RICARDO CLAURE EL PELIGRO DE TUS RAICES DE AMRGURA


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EL HOLOCAUSTO JUDIO VIDEO DE RICARDO CLAURE


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LOS PECADOS DE LA IGLESIA CATOLICA

ESTUPRO EN EL OBISPADO Y EXTORSIÓN EN LA SACRISTÍA Una escabrosa historia de encubrimiento a un farsante acabó en gran parte este lunes de pascuas, cuando el obispo Fernando Lugo reconoció públicamente ante las cámaras de Televisión haber tenido relaciones con una jovencita de 16 años, Viviana Carrillo, en tiempos en que se desempeñaba como Obispo de San Pedro, y abrió en Paraguay el debate que ya estaba instalado en otras latitudes: el de los escándalos aberrantes que de un tiempo atrás sacuden a la iglesia católica. No está demás mencionar que la Iglesia Católica protege a estos delincuentes para defender su propia imagen en lugar de denunciarlos y expulsarlos para defender al resto de ciudadanos. La mayoría de los casos de pedofilia se han intentado resolver internamente, trasladando a los curas pederastas a otras parroquias y hablando con las familias para evitar las denuncias. Lejos está Paraguay de ser un caso aislado en Sudamérica. Un grave escándalo, de características y dimensiones similares al que estalló hace tres años en Estados Unidos, se instaló recientemente en los altares de la Iglesia Católica de Brasil.. Entre ellos figura el sacerdote Félix Barbosa Carreiro, quien hace unas semanas fue detenido tras ser sorprendido en una orgía de droga y sexo con 4 adolescentes, y que acusó a ?otros 12 padres? de incurrir en prácticas similares. Otro caso es del padre Alfieri Eduardo Bompani, de 45 años, quien grababa videos y escribía un diario donde daba cuenta de sus acciones. El más repulsivo es el caso es el del padre Tarcisio Spricigo, que abusó de varios menores antes de ser arrestado por haber violado un pequeño de sólo cinco años de edad. En los documentos y pruebsa del proceso contra el cura ha sido incluido un diario, que es una especie de ?manual de pedofilia?, que incluye consejos como ?jamás tener una relación con niños ricos?. El libro de Spricigo, que fue descubierto por casualidad por una monja que lo llevó a la Policía brasileña, también contiene ?diez reglas para actuar y quedar impunes?. ?Llueven niños seguros y confiables que son sensuales y que mantienen un total secreto, que sienten la falta del padre y viven sólo con la madre (?) Soy un seductor, seguro y calmo. Basta aplicar las reglas y el chico caerá en mis manos y seremos felices para siempre?, anotó el religioso en su escalofriante?manual?. La lista de casos de depravados y criminales ocultos bajo las sotanas se antoja interminable: En Chile, el religioso Jaime Low Cabeza, fue detenido por presunto estupro y abuso sexual contra menores. Los abusos que supuestamente afectaron a cinco menores -todos varonesde entre 15 y 17 años- se habrían concretado cuando el religioso se desempeñaba en la pastoral juvenil de la parroquia. En 2001, el religioso salesiano Carlos Larraín fue acusado de abusos contra una menor de nueve años en la época en que se desempeñaba como director del Colegio María Auxiliadora (entre 1997 y 1999). En abril de 2004, el sacerdote Víctor Hugo Carrera fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Santiago, luego de permanecer tres años como prófugo de la justicia, pues fue acusado de abuso sexual contra un menor en 1999 en Punta Arenas. Mientras en Paraguay el obispo Fernando Lugo reconoció haber cometido estupro siendo obispo, y niños sordomudos denunciaron haber sido violados por curas en Verona, en México denuncian que existen logias protegen a estos criminales. El cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera y el arzobispo de Los Angeles, Roger Mahony, habrían encubierto a un sacerdote mexicano acusado de varios casos de abuso sexual contra menores monaguillos bajo el paraguas de esta suerte de Odessa de pedófilos. La deportación por parte de las autoridades de la Santa Iglesia de Roma, con destino a Paraguay, de varios sacerdotes católicos acusados de haber abusado sexualmente de menores en todas las latitudes del orbe, aumenta las sospechas en cuanto al encubrimiento brindado a estos criminales. No hace mucho que en un ambiente caldeado laicos organizados y fieles católicos del Alto Paraná, a trescientos kilómetros de la capital del pais, denunciaron que en su comunidad se habían refugiado en un seminario los padres Carlos Urrutigoity y Eric Ensey, acusados de abuso sexual en Estados Unidos. Es demasiado casual que estos criminales se hayan refugiado en el Paraguay poco después del triunfo electoral del obispo Fernando Lugo, que se produjo en ancas de algunas de las más reaccionarias fuerzas atávicas de este Paraguay surrealista: el pensamiento mágico, la tradición autoritaria y el machismo con el cual fue denigrada un candidata mujer. Para concluir esta descripción del Paraguay, podríamos tomar prestadas palabras publicadas en la Jornada de Oriente con la firma de Anamaría Ashwel, y sólo cambiar la palabra México por Paraguay: ?una oscurantista alianza masculina, mayormente de políticos y sacerdotes, han regresado el tiempo de México al Virreinato: han legislado para quitarle el derecho a la mujer sobre su cuerpo. Sacerdotes supuestamente célibes, abiertamente misóginos, muchos pedófilos y desconocedores absolutos de la condición fisiológica y social de las mujeres ?y encima vestidos con faldas largas? representando valores culturales que para las mujeres caducaron con el Virreinato, apuntalaron el voto de políticos que decidió que las mujeres sólo tienen el derecho a estar preñadas.? EXTORSIÓN EN LA SACRISTÍA Pero el obispo no sólo cometía sus delitos sexuales mientras preparaba los sermones, también era chantajeado con otros secretos de sacristía. El obispo de Concepción, Zacarías Ortiz, conmocionó hoy a la opinión pública revelando que el dirigente campesino Elvio Benítez y José ?Pakova? Ledesma extorsionaban al clérigo-presidente en base al conocimiento de sus perversiones, de allí la forma milagrosa en que obtenían de Lugo todas las concesiones y privilegios en el gobierno. Según el obispo, el dirigente y el gobernador tenían entre ?la espada y la pared? al presidente, aprovechando que manejaban la información. Recordó que Fernando Lugo fue obispo de San Pedro y por su trabajo de años en esa región conoce muy bien a Elvio Benítez y José Ledesma. Ver: www.abc.com.py/2009-04-15/articulos/512779/aseguran-que-campesino-y-gobe La revelación explicaría la extraordinaria influencia de ciertos grupos en el gobierno del obispo, entre otros Tekojojá y Pmas, que sin grandes méritos- el PMas ni siquiera logró un representante en diputados- obtienen una desproporcionada participación en el gobierno del obispo. Tiempo atrás el referente principal del Pmas, Camilo Soares, fue acusado de ser el organizador de orgías del obispo en una mansión en una isla sobre el río. Su grupo, sin representación parlamentaria, controla tantas secretarías de estado como el Partido Liberal, con un tercio del más de centenar de bancas con que cuenta el Congreso bicameral de Paraguay. Otro caso curioso es el del secretario privado del presidente, Miguel Angel López Perito, cuya renuncia ?indeclinable? fue revocada cuando el clérigo-presidente aceptó que haría todo lo que su asistente ?a quien adjudicó el título ficticio de ?jefe de gabinete? le ordenaba. Otros hechos que se explicarían con la revelación del obispo Ortiz son las facilidades con que se autoadjudican dinero público algunos amigos del clérigo-presidente. ?Los amigos de Lugo toman por asalto las arcas públicas? graficó la situación el titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, advirtiendo que los recursos se manejan discrecionalmente. Fernando Lugo estuvo a punto de dejar de lado 31 programas del Ministerio de Agricultura para entregar una ofrenda de 8 millones de dólares a sus extorsionadores, y sólo revió su posición cuando fue amenazado con un juicio político y la destitución. El obispo Fernando Lugo ganó las elecciones paraguayas con gran respaldo del embajador norteamericano James Cason, el 20 de abril de 2008. Lo curioso de todo es que la prensa mediática insiste en incluirlo en la lista de presidentes ?izquierdistas? de Sudamérica, aunque la realidad de los hechos digan otra cosa. Para su campaña proselitista contó con la invalorable ayuda de la prensa vinculada a la SIP, National Endowment for Democracy y empresarios vinculados al Plan Cóndor y la Secta Moon. A poco de asumir, firmó acuerdos en materia represiva con Alvaro Uribe, y ordenó un operativo militar en el norte del PARAGUAY que implicó torturas y ejecuciones extra-judiciales de campesinos. La represión obedeció al clamor de oligarcas ganaderos en la zona en conflicto, varios de ellos brasileños que se apropiaron de tierras sujetas a reforma agraria. Recientemente agasajó a la SIP, y en su discurso condenó las políticas comunicaciones de Cuba y Venezuela. Las revelaciones de Ortiz y el escándalo por estupro desatado en plena semana santa, con una confesión posterior como regalo de Pascuas, plantean la angustiosa interrogante de cuántos otros secretos de sacristía son esgrimidos por otros influyentes personajes del entorno palaciego de Fernando Lugo. ¿LO SANCIONARÁ LA IGLESIA CATÓLICA? La confesión del obispo Fernando Lugo de haber cometido estupro lo hace candidato a engrosar esta lista publicada por Pepe Sánchez. Sirva recordar sucintamente algunos casos notables que han protagonizado diferentes prelados durante la última década: -- Alphonsus Penney, arzobispo de la diócesis de San Juan de Terranova (Canadá), dimitió, en julio de 1990, por haber encubierto decenas de delitos sexuales cometidos contra unos 50 menores por más de una veintena de sacerdotes de su diócesis. -- Hubert Patrick O'Connor, obispo de Prince George (Canadá), en febrero de 1991, fue formalmente acusado por la Policía de haber violado a varias mujeres y de cometer asaltos obscenos contra varias otras. -- Eamon Casey, obispo de Dublín (Irlanda), dimitió, en mayo de 1992, tras conocerse que era padre de un adolescente y que de los fondos de la diócesis había pagado a la madre, en 1990, unos doce millones de pesetas "para gastos". -- Rudolf Bär, obispo de Rotterdan (Holanda), fue forzado a presentar su dimisión, en marzo de 1993, tras ser acusado de "homosexual". -- Hansjoerg Vogel, obispo de Basilea (Suiza), dimitió de su cargo, en junio de 1995, debido a que estaba esperando un hijo de su amante. -- Roderick Wright, obispo de la diócesis de Argyll y las Islas (Escocia), dimitió, en septiembre de 1996, tras haber protagonizado una ruidosa fuga con una atractiva feligresa. -- Hans Hermann Gröer, cardenal y arzobispo de Viena (Austria) y presidente de la Conferencia Episcopal austriaca, fue forzado a dimitir de todos su cargos, en abril de 1998, tras ser acusado, en 1995, de cometer una diversidad de delitos sexuales contra menores, por una decena de antiguos seminaristas de los que fue confesor (ver Caso 6). -- John Aloysius Ward, arzobispo de Cardiff (Irlanda), fue sustituido al frente de su diócesis, por el Vaticano, en diciembre de 2000, por la presión social desencadenada por haber encubierto a dos curas pedófilos de su diócesis que acabaron encarcelados, aunque la causa oficial para dejar su puesto fue la convalecencia de una trombosis. -- Pierre Pican, obispo de la diócesis francesa de Bayeux Lisieux, fue condenado, en septiembre de 2001, a tres meses de prisión por haber encubierto a un sacerdote pederasta (ver Caso 4). -- Anthony J. O'Connell, obispo de Palm Beach (Florida), dimitió en marzo de 2002 tras admitir haber abusado de dos seminaristas; con uno de ellos, a finales de la década de los setenta, se había metido en la cama, desnudo, cuando el joven acudió a él para pedirle consejo pastoral. O'Connell reconoció que su diócesis pagó a su víctima, en 1976, la suma de 125.000 dólares para ocultar los hechos (que incluían los tocamientos de O'Connell y los abusos sexuales de otros dos sacerdotes). "Ninguna de las personas que me nombró para este cargo lo sabía. Aunque siempre supe que estaba en mi pasado, no lo reconocí", dijo el obispo. -- J. Keith Symons, el obispo anterior de Palm Beach al que O'Connell tuvo que sustituir en 1999, también debió dimitir tras verse obligado a admitir que había abusado de cinco monaguillos durante las décadas de los años 1950 y 1960. -- Julius Paetz, arzobispo de Poznan (Polonia), renunció al cargo, en marzo de 2002, tras haber sido acusado de cometer abusos sexuales sobre decenas de seminaristas (ver Caso 8). -- Brendan Comiskey, obispo de la diócesis irlandesa de Ferns, dimitió en abril de 2002, al hacerse público que encubrió los delitos sexuales que uno de sus sacerdotes cometió sobre varios menores (ver Caso 5). -- Franziskus Eisenbach, obispo auxiliar de la diócesis alemana de Maguncia, renunció a su cargo, en abril de 2002, a consecuencia de la denuncia presentada por la catedrática Anne Bäumer-Schleinkofer, en septiembre de 2000, acusando al prelado por abuso sexual y daños corporales. Fue la primera vez que la justicia alemana investigó a un obispo y, aunque el proceso fue sobreseído por el tribunal de Coblenza, en noviembre de 2001, por falta de pruebas, el obispado tuvo que reconocer que entre la denunciante y el obispo hubo "contacto corporal", quedando sin aclarar todo un trasfondo de otras posibles relaciones sexuales. -- Rembert Weakland, arzobispo de Milwaukee, solicitó al Vaticano, en mayo de 2002, que aceptase su jubilación anticipada tras saltar a la luz que compensó con 450.000 dólares a un ex amante adulto que le acusaba de violación. -- James Williams, obispo de Louisville (Kentucky), renunció en junio de 2002 tras ser acusado por uno de sus antiguos monaguillos, James Bennett, un joven de 33 años, que acusó al obispo Williams de haber abusado sexualmente de él hace 21 años, cuando fue su ayudante en una parroquia; al parecer no fue su única víctima, ya que otras 90 denuncias de otras tantas víctimas incidieron en lo mismo. -- James McCarthy, obispo auxiliar en la archidiócesis de Nueva York, dimitió de sus cargos en junio 2002 tras reconocer haber mantenido relaciones sexuales con varias mujeres, que en este caso eran todas mayores de edad. -- George Pell, arzobispo de Sydney, renunció temporalmente a su cargo en agosto de 2002 tras ser acusado de haber abusado sexualmente de un menor de 12 años en 1961. Tres meses antes, en junio de 2002, varios feligreses le habían acusado de encubrir delitos sexuales del clero, cuando fue obispo auxiliar en Melbourne, en 1993, ofreciendo dinero a las víctimas a cambio de silencio. -- Edgardo Storni, arzobispo de Santa Fe (Argentina), fue procesado judicialmente en agosto de 2002 acusado de haber abusado sexualmente de al menos una cincuentena de jovencitos, todos ellos seminaristas. El Vaticano le investigó por esta misma conducta en 1994, pero silenció su expediente. En el momento de cerrar la edición de este libro, a principios de septiembre de 2002, en el Vaticano se había adoptado la decisión de removerlo de su cargo, pero todavía no la había materializado (ver Caso 9). Nota: Storni fue removido de su cargo en octubre de 2002. -- Francisco José Cox, ex arzobispo de La Serena (Chile), fue recluido de por vida en un monasterio en noviembre de 2002 por "comportamiento impropio con niños varones". Los abusos sexuales a menores cometidos por este prelado se produjeron a lo largo de muchos años, pero sólo ahora la Iglesia tomó cartas en el asunto. La comunidad a la que pertenece el prelado, la de Shoenstatt, le examinó y le encontró "no apto pasiquicamente para la función pastoral". -- Bernard Law, arzobispo de Boston (Estados Unidos), fue finalmente "dimitido" en diciembre de 2002, más de un año después de que en su archidiócesis estallasen cientos de casos de delitos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes y encubiertos por el cardenal Law con plena conciencia y voluntad de proteger a los delincuentes con desprecio de sus víctimas (ver Caso 2). De todos los casos conocidos hasta la fecha, este cardenal es el que mayor número de delitos ha encubierto y ha propiciado (buena parte de los sacerdotes que encubrió volvieron a delinquir en numerosas ocasiones, cosa que pudieron hacer gracias a la protección continuada que les facilitó el cardenal). Al igual que sus colegas, prelados delincuentes sexuales por acción (agresores ellos mismos) o por omisión (encubridores y cómplices), Law tampoco ha sido juzgado por un comportamiento delictivo que ha protagonizado durante décadas. Sigue contando con la protección del Papa. Esta relación, que no pretende ser exhaustiva -son simples casos que figuran en mi archivo-, y que podría ser notablemente ampliada realizando una búsqueda en bases de datos internacionales, comprende una buena representación de las conductas relacionadas con la sexualidad, delictiva o no, protagonizadas por prelados católicos. Sin duda los casos apuntados constituyen una minoría entre el total de prelados, cierto, pero también lo es que éstos son unos pocos casos que han trascendido a la luz pública. Tan sólo con la notas que figuran en mi archivo podría alargar este listado con otros 26 casos parecidos que todavía no han aflorado al conocimiento público, pero no tiene especial interés hacer tal cosa. El total de casos asimilables que existen en todo el mundo, sin duda nos obligaría a ocupar decenas de páginas si pretendiésemos emprender una relación somera de los mismos.
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Las Revueltas en el Mundo Árabe: ¿El fin del Paradigma del Choque de Civilizaciones?

La idea del fin de la historia fue postulada en una cuestionable clave Hegeliana por Francis Fukuyama (1952), en un libro publicado en 1992 “The End of History and the Last Man”, en el cual sostenía que la verdadera conciliación de la historia la había logrado el capitalismo estructurado por los valores liberales. No es posible entender este postulado a menos que se lo piense desde la interpretación de Hegel que hace Fukuyama. En este sentido, Fukuyama no está afirmando el fin de los eventos, del mero discurrir de los hechos que desde el punto de vista del idealismo dialéctico llamaríamos la “realität”, sino que lo que se agota desde esta perspectiva es la postulación de una negatividad dialéctica propia de la historia profunda, la que en los términos de G.W.F.Hegel (1770-1831) llamaríamos “wirklichkeit”. El fin de la historia no es entendido como el fin de los acontecimientos, conmociones o guerras sino más bien en el sentido en que la historia se convierte en mero despliegue de una realidad plena de acontecimientos pero que no impugnan ni niegan la consagración definitiva de la idea del capitalismo liberal. En este esquema Fukuyama entiende que hay un fin de la historia por la imposibilidad del surgimiento de una negatividad dialéctica propia de la “wirklichkeit” o sea de la historia profunda determinante del concepto. A muchos intelectuales y centros de poder vinculados orgánicamente al imperialismo norteamericano, la tesis de Fukuyama los complacía y les era muy funcional en tanto ubicaba al comunismo en un plano de mera “realität”, o sea como una contingencia de la historia moderna, y por este medio pretendían invalidar teóricamente las inferencias de K.Marx (1818-1883) acerca de la negación dialéctica revolucionaria que enfrentaba necesariamente el capitalismo. Sin embargo si bien por un lado se sentían victoriosos ante la caída del muro y del socialismo real, lo cual podían conceptualizar como la demostración de que el comunismo no era más que un episodio, apenas una pasajera contingencia de la historia, pero por otro lado atentos al entramado ideológico de estructuración de la plutocracia norteamericana, comprendían la necesidad de reformular una visión de la historia que se proyectara hacia el futuro y cargara de significación al obrar político. Curiosamente la caída del modelo comunista los dejaba en una orfandad que demandaba al sistema ideológico, la construcción de una nueva alteridad antagónica, acorde con un esquema que respondiera a ciertas tendencias maniqueas, arraigadas profundamente en las raíces calvinistas y puritanas que son constitutivas de cierto ideario de la sociedad norteamericana. Algunos intelectuales orgánicos postularon al paradigma del choque civilizatorio como aquel que sería capaz de articular los objetivos políticos y militares imperiales con los intereses de los grandes grupos capitalistas. Esta estructura de poder fue analizada hace ya dos generaciones por Robert Merton (1910-2003) al que probablemente habría que reforzar conceptualmente en la actualidad con una potenciación del rol integrador y articulador que cumplen las corporaciones mediáticas. Entendieron los representantes de esta “nueva derecha” que este paradigma del choque de civilizaciones podría articular los diversos intereses de la plutocracia norteamericana, consolidando un esquema interpretativo capaz de reemplazar al de la guerra fría. Uno de esos intelectuales fue Samuel P. Huntington (1927-2008) quién publico en 1996 “The clash of civilizations and the remaking of world order”, con la aspiración de ofrecer un nuevo paradigma y a su vez una interpretación global tras la guerra fría. Enmarca su propuesta en la idea de que no puede haber verdaderos amigos sin que existan verdaderos enemigos y entiende que en el mundo posterior al de la guerra fría son las identidades civilizatorias las que marcarán las pautas de antinomias. Específicamente Huntington considera que la supervivencia de Occidente depende de que los estadounidenses reafirmen su identidad occidental y que el resto de los occidentales (europeos, canadienses, australianos etc.) acepten su civilización como única pero no universal, uniéndose para renovarla y preservarla. Huntington defendía la idea de que las diferencias determinantes entre pueblos ya no serían ideológicas o económicas sino más bien culturales. La política sería ahora a su entender, una forma de afirmación de identidad por medio de lo que llama la política de la etnicidad, lo cual deviene en el concepto de choque de civilizaciones como el paradigma que esta derecha imperial norteamericana propuso como ideología articuladora de la acción. En un postulado que probablemente sea uno de los más endebles de su esquema teórico, construye un concepto de un mundo civilizatorio musulmán, determinado por su religión: el Islam. Este criterio conceptual para poder acotar y determinar una civilización, Huntington no lo mantiene por ejemplo en la identificación de una civilización que llama occidental, la cual no es definida a partir de su religión. Tampoco mantiene el criterio con el caso de una civilización japonesa donde adopta el nombre de un país y es muy notable como manipula el concepto en relación con una civilización africana en donde la define por su ubicación geográfica continental. Semejante falta de criterio sistemático e incapacidad de definir lo que entiende por civilización (a pesar del uso que hace de A. Toynbee) no es sin embargo un obstáculo y acaso sea una ventaja para su instrumentalización pragmática y flexible por parte del poder plutocrático norteamericano a través de los medios oligopólicos de comunicación. Tanto la crisis de hegemonía imperial de EEUU a la que estamos asistiendo en el siglo XXI, como la crisis de los sectores dominantes locales en el mundo árabe, que se ha hecho tan visible en 2010 y 2011 ya sea tanto para sus versiones monárquicas-feudales como también para las laicas-autoritarias y también allí donde la influencia religiosa tiende a coaccionar a la diversidad de la sociedad civil, abren la posibilidad de repensar esta matriz ideológica desarrollada desde los EEUU en los últimos veinte años. Indudablemente a la hora de considerar razones y desencadenantes de las revueltas populares en el Mágreb y en el Máshreq, debemos mencionar el aumento del precio de los alimentos, las políticas de ajuste neoliberal, la desregulación que prácticamente todos los gobiernos ejecutaban, el insostenible autoritarismo y corrupción venal, el nepotismo prebendario con poderes anacrónicamente hereditarios o dominados por unas pocas familias, con muy limitadas expresiones democráticas y con férreos controles estatales de la vida civil. Las revueltas sobre todo en este año 2011 han ganado una visibilidad mediática y comunicacional que repentinamente abren la posibilidad a un conocimiento que habilita a las audiencias occidentales a una mayor empatía. Esta visibilidad está rompiendo con los estereotipos construidos por occidente sobre los árabes musulmanes presentados durante años como si fueran una aterradora masa de fanáticos terroristas fundamentalistas. Tenemos la oportunidad de quebrar la visión impuesta de una alteridad radicalmente enemiga de los valores de la libertad y de toda forma de vida política democrática. Conocerlos aunque sea sesgadamente por los medios de comunicación y las redes sociales desde sus vulnerabilidades, nos permite tal como invitaba el filósofo argentino Enrique Dussel (1934), a pensarlos como víctimas vivientes con exigencias incumplidas, los coloca en una situación de comprensión e incluso de cierta afinidad. Súbitamente lo que era extrañeza radical y temor visceral se convierte en una posibilidad de reconocimiento y empatía que trastoca la construcción imperial del choque de civilizaciones. ALTERIDAD Y CONSTRUCCIÓN DEL ANTAGONISTA A partir de las imágenes difundidas de las revueltas en la mayoría de los países tanto del Mágreb como del Máshreq, ha habido un impacto en los espectadores y analistas al ver alterado el estereotipo iconográfico que se había construido en occidente de los árabes. Los antiguamente dóciles, supinos impenitentes, colonialmente serviles árabes dibujados por los europeos en el siglo XIX, luego en décadas más recientes fueron reconvertidos en feroces, homogéneos, unidimensionales fundamentalistas y temerarios terroristas. Por su gran visibilidad se transformaron muy repentinamente ante las cámaras de televisión y las redes sociales en los luchadores por la dignidad y libertad que occidente suele considerar como su patrimonio exclusivo. Enarbolan las banderas de la democracia, de los derechos civiles, de la libertad política y sin embargo, contradiciendo la imagen impuesta, son de heterogénea identidad musulmana. Si hacemos un poco de historia recordaremos que al momento de formarse La Liga de los Estados Árabes como una organización regional en 1945, tenía como objetivo apoyar la lucha por la independencia, preservar su patrimonio cultural, afianzar las relaciones entre los países árabes y su defensa, para luchar contra el colonialismo, apoyados en el movimiento de países no alineados. La elaboración del estatuto en 1944 y luego el protocolo de Alejandría expresaba la voluntad de conformar una liga, lo que se logró en 1945 en El Cairo con la participación de Arabia Saudita, Egipto, Irak, Líbano, Siria, Transjordania y Yemen impulsando la idea de que el colonialismo solo podía ser superado por el panarabismo y la conformación política de una alianza. Esa larga lucha anticolonial tenía claramente un componente identitario basado no en la religión musulmana sino en la pertenecía a una etnia común conocida como árabe. Reconociendo matices lingüísticos, culturales y aún religiosos podían sin embargo establecer una afinidad suficiente que les permitía concebir desde una base étnica una posible elaboración de una praxis política común, en la cual lo religioso era solo una dimensión, facilitando la construcción de un poder ampliado para la difícil confrontación con occidente. Desde ese momento en la posguerra, con una unidad facilitada por una dimensión étnica y política, hasta la última década del siglo XX, la determinación por occidente del juego de amigo enemigo en la relación con los países árabes, estaba enmarcada en la lógica de la guerra fría. Pero a partir del derrumbe del modelo soviético, occidente resignifica a los árabes utilizando viejos esquemas etnocéntricos que E.Said (1935) analiza bajo la categoría de orientalismo. La construcción del terrorista como lógica dominante del pensar árabe se logra en el marco de una elaboración del concepto de “orientalismo” que es una forma en que los occidentales conciben y se relacionan con una alteridad, aunque sea una condición unificadora expresamente rechazada por los denotados en dicho concepto. El mismo S. Huntington debe admitir que la unidad de lo que no es Occidente y la dicotomía Oriente-Occidente es una elaboración de estos últimos, agrego que a mi entender esa construcción es producto de lógicas colonialistas funcionales al imperialismo norteamericano del siglo XX. La vergonzosa elaboración posterior de la categoría de terrorista como aplicable a todo musulmán por su mera condición religiosa, como si fuera una marca antropológica constitutiva, implica despojar convenientemente de racionalidad y consiguientemente de humanidad a esa alteridad impugnada. Al ser despojados en este ideario occidental de humanidad, a esos seres humanos el poder imperial los puede invadir, matar, torturar, secuestrar, bombardear a quienes no son denominados como seres humanos sino como terroristas. Este abominable proceder convierte a los árabes en peligrosos actores constitutivamente irracionales y antagónicos, despojados por este paradigma civilizatorio de los atributos esenciales de la condición humana. En esos supuestos de fosilización antropológica S. Huntington entiende que la historia de la humanidad ya no es la historia de las luchas de clases sino la historia de las civilizaciones como entidades culturales irremediablemente enfrentadas. Emmanuel Lévinas (1906-1995) había hecho notar con acierto que la pretensión de completa inteligibilidad de la alteridad, podía tentarnos a creer que ello implicaría la solución de los conflictos. Sin duda es una esperanza algo cándida la de creer que el mero conocimiento de la alteridad pueda de por sí, ser una instancia de solución definitiva de los conflictos, en la que lo mismo y lo otro se resuelven. Esta ingenuidad humanista tiene el enorme riesgo de requerir la reducción o la simple conversión del otro en lo mismo, mediante la subordinación de lo otro a lo mismo. No se trata de solo ver lo que nos acerca o nos emparenta, ignorando lo que nos diferencia, pues ello implica una peligrosa simplificación capaz de convertir el esfuerzo de conocer al otro en inconducente. El ser para el otro, es según Lévinas, un momento ético de respeto por la alteridad, de apertura hacia los otros en perspectiva diacrónica. Ante el giro de los acontecimientos políticos en los países árabes, parece el momento oportuno para profundizar el esfuerzo por derribar el paradigma de Huntington, demandando entre otras cosas el respeto a la alteridad, lo cual implica sin embargo cierta forma de aceptación de la diferencia, pero ello no significa asumir lo que nos diferencia, como lo determinante y además como radicalmente antagónico. En forma sorpresiva los levantamientos en 2011 visualizados en los medios de comunicación y redes sociales posibilitan un cuestionamiento al estereotipo de alteridad antagónica. Es un hecho notable y personalmente sospecho que no es casual, que en medio de esa posible reconsideración, la administración de Barack Obama decida asesinar, violando la soberanía territorial de Pakistán y todos los principios de legalidad y defensa en juicio que occidente dice defender, así como los más elementales derechos humanos, a quien identifica como líder del movimiento fundamentalista Al Qaeda, justamente el icono más representativo de esa imagen de alteridad antagónica, intentando por este medio criminal recentrar el concepto del terrorista como marca de identidad árabe. De ninguna manera adherimos a las ideas implícitas en el discurso “terrorista” de que no hay víctimas inocentes, ni a la reducción que suelen hacer estos grupos, de la política al ejercicio de la violencia por parte de pequeñas vanguardias. Nosotros en Iniciativa pretendemos ser parte de un movimiento popular y democrático y desde esta concepción de la política es desde donde ponderamos los hechos. No podemos dejar de notar el carácter especular que ha tenido la acción del imperialismo norteamericano al enfrentar a esos enemigos, pues han avasallado todos los valores que occidente dice defender. El imperialismo está muy cómodo con la categoría del enemigo terrorista como alteridad antagónica, pues es un ideario estructurante de sus lógicas políticas y económicas imperiales, por lo que debemos dar una batalla conceptual para intentar capitalizar este momento a favor de la abolición del paradigma del choque civilizatorio en pos del desarrollo de valores más democráticos y populares respetuosos de la alteridad y de los derechos humanos.
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EL FIN DEL ANONIMATO EN INTERNET

Hace no mucho tiempo, los teóricos se preocupaban porque Internet era un lugar en el que prosperaba el anonimato. Ahora parece ser el lugar de su muerte. Una pasajera en New York que tuvo un enfrentamiento verbal con un conductor de tren dijo en el altercado: "¿Usted sabe a qué universidades he ido y la buena educación que tengo?". Tras esta declaración, fue identificada públicamente luego de que otro pasajero colocara en YouTube un video del intercambio tomado con un celular. La mujer, que había estudiado en la Universidad de Nueva York, fue ridiculizada por los blogueros, uno de los cuales dijo que es el último de una serie episodios en que "gente se ve identificada y avergonzada en la Red". Mujeres que mantuvieron un intercambio de mensajes con el ex diputado Anthony Weiner descubrieron lo rápido que usuarios de Internet pueden descubrir los detalles de la vida on line de una persona. Lo mismo sucedió con aquellos individuos que incendiaron autos y saquearon tiendas luego de la derrota en la copa Stanley de Vancouver, cuando fueron identificados en la Red. La inteligencia colectiva de los dos mil millones de usuarios de Internet y las huellas dactilares digitales que dejan tantos usuarios en sitios en la Red, se combinan para hacer cada vez más probable que cada video embarazoso, cada foto íntima y cada mensaje de correo electrónico poco decoroso sea atribuido a su fuente, aunque no lo desee. Esta inteligencia hace que la esfera pública sea más pública que nunca, y veces hace que las vidas personales aparezcan a la vista de todos. Para algunos esto podría llevar a comparaciones con los agentes de gobiernos represivos en medio oriente que monitorean las protestas on line y castigan a los responsables off line. Pero los efectos positivos pueden ser numerosos: se puede descubrir crimines, se puede desaprobar la falsedad e individuos pueden convertirse en íconos de Internet. Un ejemplo de esto fue lo que le ocurrió al fotógrafo freelance Rich Lam, que vio en sus retratos de disturbios en Vancouver varias tomas de un hombre y una mujer, rodeados por agentes de policía con equipo antidisturbios, en medio de un beso como si nadie estuviese mirando. Cuando se publicaron las fotos, se creó una red mundial para identificar a la "pareja del beso". En pocos días los parientes de la pareja dieron su identidad a sitios de Internet, hasta terminar en un programa de TV: Scott Jones y Alex Thomas son la prueba más reciente de que gracias a la Red, cualquier día puede ser recordado en todo el mundo. "Es sorprendente que alguien tomara una foto" dijo Thomas en durante la entrevista. La "pareja del beso" disfrutará su minuto de fama, pero lo más sorprendente es que fuera descubierta. Esta erosión del anonimato es producto de los servicios de medios sociales ubicuos, incluyendo cámaras en celulares baratos, sitios gratuitos para subir fotos y videos a la Red y, quizás lo más importante, un cambio en lo que la gente considera que debe ser público y lo que debe ser privado. Los expertos dicen que los sitios como Facebook, que requieren identidades reales y alientan el intercambio de fotografías y videos, han acelerado este cambio. "Los humanos no quieren otra cosa que estar conectados y las compañías que nos conectan electrónicamente quieren saber quién dice qué y dónde", dijo Susan Crawford, profesora de la facultad de Derecho Benjamin Cardozo. "Como resultado de ello, nos conocemos más que nunca", agregó. Esta creciente "publicidad" como se la conoce, viene con consecuencias significativas para el comercio, para el discurso político y para el derecho a la privacidad de la gente común. Hay esfuerzos de gobiernos y corporaciones por crear sistemas de identidad on line. La tecnología tendrá un rol aún mayor en la identificación de individuos en un tiempo anónimos: Facebook, por ejemplo, ya está usando tecnología de reconocimiento facial de maneras que son alarmantes para los entes reguladores europeos. Luego de los disturbios en Vancouver, la gente local no necesitó tecnología de reconocimiento facial: simplemente recorrieron los sitios de medios sociales para tratar de identificar alguna gente involucrada, como Nathan Kotylak, de 17 años, estrella del equipo juvenil de waterpolo de Canadá. En Facebook, Kotylak pidió disculpas por el daño que causó. Las acusaciones no solo lo afectaron a él, también afectaron a su familia: medios noticiosos locales informaron que su padre, un médico vio caer su ranking en RateMDs.com , un sitio que permite calificar el desempeño de un especialista, luego de que los usuarios de Internet subieran comentarios negativos sobre el desempeño de su hijo en los disturbios. Asimismo, otras personas fueron al sitio para defender al médico y mejorar su posición en el listado. Cosa predecible, hubo una reacción frente a la identificación vía Internet de la gente involucrada en los disturbios provocados por el consumo de alcohol. Camille Cacnio, estudiante de Vancouver que fue fotografiada durante los disturbios y que reconoció haber cometido un robo, escribió en su blog que la "caza de brujas del siglo XXI" en internet es "otra forma de patoterismo". En la zona de Nueva York la pasajera que fue sometida a burlas on line la semana pasada cerró sus cuentas de Twitter y LinkedIn cuando su nombre apareció en los blogs. Aunque la persona que subió el video de celular lo bajó, otra gente lo reprodujo rápidamente, lo que extendió la vida de la historia. El que subió originalmente el video se mantiene en el anonimato porque su cuenta de YouTube fue cerrada. A medio mundo de distancia, en países del medio oriente como Irán y Siria, activistas han tenido éxito en algunos casos en identificar víctimas de violencia dictatorial a través de la subida anónima de videos a YouTube. También han tenido éxito en identificar falsificaciones: en un caso muy publicitado este mes, se descubrió que una bloguera que sostuvo ser una lesbiana sirio-estadounidense y que se hacía llamar "Chica gay en Damasco" era un hombre estadounidense, Tom MacMaster . La investigación fue encabezada por Andy Carvin, estratega de NPR que ha cubierto las protestas de medio oriente exhaustivamente en Twitter. Cuando fuentes suyas dudaron de la identidad del blogger, "Comencé a hacer preguntas en Twitter y Facebook", recordó Carvin en CNN. "¿Alguno la conoce personalmente? ¿La conocen de algún modo? Cuanto más preguntaba, menos descubría, porque nadie la había conocido, ni siquiera los reporteros que supuestamente la habían entrevistado personalmente". Carvin, sus seguidores online y otros usaron fotos y datos de registro para vincular el blog con la esposa de MacMaster. "La publicidad -algo que se asocia habitualmente con los famosos- ya no es algo escaso", dijo Dave Morgan CEO de Simulmedia, en un ensayo este mes. Sostuvo eso porque "no puede hacerse que Internet olvide" imágenes y momentos del pasado, como un estallido de bronca en un transporte público o un beso en medio de disturbios. "La realidad de un mundo inescapablemente público es algo de lo que se va a seguir hablando cada vez más". © NYT Traducción de Gabriel Zadunaisky.
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LOS PECADOS DE LA IGLESIA CATOLICA

ESTUPRO EN EL OBISPADO Y EXTORSIÓN EN LA SACRISTÍA Una escabrosa historia de encubrimiento a un farsante acabó en gran parte este lunes de pascuas, cuando el obispo Fernando Lugo reconoció públicamente ante las cámaras de Televisión haber tenido relaciones con una jovencita de 16 años, Viviana Carrillo, en tiempos en que se desempeñaba como Obispo de San Pedro, y abrió en Paraguay el debate que ya estaba instalado en otras latitudes: el de los escándalos aberrantes que de un tiempo atrás sacuden a la iglesia católica. No está demás mencionar que la Iglesia Católica protege a estos delincuentes para defender su propia imagen en lugar de denunciarlos y expulsarlos para defender al resto de ciudadanos. La mayoría de los casos de pedofilia se han intentado resolver internamente, trasladando a los curas pederastas a otras parroquias y hablando con las familias para evitar las denuncias. Lejos está Paraguay de ser un caso aislado en Sudamérica. Un grave escándalo, de características y dimensiones similares al que estalló hace tres años en Estados Unidos, se instaló recientemente en los altares de la Iglesia Católica de Brasil.. Entre ellos figura el sacerdote Félix Barbosa Carreiro, quien hace unas semanas fue detenido tras ser sorprendido en una orgía de droga y sexo con 4 adolescentes, y que acusó a ?otros 12 padres? de incurrir en prácticas similares. Otro caso es del padre Alfieri Eduardo Bompani, de 45 años, quien grababa videos y escribía un diario donde daba cuenta de sus acciones. El más repulsivo es el caso es el del padre Tarcisio Spricigo, que abusó de varios menores antes de ser arrestado por haber violado un pequeño de sólo cinco años de edad. En los documentos y pruebsa del proceso contra el cura ha sido incluido un diario, que es una especie de ?manual de pedofilia?, que incluye consejos como ?jamás tener una relación con niños ricos?. El libro de Spricigo, que fue descubierto por casualidad por una monja que lo llevó a la Policía brasileña, también contiene ?diez reglas para actuar y quedar impunes?. ?Llueven niños seguros y confiables que son sensuales y que mantienen un total secreto, que sienten la falta del padre y viven sólo con la madre (?) Soy un seductor, seguro y calmo. Basta aplicar las reglas y el chico caerá en mis manos y seremos felices para siempre?, anotó el religioso en su escalofriante?manual?. La lista de casos de depravados y criminales ocultos bajo las sotanas se antoja interminable: En Chile, el religioso Jaime Low Cabeza, fue detenido por presunto estupro y abuso sexual contra menores. Los abusos que supuestamente afectaron a cinco menores -todos varonesde entre 15 y 17 años- se habrían concretado cuando el religioso se desempeñaba en la pastoral juvenil de la parroquia. En 2001, el religioso salesiano Carlos Larraín fue acusado de abusos contra una menor de nueve años en la época en que se desempeñaba como director del Colegio María Auxiliadora (entre 1997 y 1999). En abril de 2004, el sacerdote Víctor Hugo Carrera fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Santiago, luego de permanecer tres años como prófugo de la justicia, pues fue acusado de abuso sexual contra un menor en 1999 en Punta Arenas. Mientras en Paraguay el obispo Fernando Lugo reconoció haber cometido estupro siendo obispo, y niños sordomudos denunciaron haber sido violados por curas en Verona, en México denuncian que existen logias protegen a estos criminales. El cardenal mexicano Norberto Rivera Carrera y el arzobispo de Los Angeles, Roger Mahony, habrían encubierto a un sacerdote mexicano acusado de varios casos de abuso sexual contra menores monaguillos bajo el paraguas de esta suerte de Odessa de pedófilos. La deportación por parte de las autoridades de la Santa Iglesia de Roma, con destino a Paraguay, de varios sacerdotes católicos acusados de haber abusado sexualmente de menores en todas las latitudes del orbe, aumenta las sospechas en cuanto al encubrimiento brindado a estos criminales. No hace mucho que en un ambiente caldeado laicos organizados y fieles católicos del Alto Paraná, a trescientos kilómetros de la capital del pais, denunciaron que en su comunidad se habían refugiado en un seminario los padres Carlos Urrutigoity y Eric Ensey, acusados de abuso sexual en Estados Unidos. Es demasiado casual que estos criminales se hayan refugiado en el Paraguay poco después del triunfo electoral del obispo Fernando Lugo, que se produjo en ancas de algunas de las más reaccionarias fuerzas atávicas de este Paraguay surrealista: el pensamiento mágico, la tradición autoritaria y el machismo con el cual fue denigrada un candidata mujer. Para concluir esta descripción del Paraguay, podríamos tomar prestadas palabras publicadas en la Jornada de Oriente con la firma de Anamaría Ashwel, y sólo cambiar la palabra México por Paraguay: ?una oscurantista alianza masculina, mayormente de políticos y sacerdotes, han regresado el tiempo de México al Virreinato: han legislado para quitarle el derecho a la mujer sobre su cuerpo. Sacerdotes supuestamente célibes, abiertamente misóginos, muchos pedófilos y desconocedores absolutos de la condición fisiológica y social de las mujeres ?y encima vestidos con faldas largas? representando valores culturales que para las mujeres caducaron con el Virreinato, apuntalaron el voto de políticos que decidió que las mujeres sólo tienen el derecho a estar preñadas.? EXTORSIÓN EN LA SACRISTÍA Pero el obispo no sólo cometía sus delitos sexuales mientras preparaba los sermones, también era chantajeado con otros secretos de sacristía. El obispo de Concepción, Zacarías Ortiz, conmocionó hoy a la opinión pública revelando que el dirigente campesino Elvio Benítez y José ?Pakova? Ledesma extorsionaban al clérigo-presidente en base al conocimiento de sus perversiones, de allí la forma milagrosa en que obtenían de Lugo todas las concesiones y privilegios en el gobierno. Según el obispo, el dirigente y el gobernador tenían entre ?la espada y la pared? al presidente, aprovechando que manejaban la información. Recordó que Fernando Lugo fue obispo de San Pedro y por su trabajo de años en esa región conoce muy bien a Elvio Benítez y José Ledesma. Ver: www.abc.com.py/2009-04-15/articulos/512779/aseguran-que-campesino-y-gobe La revelación explicaría la extraordinaria influencia de ciertos grupos en el gobierno del obispo, entre otros Tekojojá y Pmas, que sin grandes méritos- el PMas ni siquiera logró un representante en diputados- obtienen una desproporcionada participación en el gobierno del obispo. Tiempo atrás el referente principal del Pmas, Camilo Soares, fue acusado de ser el organizador de orgías del obispo en una mansión en una isla sobre el río. Su grupo, sin representación parlamentaria, controla tantas secretarías de estado como el Partido Liberal, con un tercio del más de centenar de bancas con que cuenta el Congreso bicameral de Paraguay. Otro caso curioso es el del secretario privado del presidente, Miguel Angel López Perito, cuya renuncia ?indeclinable? fue revocada cuando el clérigo-presidente aceptó que haría todo lo que su asistente ?a quien adjudicó el título ficticio de ?jefe de gabinete? le ordenaba. Otros hechos que se explicarían con la revelación del obispo Ortiz son las facilidades con que se autoadjudican dinero público algunos amigos del clérigo-presidente. ?Los amigos de Lugo toman por asalto las arcas públicas? graficó la situación el titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, advirtiendo que los recursos se manejan discrecionalmente. Fernando Lugo estuvo a punto de dejar de lado 31 programas del Ministerio de Agricultura para entregar una ofrenda de 8 millones de dólares a sus extorsionadores, y sólo revió su posición cuando fue amenazado con un juicio político y la destitución. El obispo Fernando Lugo ganó las elecciones paraguayas con gran respaldo del embajador norteamericano James Cason, el 20 de abril de 2008. Lo curioso de todo es que la prensa mediática insiste en incluirlo en la lista de presidentes ?izquierdistas? de Sudamérica, aunque la realidad de los hechos digan otra cosa. Para su campaña proselitista contó con la invalorable ayuda de la prensa vinculada a la SIP, National Endowment for Democracy y empresarios vinculados al Plan Cóndor y la Secta Moon. A poco de asumir, firmó acuerdos en materia represiva con Alvaro Uribe, y ordenó un operativo militar en el norte del PARAGUAY que implicó torturas y ejecuciones extra-judiciales de campesinos. La represión obedeció al clamor de oligarcas ganaderos en la zona en conflicto, varios de ellos brasileños que se apropiaron de tierras sujetas a reforma agraria. Recientemente agasajó a la SIP, y en su discurso condenó las políticas comunicaciones de Cuba y Venezuela. Las revelaciones de Ortiz y el escándalo por estupro desatado en plena semana santa, con una confesión posterior como regalo de Pascuas, plantean la angustiosa interrogante de cuántos otros secretos de sacristía son esgrimidos por otros influyentes personajes del entorno palaciego de Fernando Lugo. ¿LO SANCIONARÁ LA IGLESIA CATÓLICA? La confesión del obispo Fernando Lugo de haber cometido estupro lo hace candidato a engrosar esta lista publicada por Pepe Sánchez. Sirva recordar sucintamente algunos casos notables que han protagonizado diferentes prelados durante la última década: -- Alphonsus Penney, arzobispo de la diócesis de San Juan de Terranova (Canadá), dimitió, en julio de 1990, por haber encubierto decenas de delitos sexuales cometidos contra unos 50 menores por más de una veintena de sacerdotes de su diócesis. -- Hubert Patrick O'Connor, obispo de Prince George (Canadá), en febrero de 1991, fue formalmente acusado por la Policía de haber violado a varias mujeres y de cometer asaltos obscenos contra varias otras. -- Eamon Casey, obispo de Dublín (Irlanda), dimitió, en mayo de 1992, tras conocerse que era padre de un adolescente y que de los fondos de la diócesis había pagado a la madre, en 1990, unos doce millones de pesetas "para gastos". -- Rudolf Bär, obispo de Rotterdan (Holanda), fue forzado a presentar su dimisión, en marzo de 1993, tras ser acusado de "homosexual". -- Hansjoerg Vogel, obispo de Basilea (Suiza), dimitió de su cargo, en junio de 1995, debido a que estaba esperando un hijo de su amante. -- Roderick Wright, obispo de la diócesis de Argyll y las Islas (Escocia), dimitió, en septiembre de 1996, tras haber protagonizado una ruidosa fuga con una atractiva feligresa. -- Hans Hermann Gröer, cardenal y arzobispo de Viena (Austria) y presidente de la Conferencia Episcopal austriaca, fue forzado a dimitir de todos su cargos, en abril de 1998, tras ser acusado, en 1995, de cometer una diversidad de delitos sexuales contra menores, por una decena de antiguos seminaristas de los que fue confesor (ver Caso 6). -- John Aloysius Ward, arzobispo de Cardiff (Irlanda), fue sustituido al frente de su diócesis, por el Vaticano, en diciembre de 2000, por la presión social desencadenada por haber encubierto a dos curas pedófilos de su diócesis que acabaron encarcelados, aunque la causa oficial para dejar su puesto fue la convalecencia de una trombosis. -- Pierre Pican, obispo de la diócesis francesa de Bayeux Lisieux, fue condenado, en septiembre de 2001, a tres meses de prisión por haber encubierto a un sacerdote pederasta (ver Caso 4). -- Anthony J. O'Connell, obispo de Palm Beach (Florida), dimitió en marzo de 2002 tras admitir haber abusado de dos seminaristas; con uno de ellos, a finales de la década de los setenta, se había metido en la cama, desnudo, cuando el joven acudió a él para pedirle consejo pastoral. O'Connell reconoció que su diócesis pagó a su víctima, en 1976, la suma de 125.000 dólares para ocultar los hechos (que incluían los tocamientos de O'Connell y los abusos sexuales de otros dos sacerdotes). "Ninguna de las personas que me nombró para este cargo lo sabía. Aunque siempre supe que estaba en mi pasado, no lo reconocí", dijo el obispo. -- J. Keith Symons, el obispo anterior de Palm Beach al que O'Connell tuvo que sustituir en 1999, también debió dimitir tras verse obligado a admitir que había abusado de cinco monaguillos durante las décadas de los años 1950 y 1960. -- Julius Paetz, arzobispo de Poznan (Polonia), renunció al cargo, en marzo de 2002, tras haber sido acusado de cometer abusos sexuales sobre decenas de seminaristas (ver Caso 8). -- Brendan Comiskey, obispo de la diócesis irlandesa de Ferns, dimitió en abril de 2002, al hacerse público que encubrió los delitos sexuales que uno de sus sacerdotes cometió sobre varios menores (ver Caso 5). -- Franziskus Eisenbach, obispo auxiliar de la diócesis alemana de Maguncia, renunció a su cargo, en abril de 2002, a consecuencia de la denuncia presentada por la catedrática Anne Bäumer-Schleinkofer, en septiembre de 2000, acusando al prelado por abuso sexual y daños corporales. Fue la primera vez que la justicia alemana investigó a un obispo y, aunque el proceso fue sobreseído por el tribunal de Coblenza, en noviembre de 2001, por falta de pruebas, el obispado tuvo que reconocer que entre la denunciante y el obispo hubo "contacto corporal", quedando sin aclarar todo un trasfondo de otras posibles relaciones sexuales. -- Rembert Weakland, arzobispo de Milwaukee, solicitó al Vaticano, en mayo de 2002, que aceptase su jubilación anticipada tras saltar a la luz que compensó con 450.000 dólares a un ex amante adulto que le acusaba de violación. -- James Williams, obispo de Louisville (Kentucky), renunció en junio de 2002 tras ser acusado por uno de sus antiguos monaguillos, James Bennett, un joven de 33 años, que acusó al obispo Williams de haber abusado sexualmente de él hace 21 años, cuando fue su ayudante en una parroquia; al parecer no fue su única víctima, ya que otras 90 denuncias de otras tantas víctimas incidieron en lo mismo. -- James McCarthy, obispo auxiliar en la archidiócesis de Nueva York, dimitió de sus cargos en junio 2002 tras reconocer haber mantenido relaciones sexuales con varias mujeres, que en este caso eran todas mayores de edad. -- George Pell, arzobispo de Sydney, renunció temporalmente a su cargo en agosto de 2002 tras ser acusado de haber abusado sexualmente de un menor de 12 años en 1961. Tres meses antes, en junio de 2002, varios feligreses le habían acusado de encubrir delitos sexuales del clero, cuando fue obispo auxiliar en Melbourne, en 1993, ofreciendo dinero a las víctimas a cambio de silencio. -- Edgardo Storni, arzobispo de Santa Fe (Argentina), fue procesado judicialmente en agosto de 2002 acusado de haber abusado sexualmente de al menos una cincuentena de jovencitos, todos ellos seminaristas. El Vaticano le investigó por esta misma conducta en 1994, pero silenció su expediente. En el momento de cerrar la edición de este libro, a principios de septiembre de 2002, en el Vaticano se había adoptado la decisión de removerlo de su cargo, pero todavía no la había materializado (ver Caso 9). Nota: Storni fue removido de su cargo en octubre de 2002. -- Francisco José Cox, ex arzobispo de La Serena (Chile), fue recluido de por vida en un monasterio en noviembre de 2002 por "comportamiento impropio con niños varones". Los abusos sexuales a menores cometidos por este prelado se produjeron a lo largo de muchos años, pero sólo ahora la Iglesia tomó cartas en el asunto. La comunidad a la que pertenece el prelado, la de Shoenstatt, le examinó y le encontró "no apto pasiquicamente para la función pastoral". -- Bernard Law, arzobispo de Boston (Estados Unidos), fue finalmente "dimitido" en diciembre de 2002, más de un año después de que en su archidiócesis estallasen cientos de casos de delitos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes y encubiertos por el cardenal Law con plena conciencia y voluntad de proteger a los delincuentes con desprecio de sus víctimas (ver Caso 2). De todos los casos conocidos hasta la fecha, este cardenal es el que mayor número de delitos ha encubierto y ha propiciado (buena parte de los sacerdotes que encubrió volvieron a delinquir en numerosas ocasiones, cosa que pudieron hacer gracias a la protección continuada que les facilitó el cardenal). Al igual que sus colegas, prelados delincuentes sexuales por acción (agresores ellos mismos) o por omisión (encubridores y cómplices), Law tampoco ha sido juzgado por un comportamiento delictivo que ha protagonizado durante décadas. Sigue contando con la protección del Papa. Esta relación, que no pretende ser exhaustiva -son simples casos que figuran en mi archivo-, y que podría ser notablemente ampliada realizando una búsqueda en bases de datos internacionales, comprende una buena representación de las conductas relacionadas con la sexualidad, delictiva o no, protagonizadas por prelados católicos. Sin duda los casos apuntados constituyen una minoría entre el total de prelados, cierto, pero también lo es que éstos son unos pocos casos que han trascendido a la luz pública. Tan sólo con la notas que figuran en mi archivo podría alargar este listado con otros 26 casos parecidos que todavía no han aflorado al conocimiento público, pero no tiene especial interés hacer tal cosa. El total de casos asimilables que existen en todo el mundo, sin duda nos obligaría a ocupar decenas de páginas si pretendiésemos emprender una relación somera de los mismos.

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Las Revueltas en el Mundo Árabe: ¿El fin del Paradigma del Choque de Civilizaciones?

La idea del fin de la historia fue postulada en una cuestionable clave Hegeliana por Francis Fukuyama (1952), en un libro publicado en 1992 “The End of History and the Last Man”, en el cual sostenía que la verdadera conciliación de la historia la había logrado el capitalismo estructurado por los valores liberales. No es posible entender este postulado a menos que se lo piense desde la interpretación de Hegel que hace Fukuyama. En este sentido, Fukuyama no está afirmando el fin de los eventos, del mero discurrir de los hechos que desde el punto de vista del idealismo dialéctico llamaríamos la “realität”, sino que lo que se agota desde esta perspectiva es la postulación de una negatividad dialéctica propia de la historia profunda, la que en los términos de G.W.F.Hegel (1770-1831) llamaríamos “wirklichkeit”. El fin de la historia no es entendido como el fin de los acontecimientos, conmociones o guerras sino más bien en el sentido en que la historia se convierte en mero despliegue de una realidad plena de acontecimientos pero que no impugnan ni niegan la consagración definitiva de la idea del capitalismo liberal. En este esquema Fukuyama entiende que hay un fin de la historia por la imposibilidad del surgimiento de una negatividad dialéctica propia de la “wirklichkeit” o sea de la historia profunda determinante del concepto. A muchos intelectuales y centros de poder vinculados orgánicamente al imperialismo norteamericano, la tesis de Fukuyama los complacía y les era muy funcional en tanto ubicaba al comunismo en un plano de mera “realität”, o sea como una contingencia de la historia moderna, y por este medio pretendían invalidar teóricamente las inferencias de K.Marx (1818-1883) acerca de la negación dialéctica revolucionaria que enfrentaba necesariamente el capitalismo. Sin embargo si bien por un lado se sentían victoriosos ante la caída del muro y del socialismo real, lo cual podían conceptualizar como la demostración de que el comunismo no era más que un episodio, apenas una pasajera contingencia de la historia, pero por otro lado atentos al entramado ideológico de estructuración de la plutocracia norteamericana, comprendían la necesidad de reformular una visión de la historia que se proyectara hacia el futuro y cargara de significación al obrar político. Curiosamente la caída del modelo comunista los dejaba en una orfandad que demandaba al sistema ideológico, la construcción de una nueva alteridad antagónica, acorde con un esquema que respondiera a ciertas tendencias maniqueas, arraigadas profundamente en las raíces calvinistas y puritanas que son constitutivas de cierto ideario de la sociedad norteamericana. Algunos intelectuales orgánicos postularon al paradigma del choque civilizatorio como aquel que sería capaz de articular los objetivos políticos y militares imperiales con los intereses de los grandes grupos capitalistas. Esta estructura de poder fue analizada hace ya dos generaciones por Robert Merton (1910-2003) al que probablemente habría que reforzar conceptualmente en la actualidad con una potenciación del rol integrador y articulador que cumplen las corporaciones mediáticas. Entendieron los representantes de esta “nueva derecha” que este paradigma del choque de civilizaciones podría articular los diversos intereses de la plutocracia norteamericana, consolidando un esquema interpretativo capaz de reemplazar al de la guerra fría. Uno de esos intelectuales fue Samuel P. Huntington (1927-2008) quién publico en 1996 “The clash of civilizations and the remaking of world order”, con la aspiración de ofrecer un nuevo paradigma y a su vez una interpretación global tras la guerra fría. Enmarca su propuesta en la idea de que no puede haber verdaderos amigos sin que existan verdaderos enemigos y entiende que en el mundo posterior al de la guerra fría son las identidades civilizatorias las que marcarán las pautas de antinomias. Específicamente Huntington considera que la supervivencia de Occidente depende de que los estadounidenses reafirmen su identidad occidental y que el resto de los occidentales (europeos, canadienses, australianos etc.) acepten su civilización como única pero no universal, uniéndose para renovarla y preservarla. Huntington defendía la idea de que las diferencias determinantes entre pueblos ya no serían ideológicas o económicas sino más bien culturales. La política sería ahora a su entender, una forma de afirmación de identidad por medio de lo que llama la política de la etnicidad, lo cual deviene en el concepto de choque de civilizaciones como el paradigma que esta derecha imperial norteamericana propuso como ideología articuladora de la acción. En un postulado que probablemente sea uno de los más endebles de su esquema teórico, construye un concepto de un mundo civilizatorio musulmán, determinado por su religión: el Islam. Este criterio conceptual para poder acotar y determinar una civilización, Huntington no lo mantiene por ejemplo en la identificación de una civilización que llama occidental, la cual no es definida a partir de su religión. Tampoco mantiene el criterio con el caso de una civilización japonesa donde adopta el nombre de un país y es muy notable como manipula el concepto en relación con una civilización africana en donde la define por su ubicación geográfica continental. Semejante falta de criterio sistemático e incapacidad de definir lo que entiende por civilización (a pesar del uso que hace de A. Toynbee) no es sin embargo un obstáculo y acaso sea una ventaja para su instrumentalización pragmática y flexible por parte del poder plutocrático norteamericano a través de los medios oligopólicos de comunicación. Tanto la crisis de hegemonía imperial de EEUU a la que estamos asistiendo en el siglo XXI, como la crisis de los sectores dominantes locales en el mundo árabe, que se ha hecho tan visible en 2010 y 2011 ya sea tanto para sus versiones monárquicas-feudales como también para las laicas-autoritarias y también allí donde la influencia religiosa tiende a coaccionar a la diversidad de la sociedad civil, abren la posibilidad de repensar esta matriz ideológica desarrollada desde los EEUU en los últimos veinte años. Indudablemente a la hora de considerar razones y desencadenantes de las revueltas populares en el Mágreb y en el Máshreq, debemos mencionar el aumento del precio de los alimentos, las políticas de ajuste neoliberal, la desregulación que prácticamente todos los gobiernos ejecutaban, el insostenible autoritarismo y corrupción venal, el nepotismo prebendario con poderes anacrónicamente hereditarios o dominados por unas pocas familias, con muy limitadas expresiones democráticas y con férreos controles estatales de la vida civil. Las revueltas sobre todo en este año 2011 han ganado una visibilidad mediática y comunicacional que repentinamente abren la posibilidad a un conocimiento que habilita a las audiencias occidentales a una mayor empatía. Esta visibilidad está rompiendo con los estereotipos construidos por occidente sobre los árabes musulmanes presentados durante años como si fueran una aterradora masa de fanáticos terroristas fundamentalistas. Tenemos la oportunidad de quebrar la visión impuesta de una alteridad radicalmente enemiga de los valores de la libertad y de toda forma de vida política democrática. Conocerlos aunque sea sesgadamente por los medios de comunicación y las redes sociales desde sus vulnerabilidades, nos permite tal como invitaba el filósofo argentino Enrique Dussel (1934), a pensarlos como víctimas vivientes con exigencias incumplidas, los coloca en una situación de comprensión e incluso de cierta afinidad. Súbitamente lo que era extrañeza radical y temor visceral se convierte en una posibilidad de reconocimiento y empatía que trastoca la construcción imperial del choque de civilizaciones. ALTERIDAD Y CONSTRUCCIÓN DEL ANTAGONISTA A partir de las imágenes difundidas de las revueltas en la mayoría de los países tanto del Mágreb como del Máshreq, ha habido un impacto en los espectadores y analistas al ver alterado el estereotipo iconográfico que se había construido en occidente de los árabes. Los antiguamente dóciles, supinos impenitentes, colonialmente serviles árabes dibujados por los europeos en el siglo XIX, luego en décadas más recientes fueron reconvertidos en feroces, homogéneos, unidimensionales fundamentalistas y temerarios terroristas. Por su gran visibilidad se transformaron muy repentinamente ante las cámaras de televisión y las redes sociales en los luchadores por la dignidad y libertad que occidente suele considerar como su patrimonio exclusivo. Enarbolan las banderas de la democracia, de los derechos civiles, de la libertad política y sin embargo, contradiciendo la imagen impuesta, son de heterogénea identidad musulmana. Si hacemos un poco de historia recordaremos que al momento de formarse La Liga de los Estados Árabes como una organización regional en 1945, tenía como objetivo apoyar la lucha por la independencia, preservar su patrimonio cultural, afianzar las relaciones entre los países árabes y su defensa, para luchar contra el colonialismo, apoyados en el movimiento de países no alineados. La elaboración del estatuto en 1944 y luego el protocolo de Alejandría expresaba la voluntad de conformar una liga, lo que se logró en 1945 en El Cairo con la participación de Arabia Saudita, Egipto, Irak, Líbano, Siria, Transjordania y Yemen impulsando la idea de que el colonialismo solo podía ser superado por el panarabismo y la conformación política de una alianza. Esa larga lucha anticolonial tenía claramente un componente identitario basado no en la religión musulmana sino en la pertenecía a una etnia común conocida como árabe. Reconociendo matices lingüísticos, culturales y aún religiosos podían sin embargo establecer una afinidad suficiente que les permitía concebir desde una base étnica una posible elaboración de una praxis política común, en la cual lo religioso era solo una dimensión, facilitando la construcción de un poder ampliado para la difícil confrontación con occidente. Desde ese momento en la posguerra, con una unidad facilitada por una dimensión étnica y política, hasta la última década del siglo XX, la determinación por occidente del juego de amigo enemigo en la relación con los países árabes, estaba enmarcada en la lógica de la guerra fría. Pero a partir del derrumbe del modelo soviético, occidente resignifica a los árabes utilizando viejos esquemas etnocéntricos que E.Said (1935) analiza bajo la categoría de orientalismo. La construcción del terrorista como lógica dominante del pensar árabe se logra en el marco de una elaboración del concepto de “orientalismo” que es una forma en que los occidentales conciben y se relacionan con una alteridad, aunque sea una condición unificadora expresamente rechazada por los denotados en dicho concepto. El mismo S. Huntington debe admitir que la unidad de lo que no es Occidente y la dicotomía Oriente-Occidente es una elaboración de estos últimos, agrego que a mi entender esa construcción es producto de lógicas colonialistas funcionales al imperialismo norteamericano del siglo XX. La vergonzosa elaboración posterior de la categoría de terrorista como aplicable a todo musulmán por su mera condición religiosa, como si fuera una marca antropológica constitutiva, implica despojar convenientemente de racionalidad y consiguientemente de humanidad a esa alteridad impugnada. Al ser despojados en este ideario occidental de humanidad, a esos seres humanos el poder imperial los puede invadir, matar, torturar, secuestrar, bombardear a quienes no son denominados como seres humanos sino como terroristas. Este abominable proceder convierte a los árabes en peligrosos actores constitutivamente irracionales y antagónicos, despojados por este paradigma civilizatorio de los atributos esenciales de la condición humana. En esos supuestos de fosilización antropológica S. Huntington entiende que la historia de la humanidad ya no es la historia de las luchas de clases sino la historia de las civilizaciones como entidades culturales irremediablemente enfrentadas. Emmanuel Lévinas (1906-1995) había hecho notar con acierto que la pretensión de completa inteligibilidad de la alteridad, podía tentarnos a creer que ello implicaría la solución de los conflictos. Sin duda es una esperanza algo cándida la de creer que el mero conocimiento de la alteridad pueda de por sí, ser una instancia de solución definitiva de los conflictos, en la que lo mismo y lo otro se resuelven. Esta ingenuidad humanista tiene el enorme riesgo de requerir la reducción o la simple conversión del otro en lo mismo, mediante la subordinación de lo otro a lo mismo. No se trata de solo ver lo que nos acerca o nos emparenta, ignorando lo que nos diferencia, pues ello implica una peligrosa simplificación capaz de convertir el esfuerzo de conocer al otro en inconducente. El ser para el otro, es según Lévinas, un momento ético de respeto por la alteridad, de apertura hacia los otros en perspectiva diacrónica. Ante el giro de los acontecimientos políticos en los países árabes, parece el momento oportuno para profundizar el esfuerzo por derribar el paradigma de Huntington, demandando entre otras cosas el respeto a la alteridad, lo cual implica sin embargo cierta forma de aceptación de la diferencia, pero ello no significa asumir lo que nos diferencia, como lo determinante y además como radicalmente antagónico. En forma sorpresiva los levantamientos en 2011 visualizados en los medios de comunicación y redes sociales posibilitan un cuestionamiento al estereotipo de alteridad antagónica. Es un hecho notable y personalmente sospecho que no es casual, que en medio de esa posible reconsideración, la administración de Barack Obama decida asesinar, violando la soberanía territorial de Pakistán y todos los principios de legalidad y defensa en juicio que occidente dice defender, así como los más elementales derechos humanos, a quien identifica como líder del movimiento fundamentalista Al Qaeda, justamente el icono más representativo de esa imagen de alteridad antagónica, intentando por este medio criminal recentrar el concepto del terrorista como marca de identidad árabe. De ninguna manera adherimos a las ideas implícitas en el discurso “terrorista” de que no hay víctimas inocentes, ni a la reducción que suelen hacer estos grupos, de la política al ejercicio de la violencia por parte de pequeñas vanguardias. Nosotros en Iniciativa pretendemos ser parte de un movimiento popular y democrático y desde esta concepción de la política es desde donde ponderamos los hechos. No podemos dejar de notar el carácter especular que ha tenido la acción del imperialismo norteamericano al enfrentar a esos enemigos, pues han avasallado todos los valores que occidente dice defender. El imperialismo está muy cómodo con la categoría del enemigo terrorista como alteridad antagónica, pues es un ideario estructurante de sus lógicas políticas y económicas imperiales, por lo que debemos dar una batalla conceptual para intentar capitalizar este momento a favor de la abolición del paradigma del choque civilizatorio en pos del desarrollo de valores más democráticos y populares respetuosos de la alteridad y de los derechos humanos.

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EL FIN DEL ANONIMATO EN INTERNET

Hace no mucho tiempo, los teóricos se preocupaban porque Internet era un lugar en el que prosperaba el anonimato. Ahora parece ser el lugar de su muerte. Una pasajera en New York que tuvo un enfrentamiento verbal con un conductor de tren dijo en el altercado: "¿Usted sabe a qué universidades he ido y la buena educación que tengo?". Tras esta declaración, fue identificada públicamente luego de que otro pasajero colocara en YouTube un video del intercambio tomado con un celular. La mujer, que había estudiado en la Universidad de Nueva York, fue ridiculizada por los blogueros, uno de los cuales dijo que es el último de una serie episodios en que "gente se ve identificada y avergonzada en la Red". Mujeres que mantuvieron un intercambio de mensajes con el ex diputado Anthony Weiner descubrieron lo rápido que usuarios de Internet pueden descubrir los detalles de la vida on line de una persona. Lo mismo sucedió con aquellos individuos que incendiaron autos y saquearon tiendas luego de la derrota en la copa Stanley de Vancouver, cuando fueron identificados en la Red. La inteligencia colectiva de los dos mil millones de usuarios de Internet y las huellas dactilares digitales que dejan tantos usuarios en sitios en la Red, se combinan para hacer cada vez más probable que cada video embarazoso, cada foto íntima y cada mensaje de correo electrónico poco decoroso sea atribuido a su fuente, aunque no lo desee. Esta inteligencia hace que la esfera pública sea más pública que nunca, y veces hace que las vidas personales aparezcan a la vista de todos. Para algunos esto podría llevar a comparaciones con los agentes de gobiernos represivos en medio oriente que monitorean las protestas on line y castigan a los responsables off line. Pero los efectos positivos pueden ser numerosos: se puede descubrir crimines, se puede desaprobar la falsedad e individuos pueden convertirse en íconos de Internet. Un ejemplo de esto fue lo que le ocurrió al fotógrafo freelance Rich Lam, que vio en sus retratos de disturbios en Vancouver varias tomas de un hombre y una mujer, rodeados por agentes de policía con equipo antidisturbios, en medio de un beso como si nadie estuviese mirando. Cuando se publicaron las fotos, se creó una red mundial para identificar a la "pareja del beso". En pocos días los parientes de la pareja dieron su identidad a sitios de Internet, hasta terminar en un programa de TV: Scott Jones y Alex Thomas son la prueba más reciente de que gracias a la Red, cualquier día puede ser recordado en todo el mundo. "Es sorprendente que alguien tomara una foto" dijo Thomas en durante la entrevista. La "pareja del beso" disfrutará su minuto de fama, pero lo más sorprendente es que fuera descubierta. Esta erosión del anonimato es producto de los servicios de medios sociales ubicuos, incluyendo cámaras en celulares baratos, sitios gratuitos para subir fotos y videos a la Red y, quizás lo más importante, un cambio en lo que la gente considera que debe ser público y lo que debe ser privado. Los expertos dicen que los sitios como Facebook, que requieren identidades reales y alientan el intercambio de fotografías y videos, han acelerado este cambio. "Los humanos no quieren otra cosa que estar conectados y las compañías que nos conectan electrónicamente quieren saber quién dice qué y dónde", dijo Susan Crawford, profesora de la facultad de Derecho Benjamin Cardozo. "Como resultado de ello, nos conocemos más que nunca", agregó. Esta creciente "publicidad" como se la conoce, viene con consecuencias significativas para el comercio, para el discurso político y para el derecho a la privacidad de la gente común. Hay esfuerzos de gobiernos y corporaciones por crear sistemas de identidad on line. La tecnología tendrá un rol aún mayor en la identificación de individuos en un tiempo anónimos: Facebook, por ejemplo, ya está usando tecnología de reconocimiento facial de maneras que son alarmantes para los entes reguladores europeos. Luego de los disturbios en Vancouver, la gente local no necesitó tecnología de reconocimiento facial: simplemente recorrieron los sitios de medios sociales para tratar de identificar alguna gente involucrada, como Nathan Kotylak, de 17 años, estrella del equipo juvenil de waterpolo de Canadá. En Facebook, Kotylak pidió disculpas por el daño que causó. Las acusaciones no solo lo afectaron a él, también afectaron a su familia: medios noticiosos locales informaron que su padre, un médico vio caer su ranking en RateMDs.com , un sitio que permite calificar el desempeño de un especialista, luego de que los usuarios de Internet subieran comentarios negativos sobre el desempeño de su hijo en los disturbios. Asimismo, otras personas fueron al sitio para defender al médico y mejorar su posición en el listado. Cosa predecible, hubo una reacción frente a la identificación vía Internet de la gente involucrada en los disturbios provocados por el consumo de alcohol. Camille Cacnio, estudiante de Vancouver que fue fotografiada durante los disturbios y que reconoció haber cometido un robo, escribió en su blog que la "caza de brujas del siglo XXI" en internet es "otra forma de patoterismo". En la zona de Nueva York la pasajera que fue sometida a burlas on line la semana pasada cerró sus cuentas de Twitter y LinkedIn cuando su nombre apareció en los blogs. Aunque la persona que subió el video de celular lo bajó, otra gente lo reprodujo rápidamente, lo que extendió la vida de la historia. El que subió originalmente el video se mantiene en el anonimato porque su cuenta de YouTube fue cerrada. A medio mundo de distancia, en países del medio oriente como Irán y Siria, activistas han tenido éxito en algunos casos en identificar víctimas de violencia dictatorial a través de la subida anónima de videos a YouTube. También han tenido éxito en identificar falsificaciones: en un caso muy publicitado este mes, se descubrió que una bloguera que sostuvo ser una lesbiana sirio-estadounidense y que se hacía llamar "Chica gay en Damasco" era un hombre estadounidense, Tom MacMaster . La investigación fue encabezada por Andy Carvin, estratega de NPR que ha cubierto las protestas de medio oriente exhaustivamente en Twitter. Cuando fuentes suyas dudaron de la identidad del blogger, "Comencé a hacer preguntas en Twitter y Facebook", recordó Carvin en CNN. "¿Alguno la conoce personalmente? ¿La conocen de algún modo? Cuanto más preguntaba, menos descubría, porque nadie la había conocido, ni siquiera los reporteros que supuestamente la habían entrevistado personalmente". Carvin, sus seguidores online y otros usaron fotos y datos de registro para vincular el blog con la esposa de MacMaster. "La publicidad -algo que se asocia habitualmente con los famosos- ya no es algo escaso", dijo Dave Morgan CEO de Simulmedia, en un ensayo este mes. Sostuvo eso porque "no puede hacerse que Internet olvide" imágenes y momentos del pasado, como un estallido de bronca en un transporte público o un beso en medio de disturbios. "La realidad de un mundo inescapablemente público es algo de lo que se va a seguir hablando cada vez más". © NYT Traducción de Gabriel Zadunaisky.

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