Templo.

    El fin último del fundamentalismo islámico de borrar a Israel del mapa y dominar el mundo mediante la ley islámica será innegablemente rechazado por Dios.

    Las naciones de Medio Oriente y muchas personas reconocerán abiertamente al Dios de Israel.

    Erróneamente, el mundo entero proclamará que la guerra ocurrida fue la batalla de Armagedón, que el milenio de bienestar ha comenzado, y que el nuevo líder surgido de las cenizas del conflicto mundial es el Mesías esperado.

    Pero en realidad, lo que habrá empezado es el engaño supremo, y la batalla final entre el bien y el mal, entre el ungido de Satanás y el verdadero Mesías, el cual volverá siete años después, al final de ese periodo de tribulación.

    Por más violento y corrupto que percibamos al mundo en la situación actual, por más ausente y silencioso que Dios nos parezca respecto a esta situación, la verdad es más que clamorosa. El silencio de Dios durante esta era se puede comparar a la quietud que precede la tempestad. La tempestad será el cumplimiento del período de juicios de Dios conocido en las profecías como “el Día del Señor”.

    Dios no permanecerá silencioso por siempre. En palabras de Isaías, “Por amor de Sión no he de callar, por amor de Jerusalén no he de estar silencioso” (Is 62, 1).

    El enfoque de la profecía de Gog y Magog es significativamente la implicación de Dios en primera persona. Él no usará a personas como Moisés ó Aarón contra el faraón egipcio, como tampoco existe referencia aquí a los dos testigos de San Juan (otra razón que lleva a concluir que ésta guerra es previa a la 70 semana de Daniel).

    Al inicio de los dos capítulos 38 y 39, Dios declara “He aquí que estoy contra ti, Gog...” Dios mismo en persona se muestra airado contra Gog y su alianza de naciones por estar en su contra. Y Dios mismo es quien lo provoca para salir de Magog y dirigirse contra Israel, haciéndolo caer en la trampa: “Yo te haré dar media vuelta (...) y te haré salir con todo tu ejército” “Yo mismo te traeré contra mi pueblo”.

    Algunos autores opinan que la referencia a dar media vuelta y ser traído “con garfios en las quijadas”denotan la referencia a Gog ó Rusia resistiéndose a entrar en la guerra, pero finalmente siendo arrastrada por la coalición de naciones musulmanas.

    La apertura del primer sello pudiera tener relación con el Anticristo, ya que su forma de adquirir prestigio internacional es por sus conquistas de guerra.
    READ MORE - Israel

    Reino de Cristo

    A lo largo del Antiguo Testamento, el pueblo elegido vivió en la expectativa del Mesías, el cual habría de venir para restablecer a Israel y fundar su reinado universal en esta tierra.

    No entendieron, a pesar de que los profetas lo repitieron una y otra vez, que antes de esa venida gloriosa y reinante habría una venida previa, no en su índole de realeza, sino en su condición humilde y sufriente, y de aparente derrota final en la cruz.

    Hoy día, a los cristianos nos pasa exactamente al revés. Aceptamos que Jesús de Nazaret fue el Mesías esperado, pero se nos ha olvidado la promesa de que tiene que volver para regir el orbe con justicia y los pueblos con rectitud, desde una Jerusalén de dominio espiritual universal aceptado por todos los pueblos.

    Es cierto que Él reina ya, desde la Eucaristía, en los corazones de los fieles viadores y en los salvos del Cielo, pero se tiene que cumplir la promisión esencial de su reinado sobre las naciones, desde un Israel restaurado convertido a Él hacia el final de la Gran Tribulación, reinado en el que se llevarán a cumplimiento todas las bienaventuranzas.

    Ese es el centro de todo el mensaje de la Redención, y es la primera promesa que Dios le hace a María al momento de la Anunciación: “He aquí que darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin (Lc 1, 27).

    Para una joven judía de esa época la promesa era perfectamente entendible, no necesitaba interpretación alguna, y sabía exactamente a qué se referían las palabras del ángel.

    Es lamentable la falta de conocimiento de estos temas. La teología y la filosofía deberían en este momento estar disertando sobre qué cambios sufrirá la naturaleza humana con la llegada del Milenio, pues es un hecho que no solo Jerusalén y la Iglesia serán restauradas, sino también la persona humana misma, cuasi recobrando así el estado primigenio: “Todos seremos transformados” (I Cor 15, 51).

    Esta es la esperanza que nos debe animar continuamente, estamos asistiendo no al fin del mundo, sino a la más grandiosa renovación de la humanidad, estamos en un nuevo adviento esperando el triunfo del bien y el Retorno del Señor de la historia, la gloriosa Parusía de Jesús.
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    El Nazismo y la Iglesia Católica


    El Nazismo y la Iglesia Católica

    Arzobispo Freidrich Coch y Nazis, Dresden 1933


    Aunque la Iglesia Católica se ha querido desmarcar fuertemente del Nazismo y el Papa Benedicto XVI ha condenado duramente el nazismo durante una visita a una sinagoga alemana, no podemos cerrar los ojos a la historia y ver que fue lo que realmente ocurrió en esos funestos años. Traemos 2 análisis, uno por el filósofo Michael Onfray y el otro por el escritor John Cornwell sobre la relación de la Iglesia con el Nazismo antes y durante la Segunda Guerra Mundial.

    "Estamos convencidos de que la gente necesita y requiere esta fe. Por lo tanto hemos llevado a cabo la lucha contra el movimiento ateo, y esto no sólo con unas pocas declaraciones teóricas: lo hemos aplastado."
    (Adolf Hitler, en un discurso en Berlín, 24 de octubre de 1933).

    Con estas palabras, Hitler asumía que su lucha por alcanzar y obtener poder también involucraba a la fe religiosa de las personas. Hitler mismo declaró: "Aprendí mucho de la orden de los jesuitas. Hasta ahora, nunca ha existido en la tierra nada más grandioso que la organización jerárquica de la Iglesia Católica. Yo transferí a mi partido mucho de esta organización".

    Pero ahora revisaremos la actuación del Papa Pío XII y la Iglesia Católica durante el Nazismo y la Segunda Guerra Mundial. Es un tema muy controversial, pero no podemos negar el conocimiento a los hechos que sucedieron. Desde los años 20, la Iglesia condenó al nazismo y en las elecciones de 1932, Hitler fue rechazado en las urnas en las regiones católicas como Baviera. Entre 1933 y 1936, El Vaticano dirigió a Berlín 34 notas oficiales en las que tachaba de total aberración la ideología hitleriana.

    Obispo Ludwig Muller y Nazis


    Hubieron muchos héroes católicos que murieron en campos de concentración, uno de ellos fue el Padre Maximiliano de Kolbe, quien murió de hambre en el campo de exterminio de Auschwitz, dando su vida por otro prisionero que había sido condenado a moris de esa forma. También tenemos al Cardenal Faulhaber que condenó la persecución a los judios en los años 30. Los nazis pidieron que sea asesinado. En 1936 la policía confiscó sus sermones y luego fue presionado por los nazis con manifestaciones. Durante la guerra se siguió manifestando en contra de los nazis y elevando su voz sin miedo en defensa de los judíos.

    Pero en general, al empezar la escalada nazi, se puso en práctica un pacto entre el partido nazi y la Iglesia Católica, en la cual, la mayoría de la Iglesia colaboró con su silencio, y el nazismo dejaría a la Iglesia sobrevivir, al menos por esos años. A ese pacto se le llamó "Concordato". El concordato hecho entre el Vaticano y Hitler, era para acordar que la Iglesia no se iba a entrometer de manera oficial en la politica Nazi y de ningun pais ocupado por ellos, a cambio Hitler desistiria de formar una religión propia, además también evitaban que los nazis tomaran a los católicos como enemigos.

    Ahora sabemos, gracias a algunos eclesiásticos fieles a los derechos humanos, mediante los documentos soltados, los secretos que se ocultaron en ese tiempo. En ellos se describen claramente todo lo que la Iglesia calló para sobrevivir mientras otros fueron asesinados.

    ¿Donde estuvo la Iglesia Católica en esos tiempos que mas se necesitaba de ella?.
    Susan Zuccotti en su libro “Under his very windows”, descubrió que clérigos y laicos católicos desafiaron a nazis proveyendo de comida, ropa y cobijo a los judíos y otros refugiados en toda Italia. Como resultado de esto, mientras que aproximadamente el 80 por ciento de los judíos europeos perdieron la vida durante la Segunda Guerra Mundial, el 85 por ciento de los judíos italianos sobrevivieron a los nazis. Pero Zucotti no le da crédito de esto al Papa por no encontrar directrices dadas por el pontífice a los católicos.

    El cardenal Karl Lehmann presentó en Maguncia un estudio que ilustra el papel de la Iglesia de Roma en el sistema nazi de trabajos forzados durante la II Guerra Mundial. Entre seis y ocho mil esclavos judíos trabajaron para ella. Y la Iglesia se benefició con esa esclavitud.

    El historiador Karl-Joseph Hummel, que ha editado este informe, describía las dificultades de los católicos bajo el nazismo. “Mediante contratos con el Ejército, los monasterios y otras instituciones evitaban las posibles expropiaciones” de un régimen hostil. Para cumplir estos contratos en medio de la guerra, la Iglesia recurrió a los trabajadores forzados puestos a su disposición por los nazis como “medida de autodefensa”. El catedrático de la Universidad Libre de Berlín Wolfgang Wippermann destacaba la “estrecha relación” entre la Iglesia católica y la Comisión de Historia que ha guiado el estudio. Para él “tiene como meta la justificación de algunos comportamientos del Vaticano respecto a la Alemania de Hitler”.

    Hitler y Obispo Ludwig Muller. Muller se suicidó al termino de la Segunda Guerra Mundial


    Se calcula que el Tercer Reich entregó a sus empresas colaboradoras cerca de ocho millones de trabajadores forzosos. Los que fueron entregados a instituciones eclesiásticas eran en cierto modo los más afortunados, puesto que fueron empleados en labores de cocina, limpieza o agrícolas.

    La realidad de todo esto es que el Papa Pío XII fue criticado durante décadas por no hacer nada para salvar a los judíos durante la matanza nazi. Seis millones de judíos fueron exterminados en campos de concentración por parte de los alemanes y sus aliados en la guerra.
    El Vaticano ha tratado de defender la memoria del Papa, señalando que si bien éste nunca denunció en público el genocidio, practicó una diplomacia silenciosa a fin de salvar discretamente a miles de judíos.

    A continuación, 2 análisis sobre lo que sucedió en esta época, uno, por el escritor John Cornwell y el siguiente por el filósofo Michael Onfray.


    John Cornwell, periodista y escritor inglés, hace un analisis que es considerado muy controversial, sobre la relación Iglesia - Nazismo:



    Siempre estuve convencido de que la evidente santidad de Eugenio Pacelli (aún no era el Papa Pío XII), era una prueba de su buena fe. ¿Cómo podría haber traicionado a los judios un Papa tan Santo?. Pedí acceso a documentos cruciales, asegurándoles a sus custodios que estaba del lado de mi investigado: en un libro titulado Un ladrón en la Noche, yo había defendido al Vaticano contra cargos del asesinato del Papa Juan Pablo I por sus pares.

    Dos oficiales me permitieron acceder al material secreto: declaraciones bajo juramento que se juntaron hace treinta años para avalar el proceso de canonización de Pacelli y el archivo de la Secretaría de Estado del Vaticano. También recurrí a fuentes alemanas en relación con las actividades de Pacelli en Alemania durante las décadas del ´20 y del ´30, incluídos sus contactos con Adolf Hitler.

    A mediados de 1997 me encontré en un estado de shock moral. El material que había juntado no apuntaba a una exoneración sino a una acusación aún más escandalosa. La evidencia era explosiva, Mostraba por primera vez que Pacelli era abiertamente, y según sus propias palabras, antisemita.

    Pacelli llegó al Vaticano en 1901, a la edad de 24 años, reclutado para especializarse en cuestiones internacionales y derecho canónico. Colaboró con su superior, Pietro Gasparri, en la reformulación del Código de Derecho Canónico que se distribuyó en 1917 a los obispos católicos de todo el mundo.

    A la edad de 41 años, ya arzobispo, Pacelli partió hacia Munich como nuncio papal para comenzar el proceso de eliminar los desafíos legales a la nueva autocracia papal y procurar un tratado entre el papado y Alemania como un todo, que reemplazará todos los arreglos locales y se convirtiera en un modelo de las relaciones entre la Iglesia Católica y los Estados.

    Obispos catolicos haciendo el saludo Nazi en honor a Hitler.


    En mayo de 1917 recorrió Alemania, destruída por la guerra, ofreciéndo su caridad a gente de todas las religiones. Sin embargo, en una carta al Vaticano, reveló tener menos amor por los judíos. El 4 de septiembre le informó a Gasparri, que era cardenal secretario de estado en el Vaticano, que un doctor Werner, el rabino jefe de Munich, se había acercado a la nunciatura para rogar un favor. Con el fin de celebrar Succoth, los judíos necesitaban hojas de palmeras, que normalmente llegaban de Italia. Pero el gobierno italiano había prohibido la exportación, vía Suiza, de unas palmeras que los judíos habían comprado y que estaban retenidas en Como. “La comunidad israelita – continuaba Pacelli – busca la intervención del Papa con la esperanza de que abogue a favor de los miles de judíos alemanes”.

    Pacelli le dijo a Gasparri que no le parecía apropiado que el Vaticano “los ayudara en la práctica de su culto judío”. Gasparri respondió que confiaba completamente en la “astucia” de Pacelli, coincidiendo con que no sería apropiado ayudar al rabino Werner.

    Dieciocho meses mas tarde reveló su antipatía por los judíos de una manera más abiertamente antisemita, cuando estuvo en el centro de una revuelta bolchevique en Munich. En una carta a Gasparri, Pacelli describió a los revolucionarios y a su líder, Eugenio Levien: “Un ejército de trabajadores corría de un lado a otro, dándo órdenes, y en el medio, una pandilla de mujeres jóvenes, de dudosa apariencia, judías como todos los demás”, daba vueltas por las salas con sonrisas provocativas, degradantes y sugestivas. La jefa de esa pandilla de mujeres era la amante de Levien, una jóven mujer rusa, judía y divorciada. (…..) Este Levien es un hombre jóven, de unos 30 o 35 años, también ruso y judío. Pálido sucio, con ojos vacíos, voz ronca, vulgar repulsivo, con una cara a la vez inteligente y taimada”.

    Hitler que había logrado su primer gran triunfo en las elecciones de 1930, quería un trato con el Vaticano porque estaba convencido de que su movimiento sólo podía tener éxito si se eliminaba al catolicismo político y sus redes democráticas. Luego de su ascenso al poder en enero de 1933, Hitler hizo una prioridad de su negociación con Pacelli.

    El Concordato del Reich le garantizó a Pacelli el derecho a imponer un nuevo Código de Leyes Canónicas sobre los católicos de Alemania. A cambio, Pacelli colaboró en el retiro de los católicos de la actividad política y social. Luego Hitler insistió en la disolución “voluntaria” del Partido Central Católico Alemán”.

    Cardenal Bertram en una procesión funeraria, marzo 7 del 1935. 


    Los judios fueron las primeras víctimas del Concordato: luego de su firma , el 14 de julio de 1933, Hitler dijo a su gabinete que el tratado había creado una atmósfera de confianza “especialmente significativa en la lucha urgente contra el judaísmo internacional”. Aseguraba que la Iglesia Católica le había dado su bendición pública, en el país y afuera, al nacional – socialismo, incluída su posición antisemita.

    Durante los años ´30, a medida que el antisemitismo nazi crecía en Alemania, Pacelli no se quejó ni siquiera en nombre de los judios convertidos al catolicismo: para él, era cuestión de política interna.

    En enero de 1937, tres cardenales y dos obispos alemanes viajaron al Vaticano para pedir una vigorosa protesta contra la persecución nazi de la Iglesia Católica, a la que se le habían suprimido todas las formas de actividad con excepción de los servicios religiosos. Finalmente, Pío XI decidió lanzar una encíclica, escrita bajo la dirección de Pacelli, donde no había ninguna condena explícita al antisemitismo.

    En el verano de 1938, mientras agonizaba, Pio XI se preocupó por el antisemitismo en Europa y encargó la redacción de otra encíclica dedicada al tema. El texto que nunca vió la luz del día, se descubrió hace poco. Lo escribieron tres jesuitas, pero presumiblemente Pacelli estuvo a cargo del proyecto. Se iba a llamar Humani Generis Unitas (La unión de las raza humana) y, a pesar de sus buenas intenciones, está lleno de un antisemitismo que Pacelli había mostrado en su primer estadía en Alemania. Los Judios, dice el texto, eran responsables de su destino, Dios los había elegido, pero ellos negaron y mataron a Cristo. Y “cegados por su sueño de triunfo mundial y éxito materialista” se merecían “la ruina material y espiritual” que se habían echado sobre sí mismos.



    El documento advierte que defender a los judíos como exígen “los principios de humanidad cristianos” podría conllevar el riesgo inaceptable de caer en la trampa de la política secular. La encíclica llegó a los jesuitas de Roma a fines de 1938; hasta el día de hoy, no se sabe por qué no fue elevada a Pío XI. Pacelli, convertido en Papa el 12 de marzo de 1939, sepultó el documento en los archivos secretos y les dijo a los cardenales alemanes que iba a mantener relaciones diplomáticas normales con Hitler.

    Pacelli conoció los planes nazis para exterminar a los judíos de Europa en enero de 1942. Las deportaciones a campos de exterminio habían comenzado en diciembre de 1941. A lo largo de 1942, Pacelli recibió información confiable sobre los detalles de la solución final provista por los británicos, franceses y norteamericanos en el Vaticano.

    El 17 de marzo de 1942, representantes de las organizaciones judías reunidos en Suiza le enviaron un memorándum a través del nuncio papal en Berna, donde detallaban las violentas medidas antisemitas en Alemania, en sus territorios aliados y en zonas conquistadas. El memo fue excluído de los documentos de la época de la guerra que el Vaticano publicó entre 1965 y 1981.

    En septiembre de 1942, el presidente norteamericano Franklin Roosevelt envió a su representante personal, Mylon Taylor, a que le pediera a Pacelli una declaración contra el exterminio de los judíos. Pacelli se negó a hablar porque debía elevarse sobre las partes beligerantes.

    El 24 de diciembre de 1942, finalmente, Pacelli habló de “aquellos cientos de miles que, sin culpa propia, a veces sólo por su nacionalidad o raza, reciben la marca de la muerte o la extinción gradual”. Esa fue su denuncia pública mas fuerte de la solución final.

    Pero hay algo peor. Luego de la liberación de Roma, Pio XII pronunció su superioridad moral retrospectiva por haber hablado y actuado a favor de los judíos. Ante un grupo de palestinos, dijo el 3 de agosto de 1946:

    “Desaprobamos todo uso de fuerza (….) como en el pasado condenamos en varias ocasiones las persecuciones que el fanatismo antisemita infligió al pueblo hebreo”. Su autoexculpación grandilocuente un año después del fin de la guerra demostró que no sólo fue Papa ideal para la solución final nazi, sino que también un hipócrita.

    Sobre John Conrwell

    El periodista y escritor inglés John Cornwell, es conocido por varios libros sobre el Papado. Ultimamente ha estado mas abocado a las ciencias y humanidades. Su libro "Un ladrón en la noche" de 1989, investiga la muerte en 1978 del Papa Juan Pablo I, muerte que fue rodeada de muchas teorías de conspiración. Aunque el atribuye la muerte a una embolia pulmonar posiblemente como resultado de una negligencia y sobretrabajo. En 1999, Cornwell publica "El Papa de Hitler", en el cual acusa al Papa Pio XII en ayudar a legitimar el régimen nazi a través de un Concordato para permanecer en silencio durante el Holocausto. Despues del libro, Cornwell dijo que es imposible juzgar los motivos del silencio del Papa durante la guerra, mientras Roma estuvo bajo el yugo de Mussolini y luego ocupado por Alemania.

    Sobre el "Papa de Hitler", inició un estudio sobre Pio XII con el aval de la Iglesia con la idea de intentar lavar su imagen. El tema era Pío XII y la Segunda Guerra Mundial. Pero sus investigaciones lo llevaron a volver a plantearse la dirección de sus ideas ya que lo que descubrió fue muy aterrador, asi que sus escritos pasaron a hacer una crítica por lo que sucedió en esos años. En el prólogo del libro "El papa de Hitler. La historia secreta de Pío XII", nos revela que su intención era realizar una obra vindicativa de la imagen de Pío XII. Cornwell ya había trabajado para el Vaticano en una investigación sobre la muerte de Juan Pablo I ("Un ladrón en la noche"), donde deshechó la idea la de la conspiración del asesinato y atribuyó la muerte a una embolia pulmonar. Ante esto, El Vaticano, le dió libre acceso a sus libros y escritos para su siguiente libro. Fue el mismo Vaticano quien proporcionó sus escritos secretos asi que Cornwell hizo esta investigación con muy buenas bases. Lógicamente, el resultado de sus investigaciones, hicieron que el Vaticano empeore sus relaciones con el historiador.


    Michael Onfray en sus reflexiones sobre esta cuestión (libro: "Tratado de Ateología de Ed. Anagrama):

    Hitler con Obispo Ludwig Muller


    El Vaticano ama a Hitler 

    El matrimonio entre la Iglesia católica y el nazismo es incuestionable, abundan los ejemplos y no son insignificantes. La complicidad no se estableció con silencios de aprobación, con no dichos explícitos o cálculos realizados a partir de hipótesis interesadas. Los hechos le demuestran a cualquiera que investigue el tema en la historia que no fue un matrimonio de conveniencia, impuesto por una necesidad de supervivencia de la Iglesia, sino una pasión común y compartida hacia los mismos enemigos irreductibles, los judios y los comunistas, igualados, la mayor parte del tiempo, en el revoltijo conceptual del judeobolchevismo.

    Desde los inicios del nacionalsocialismo hasta la protección de los criminales de guerra del Tercer Reich después de la caída del régimen, a quienes ayudaron a huir a otros países, aparte del silencio de la Iglesia sobre estos asuntos, desde entonces, y aún hoy –incluso la imposibilidad de consultar los archivos sobre este tema en el Vaticano-, el feudo de San Pedro, heredero de Cristo, fue también el de Adolf Hitler y sus secuaces nazis, fascistas franceses, colaboracionista, vichyistas, milicianos y otros criminales de guerra.

    Los hechos: la Iglesia católica aprobó el rearme de Alemania, yendo en contra del Tratado de Versalles, desde luego, pero también en contra de las enseñanzas de Jesús, en especial, las que celebran la paz, la bondad y el amor al prójimo; la Iglesia católica firmó un acuerdo con Adolf Hitler desde su asunción como canciller en 1933; la Iglesia católica calló sobre el boicot de los comerciantes judíos, no protestó ante la proclamación de las leyes raciales de Nuremberg en 1935, guardó silencio en 1938 cuando ocurrió la Noche de los Cristales; la Iglesia católica entregó su archivo genealógico a los nazis que supieron desde ese momento quiénes eran cristianos, y por lo tanto no judíos; la Iglesia católica sostuvo, defendió y apoyó al regimen pro nazi de los ustachis de Ante Pavelic en Croacia; la Iglesia católica absolvió al régimen colaboracionista de Vichy en 1940; la Iglesia católica, aunque estaba al corriente de la política de exterminio iniciada en 1942, no la condenó, ni en privado ni en público, como tampoco dio órdenes a los curas u obispos de censurar ante los fieles al régimen criminal.



    Las fuerzas aliadas liberaron Europa, llegaron a Berchtesgaden y descubrieron Auschwitz. ¿Qué hizo el Vaticano? Siguió apoyando al régimen derrotado: la Iglesia católica, a través del cardenal Bertram, mandó decir una misa de réquiem en memoria de Adolf Hitler; la Iglesia católica guardó silencio y no hizo ninguna declaración condenatoria cuando se descubrieron las pilas de cadáveres, las cámaras de gas y los campos de exterminio; la Iglesia católica, más bien, organizó para los nazis sin Führer lo que nunca hizo por ningún judío o víctima del nacionalsocialismo: coordinó la oficina de ubicación de los criminales de guerra fuera de Europa; la Iglesia católica utilizó al Vaticano, expidió papeles sellados con visas y creó una red de monasterios europeos como lugares de escondite para protección de los dignatarios del Reich derrotado; la Iglesia católica incluyó en su jerarquía a personas que habían ocupados cargos importantes en el régimen hitleriano; la Iglesia católica nunca se arrepentirá de nada, puesto que no reconoce oficialmente nada de esto.
    ...
    Mientras permanecía en silencio sobre la cuestión nazi durante y después de la guerra, la Iglesia no dejaba de tomar decisiones contra los comunistas. Con respecto al marxismo, el Vaticano dio muestras de un compromiso, de una militancia y de una fuerza que bien nos hubiera gustado verle utilizar para combatir y desacreditar el Reich nazi. Fiel a la tradición de la Iglesia que, por la gracia de Pío IX y Pío X, condenó los derechos del hombre como contrarios a la enseñanza católica, Pío XII, el famoso Papa, amigo del nacionalsocialismo, excomulgó en masa a los comunistas del mundo entero en 1949. Alego la colusión de los judíos y el bolchevismo como una de las razones de su decisión.

    A modo de información: ningún nacionalsocialista de las bases, ningún nazi del alto mando o miembro del estado mayor del Reich fue excomulgado y ningún grupo fue excluído de la Iglesia por haber hecho funcionar las cámaras de gas. Adolf Hitler no fue excomulgado, y su libro, Mi Lucha, nunca formó parte del Indice. Recordemos que después de 1924, fecha de publicación de ese libro, el famoso Index Librorum Prohibitorum agregó a su lista –junto a Pierre Larouse, culpable del Grand Dictionaire universel (!) a Henri Bergson, André Gide, Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre. Adolf Hitler nunca figuró allí.

    Hitler ama al Vaticano

    Un lugar común, que no resiste ni el menor análisis, y aún menos la lectura de los textos, presenta a Adolf Hitler como un ateo pagano, fascinado por los cultos nórdicos, amante de un Wagner de cascos con cuernos, del Walhalla y de las valquirias de grandes pechos, un anticristo, la antítesis del cristianismo. Además de la dificultad de ser ateo y pagano a la vez –negar la existencia de Dios o de los dioses, y creer en ellos al mismo tiempo..- es necesario pasar por alto todos los pasajes de la obra escrita –Mi Lucha-, de la obra política –ausencia en el Reich de persecuciones contra la Iglesia católica, apostólicia y romana, al contrario de las llevadas a cabo contra los Testigos de Jehová, por ejemplo-, y las confidencias privadas del Führer –conversaciones publicadas con Albert Speer-, donde Adolf Hitler afirma sin ambigüedades y de modo constante su buena opinión del cristianismo.

    ¿Fue decisión de un Führer ateo mandar inscribir en los cintos de los soldados de las tropas del Reich Gott mit uns! ¿Se sabe que la frase fue tomada de las Escrituras? En particular, del Deuteronomio, uno de los libros de la Torá, donde podemos leer explícitamente: Dios (Dt. 20, 4), una frase extraída de la arenga que Yahvé dirige a los judíos cuando parten a luchar contra sus enemigos, los egipcios, a los que Dios promete un exterminio total (Dt. 20, 13). ¿Un Führer ateo fue el que determinó que todos los niños de la escuela pública alemana comenzaran la jornada en Reich nacionalsocialista rezando una oración a Jesús? No a Dios, lo que podría hacer de Hitler un deísta, sino a Jesús, lo cual lo define, en forma explícita, como cristiano. El mismo Führer, supuestamente ateo, les exigió a Goering y a Goebbles, en presencia de Albert Speer, quien relata la conversación, que permanecieran en el seno de la Iglesia católica, como lo haría él hasta el último de sus días.

    Las compatibilidades cristianismo-nazimo

    Las buenas relaciones entre Hitler y Pio XII se dieron más allá de las complicidades personales. Las dos doctrinas comparten varios puntos de vista. La infalibilidad del Papa, que, recordémoslo, también es jefe de Estado, no podía disgustar a un Führer que estaba a su vez persuadido de la propia. La posibilidad de construir un Imperio, una Civilización y una Cultura con un líder supremo investido de todos los poderes –como Constantino y algunos emperadores cristianos que lo sucedieron- era lo que fascinaba a Adolf Hitler mientras escribía su libro. ¿La erradicación por parte de los cristianos de todo lo que se relacionara con el paganismo? ¿La destrucción de altares y templos? ¿La quema de libros? ¿Las persecuciones contra los opositores de la nueva fe? Excelente, consideraba Hitler.

    El 20 de Abril de 1939, el Arzobispo Cesare Orsenigo, nuncio Papal en Berlin, celebra el cumpleaños de Hitler


    El Führer exaltaba el devenir teocrático del cristianismo: la intolerancia que crea la fe, según sus propias palabras, en la página 451; la capacidad de la Iglesia para no renunciar a nada, incluso ante la ciencia cuando ésta contradice sus posicones y cuestiona algunos de sus dogmas, página 457; la plasticidad de la Iglesia a la que predice un futuro más allá de lo imaginable, página 457; y la permanencia de la venerable institución, a pesar de este o aquel comportamiento deplorable de algunos miembros de la Iglesia, lo cual no compromete al movimiento general, página 119. Por todo ello, Adolf Hitler invita a aprender, página 457, y también páginas 118, 119 y 120. (Mein Kampf, libro de Hitler).

    ¿Cuál es el verdadero cristianismo del que habla Hitler en Mein Kampf? El del gran -en la misma página, Jesús, el mismo al que le rezan los niños en las escuelas del Reich. ¿Pero qué Jesús? No el de la otra mejilla, no, sino el colérico que expulsa a latigazos a los mercaderes del Templo. Hitler hace referencia explícita al pasaje de Juan en su demostración. Y además, a modo de recordatorio, ese látigo crístico sirve para desalojar a los infieles, a los no cristianos, a las personas que practican el comercio y hacen transacciones de dinero, en una palabra, los judíos, la razoón de la complicidad entre el Reich y el Vaticano. El Evangelio de Juan (2, 14) no impide la lectura filocristiana y antisemita de Hitler, mejor, la hace posible... Y más aún si recordamos los pasajes que condenan a los judíos a la gehena, pasajes que abundan en el Nuevo Testamento. Los judíos, pueblo deicida, ésa es la clave de aquella camaradería funesta: se sirven de la religión para sus negocios, dice; son los enemigos de toda la humanidad, agrega; y crean el bolchevismo, precisa. Cada uno llegará a su propia conclusión. El, Hitler, explica por qué: "Las ideas y las instituciones religiosas de su pueblo deben ser sagradas para el jefe politíco", página 120. Así pues, las cámaras de gas se alumbrarán en las hogueras de San Juan.

    Sobre Michael Onfray

    Michel Onfray nace en Argenta, 1 de enero de 1959. Filósofo francés. Nació en el seno de una familia de agricultores normandos. Doctor en filosofía, enseña esta materia en el Lycée de Caen de 1983 a 2002. Según él, la educación nacional enseña la historia oficial de la filosofía y no aprender a filosofar. Dimite en 2002 y crea la Universidad Popular de Caen y escribe su manifiesto en 2004 (communauté philosophique). Michel Onfray cree que no hay filosofía sin psicoanálisis, sin sociología, ni ciencias. Un filósofo piensa en función de las herramientas de que dispone; si no, piensa fuera de la realidad.

    Sus escritos celebran el hedonismo, los sentidos, el ateísmo, al filósofo artista en la raza de los pensadores griegos que celebran la autonomía del pensamiento y de la vida. Su ateísmo es sin concesiones, expone que las religiones son indefendibles como herramientas de soberanía y trato con la realidad.

    Sobre el libro "Tratado de Ateología", este libro, que trepó raudo a las listas francesas e italianas, el autor critica los textos sagrados del cristianismo, el judaísmo y el islamismo, que, dice, tienen en común "el odio hacia las mujeres, a la inteligencia, a la razón, a los libros, a la carne y a la libertad".

    Ataca Onfray: "El judaísmo, el cristianismo y el islamismo corrompen por igual la vida de millones de individuos en el planeta; fomentan guerras, conflictos, odios dirigidos contra uno mismo, los otros y el mundo; predican amor al prójimo y dan sablazos a diestra y siniestra".
    Para Onfray la única vía para mejorar las relaciones humanas es el ateísmo. El filósofo sugiere que tras esta postura ética se sostienen ideas como la libre disposición del cuerpo; la igualdad amorosa y la existencia construida en base al ocio y no al trabajo.

    El libro de Onfray ha despertado la ira de algunos círculos religiosos. Desde que el trabajo obtuvo cobertura en los medios, el autor ha recibido varias amenazas de muerte e incluso se han editado dos libros (y hay otro en preparación) para responderle.
    Autodefinido como anarquista, Onfray es un predicador solitario que, paradojalmente, tiene millones de lectores en Europa.

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    La Iglesia católica que apoyó la dictadura militar argentina


    Por: Virginia Bossié / ARGENPRESS INFO

    La periodista Virginia Bossié recopiló algunos documentos sobre lo que expresaron los obispos argentinos en apoyo de la dictadura militar. Hubo algunas voces disidentes y también martirio de monjas, sacerdotes y católicos, mientras los obispos apoyaban los asesinatos. Especial documento para los venezolanos, en donde el franquista Opus Dei apoya el petrogolpe.

    Documento Nº 1: La voz de la Iglesia cómplice

    23-9-75 Mons. Victorio Bonamín (Vicario General del Ejército). Homilía ante el Ejército: '¿No querrá Cristo que algún día las FF.AA. estén más allá de su función? El Ejército está expiando la impureza de nuestro país... los militares han sido purificados en el Jordán de la sangre para ponerse al frente de todo el país...'

    29-12-75 Mons. Tortolo (Pte. C. E. A. Vicario FF.AA.). Almuerzo en el Plaza Hotel ante la Cámara Argentina de Anunciantes: '... se avecina un proceso de purificación... '

    5-1-76 Mons. Bonamín. Homilía Iglesia Stella Maris: 'La Patria rescató en Tucumán su grandeza mancillada en otros ambientes, renegada en muchos sitiales, y la grandeza se salvó en Tucumán por el Ejército Argentino. Estaba escrito, estaba en los planes de Dios que la Argentina no podía perder su grandeza y la salvó su natural custodio: el Ejército...'

    24-3-76 Mons. Tortolo. Declaraciones luego de entrevistarse con el General Videla y el Almirante Massera: '...si bien la Iglesia tiene una misión específica, hay circunstancias en las cuales no puede dejar de participar así cuando se trate de problemas que hacen al orden específico del Estado...'

    10-4-76 Cnel. Juan Bautista Sassiain: '...el Ejército valora al hombre como tal porque el Ejército es cristiano...'

    11-5-76 Mons. Bonamín (bendición de las armas). Acto de ascenso a generales de brigada de Arturo Corbetta, Rodolfo Reinoso y Juan Bautista Sassiain, en presencia del Gral. Videla: 'Señor Dios de los ejércitos en cuyas manos está el destino de los pueblos: escucha la oración que te dirigimos implorando Tu bendición sobre estos sables y estas insignias y, en especial, sobre los nuevos generales del Ejército que las reciben como signo de la función y el poder que hoy asumen. Saben que su vida de soldado en cumplimiento de sus funciones específicas no está ni debe estar separada de Tu Santa Religión. Estos hombres comparten la misma fe de Tu Iglesia y la quieren vivir a través de la actividad y el servicio propio de la vocación militar que les enseñaste. Como soldados del Evangelio están dispuestos a sacrificarse dando la vida por los hermanos a ejemplo de Cristo, están de parte de la justicia y de la paz, comprometidos por Tu gracia y Tu fuerza a restablecer la armonía del amor, esa armonía quebrantada en nuestro suelo patrio por quienes, según lamentaba el salmista, gritan 'guerra' cuando todos decimos 'paz'...'

    15-5-76 Documento de la Conferencia Episcopal Argentina: '...hay que recordar que sería fácil errar con buena voluntad entre el bien común si se pretendiera que los organismos de seguridad actuaran con pureza química de tiempos de paz, mientras corre sangre cada día, que se arreglaran desórdenes, cuya profundidad todos conocemos, sin aceptar los cortes drásticos que la situación exige; o no aceptar el sacrificio, en aras del bien común, de aquella cuota de libertad que la coyuntura pide, o que se buscara con pretendidas razones evangélicas implantar soluciones marxistas...'

    17-6-76 Mons. Pío Laghi (Nuncio Papal): '...Hay una coincidencia muy singular y alentadora entre lo que dice el Gral. Videla de ganar la paz y el deseo del Santo Padre para que la Argentina viva y gane la paz...'

    27-6-76 Mons. Pío Laghi (Nuncio Papal). Declaraciones en Tucumán: '...el país tiene una ideología tradicional y cuando alguien pretende imponer otro ideario diferente y extraño, la nación reacciona como un organismo con anticuerpos frente a los gérmenes, generándose así la violencia... en este caso habrá de respetarse el derecho hasta donde se pueda...' '... los valores cristianos están amenazados por la agresión de una ideología que es rechazada por el pueblo. Por eso cada uno tiene su cuota de responsabilidad, la Iglesia y las FF.AA.; la primera está insertada en el Proceso y acompaña a la segunda, no solamente con sus oraciones, sino con acciones en defensa y promoción de los derechos humanos y la patria...'

    25-4-76 Mons. Tortolo: '...ruego a Dios que infunda a los integrantes del Arma de Caballería pasión por el bien y odio por el mal...'

    7-7-76 La Comisión Ejecutiva de la C.E.A. (Primatesta, Aramburu, Zaspe) en carta a la Junta por el asesinato de los palotinos: '...sabemos que la palabra del ministro de Interior y la presencia en las exequias del Sr. ministro de Relaciones Exteriores y Culto y de altos jefes militares, como el gobierno de las FF.AA. participan de nuestro dolor y, nos atreveríamos a decir, de nuestro estupor'.

    9-9-76 Mons. Olimpo Maresma (Mendoza). Acto por el 65 Aniversario de la coronación pontificia de la Virgen del Carmen de Cuyo: '...el enemigo vive en nuestro interior y lo que es más grave, está alojado en el interior de muchos argentinos. Por eso nuestro trabajo debe ser total: debe abarcar el cuerpo y el espíritu... estamos en una guerra casi civil que no hemos declarado y que nos han declarado...'

    5-10-76 Mons. Aramburu - Cardenal (Pte. C.E.A. Arzobispo de Bs. As): '...hay que defenderse tanto contra la violencia de los enemigos del orden y del país, como de la impaciencia y presión de otras fuerzas o factores de influencia...'

    10-10-76 Mons. Bonamín (En Tucumán, junto al Gral. Bussi): '...La Providencia puso a disposición del Ejército el deber de gobernar, desde la presidencia hasta la intervención de un sindicato...'

    14-10-76 Mons. Tortolo (declaraciones): '... yo no conozco, no tengo pruebas fehacientes que los derechos humanos sean conculcados en nuestro país. Lo oigo, lo escucho, hay voces, pero no me consta...'

    17-10-76 Mons. Tortolo. Palabras de clausura de la 'Semana de religión y moral', donde se otorgaron premios a la 'virtud militar': '...soldados, hay dos alternativas: ser fieles o traidores a Dios y a la Patria. Los paños tibios o los medios términos no corren en esta hora del mundo...'

    29-10-76 Mons. Tortolo. Declaraciones: '...hay gente católica que ha recibido la confirmación, que se alza contra la Nación argentina, destruyéndola. Cuando quienes la defienden reaccionan contra esa actitud destructiva, dicen que ellos son los perseguidos, tergiversan el espíritu y la mentalidad de Cristo.... Dios habita el alma del soldado que va con Cristo y por Cristo a cumplir con su deber, rechazando a quienes se alzan contra el país...'

    12-11-76 Mons. Antonio J. Plaza (La Plata). Acto junto al Gral. Camps donde se lo nombra capellán de la Policía de la Prov. de Bs. As: '...la Iglesia brindará fortaleza espiritual a los integrantes de los cuadros policiales y a sus familias para templarlos ante la adversidad...'

    12-76 Carta de Navidad de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) al General Videla: '...con motivo de las próximas fiestas navideñas y para expresar nuestros férvidos y cordiales votos de una felicísima Navidad... unidos pues a su Excelencia y a quienes le acompañan en la dura y riesgosa tarea de servir a la patria aun a costa de la propia vida, esta Comisión Permanente saluda a su Excelencia con la más distinguida consideración y la promesa de humildes y diarias oraciones al Señor...'

    1977 Mons. Tortolo. Declaraciones: '...La Iglesia piensa que el gobierno de las FF.M. es una exigencia de la coyuntura. Por lo tanto se tiene la convicción de que las FF.AA., aceptando la responsabilidad tan grave y seria de esta hora, cumplen con su deber...'

    13-3-77 Alm. Emilio E. Massera. Declaraciones a la revista 'Familia Cristiana' reproducidas por 'Clarín': 'Nosotros cuando actuamos como poder político seguimos siendo católicos... todos obramos a partir del amor, que es el sustento de nuestra religión, no tenemos problemas y nuestras relaciones son óptimas, tal como corresponde a cristianos...'

    17-3-77 Carta de la Conferencia Episcopal Argentina a la Junta Militar: 'Vuestras Excelencias... conocen y han valorado nuestra actitud, desde su papel de gobernantes y de cristianos convencidos. Por eso mismo es que sin temor al riesgo de ser mal interpretados queremos hoy transmitirles las inquietudes que de todas partes nos llegan desde hace tiempo...'

    4-77 Anexo S de la Directiva Mayor del Ejército 504/77 (Documento Secreto DS-77- Comando del Ejército, firmado por el Gral. Roberto Viola): '...si bien no hay una activa participación de la Iglesia, la misma se manifiesta mediante la comprensión y aceptación de los principios básicos enunciados...'

    5-77 Mons. Plaza Discurso: 'Los malos argentinos que salen del país se organizan desde el exterior contra la patria, apoyados por fuerzas oscuras difunden noticias y realizan desde afuera campañas en combinación con quienes trabajan en la sombra dentro de nuestro territorio. Roguemos por el feliz resultado de la ardua tarea de quienes espiritualmente y temporalmente nos gobiernan. Seamos hijos de una Nación en la cual la Iglesia goza de un respeto desconocido en todos los países condenadamente marxistas...'

    5-77 Mons. Ildefonso Sansierra (San Juan). Por iniciativa del presidente Videla, la C. E. A recibió a los generales Viola jefe de Estado Mayor del Ejército, Jáuregui y Martínez (responsables de los servicios de inteligencia). Al finalizar la reunión Monseñor informó a la prensa: '...los señores militares nos informaron con amplitud sobre la situación actual del país en el marco de la actividad defensiva y ofensiva contra la guerrilla subversiva que se nos ha impuesto desde adentro y afuera de nuestro territorio... al término de la exposición de los generales hubo un intercambio de ideas en un clima verdaderamente cristiano y patriótico...'

    20-11-77 Mons. Bonamín. Declaraciones: '... si pudiera hablar con el gobierno le diría que debemos permanecer firmes en las posiciones que estamos tomando: hay que desestimar las denuncias extranjeras sobre desapariciones...'

    3-12-77 Mons. Bonamín. Declaraciones en Santa Fe: '...la mejor defensa es el ataque, en lugar de la paciencia y la tolerancia...'

    6-12-77 Mons. Bonamín. Conferencia en la Universidad Nacional del Litoral: 'La lucha antiguerrillera es una lucha por la República Argentina, por su integridad, pero también por sus altares... esta lucha es una lucha en defensa de la moral, de la dignidad del hombre, es una lucha en defensa de Dios... por ello pido la protección divina en esta guerra sucia en que estamos empeñados...'

    31-1-78 Mons. Sansierra. Declaraciones: '...yo voy a la cárcel y me dejan salir siempre. Nunca me quedo adentro...'

    26-5-78 Mons. Rómulo García (Mar del Plata): '... las denuncias sobre violaciones a los derechos humanos son campañas improvisadas y organizadas por quienes niegan la libertad...'

    5-79 Documento Secreto -DS 79- Comando del Ejército firmado por el Gral. Cristino Nicolaides: 'la Iglesia es una fuerza amiga que continua aceptando los principios básicos enunciados por el Proceso de Reorganización Nacional...'

    7-8-79 Mons. Sansierra Declaraciones a propósito de la llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humano de la OEA: '...la CIDH tiene intención política... debemos defender nuestra soberanía y si la comisión excede sus funciones, el gobierno, haciendo uso de sus facultades soberanas, debe dar por terminada su misión... los derechos humanos son suspendidos en tiempos de guerra...'

    11-9-79 Mons. Octavio N Derisi (Obispo auxiliar La Plata. Rector Universidad Católica Argentina): '...la CIDH no debería haber venido, el gobierno con gran generosidad la ha aceptado... una comisión extranjera no debería venir a tomarnos examen... pero, en fin, ya que han venido pido a Dios que sean objetivos y no se dejen influenciar por aquella gente que ha creado este problema en la Argentina: las familias de aquellos guerrilleros que mataron, secuestraron y robaron...' '... la Argentina es uno de los países donde hay más tranquilidad y donde los derechos humanos están más respetados. No veo que en este momento en la Argentina se encarcele, se mate, se atropellen los derechos humanos... '

    13-9-79 Mons. Guillermo Bolaffl (Rosario): '...cada país debe regular los derechos humanos, no deben ser los extranjeros (la CIDH) los que nos vengan a indicar lo que tenemos que hacer...'

    2- 79 Mons. Parodio (destinado en el Vaticano, de visita en Mar del Plata). Declaraciones: '...ahora se comprende mejor a la Argentina... en Europa hay quienes siempre buscan lo negativo... aquí el rostro de la Argentina se ve más positivamente...'

    24-12-79 Declaración de la CEA (Conferencia Episcopal Argentina): 'Desaparecidos: si bien es cierto que el gobierno nacional ha aclarado y publicado la situación de muchos y que la ley 22068 regula la ausencia con presunción de fallecimiento, intentando así resolver algunos problemas jurídicos patrimoniales, sin embargo todavía subsiste el problema de personas desaparecidas, sea por la subversión o por la represión o también por libre determinación...'

    12-79 Mons. Antonio Quarracino (Avellaneda, futuro presidente CEA y cardenal de Bs. As): '...en una situación de guerra, los argumentos y los límites éticos entran en un cono de sombra y oscuridad...'

    3-81 Mons. Bonamín (Casa Rosada, junto a Videla): '...los miembros de la Junta Militar serán glorificados por las generaciones futuras...'

    4-82 Mons. Miguel Medina (vicario General de las FF.AA.). Declaraciones: '...Algunas veces la represión física es necesaria, es obligatoria y como tal, lícita...'

    11-8-82 Mons. Medina. Declaraciones: '...es un honor para la Argentina tener la calidad de estas FF.AA...'

    19-11-82 Mons. Juan Carlos Aramburu (arzobispo de Bs. As. - cardenal). Declaraciones a 'Il Messagero' de Roma: '...en Argentina no hay fosas comunes y a cada cadáver le corresponde un ataúd. Todo se registró regularmente en los correspondientes libros...' '... ¿Desaparecidos? No hay que confundir las cosas. Usted sabe que hay desaparecidos que viven tranquilamente en Europa...'

    22-12-82 Gral. Cristino Nicolaides. Discurso de despedida ante el pase a retiro de Mons. Bonamín: '...Cuadros y tropas lo recibían sedientos de su prédica, sustento imprescindible para afrontar los esfuerzos y superar las incomprensiones... su consejo aseguraba definitivamente el buen rumbo de la espada... es un auténtico soldado de Cristo y de la Patria...'

    12-4-83 Mons. Quarracino. Declaraciones: '...es necesaria una ley que yo llamo de olvido, porque sino, no le veo solución. Si no es así, se envenenará más la sociedad argentina...'

    15-4-83 Mons. Quarracino. Declaraciones: '...no hay que dejarse engañar, hay supuestos desaparecidos que están fuera del país... hay gente que no figura en las listas, que están en otros lugares de América Latina indocumentados y pasan para mucha gente como si fueran desaparecidos... si son indocumentados y están fuera del país, por algo será, pero me consta que los hay..'

    2-5-83 Mons. Quarracino. Declaraciones ante la ley de autoamnistía: '...es valiente y está bien hecha... las protestas individuales de algunos obispos argentinos sobre el contenido del documento son individuales y en consecuencia no pueden ser tomadas en cuenta como la opinión de la CEA...'

    1982 Documento de la C. E. A. 'Democracia, responsabilidad y esperanza'. Al asumir el presidente Raúl Alfonsín: '...el episcopado argentino pudo no acertar todo lo que dijo e hizo. Los obispos somos hombres limitados; pero podemos afirmar que siempre procuramos obrar y hablar de acuerdo a los dictados de nuestra conciencia de pastores...'

    23-1-84 Mons. Carlos Mariano Pérez (Salta): '...hay que erradicar a las Madres de Plaza de Mayo y a los organismos de derechos humanos que pertenecen a una organización internacional, lo mismo hay que terminar con la exhumación de cadáveres NN que es una infamia para la sociedad...'

    30-7-84 P. Christian Von Wernich (capellán de la Policía de Bs. As, actual párroco en Bragado). Declaraciones a la revista 'Siete Días': '... que me digan que Camps torturó a un negrito que nadie conoce, vaya y pase, pero cómo iba a torturar a Jacobo Timerman, un periodista sobre el cual hubo una constante y decisiva presión mundial... que si no fuera por eso!...'

    21-5-85 Mons. Plaza. Declaraciones sobre el juicio a los excomandantes: '...es una revancha de la subversión y una porquería. Se trata de un Nuremberg al revés, en el cual los criminales están juzgando a los que vencieron al terrorismo...'

    5-7-86 Misa de FAMUS, en Córdoba: '...los seudohéroes que encarnan la revolución francesa en nuestra patria desintegran la tradición hispanoamericana; la trilogía francesa de igualdad, libertad, fraternidad es totalmente subversiva...'

    2-8-86 P. Manuel Beltrán Misa de FAMUS: '...con la democracia llegó el destape anticlerical, el auge de la droga, la delincuencia y la pornografía...'

    23-10-91 Crónica de La Nación 'Todos se sintieron llamados por el Papa. Festejo en la Nunciatura': 'El presidente Menem y el nuncio apostólico Ubaldo Calabresi brindaron con champaña por los trece años del papado de Karol Wojtyla. A cincuenta metros del sillón Luis XV en el que hablaban los dos, los ex presidentes Videla y Viola mantenían un diálogo junto a los ventanales de la Nunciatura. En el mismo salón conversaban Leopoldo Galtieri, Basilio Lami Dozo y Emilio Massera. La senadora Saadi conversaba con el obispo Jorge Casaretto y después con Gerardo Sofovich...'

    7-3-95 Mons. Emilio Bianchi di Cárcano - Vicepresidente CEA. Declaraciones: '...si algún capellán aprobó la desaparición física de personas o sostuvo que la Iglesia la apoyaba, pecó gravemente...'

    8-3-95 Declaración de la CEA: '...si algún miembro de la Iglesia hubiera avalado con su recomendación o alguno de esos hechos, habría actuado bajo su responsabilidad personal, errando o pecando gravemente contra Dios, la humanidad y su conciencia...'

    25-4-95 Mons. Carmelo Giaquinta (Resistencia): 'Cuando ni una mosca se movía en la Argentina y los partidos políticos estaban todos silenciados, la Iglesia tuvo documentos vehementes... aunque faltaron gestos concretos que acompañaran esas palabras...'

    27-4-95 Mons. Pío Laghi. Declaraciones desde EE.UU.: '¿Cómo iba a suponer que estaba tratando con monstruos, capaces de arrojar personas desde los aviones y otras atrocidades semejantes? Se me acusa de delitos espantosos por omisión de ayuda y de denuncia cuando mi único pecado era la ignorancia de lo que realmente sucedía...' '...Cuando la muerte del obispo Angelelli, le hablé al general Suárez Mason pidiendo un avión para ir a La Rioja, diciéndole que quería saber la verdad, si eran ellos los que lo habían matado. Me dijo que no, que era un accidente y lo mismo me repitió el cardenal Primatesta, que fue conmigo a La Rioja...'

    2-5-95 Mons. Edgardo Storni (Santa Fe). Declaraciones: '...La Iglesia no necesita hacer ningún examen de conciencia, y mucho menos pedir perdón a la sociedad argentina...'

    Documento Nº 2: Voces de la otra iglesia: Declaraciones de obispos y sacerdotes que se opusieron a los crímenes

    15-5-83 Mons. Miguel Esteban Hesayne (Viedma): '...debemos predicar el compromiso para cooperar en la construcción de una nueva sociedad, en la civilización del amor. Y esa civilización del amor pasa por la defensa de los derechos humanos, por la preferencia por los más pobres, y por la liberación de los oprimidos...'

    13-8-85 Mons. Jorge Novak (Quilmes). Declaraciones: '...no puede, no debe esperarse de la Iglesia otra actitud que la de alentar la acción de la justicia. No hay término medio, o corremos solidariamente la suerte del hombre apremiado por la injusticia, o nos hacemos cómplices del opresor...'

    20-8-89 Mons. Jaime De Nevares (Neuquén). Homilía ante el posible indulto: '...no hay paz sin justicia y no hay justicia en la impunidad. La impunidad trae el debilitamiento de las instituciones y abre las puertas a la dictadura. De donde se deduce claramente, hermanos, que es nuestro deber de cristianos y de argentinos, de patriotas, convocarnos para luchar contra una infame claudicación llamada indulto...'

    15-4-95 Mons. Miguel Esteban Hesayne (Viedma). Declaraciones: '...se ha comido con los torturadores, los hemos recibido en la C. E. A para que se disculparan, o mejor dicho para que trataran de engañarnos diciendo que eran simplemente exceso. Y por otra parte no quisimos recibir a las madres de los desaparecidos que durante todo un día, bajo la lluvia, estuvieron a las puertas de la Asamblea Plenaria del Episcopado. Y como decíamos con otro obispo, ¿qué estará diciendo Jesucristo, en este momento, en que no recibimos el clamor de las madres?.. ' '...FF.AA. que torturan no saldrán impunes ante Dios creador...'

    28-4-95 Mons. Jorge Novak (Quilmes). Declaraciones: '...Debemos pedir perdón a Dios y a la sociedad en nombre de la Iglesia por nuestra cobardía, por nuestras omisiones, por nuestras complicidades...'

    11-5-95 P. Rubén Capitanio (Villa La Angostura. Neuquén). Declaraciones: '...La Iglesia, fundamentalmente su jerarquía episcopal, fue cómplice del genocidio vivido en la Argentina durante la dictadura militar porque no hizo todo lo que podía para evitar semejante atrocidad social... la Iglesia es responsable de miles de vidas, no porque las haya matado sino porque no las salvó. Tenía herramientas para presionar y parar la masacre. ¿Cómo? Diciendo que no se iba a tolerar un desaparecido más, por lo tanto que detuvieran ya los secuestros y la represión. Hubiéramos tenido miles de presos políticos pero vivos...'

    12-95 P. Hernán Benítez (en respuesta a Quarracino y su manto de olvido, parafraseando a San Gregorio Magno): '...Quienes prudentes y silenciosos contemplan a los asesinos se vuelven cómplices de sus asesinatos. Porque tan criminal es el que mata como el que calla ante el que mata...'
    Mons. Quarracino respondió: '...San Gregorio no hubiera escrito eso si el emperador, por asesino que fuera, le hubiera estado construyendo gratis la Basílica de San Pedro...'
    A lo que el P. Benítez respondió: '...La última dictadura militar mató a 30.000 personas, fríamente, planificadamente. A la monstruosidad de ultimar sin proceso ni defensa se le sumó el sacrilegio de negarles sacerdote, confesión, eucaristía, extremaunción. Y la Iglesia presenció impávida el atropello a Dios en sus hijos, con un silencio que pone frío en el alma...'

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      Iglesia Católica niega haber sido cómplice de la última dictadura militar argentina


      El condenado dictador argentino, Rafael Videla, recibiendo la hostia
      La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) rechazó que haya habido complicidad entre la institución y el último gobierno de facto, y llamó a “promover un estudio a fin de seguir buscando la verdad”.
      Fue a través de un documento firmado por los obispos que participaron de la 104° Asamblea Plenaria en El Cenáculo, en la localidad bonaerense de Pilar, en el que se refirieron a declaraciones del ex dictador Jorge Rafael Videla, que tiempo atrás denunció que el Episcopado asesoró a la Junta Militar por los desaparecidos.
      “Algunas afirmaciones recientes, a partir de las declaraciones de Videla, atribuyen a quienes entonces conducían el Episcopado, alguna complicidad con hechos delictivos. Que haya habido una suerte de connivencia es totalmente alejado de la verdad”, señalaron.
      La máxima institución del catolicismo en la Argentina admitió que pese a que “han pasado muchos años, siguen surgiendo interrogantes acerca de los hechos ocurridos, y de la responsabilidad que tuvieron personas e instituciones”.
      La CEA también afirmó que les “queda la preocupación por completar un estudio demorado pero necesario” sobre lo que sucedió durante la dictadura.
      Los integrantes de la Asamblea Plenaria además pidieron “perdón” a quienes se sintieron “defraudados” o “no acompañados” durante esos años.
      “No podemos ni queremos eludir la responsabilidad de avanzar en el conocimiento de esa verdad dolorosa y comprometedora para todos”, señalaron, y se mostraron “comprometidos a promover un estudio más completo de esos acontecimientos, a fin de seguir buscando la verdad”.
      “Además, exhortamos a quienes tengan datos sobre el paradero de niños robados, o conozcan lugares de sepultura clandestina, que se reconozcan moralmente obligados a acudir a las autoridades pertinentes”, señaló el documento.
      Los obispos, también manifestaron que “es necesario el reconocimiento de cuanto sea deplorable, el arrepentimiento de quienes sean culpables, y la reparación en justicia de los daños causados”.
      “Cuando la justicia es demasiado largamente esperada, deja de ser justicia, y agrega dolor y escepticismo. Reiteramos el pedido de perdón a quienes hayamos defraudado o no acompañado como debimos”, concluyó el comunicado.
      Víctimas del terrorismo de Estado y organizaciones de derechos humanos denuncian hace varios años la complicidad de integrantes de la Iglesia con la dictadura: hasta el momento, el único miembro que fue sentenciado fue el ex capellán de la policía bonaerense, Christian Von Wernich, aunque la Iglesia nunca lo sancionó.

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      Israel

      “Sin duda alguna, un día Rusia atacará a Israel, lo dice la Torá”: Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel 1996-1999

      Desde el punto de vista profético, Israel es el “reloj” de Dios, el cronómetro que nos dice cuán cerca ó lejos estamos de que concluyan los actuales tiempos de las naciones y de la Iglesia, y comiencen los tiempos mesiánicos del Reino de Cristo.

      Precisamente por eso, por los acontecimientos que estamos presenciando, podemos estar seguros de que el mundo está a punto de cambiar abrupta y drásticamente, a partir de circunstancias que afectarán a judíos, cristianos y musulmanes, en primer término, pero también a las demás religiones de la Tierra.

      Los judíos esperan la venida del Mesías por primera vez, los cristianos lo esperamos en su segunda venida. Ese grandioso advenimiento estará precedido por una serie de hechos mediante los cuales Dios irá preparando a la humanidad entera. Próximamente, Dios romperá el silencio que ha guardado hasta ahora respecto al pueblo judío, y volverá a actuar directa y portentosamente como lo hizo con prodigios admirables en el pasado.

      Toda la historia de Israel está caracterizada por diversos momentos de castigo y silencios divinos, siempre debidos a las infidelidades del pueblo adoptado por Él. Las Escrituras recalcan que las deportaciones y dominaciones (de Egipto, Babilonia, Persia, Grecia, Roma) fueron permitidas por Dios en vista de que los suyos quebrantaban la alianza. De suyo, esa dramática historia de correctivos por parte de Dios es la prueba indirecta de que efectivamente son el pueblo elegido, pues lo son con pesar de eso mismo.

      El último de los castigos de Dios sobrevino en el año 70 de nuestra era por haber rechazado a su propio Hijo. El Emperador romano Tito Flavio Vespasiano ordenó la destrucción total de Jerusalén, obligando a los judíos a abandonar la tierra prometida y a emigrar a todo el mundo. Del Templo, como lo predijo el mismo Jesucristo, no quedó “piedra sobre piedra”.

      Así, el último de los silencios de Dios respecto de los judíos, el presente, es el que va desde la extraordinaria manifestación divina el día de Pentecostés, hasta el toque de la primer trompeta del Apocalipsis. Se trata del silencio divino más largo de la historia.

      Ahora bien, el profeta Ezequiel predijo que, después de la dispersión, los israelitas volverían a reunirse en la tierra prometida: “He aquí que tomaré a los hijos de Israel de entre las naciones a donde se fueron, y los reuniré y los traeré a su tierra” (Ez 37, 21). Esa profecía se cumplió el 14 de mayo de 1948. A partir de entonces comenzaron formalmente los así llamados “últimos tiempos”.

      En el Antiguo Testamento, la atención de Dios se centraba en los judíos y su presencia en la tierra prometida bajo la ley que Dios dio a Moisés. En el Nuevo Testamento, Dios guarda silencio respecto a su pueblo y su atención se centra en la Iglesia, ofreciendo la salvación a todos los gentiles.

      Cuando el llamado de Dios a formar parte de la Iglesia se haya completado, el tiempo de gracia terminará, Dios removerá a la Iglesia fiel mediante la primera resurrección y el Arrebato de los fieles, y se volverá a concentrar en su plan de salvación sobre los judíos.

      Gracias al profeta Ezequiel sabemos de qué manera Dios romperá su silencio, antes de que inicie el periodo de la Gran Tribulación. Él describe una batalla, comúnmente conocida como la “Guerra de Gog y Magog”, en que Dios destruirá portentosamente a una alianza de invasores que atacarán Israel, así como a las naciones de donde vinieron esos ejércitos.

      La Guerra de Gog y Magog es un conflicto único en su cronología, en su propósito, en sus características y efectos sobre Israel y sobre el mundo entero.

      Ezequiel predijo que, después de reunidos nuevamente en la tierra prometida, al final de los tiempos, los israelitas serán atacados por los enemigos del norte (países árabes) juntamente con Rusia: “He aquí que estoy contra ti, Gog, príncipe soberano de Mésec y Tubal (actual Rusia) (…) te sacaré con todo tu ejército (…) Con ellos están Persia (Irán), Cus (Etiopía) y Fut (Libia), todos ellos armados con escudo y yelmo. Gómer, con todas sus tropas, y la casa de Togarma (Turquía), desde el lejano norte con todas sus tropas y muchos pueblos contigo (...) Después de muchos años invadirás un país salvado de la espada, reunido de muchos pueblos a los montes de Israel (…) En los últimos días atacarás a mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra” (Ez 38, 3-8, 16).

      A lo largo de los capítulos 38 y 39, los nombres de Gog y Magog son utilizados en forma conjunta como título que denomina la combinación de un gran adversario de Dios: Gog como un “príncipe”, y Magog como un país ó región. Dos veces utiliza “Magog” para indicar el territorio de donde es originario el líder denominado “Gog”, que en hebreo antiguo significa “encumbrado”. Al mencionar a Gog como proveniente del “lejano norte”, Ezequiel parece estar denotando el nivel máximo de autoridad dentro de una alianza de naciones de lo que hoy son las ex repúblicas soviéticas, territorio del antiguo reino de Anatolia y más allá del Cáucaso.

      Esa guerra mundial, en la que varios países se unirán para atacar a Israel concluirá, dice Ezequiel, con una portentosa intervención divina que frustrará la invasión. Meses después tendrá lugar el falso acuerdo de paz firmado por el personaje a quien el profeta Daniel llamó la “cuarta bestia”(denominado por San Juan como el “Anticristo”), el cual dominará el mundo durante siete años: “por otra semana sellará un pacto con muchos” (Dn 9, 27). Jesucristo llamó a ese periodo la “Gran Tribulación” y es la etapa en que la humanidad será purificada y preparada para su Retorno glorioso, acontecimiento que cierra los tiempos de la Iglesia y de las naciones, y da inicio a los nuevos tiempos mesiánicos del Reino de Dios en la Tierra.

      La guerra contra Israel descrita por Ezequiel, y que es previa a los siete años de la Gran Tribulación, será abortada por una acción directa de Dios: “Sobre los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos que fueron contigo (…) Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel” (Ez 39, 4, 7).

      El profeta nos dice que los ejércitos que atacarán Israel serán derrotados de forma milagrosa y deslumbrante: mediante un gran terremoto (Ez 30, 19); por tempestad, enormes granizos, fuego y azufre (Ez 38, 22); y por una confusión masiva en la que los agresores comenzarán a matarse entre sí (Ez 38, 21).

      Esa intervención divina para proteger a Israel revivirá en los judíos la conciencia de la elección, pero los confundirá al creer que el líder ruso aniquilado era la cuarta bestia de Daniel, y que el promotor de la paz es el Mesías.

      Cabe mencionar que la guerra mundial descrita por Ezequiel no es, como erróneamente se piensa a veces, la batalla de Armagedón, la cual será otra campaña militar que se librará hacia el final de la Gran Tribulación, una vez que el Anticristo haya roto el acuerdo de paz y se vuelva contra los mismos judíos. La campaña de Aramagedón es descrita por el apóstol San Juan en el libro del Apocalipsis (Ap 16, 12-16), y es la que propiciará la Parusía, pues Jesús en persona volverá para salvar a Israel de la destrucción que le pretenderá infligir el Anticristo.

      Con todo, a la Guerra de Gog y Magog también se le puede llamar “de Armagedón” porque también tendrá lugar en el valle de Armagedón, llanura de Meguido, al norte de Israel, pero claramente difieren una de otra, en el tiempo y en sus características.

      Los siete años de la Gran Tribulación, también conocida como la “setenta semana de Daniel” (por ser el período que falta a la profecía de las 70 semanas, de las cuales ya se cumplieron 69 semanas), son dos partes divididas en tres años y medio, de 1260 días exactos cada mitad (Ap 12, 14; 13, 5; Dn 7, 21).

      Es a mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio de iniciada la Gran Tribulación, cuando el Anticristo romperá el falso acuerdo de paz, proscribirá el sacrificio divino, y desatará la persecución contra todos los que no se sometieron a su gobierno: “a mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación; y en el ala del Templo habrá abominaciones desoladoras hasta el final, cuando la ruina decretada se derrame sobre el desolador” (Dn 9, 27).

      Previsiblemente, la Guerra de Gog y Magog será posterior a un ataque previo de Israel contra Siria. Ese embate, que fue profetizado por Isaías, aparentemente refleja una agresión nuclear, ya que la capital siria será completamente destruida: “He aquí que Damasco dejará de ser ciudad; será un montón de ruinas. Cesará el reino de Damasco, y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Yahvé de los ejércitos” (Is 17, 1-3; 9). También Jeremías y Amós señalan que Damasco será destruida por el fuego (Jr 49, 23-27; Am 1, 3-5).

      Isaías establece una relación entre la devastación del Líbano (Is 10, 23-25; 34) y la total destrucción de Damasco. Ambas naciones son asirias, y el Líbano ha estado esencialmente bajo control de Siria.

      La Guerra de Gog y Magog traerá cambios significativos para Israel, para Medio Oriente y para el mundo entero.

      Israel atravesará por un proceso de limpiar y enterrar los cadáveres de sus enemigos que durará siete meses (Ez 39, 11-16). Algunos estudiosos sugieren que la mención explícita de Ezequiel de “siete meses” pudiera ser para indicar el tiempo que tardará en iniciar la Gran Tribulación después de la Guerra de Gog y Magog, es decir, del momento en que el Anticristo firmará el falso acuerdo de paz.

      Con la intervención divina en la Guerra de Gog y Magog, Israel se despertará espiritualmente a Dios, al Dios de los milagros del Antiguo Testamento. Los judíos se congregarán festivos en Israel mientras las naciones que pretendieron atacarla llorarán sus bajas.

      Israel expandirá sus fronteras, readquirirá control total sobre Jerusalén y reconstruirá el Templo.

      El fin último del fundamentalismo islámico de borrar a Israel del mapa y dominar el mundo mediante la ley islámica será innegablemente rechazado por Dios.

      Las naciones de Medio Oriente y muchas personas reconocerán abiertamente al Dios de Israel.

      Erróneamente, el mundo entero proclamará que la guerra ocurrida fue la batalla de Armagedón, que el milenio de bienestar ha comenzado, y que el nuevo líder surgido de las cenizas del conflicto mundial es el Mesías esperado.

      Pero en realidad, lo que habrá empezado es el engaño supremo, y la batalla final entre el bien y el mal, entre el ungido de Satanás y el verdadero Mesías, el cual volverá siete años después, al final de ese periodo de tribulación.

      Por más violento y corrupto que percibamos al mundo en la situación actual, por más ausente y silencioso que Dios nos parezca respecto a esta situación, la verdad es más que clamorosa. El silencio de Dios durante esta era se puede comparar a la quietud que precede la tempestad. La tempestad será el cumplimiento del período de juicios de Dios conocido en las profecías como “el Día del Señor”.

      Dios no permanecerá silencioso por siempre. En palabras de Isaías, “Por amor de Sión no he de callar, por amor de Jerusalén no he de estar silencioso” (Is 62, 1).

      El enfoque de la profecía de Gog y Magog es significativamente la implicación de Dios en primera persona. Él no usará a personas como Moisés ó Aarón contra el faraón egipcio, como tampoco existe referencia aquí a los dos testigos de San Juan (otra razón que lleva a concluir que ésta guerra es previa a la 70 semana de Daniel).

      Al inicio de los dos capítulos 38 y 39, Dios declara “He aquí que estoy contra ti, Gog...” Dios mismo en persona se muestra airado contra Gog y su alianza de naciones por estar en su contra. Y Dios mismo es quien lo provoca para salir de Magog y dirigirse contra Israel, haciéndolo caer en la trampa: “Yo te haré dar media vuelta (...) y te haré salir con todo tu ejército” “Yo mismo te traeré contra mi pueblo”.

      Algunos autores opinan que la referencia a dar media vuelta y ser traído “con garfios en las quijadas”denotan la referencia a Gog ó Rusia resistiéndose a entrar en la guerra, pero finalmente siendo arrastrada por la coalición de naciones musulmanas.

      La apertura del primer sello pudiera tener relación con el Anticristo, ya que su forma de adquirir prestigio internacional es por sus conquistas de guerra.

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      Reino de Cristo

      A lo largo del Antiguo Testamento, el pueblo elegido vivió en la expectativa del Mesías, el cual habría de venir para restablecer a Israel y fundar su reinado universal en esta tierra.

      No entendieron, a pesar de que los profetas lo repitieron una y otra vez, que antes de esa venida gloriosa y reinante habría una venida previa, no en su índole de realeza, sino en su condición humilde y sufriente, y de aparente derrota final en la cruz.

      Hoy día, a los cristianos nos pasa exactamente al revés. Aceptamos que Jesús de Nazaret fue el Mesías esperado, pero se nos ha olvidado la promesa de que tiene que volver para regir el orbe con justicia y los pueblos con rectitud, desde una Jerusalén de dominio espiritual universal aceptado por todos los pueblos.

      Es cierto que Él reina ya, desde la Eucaristía, en los corazones de los fieles viadores y en los salvos del Cielo, pero se tiene que cumplir la promisión esencial de su reinado sobre las naciones, desde un Israel restaurado convertido a Él hacia el final de la Gran Tribulación, reinado en el que se llevarán a cumplimiento todas las bienaventuranzas.

      Ese es el centro de todo el mensaje de la Redención, y es la primera promesa que Dios le hace a María al momento de la Anunciación: “He aquí que darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin (Lc 1, 27).

      Para una joven judía de esa época la promesa era perfectamente entendible, no necesitaba interpretación alguna, y sabía exactamente a qué se referían las palabras del ángel.

      Es lamentable la falta de conocimiento de estos temas. La teología y la filosofía deberían en este momento estar disertando sobre qué cambios sufrirá la naturaleza humana con la llegada del Milenio, pues es un hecho que no solo Jerusalén y la Iglesia serán restauradas, sino también la persona humana misma, cuasi recobrando así el estado primigenio: “Todos seremos transformados” (I Cor 15, 51).

      Esta es la esperanza que nos debe animar continuamente, estamos asistiendo no al fin del mundo, sino a la más grandiosa renovación de la humanidad, estamos en un nuevo adviento esperando el triunfo del bien y el Retorno del Señor de la historia, la gloriosa Parusía de Jesús.

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