El Ku Klux Klan llamó a votar por Trump Y EL LO ACEPTO

Donald Trump recibió el apoyo del Ku Klux Klan y no lo rechazó
Donald Trump recibió el apoyo del Ku Klux Klan y no lo rechazó.Foto:AFP
La xenofobia, la supremacía de la raza blanca, el antisemitismo, el racismo y el anticomunismo. Esos son los pilares de la organización de Estados Unidos y de extrema derecha Ku Klux Klan.
La construcción de un muro en la frontera con México, la prohibición del ingreso de musulmanes al país, la deportación de 11 millones de inmigrantes. Estas son algunas propuestas de Donald Trump en su campaña política para conseguir la candidatura presidencial republicana.
Por eso, no votar por Trump sería "traicionar nuestra herencia", según dijo esta semana David Duke, antiguo líder del grupo supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK).
Duke, quien fuera el guía de los Caballeros del Ku Klux Klan en Estados Unidos, insistió a sus seguidores para que dieran su voto al empresario y les pidió que incluso se alistaran como voluntarios para su campaña, porque encontrarían afinidades.
"Están pidiendo a gritos voluntarios -instó Duke en un discurso dirigido a los simpatizantes del KKK-. Vayan allí, conocerán personas con la misma mentalidad que ustedes".
"No estoy diciendo que esté de acuerdo con todo lo relacionado con Trump. De hecho, yo no lo habría apoyado formalmente. Pero sí apoyo su candidatura, y sostengo votar por él como una acción estratégica. Espero que haga todo lo que esperamos de él", reiteró el líder supremacista, quien ya había mostrado sus simpatías por él el pasado verano.
Coincidiendo con estas declaraciones, un grupo de acción política alineado con el nacionalismo blanco anunció también su respaldo al aspirante republicano y comenzó una campaña telefónica en el estado de Vermont a favor del magnate.
En diciembre, Rocky Suhayda, el líder del Partido Nazi Americano, aplaudió el plan del precandidato presidencial republicano para impedir que los fieles del islam pisaran suelo estadounidense de manera temporal frente a la amenaza del terrorismo jihadista.
Y Andrew Anglin, editor de la página web neonazi The Daily Stormer, escribió un texto titulado "Heil Donald Trump, el último salvador", en apoyo a esa propuesta.
Al final de su artículo, no contento con su guiño a Hitler, Anglin concluyó parafraseando al propio magnate: "Make America White Again!" ("Vuelve a hacer blanco de nuevo a Estados Unidos").
Además de prohibir la entrada a los musulmanes a raíz del tiroteo ocurrido el pasado diciembre en San Bernardino (California), atribuido a la radicalización jihadista de sus autores, Trump también instó a crear una base de datos para registrar a todos los musulmanes en EE.UU. después de los ataques ejecutados por el grupo Estado Islámico (EI) en París hace unos meses.

Trump, no tan a disgusto

El candidato presidencial republicano despertó duras críticas por haber evitado condenar al Ku Klux Klan y a su ex líder, David Duke, quien hizo explícito su apoyo al candidato. Consultado por CNN acerca de Duke, Trump respondió: "No sé nada sobre David Duke, ¿okey? No sé ni siquiera nada de lo que están hablando sobre supremacía blanca o supremacistas blancos".
Presionado por el entrevistador Jake Tapper sobre los vínculos de Duke con el Ku Klux Klan, Trump evitó denunciarlos explícitamente. Luego escribió en Twitter que había "repudiado" su apoyo durante una conferencia de prensa el viernes.
Los competidores republicanos de Trump salieron a condenarlo rápidamente, como así también los candidatos demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders. "No podemos ser un partido que nomina a alguien que rechaza condenar a supremacistas blancos y al Ku Klux Klan", dijo en un acto en Virginia el senador por Florida, Marco Rubio. "¿Cómo haremos crecer nuestro partido con un candidato que rechaza condenar al Ku Klux Klan? No me digan que él no sabe lo que es el Ku Klux Klan", expresó.
Agencias EFE y DPA
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DONALD TRUMP ES UN PELIGRO PARA ESTADOS UNIDOS SEGÚN LA CASA BLANCA



Al proponer cerrar las puertas de Estados Unidos a los musulmanes, Donald Trump sobrepasó otro límite en su campaña a la Casa Blanca. La Administración Obama cree que el candidato, favorito en los sondeos del Partido Republicano, perjudica la seguridad nacional, e insta a los republicanos a romper con él. Se le acusa de ir en contra de los valores estadounidenses, violar la Constitución y hacerle el juego al Estado Islámico al dividir a musulmanes y cristianos.
Los atentados en París, el 13 de noviembre, y en San Bernardino (California), el pasado miércoles, transforman la campaña para la nominación a laspresidenciales de noviembre de 2016. El miedo al Estado Islámico (ISIS) ocupa de repente un lugar central y las propuestas para responder a la amenaza varían desde la mesura del presidente Barack Obama al extremismo de Trump.
“Donald Trump suena más a líder de un grupo de linchadores que a una gran nación como la nuestra”, dijo ayer Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo para las Relaciones Americano-Islámicas. En EE UU viven unos 2,75 millones de musulmanes, menos del 1% de la población.
La propuesta para una prohibición “total” a la entrada de musulmanes en EE UU “hasta que los representantes del país aclaren qué está ocurriendo”, difundida el lunes en un comunicado, no es la primera muestra de extremismo del candidato. Trump lanzó su campaña el 16 de junio acusando a México de enviar a EE UU a traficantes de drogas, criminales y violadores. También propuso crear una muralla para frenar a los inmigrantes sin papeles.
La nueva propuesta es un paso más, porque plantea abiertamente excluir a un grupo religioso entero y evoca capítulos nefastos en la historia del siglo XX.
Los juristas apuntan dos problemas en el plan de Trump. Primero, violaría tratados con otros países. Y segundo, si se aplicase a musulmanes estadounidenses, sería inconstitucional al excluir a ciudadanos por su religión.
Trump plantea otro riesgo: que, desde fuera de EE UU, se tomen las palabras de Trump como representativas de todo EE UU, y que esto complique la política internacional del país.

Petición a los republicanos

“Es contrario a nuestros intereses nacionales y hace más difícil defender a nuestro país”, dijo este martes Josh Earnest, el portavoz de la Casa Blanca. “Lo que Donald Trump dijo ayer [por el lunes] le descalifica para servir como presidente”.
Earnest retó a los otros candidatos republicanos a no conformarse con criticar a Trump y a comprometerse a no votarle si es el nominado republicano. En febrero empieza el proceso de votaciones que culminará con la nominación del candidato en verano. Lo habitual es que los derrotados apoyen al nominado.
Ningún rival promete romper con Trump si logra la nominación. Pero, al contrario que en otras ocasiones, esta vez Trump sí han provocado condenas casi unánimes en el partido.
“Donald Trump está perturbado. Sus propuestas políticas no son serias”, dijo el exgobernador de Florida Jeb Bush. “Discrepo de la última propuesta de Donald Trump. Su hábito de hacer declaraciones ofensivas y extravagantes no unirá a los americanos”, dijo el senador por Florida Marco Rubio.
Otros se distanciaron sin criticarle. “Esta no es mi política”, dijo el senador por Texas Ted Cruz. Pero Cruz, que compite con Trump por el voto ultraconservador, elogió que Trump se centrase en la defensa de las fronteras de EE UU.
Sin llegar a la radicalidad de Trump, varios republicanos han formulado propuestas que discriminan a musulmanes: desde impedir la entrada de refugiados desde regiones donde actúa al ISIS a dar un trato preferencial a los refugiados cristianos.
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¿QUE TAN PELIGROSO ES DONALD TRUMP PARA EL MUNDO?

Elecciones EEUU: por qué Trump sería candidato republicano
Las peores sospechas se hicieron realidad el martes. Ese día, Donald Trump no solo ganó 7 de los 11 estados que celebraron elecciones primarias del Partido Republicano. También les sacó una enorme ventaja a Ted Cruz y a Marco Rubio, los únicos rivales de peso que aún quedan en esa contienda.
Hoy, esa distancia es muy difícil de recortar y todo apunta a que él ganará la candidatura del Grand Old Party a las presidenciales de noviembre.
Como si fuera poco, Trump demostró que su éxito electoral no se limita a los estados del sur y el centro, donde tradicionalmente se concentran los votos conservadores, sino que también triunfó en Nueva Inglaterra, una región del noreste asociada con posiciones más progresistas. “Soy un unificador”, dijo sin ocultar su satisfacción en la rueda de prensa que convocó en un club de Palm Beach, al sureste de Florida.
Aunque las encuestas le daban la ventaja al magnate, la magnitud de su triunfo disparó la señal de alarma. En primer lugar, entre la ortodoxia del Partido Republicano (el famoso establishment), que fracasó en su estrategia de esperar a que la popularidad de Trump se desinfle. El jueves, el candidato de ese partido en 2012, Mitt Romney, dijo que Trump era “un fraude” y un tipo “no apto para la Presidencia”. Su antecesor, John McCain, que perdió con Obama en las elecciones de 2008, respaldó en un comunicado a Romney y advirtió, además, sobre las “declaraciones desinformadas e incluso peligrosas (de Trump) sobre asuntos de seguridad nacional”. Hoy, el partido tiene sus esperanzas en Ted Cruz o Marco Rubio, quienes tampoco ofrecen garantías. Cruz es un fanático religioso que ha mostrado un temperamento radical, y Rubio llegó a la contienda como representante del Tea Party, el ala más extremista del partido.
A su vez, el miedo a una Presidencia de Trump ha cruzado las fronteras. Desde América Latina hasta Europa, el mundo ha pasado de burlarse de los exabruptos del excéntrico narcisista, a caer en cuenta de que el próximo presidente del país más poderoso del planeta puede ser un personaje racista, homófobo y demagogo, que además ha insultado e, incluso, agredido a las personas con discapacidad, a los medios de comunicación y a las mujeres que le han llevado la contraria. Para completar, Trump no tuvo inconveniente en citar a Benito Mussolini, cuando el domingo publicó en Twitter una frase suya según la cual “es mejor vivir un día como un león que 100 años como una oveja”. Cuando le preguntaron si sabía a quién pertenecía, respondió: “Sé quién la dijo. ¡Pero qué importa que la haya dicho Mussolini u otra persona! Es, sin duda, una cita muy interesante. Y yo quiero ser asociado con citas interesantes”. Como resumió el semanario alemán Der Spiegel, Trump es “el hombre más peligroso del mundo”.
El embrujo autoritario
El éxito de Trump se explica por varias razones. La primera tiene que ver con el clima político y económico que impera al norte del río Grande. De hecho, tanto entre los electores de derecha como de izquierda hay una profunda desconfianza hacia la política tradicional. Y eso ha favorecido a candidatos antisistema tan diferentes entre sí como el socialista Bernie Sanders, el neurocirujano Ben Carson, la ex-CEO de Hewlett-Packard Carly Fiorina, y el propio Trump.
Sin embargo, solo el magnate ha capitalizado el descontento de un sector muy preciso, al que la recuperación económica de la crisis de 2008 dejó por fuera y que siente resentimiento hacia Washington, en general, y hacia el presidente Obama, en particular. Se trata de los hombres de raza blanca, edad mediana y baja educación, cuyas condiciones de vida se han degradado fuertemente desde 2000. Como dijo a SEMANA Robert Schmuhl, profesor de Estudios Estadounidenses de la Universidad de Notre Dame, “al usar el eslogan Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos poderoso otra vez), Trump alude a un pasado que ellos ven con nostalgia y les está ofreciendo restablecerlo. Él es el mensajero en un momento específico en el que el clima político es apropiado para ese mensaje”.
En la actualidad, por primera vez en la historia de ese país, ellos no tienen garantizados sus ingresos y nada indica que su nivel de vida vaya a mejorar. Y debido a los cambios en la composición étnica del país de las últimas décadas –visibles no solo en la política sino también en el cine, la música y la televisión–, todo apunta a que dentro de pocos años los wasps (whites, anglosaxons and protestants, o blancos, anglosajones y protestantes) se convertirán en una minoría en su propio país.
Pero hay algo más. “En Estados Unidos muchas personas no han aceptado que un negro sea presidente. La rabia que eso les produce se manifestó primero cuando floreció el movimiento del Tea Party, que en las elecciones de 2012 no prosperó a falta de un candidato que los representara. Trump, que ni ante el certificado de nacimiento de Obama dejó de poner en duda que hubiera nacido en Estados Unidos, era la persona idónea para galvanizar esos sentimientos negativos que muchos blancos sienten hacia los negros. Y en 2016, eso lo tiene cerca de convertirse en presidente de Estados Unidos”, dijo en diálogo con esta revista Steven Taylor, profesor del departamento de Gobierno de la American University de Washington.
Y en efecto, según dos encuestas realizadas por YouGov y el Public Policy Polling, el 20 por ciento de los votantes de Trump está contra la abolición de la esclavitud decretada por Abraham Lincoln en 1863. A su vez, el 31 por ciento está de acuerdo con la idea de la supremacía blanca y el 70 por ciento quiere que la bandera confederada (uno de los símbolos de los estados esclavistas del sur) siga ondeando en los edificios públicos. Las reticencias de Trump a rechazar el apoyo de David Duke, uno de los líderes históricos del Ku Klux Klan, dejaron bastante claro que el magnate no tenía problema en aceptar el apoyo de un grupo sinónimo de racismo violento.
Sin embargo, los negros están lejos de ser los únicos que Trump tiene en la mira. Como se recordará, el magnate lanzó su campaña diciendo que los mexicanos eran unos “violadores” y –tras los atentados del 13 de noviembre de París– ha recrudecido sus posiciones islamófobas y ha insistido en que su país no debe aceptar a ningún refugiado de la guerra de Siria. A su vez, ha vinculado a todos esos grupos con las amenazas económicas y de seguridad que buena parte del electorado estadounidense percibe, hasta crear una amalgama en la que ciertas colectividades sociales y étnicas son indistinguibles de la decadencia estadounidense, lo mismo que los responsables directos del caos que supuestamente se ha apoderado del país.
En ese sentido, Michael Cornfield, director del Global Center for Political Engagement de The George Washington University, dijo a SEMANA que “desde el estancamiento de los salarios hasta la amenaza terrorista, pasando por los derechos de las parejas homosexuales, Trump ha logrado convencer a algunos estadounidenses de toda una serie de amenazas que atentan contra sus vidas. También, que la solución pasa por adoptar medidas simplistas, como construir un muro en la frontera, expulsar a todos los indocumentados y alejar a todos los musulmanes. Se trata de un llamado típicamente autoritario”.
En efecto, la única característica que reúne a los electores de Trump son sus tendencias autoritarias, un rasgo de la personalidad que los expertos han relacionado con una fuerte necesidad de orden, un marcado temor hacia las amenazas externas y la necesidad de tener un líder fuerte que responda con fuerza. Y lo cierto es que estas se han concentrado en torno al Partido Republicano, que desde los años sesenta se convirtió en el partido de la ley, el orden y la defensa de los valores tradicionales. Según un sondeo realizado por el portal de noticias Vox y por la encuestadora Morning Consult, en la actualidad las personas con tendencias autoritarias se han concentrado en el GOP. Mientras que el 55 por ciento de sus votantes presenta esa característica, esta está presente apenas en el 17 por ciento de los demócratas.
Sin embargo, como dijo a esta revista Matthew MacWilliams, un estudiante de doctorado de la Universidad de Massachusetts especializado en los efectos del autoritarismo en los procesos políticos, “el terreno ya estaba abonado para una persona como Trump. Si bien las tendencias autoritarias estaban latentes, con su discurso simplista y lleno de amenazas hacia Estados Unidos, él las activó y las estimuló. Pero eso no es todo. Una enorme proporción de la gente que no tiene tendencias autoritarias, al ver amenazada su seguridad puede desarrollarlas”. Y eso es grave, pues aunque es claro que un demócrata –por más autoritario que sea– difícilmente votaría por un radical como Trump, en la actualidad dos de cada tres votantes son independientes. Y según la encuesta de Vox, casi el 40 por ciento de ellos tiene tendencias autoritarias. “Trump tiene dónde crecer y sus posibilidades de llegar a la Casa Blanca son reales”, dijo MacWilliams.
La disfuncionalidad de la política estadounidense ha impedido hasta ahora ver el peligro que representa el magnate para el mundo. Desde hace años, el Partido Republicano ha promovido guerras y políticas discriminatorias, en las que el miedo y la manipulación mediática han jugado un papel importante. Hoy, como en la leyenda del aprendiz de brujo, sus aterrados líderes no saben qué hacer con un xenófobo que los avergüenza, pero que, simplemente, quiere llevar al extremo las políticas que llevan años promoviendo.
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DONALD TRUMP ES UNA VERDADERA AMENAZA PARA MEXICO

Pensé que aquellos viejos tiempos de discriminación que tipificaban a los Estados Unidos, habían quedado en el pasado; pero el candidato a la presidencia de la república por parte del Partido Republicano de este poderoso país, el más poderoso sobre la tierra, toma la discriminación racial como una de sus banderas predilectas de campaña ¡Qué vergüenza!

¿Y quién es Donald Trump? Leamos una pequeña parte de lo que dice la popular y afamada Wikipedia al respecto

Donald Trump (Queens, 14 de junio de 1946) es un ejecutivo, político, empresario y millonario de Estados Unidos. Actualmente, es precandidato a presidente para las elecciones presidenciales de 2016 por el Partido Republicano, y es el presidente de la Trump Organization y fundador de Trump Entertainment Resorts. Fue el presentador del reality show The Apprentice hasta 2015. Es hijo de un empresario de bienes raíces de Nueva York, en cuya compañía, la Elizabeth Trump & Son, trabajó mientras estudiaba en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania. En 1968, se unió oficialmente a esa sociedad, que controla desde 1971, cuando la renombró Trump Organization. En los años 1990 la empresa entró enbancarrota comercial, pero en la década siguiente se recuperó y tiene una fortuna de varios miles de millones de dólares”

Desde el principio de su candidatura, este sujeto ha declarado que si llega a la Casa Blanca construirá un muro con México, para frenar la inmigración ilegal y este muro según su dicho sería pagado por los mexicanos. “Hasta que no lo hagan, la 'Administración Trump' subiría las tarifas de los visados y las entradas a los puertos estadounidenses”, nos dice este singular personaje.

"Cuando México envía a su gente, no envían a los mejores. No te envían a ti. Mandan gente que tiene muchos problemas y ellos nos traen esos problemas. Ellos traen drogas, traen delincuencia. Son violadores y, algunos, yo asumo, son buenas personas", dijo el magnate en junio de 2015, cuando anunció su postulación.

La idea de construir un muro en la frontera para evitar el ingreso de inmigrantes mexicanos fue una de las primeras y más polémicas propuestas que hizo Trump desde que anunció su aspiración a la candidatura presidencial republicana.

Los posicionamientos de dos ex presidentes de México en relación a este singular personaje y sus declaraciones sobre el muro, son dignos de tomarse en consideración:

Vicente Fox en una entrevista con Jorge Ramos, presentador de la Cadena Univisión, dijo, entre muchas otras cosas:

"Yo lo dije: I am not going to pay for this f**** wall (no voy a pagar ese jodido muro)

El expresidente cargó contra Trump y apuntó que su candidatura entraña riesgos.

Donald Trump (Reuters)

"Es un fanfarrón, presumido, ignorante, que no tiene ni idea de lo que es sentarse en la silla presidencial de los Estados Unidos, es un lugar de alto respeto. Seguir a un falso profeta como es Donald Trump, seguirlo al desierto, sin saber adónde lleva a esta nación, es peligrosísimo", dijo Fox.

Felipe Calderón, por su parte declaró "Los mexicanos no vamos a pagar un solo centavo por el estúpido muro de Donald Trump"

Marco Rubio y Ted Cruz, quienes luchan por su postulación por parte del partido Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, acusan al magnate inmobiliario de pretender deportar, si llega al poder, a 11 millones de indocumentados.

Robert Keagan, en uno de sus últimos artículos en el prestigiado diario The Washington Post señala “Seamos claros: Trump no es un tonto…..No está secuestrando al Partido Republicano o al movimiento conservador…El es una creación del partido, su monstruo Frankestein, traído a la vida por el partido, alimentado por el partido y ahora hecho suficientemente fuerte como para destruir a su creador…”

Tomemos en serio lo que sucede en los Estados Unidos. Me preocupa mucho la candidatura de un personaje como Trump a la presidencia de este país, pero más me preocupa que tenga tantos seguidores entre el pueblo norteamericano.

Parafraseando al insigne Nemesio García Naranjo “Oh México, pobre patria mía, tan lejos de Dios y tan cerca de Trump.”
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¿ Donald Trump el Anticristo? Hay mucha gente asustada en Estados Unidos

¿Es Donald Trump el Anticristo?
Si bien el Papa Francisco señaló que no entraría en el debate sobre si la gente debía o no votar por Trump, sí mostró su desacuerdo hacia las propuestas políticas del empresario.
odo empezó con una pregunta al papa durante su regreso a Roma después de visitar México. Un reportero lo cuestionó sobre la propuesta de Donald Trump respecto a construirun muro entre México y Estados Unidos para evitar la migración ilegal.
“Una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano”, dijo el papa en su vuelo a Europa.
A partir de ese comentario iniciaron una serie de declaraciones y respuestas entre ambas partes y el Vaticano.
Estas son las principales respuestas en este ‘pleito’ entre el precandidato republicano y el papa:
Trump respondió al dicho del papa sobre su fe y lo calificó de “vergonzoso”, durante un evento de campaña en Kiawah Island, Carolina del Sur.
“Es vergonzoso que un líder religioso esté cuestionando la fe de otra persona… ningún líder, especialmente un líder religioso, debe tener el derecho a cuestionar la religión o la fe de otro hombre”.
Pero Trump no solo defendió sus creencias, también advirtió que él podría defender al papa y al Vaticano de un ataque terrorista mejor que otros.
“Cuando el Vaticano sea atacado por ISIS, que como todos saben es el premio máximo para ISIS, puedo prometerles que el papa desearía y rezaría que Donald Trump fuera el presidente”.
Después de la rápida respuesta del millonario al papa, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, trató de aclarar que las declaraciones del papa no habían sido un ataque a Trump.
“De ningún modo esto es un ataque personal ni una indicación sobre cómo votar… esta es su opinión general, que es muy consistente con seguir con valentía las indicaciones del Evangelio de ofrecer acogida y solidaridad”.
Horas después y en un tono más conciliador, Trump dijo a CNN que no quiere pelear con el Papa.
“Tengo mucho respeto por el papa. Tiene mucha personalidad y creo que está haciendo un buen trabajo, tiene mucha energía… de hecho, no me gusta pelear con el papa. No creo que esto sea una pelea”.
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Donald Trump estaría dispuesto a declarar la guerra a México si no paga por el muro -

Parece que Donald Trump no se cansa de hacer comentarios provocativos hacia los mexicanos, lo peor es que sigue con esa idea de construir un muro para evitar la entrada de inmigrantes a los Estados Unidos. Esta mañana en una entrevista para la cadena NBC el periodista Bob Woodward le preguntó al empresario qué medidas tomará para obligar a nuestra nación a pagar el muro que nos separará.
Hay que recordar que de acuerdo con los cálculos del aspirante a la candidatura republicana, México tendría que pagarle 8 mil millones de dólares para construir un muro de 3 mil 200 kilómetros que impedirá la entrada a inmigrantes. ¡JA!
Ante el cuestionamiento del periodista, el precandidato respondió que si México se negara a pagar se vería obligado a tomar “medidas más serias“, fue entonces cuando Woodward lo interrumpió diciendo: “Son una nación soberana ¿Cómo haces que una nación así pague algo que aseguran no pagarán?”.
El político no tuvo problema en decir que había “muchas maneras” en hacernos pagar por dicho muro, comenzó diciendo que podía quitarnos el subsidio que nos dan: “puedo quitarles el subsidio que les damos, es ridículo, tenemos una pequeña porción de China a la que le pagamos un subsidio. Hay tantas formas en las que México hace dinero con nosotros que es ridículo. Les quitaremos el dinero a ellos“.
frontera
Al escuchar tales declaraciones el periodista le preguntó a Trump que si estaría dispuesto a declararle la guerra a México a lo que el político respondió: “Créeme, cuando rejuvenezca a nuestros militares México no querrá jugar a la guerra con nosotros“.
Esta respuesta no fue para nada sorpresiva, tomando en cuenta de quien viene, sin embargo es una respuesta preocupante ya que la popularidad y simpatía de Trump sigue creciendo en el país del norte, de seguir así podríamos verlo llegar a la presidencia, algo nada bueno para nadie.
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Tanto líderes mundiales, entre ellos Obama, y celebridades han comenzado a hacer llamados a los ciudadanos norteamericanos a que dejen de impulsar a Donald Trump. Políticos mexicanos como Felipe CalderónVicente Fox e incluso Enrique Peña Nieto han comenzado a manifestar su preocupación también ante el crecimiento del magnate.
Por el bien de todos, esperamos que no lo dejen llegar a la Casa Blanca.
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Donald Trump tras los pasos de Adolfo Hitler y Hugo Chavez.

 

 Los griegos solían decir: ·Los dioses ciegan a los que quieren perder" cuando se referían a la actitud errática y a la falta de visión de las personas que pierden el norte y toman decisiones que al final provocan su destrucción.

  Los Estados Unidos de Norteamérica están en una hora menguada, son los lideres mundiales en abortos provocados, los lideres en la producción de pornografía, los lideres en el consumo de drogas licitas. y a esto le añadieron la aprobación de matrimonio entre homosexuales.

  No me estraña entonces, que un país ebrio de vicios y sin rumbo fijo tenga como un claro aspirante a la Presidencia de la Nación a Donald Trump personaje cuasi folclórico,mal hablado, intolerante y absolutamente básico. Los votantes republicanos estan poniendo su mirada en un hombre que a todas luces es una combinación gringa entre Adolfo Hitler y Hugo Chavez, (salvando las distancias y ruego que se me perdone) A ninguno de estos personajes se les tomo en serio hasta que ya era muy tarde y la pila de cadáveres ya estaba alta y sus respectivos países destruidos.
  Como no soy profeta (que ya hay muchos, vamos) no quiero anunciar el triunfo de Trump, pero si esto sucede (Dios no lo permita) hay que tomar palco, por que estados Unidos, y el mundo con el, iniciara su caída por el despeñadero de la guerra y la destrucción.

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BIOGRAFIA DE Donald Trump

(Donald John Trump; Nueva York, 1946) Magnate estadounidense. Enriquecido en el sector inmobiliario, forjó desde los años 80 un imperio empresarial orientado a la construcción de casinos, hoteles y viviendas de lujo que supo mantener pese a las dificultades financieras. Cobró con ello un considerable prestigio y popularidad como encarnación del self-made mannorteamericano, a pesar de su carácter ególatra y sus dudosos escrúpulos. De ideología extremadamente conservadora, su constante presencia en la televisión y sus declaraciones fuera de tono lo convirtieron, a partir de 2005, en uno de los personajes más polémicos del país. En 2015 presentó su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano; mediadas las primarias, y contra todo pronóstico por la rudeza y simplismo de sus mensajes xenófobos, Donald Trump seguía siendo el candidato mejor situado para disputar la sucesión de Obama a la probable candidata demócrata, Hillary Clinton.

Donald Trump
Su padre, Fred Trump, que se había quedado huérfano a los doce años, formó su fortuna construyendo viviendas de clase media, hasta llegar a tener miles de pisos en los barrios neoyorquinos de Queens, Brooklyn y Staten Island. Desde muy pequeño Donald Trump, el cuarto de un total de cinco hijos, acompañó a su padre en la inspección de los bloques y en el cobro de los alquileres. Donald estudió en la Universidad Fordham y en la de Pensilvania. Tras ello empezó a trabajar en el negocio de la construcción; en 1974, con 28 años, recibió el relevo de su padre y entró de lleno en el mundo inmobiliario de Manhattan.
La forja de un imperio
Uno de sus primeros grandes éxitos fue la idea de adquirir un viejo hotel contiguo a la Grand Central Station que, mediante préstamos y exenciones fiscales, logró convertir en uno de los mejores establecimientos de la ciudad. A partir de entonces compró toda clase de viviendas y edificios en Nueva York, particularmente torres de lujosos apartamentos (como la Trump Tower, donde el propio Trump reside en un triplex) y hoteles: es propietario del legendario Hotel Plaza, del Hotel Saint Moritz y del Hotel Grand Hyatt.
Pero su auténtico imperio se formó en Atlantic City, localidad situada en la costa de Nueva Jersey, cerca de Filadelfia. Allí poseía los tres principales casinos: el Trump Castle, el Trump Plaza y el más reciente Taj Mahal. También allí se hallaba anclado el yate Trump Princess, considerado el más lujoso del mundo, que fue adquirido al millonario saudita Adnan Kashoggi por 29 millones de dólares. El magnate poseía además una casa valorada en siete millones de dólares en Palm Beach (Florida), una mansión de 47 habitaciones en Connecticut, un Boeing 727 y seis helicópteros. En 1990 ocupaba el puesto decimonoveno en la lista de grandes fortunas estadounidenses de la revista Forbes, con un patrimonio valorado en más de mil millones de dólares.
Entre sus adquisiciones de los 80 figuran el puente aéreo de la Eastern Company entre Boston, Nueva York y Washington, que rebautizó como Trump Shuttle, y el 5% de las acciones de American Airlines. En junio de 1988 publicó el libro Trump o el arte de vender, que en poco tiempo se colocó a la cabeza de las listas de libros más vendidos en su país. Trump era el ejemplo por antonomasia del norteamericano triunfador que se ha hecho a sí mismo, y uno de los millonarios más populares de Estados Unidos. Aunque habitualmente se mantuvo al margen de la política, a comienzos de 1987 dedicó más de cien mil dólares a la compra de espacios en los principales periódicos, donde publicó una carta abierta en la que criticaba la política norteamericana de proteger los petroleros que navegaban por el Golfo Pérsico.
Crecerse en la adversidad
Donald Trump contrajo matrimonio en 1978 con la deportista de origen checo Ivana Winkelmayr, a la que había conocido dos años antes durante los Juegos Olímpicos de Montreal, en las pruebas de patinaje artístico en que participaba Ivana. El matrimonio tuvo tres hijos. A comienzos de 1990, Ivana Trump presentó la demanda de divorcio de su marido, iniciando una de las separaciones más caras de los Estados Unidos. El hecho mereció la portada de muchos periódicos y fue tratado incluso en telediarios durante cinco días seguidos. Donald Trump cedió a su ex esposa Ivana 10 millones de dólares, una pensión anual de 600.000 dólares, una mansión en Connecticut y un apartamento en el Trump Plaza de Nueva York, además de la custodia de sus hijos.
En 1990 empezaron a circular rumores insistentes acerca de las dificultades económicas de Trump, quien al parecer no podía hacer frente al pago de sus enormes deudas. El 27 de abril de ese mismo año, el millonario contrató los servicios de la firma Merrill Lynch para negociar la venta de su aerolínea Trump Shuttle, aunque trató de disimular esta operación afirmando que quería dinero para convertirse en "el rey del líquido", con la idea de comprar gangas inmobiliarias aprovechando la caída del mercado.

Con Melania Knauss, su tercera esposa
Pese a los apuros, Trump anunció en mayo que construiría un hotel y un edificio inteligente en São Paulo, y el 17 de junio de 1991 afirmó que había llegado a un acuerdo con algunos de sus acreedores por el que declararía en quiebra su casino Trump Castle de Atlantic City con el fin de aliviar las deudas. Poco después, el 12 de julio, se supo que había vendido su yate Trump Princess por 42 millones de dólares al banco que lo tenía hipotecado. El 29 de agosto de ese mismo año, la juez de un Tribunal de Quiebras de Nueva Jersey aprobó un plan para el recate de la bancarrota del casino Taj Mahal.
En marzo de 1992, Donald Trump aceptó ceder a sus acreedores bancarios el control del 49 por ciento del Hotel Plaza de Nueva York, a cambio de condiciones crediticias más favorables. Con estas y otras hábiles e ingeniosas maniobras, fruto de su innegable talento para los negocios, pudo finalmente superar la crisis financiera de los 90 y mantener su fortuna y su prestigio. Siguió construyendo casinos y lujosos hoteles en Estados Unidos y en muchos otros países, y de manera análoga superó las dificultades que acecharon su imperio en 2004 y en 2009, causadas por el excesivo endeudamiento que suponían sus proyectos faraónicos; ciertamente pocos como él han sabido bregar en situaciones difíciles, cualidad de la que se preció en libros como El arte de sobrevivir (1991) y El arte de volver (1997).
Precandidato republicano
Tras la sonada ruptura con Ivana, su vida sentimental siguió siendo azarosa. En 1993 contrajo matrimonio con la actriz Marla Maples, de la que se divorciaría en 1999; su tercera y actual esposa es la modelo eslovena Melania Knauss, con la que se casó en 2005. A partir de ese mismo año protagonizó el reality show El aprendiz, en el que un grupo de aspirantes compiten por un contrato para dirigir alguna de sus empresas; tal exposición pública incrementó su popularidad, pero también dio a conocer su personalidad un tanto primaria y su carácter egocéntrico y estridente.

Cartel promocional de El aprendiz
Por esos mismos años se intensificó su interés por la política; desde posturas que no cabe calificar sino de extremadamente conservadoras, dio constantes muestras de su ideario xenófobo y machista. En 2011 exigió a Obama que acreditara su condición de estadounidense mostrando su partida de nacimiento; en 2013 afirmó que negros e hispanos eran los culpables de casi todos los crímenes violentos; en junio de 2015, las declaraciones que acompañaron la presentación de su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano provocaron un enorme revuelo: tachó a los inmigrantes mexicanos de violadores y narcotraficantes y defendió la construcción de un muro fronterizo a costa del erario del país vecino. La reacción fue un boicot masivo de la comunidad latina a las empresas del magnate, y especialmente contra la Miss Universe Organization, entidad que organiza los concursos de belleza Miss Universo y Miss Estados Unidos y de la que Trump es accionista mayoritario.
Lejos de retractarse, el magnate siguió colocándose deliberadamente en el ojo del huracán con declaraciones y gestos extremos. En agosto de 2015 propuso la deportación de once millones de inmigrantes ilegales y la retirada a sus hijos de la ciudadanía estadounidense, y redobló sus ataques a los medios y periodistas que cuestionaban su programa: dirigió groseros comentarios machistas a Megyn Kelly, del canal de noticias Fox, y expulsó de una rueda de prensa a Jorge Ramos, periodista estrella de la cadena latina Univisión. Los réditos de tal estrategia se hicieron pronto tangibles: las encuestas situaron de inmediato a Trump como el mejor valorado de los diecisiete precandidatos republicanos a la presidencia.
La elección definitiva del candidato por el Partido Republicano no tendrá lugar hasta julio de 2016, pero el multimillonario parece decidido a culminar esta carrera de fondo, y aunque se auguraba que acabaría perdiendo su empuje inicial (como ha ocurrido siempre en las primarias con otros histriónicos o estrafalarios aspirantes), por el momento sus rivales y el mismo Partido Republicano parecen descolocados tanto ante la rudeza de sus planteamientos como por los resultados obtenidos en las primarias: Trump superó de inmediato a los restantes precandidatos y, después del «supermartes» (1 de marzo de 2016), disponía ya de 319 delegados, casi cien más que su principal competidor, el senador por Texas Ted Cruz. El magnate posee también un equipo de fútbol en Nueva Jersey y patrocina combates de boxeo, además de una carrera ciclista denominada Tour de Trump. Su conglomerado empresarial incluye reputadas compañías como Trump Enterprises Incorporation, The Trump Corporation, Trump Development Co., Wembley Realty Inc., Park South Co. y Land Corp. of California.
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Donald Trump: "Cuando sea presidente voy a unir el mundo"

Antes de presentarse a lo que será el primer debate televisivo de los precandidatos a la presidencia de Estados Unidos, el republicano Donald Trump decidió relajarse en una cancha de golf. No tenía pensado hablar de política durante su visita a Escocia, pero finalmente lanzó algunos comentarios.

Cuando sea presidente "voy a unir el mundo", citó a Trump el diario británico "The Guardian". Además, me llevaré muy bien con el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró el precandidato republicano.

Las declaraciones no terminaron allí. Según cita el periódico, Trump aseguró que la diplomacia está sobrevaluada y que, pese a toda corrección política, Estados Unidos es impopular en todas partes. "Todos nos odian", sostuvo.

Las observaciones del empresario dan un anticipo de lo que podría suceder en el primer debate de los republicanos este jueves.

El multimillonario no solo ha escalado a la cima de las encuestas entre los republicanos gracias a sus polémicos comentarios, sino que su lengua afilada también lo ha convertido en el nuevo favorito de los medios de comunicación. No pasa un día sin que Trump sea noticia. El revuelo que semanas atrás desataron los correos electrónicos de Hillary Clinton ya es cosa del pasado. Ahora Trump domina los titulares.

En breve deberá demostrar si así también podrá sobrevivir a un debate real. Trump podría adjudicarse una victoria en Cleveland siempre y cuando utilice argumentos convincentes sin ser demasiado hostil, escribe el "The New York Times".

Debe afirmarse como una voz seria en contra de los otros nueve candidatos que, a diferencia del magnate de Nueva York, ya tienen años de experiencia en estas contiendas.

Sobre todo Jeb Bush, el ex gobernador de Florida, hijo y hermano de dos ex presidentes de Estados Unidos. A pesar de su fuerte aparato financiero -ya recibió donaciones por más 114 millones de dólares- Bush aún no ha podido tomar las riendas. Igualmente sigue siendo uno de los favoritos de los conservadores tradicionales.

Y seguramente, según lo que ya reflejan las encuestas, el duelo más emocionante será el que sostengan Trump, con un 20,8 por ciento de aprobación, y Bush, con el 12,2 por ciento.

Pero también el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, con un 13,7 por ciento de aprobación entre los votantes tiene un lugar asegurado en el debate de dos horas. Walker debería estar preparado para los embates de Trump. "Wisconsin es un desastre", dijo recientemente el dueño de un multimillonario imperio.

El senador de Florida, Marco Rubio, el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee y el candidato ultraconservador Ben Carson, del Tea Party, estarán casi seguro entre los top 10, al igual que los senadores Rand Paul y Ted Cruz. Mientras, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, todavía tiene que temer por su lugar en el debate.

Durante el encuentro, en el que podrá explayarse poco menos de diez minutos, Trump intentará no enredarse en cuestiones políticas muy específicas. Igualmente, los moderadores de la emisora "Fox News" tratarán de animarlo a no quedarse en la reserva.

"Hasta ahora ha conseguido salir airoso con fuertes críticas y generalizaciones", señala el asesor de campaña Kevin Madden al "New York Times".

Si bien el hombre que lleva el peinado más discutido de Estados Unidos se jacta de que, a pesar de los ofrecimientos de sus asesores, no se prepara en absoluto para el debate, los periodistas de "Fox" querrán sacarle más información que una mera crítica al acuerdo nuclear iraní o a la política exterior del presidente Barack Obama.

Tal vez incluso tenga que dar a conocer su plan secreto y supuestamente "infalible" para derrotar a la milicia terrorista Estado Islámico.

Pero el debate político también puede convertirse en el naufragio del ambicioso empresario en su camino a la Casa Blanca, como lo demostró recientemente su campaña racista contra los mexicanos. Trump ha hecho del ataque a los inmigrantes ilegales mexicanos su principal argumento de campaña. "Los que entren sin papeles deberán ser deportados", insistió el precandidato a CNN.

Entre tanto, haciendo caso omiso del repudio expresado por la comunidad latina y el boicot que le hicieron grandes cadenas televisivas, el multimillonario estadounidense insiste: los inmigrantes latinos sólo llevan problemas a Estados Unidos.

Si bien los 16 precandidatos oficiales republicanos tienen el objetivo común de ir contra Obama y la principal candidata demócrata, Hillary Clinton, durante el debate los diez hombres con mayores posibilidades no escatimarán palabras para dejar mal parado a su contrincante.

La oportunidad para dar su propio mensaje al mundo en esos poco minutos probablemente sea en un debate de ideas con Trump. "Él es, por naturaleza muy agresivo y está dispuesto a decir cualquier cosa", afirma Newt Gingrich. El ex presidente de la Cámara de Diputados resumió el temperamento de Trump con una simple palabra: "Nitroglicerina".
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El Ku Klux Klan llamó a votar por Trump Y EL LO ACEPTO

Donald Trump recibió el apoyo del Ku Klux Klan y no lo rechazó
Donald Trump recibió el apoyo del Ku Klux Klan y no lo rechazó.Foto:AFP
La xenofobia, la supremacía de la raza blanca, el antisemitismo, el racismo y el anticomunismo. Esos son los pilares de la organización de Estados Unidos y de extrema derecha Ku Klux Klan.
La construcción de un muro en la frontera con México, la prohibición del ingreso de musulmanes al país, la deportación de 11 millones de inmigrantes. Estas son algunas propuestas de Donald Trump en su campaña política para conseguir la candidatura presidencial republicana.
Por eso, no votar por Trump sería "traicionar nuestra herencia", según dijo esta semana David Duke, antiguo líder del grupo supremacista blanco Ku Klux Klan (KKK).
Duke, quien fuera el guía de los Caballeros del Ku Klux Klan en Estados Unidos, insistió a sus seguidores para que dieran su voto al empresario y les pidió que incluso se alistaran como voluntarios para su campaña, porque encontrarían afinidades.
"Están pidiendo a gritos voluntarios -instó Duke en un discurso dirigido a los simpatizantes del KKK-. Vayan allí, conocerán personas con la misma mentalidad que ustedes".
"No estoy diciendo que esté de acuerdo con todo lo relacionado con Trump. De hecho, yo no lo habría apoyado formalmente. Pero sí apoyo su candidatura, y sostengo votar por él como una acción estratégica. Espero que haga todo lo que esperamos de él", reiteró el líder supremacista, quien ya había mostrado sus simpatías por él el pasado verano.
Coincidiendo con estas declaraciones, un grupo de acción política alineado con el nacionalismo blanco anunció también su respaldo al aspirante republicano y comenzó una campaña telefónica en el estado de Vermont a favor del magnate.
En diciembre, Rocky Suhayda, el líder del Partido Nazi Americano, aplaudió el plan del precandidato presidencial republicano para impedir que los fieles del islam pisaran suelo estadounidense de manera temporal frente a la amenaza del terrorismo jihadista.
Y Andrew Anglin, editor de la página web neonazi The Daily Stormer, escribió un texto titulado "Heil Donald Trump, el último salvador", en apoyo a esa propuesta.
Al final de su artículo, no contento con su guiño a Hitler, Anglin concluyó parafraseando al propio magnate: "Make America White Again!" ("Vuelve a hacer blanco de nuevo a Estados Unidos").
Además de prohibir la entrada a los musulmanes a raíz del tiroteo ocurrido el pasado diciembre en San Bernardino (California), atribuido a la radicalización jihadista de sus autores, Trump también instó a crear una base de datos para registrar a todos los musulmanes en EE.UU. después de los ataques ejecutados por el grupo Estado Islámico (EI) en París hace unos meses.

Trump, no tan a disgusto

El candidato presidencial republicano despertó duras críticas por haber evitado condenar al Ku Klux Klan y a su ex líder, David Duke, quien hizo explícito su apoyo al candidato. Consultado por CNN acerca de Duke, Trump respondió: "No sé nada sobre David Duke, ¿okey? No sé ni siquiera nada de lo que están hablando sobre supremacía blanca o supremacistas blancos".
Presionado por el entrevistador Jake Tapper sobre los vínculos de Duke con el Ku Klux Klan, Trump evitó denunciarlos explícitamente. Luego escribió en Twitter que había "repudiado" su apoyo durante una conferencia de prensa el viernes.
Los competidores republicanos de Trump salieron a condenarlo rápidamente, como así también los candidatos demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders. "No podemos ser un partido que nomina a alguien que rechaza condenar a supremacistas blancos y al Ku Klux Klan", dijo en un acto en Virginia el senador por Florida, Marco Rubio. "¿Cómo haremos crecer nuestro partido con un candidato que rechaza condenar al Ku Klux Klan? No me digan que él no sabe lo que es el Ku Klux Klan", expresó.
Agencias EFE y DPA

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DONALD TRUMP ES UN PELIGRO PARA ESTADOS UNIDOS SEGÚN LA CASA BLANCA



Al proponer cerrar las puertas de Estados Unidos a los musulmanes, Donald Trump sobrepasó otro límite en su campaña a la Casa Blanca. La Administración Obama cree que el candidato, favorito en los sondeos del Partido Republicano, perjudica la seguridad nacional, e insta a los republicanos a romper con él. Se le acusa de ir en contra de los valores estadounidenses, violar la Constitución y hacerle el juego al Estado Islámico al dividir a musulmanes y cristianos.
Los atentados en París, el 13 de noviembre, y en San Bernardino (California), el pasado miércoles, transforman la campaña para la nominación a laspresidenciales de noviembre de 2016. El miedo al Estado Islámico (ISIS) ocupa de repente un lugar central y las propuestas para responder a la amenaza varían desde la mesura del presidente Barack Obama al extremismo de Trump.
“Donald Trump suena más a líder de un grupo de linchadores que a una gran nación como la nuestra”, dijo ayer Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo para las Relaciones Americano-Islámicas. En EE UU viven unos 2,75 millones de musulmanes, menos del 1% de la población.
La propuesta para una prohibición “total” a la entrada de musulmanes en EE UU “hasta que los representantes del país aclaren qué está ocurriendo”, difundida el lunes en un comunicado, no es la primera muestra de extremismo del candidato. Trump lanzó su campaña el 16 de junio acusando a México de enviar a EE UU a traficantes de drogas, criminales y violadores. También propuso crear una muralla para frenar a los inmigrantes sin papeles.
La nueva propuesta es un paso más, porque plantea abiertamente excluir a un grupo religioso entero y evoca capítulos nefastos en la historia del siglo XX.
Los juristas apuntan dos problemas en el plan de Trump. Primero, violaría tratados con otros países. Y segundo, si se aplicase a musulmanes estadounidenses, sería inconstitucional al excluir a ciudadanos por su religión.
Trump plantea otro riesgo: que, desde fuera de EE UU, se tomen las palabras de Trump como representativas de todo EE UU, y que esto complique la política internacional del país.

Petición a los republicanos

“Es contrario a nuestros intereses nacionales y hace más difícil defender a nuestro país”, dijo este martes Josh Earnest, el portavoz de la Casa Blanca. “Lo que Donald Trump dijo ayer [por el lunes] le descalifica para servir como presidente”.
Earnest retó a los otros candidatos republicanos a no conformarse con criticar a Trump y a comprometerse a no votarle si es el nominado republicano. En febrero empieza el proceso de votaciones que culminará con la nominación del candidato en verano. Lo habitual es que los derrotados apoyen al nominado.
Ningún rival promete romper con Trump si logra la nominación. Pero, al contrario que en otras ocasiones, esta vez Trump sí han provocado condenas casi unánimes en el partido.
“Donald Trump está perturbado. Sus propuestas políticas no son serias”, dijo el exgobernador de Florida Jeb Bush. “Discrepo de la última propuesta de Donald Trump. Su hábito de hacer declaraciones ofensivas y extravagantes no unirá a los americanos”, dijo el senador por Florida Marco Rubio.
Otros se distanciaron sin criticarle. “Esta no es mi política”, dijo el senador por Texas Ted Cruz. Pero Cruz, que compite con Trump por el voto ultraconservador, elogió que Trump se centrase en la defensa de las fronteras de EE UU.
Sin llegar a la radicalidad de Trump, varios republicanos han formulado propuestas que discriminan a musulmanes: desde impedir la entrada de refugiados desde regiones donde actúa al ISIS a dar un trato preferencial a los refugiados cristianos.

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¿QUE TAN PELIGROSO ES DONALD TRUMP PARA EL MUNDO?

Elecciones EEUU: por qué Trump sería candidato republicano
Las peores sospechas se hicieron realidad el martes. Ese día, Donald Trump no solo ganó 7 de los 11 estados que celebraron elecciones primarias del Partido Republicano. También les sacó una enorme ventaja a Ted Cruz y a Marco Rubio, los únicos rivales de peso que aún quedan en esa contienda.
Hoy, esa distancia es muy difícil de recortar y todo apunta a que él ganará la candidatura del Grand Old Party a las presidenciales de noviembre.
Como si fuera poco, Trump demostró que su éxito electoral no se limita a los estados del sur y el centro, donde tradicionalmente se concentran los votos conservadores, sino que también triunfó en Nueva Inglaterra, una región del noreste asociada con posiciones más progresistas. “Soy un unificador”, dijo sin ocultar su satisfacción en la rueda de prensa que convocó en un club de Palm Beach, al sureste de Florida.
Aunque las encuestas le daban la ventaja al magnate, la magnitud de su triunfo disparó la señal de alarma. En primer lugar, entre la ortodoxia del Partido Republicano (el famoso establishment), que fracasó en su estrategia de esperar a que la popularidad de Trump se desinfle. El jueves, el candidato de ese partido en 2012, Mitt Romney, dijo que Trump era “un fraude” y un tipo “no apto para la Presidencia”. Su antecesor, John McCain, que perdió con Obama en las elecciones de 2008, respaldó en un comunicado a Romney y advirtió, además, sobre las “declaraciones desinformadas e incluso peligrosas (de Trump) sobre asuntos de seguridad nacional”. Hoy, el partido tiene sus esperanzas en Ted Cruz o Marco Rubio, quienes tampoco ofrecen garantías. Cruz es un fanático religioso que ha mostrado un temperamento radical, y Rubio llegó a la contienda como representante del Tea Party, el ala más extremista del partido.
A su vez, el miedo a una Presidencia de Trump ha cruzado las fronteras. Desde América Latina hasta Europa, el mundo ha pasado de burlarse de los exabruptos del excéntrico narcisista, a caer en cuenta de que el próximo presidente del país más poderoso del planeta puede ser un personaje racista, homófobo y demagogo, que además ha insultado e, incluso, agredido a las personas con discapacidad, a los medios de comunicación y a las mujeres que le han llevado la contraria. Para completar, Trump no tuvo inconveniente en citar a Benito Mussolini, cuando el domingo publicó en Twitter una frase suya según la cual “es mejor vivir un día como un león que 100 años como una oveja”. Cuando le preguntaron si sabía a quién pertenecía, respondió: “Sé quién la dijo. ¡Pero qué importa que la haya dicho Mussolini u otra persona! Es, sin duda, una cita muy interesante. Y yo quiero ser asociado con citas interesantes”. Como resumió el semanario alemán Der Spiegel, Trump es “el hombre más peligroso del mundo”.
El embrujo autoritario
El éxito de Trump se explica por varias razones. La primera tiene que ver con el clima político y económico que impera al norte del río Grande. De hecho, tanto entre los electores de derecha como de izquierda hay una profunda desconfianza hacia la política tradicional. Y eso ha favorecido a candidatos antisistema tan diferentes entre sí como el socialista Bernie Sanders, el neurocirujano Ben Carson, la ex-CEO de Hewlett-Packard Carly Fiorina, y el propio Trump.
Sin embargo, solo el magnate ha capitalizado el descontento de un sector muy preciso, al que la recuperación económica de la crisis de 2008 dejó por fuera y que siente resentimiento hacia Washington, en general, y hacia el presidente Obama, en particular. Se trata de los hombres de raza blanca, edad mediana y baja educación, cuyas condiciones de vida se han degradado fuertemente desde 2000. Como dijo a SEMANA Robert Schmuhl, profesor de Estudios Estadounidenses de la Universidad de Notre Dame, “al usar el eslogan Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos poderoso otra vez), Trump alude a un pasado que ellos ven con nostalgia y les está ofreciendo restablecerlo. Él es el mensajero en un momento específico en el que el clima político es apropiado para ese mensaje”.
En la actualidad, por primera vez en la historia de ese país, ellos no tienen garantizados sus ingresos y nada indica que su nivel de vida vaya a mejorar. Y debido a los cambios en la composición étnica del país de las últimas décadas –visibles no solo en la política sino también en el cine, la música y la televisión–, todo apunta a que dentro de pocos años los wasps (whites, anglosaxons and protestants, o blancos, anglosajones y protestantes) se convertirán en una minoría en su propio país.
Pero hay algo más. “En Estados Unidos muchas personas no han aceptado que un negro sea presidente. La rabia que eso les produce se manifestó primero cuando floreció el movimiento del Tea Party, que en las elecciones de 2012 no prosperó a falta de un candidato que los representara. Trump, que ni ante el certificado de nacimiento de Obama dejó de poner en duda que hubiera nacido en Estados Unidos, era la persona idónea para galvanizar esos sentimientos negativos que muchos blancos sienten hacia los negros. Y en 2016, eso lo tiene cerca de convertirse en presidente de Estados Unidos”, dijo en diálogo con esta revista Steven Taylor, profesor del departamento de Gobierno de la American University de Washington.
Y en efecto, según dos encuestas realizadas por YouGov y el Public Policy Polling, el 20 por ciento de los votantes de Trump está contra la abolición de la esclavitud decretada por Abraham Lincoln en 1863. A su vez, el 31 por ciento está de acuerdo con la idea de la supremacía blanca y el 70 por ciento quiere que la bandera confederada (uno de los símbolos de los estados esclavistas del sur) siga ondeando en los edificios públicos. Las reticencias de Trump a rechazar el apoyo de David Duke, uno de los líderes históricos del Ku Klux Klan, dejaron bastante claro que el magnate no tenía problema en aceptar el apoyo de un grupo sinónimo de racismo violento.
Sin embargo, los negros están lejos de ser los únicos que Trump tiene en la mira. Como se recordará, el magnate lanzó su campaña diciendo que los mexicanos eran unos “violadores” y –tras los atentados del 13 de noviembre de París– ha recrudecido sus posiciones islamófobas y ha insistido en que su país no debe aceptar a ningún refugiado de la guerra de Siria. A su vez, ha vinculado a todos esos grupos con las amenazas económicas y de seguridad que buena parte del electorado estadounidense percibe, hasta crear una amalgama en la que ciertas colectividades sociales y étnicas son indistinguibles de la decadencia estadounidense, lo mismo que los responsables directos del caos que supuestamente se ha apoderado del país.
En ese sentido, Michael Cornfield, director del Global Center for Political Engagement de The George Washington University, dijo a SEMANA que “desde el estancamiento de los salarios hasta la amenaza terrorista, pasando por los derechos de las parejas homosexuales, Trump ha logrado convencer a algunos estadounidenses de toda una serie de amenazas que atentan contra sus vidas. También, que la solución pasa por adoptar medidas simplistas, como construir un muro en la frontera, expulsar a todos los indocumentados y alejar a todos los musulmanes. Se trata de un llamado típicamente autoritario”.
En efecto, la única característica que reúne a los electores de Trump son sus tendencias autoritarias, un rasgo de la personalidad que los expertos han relacionado con una fuerte necesidad de orden, un marcado temor hacia las amenazas externas y la necesidad de tener un líder fuerte que responda con fuerza. Y lo cierto es que estas se han concentrado en torno al Partido Republicano, que desde los años sesenta se convirtió en el partido de la ley, el orden y la defensa de los valores tradicionales. Según un sondeo realizado por el portal de noticias Vox y por la encuestadora Morning Consult, en la actualidad las personas con tendencias autoritarias se han concentrado en el GOP. Mientras que el 55 por ciento de sus votantes presenta esa característica, esta está presente apenas en el 17 por ciento de los demócratas.
Sin embargo, como dijo a esta revista Matthew MacWilliams, un estudiante de doctorado de la Universidad de Massachusetts especializado en los efectos del autoritarismo en los procesos políticos, “el terreno ya estaba abonado para una persona como Trump. Si bien las tendencias autoritarias estaban latentes, con su discurso simplista y lleno de amenazas hacia Estados Unidos, él las activó y las estimuló. Pero eso no es todo. Una enorme proporción de la gente que no tiene tendencias autoritarias, al ver amenazada su seguridad puede desarrollarlas”. Y eso es grave, pues aunque es claro que un demócrata –por más autoritario que sea– difícilmente votaría por un radical como Trump, en la actualidad dos de cada tres votantes son independientes. Y según la encuesta de Vox, casi el 40 por ciento de ellos tiene tendencias autoritarias. “Trump tiene dónde crecer y sus posibilidades de llegar a la Casa Blanca son reales”, dijo MacWilliams.
La disfuncionalidad de la política estadounidense ha impedido hasta ahora ver el peligro que representa el magnate para el mundo. Desde hace años, el Partido Republicano ha promovido guerras y políticas discriminatorias, en las que el miedo y la manipulación mediática han jugado un papel importante. Hoy, como en la leyenda del aprendiz de brujo, sus aterrados líderes no saben qué hacer con un xenófobo que los avergüenza, pero que, simplemente, quiere llevar al extremo las políticas que llevan años promoviendo.

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DONALD TRUMP ES UNA VERDADERA AMENAZA PARA MEXICO

Pensé que aquellos viejos tiempos de discriminación que tipificaban a los Estados Unidos, habían quedado en el pasado; pero el candidato a la presidencia de la república por parte del Partido Republicano de este poderoso país, el más poderoso sobre la tierra, toma la discriminación racial como una de sus banderas predilectas de campaña ¡Qué vergüenza!

¿Y quién es Donald Trump? Leamos una pequeña parte de lo que dice la popular y afamada Wikipedia al respecto

Donald Trump (Queens, 14 de junio de 1946) es un ejecutivo, político, empresario y millonario de Estados Unidos. Actualmente, es precandidato a presidente para las elecciones presidenciales de 2016 por el Partido Republicano, y es el presidente de la Trump Organization y fundador de Trump Entertainment Resorts. Fue el presentador del reality show The Apprentice hasta 2015. Es hijo de un empresario de bienes raíces de Nueva York, en cuya compañía, la Elizabeth Trump & Son, trabajó mientras estudiaba en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania. En 1968, se unió oficialmente a esa sociedad, que controla desde 1971, cuando la renombró Trump Organization. En los años 1990 la empresa entró enbancarrota comercial, pero en la década siguiente se recuperó y tiene una fortuna de varios miles de millones de dólares”

Desde el principio de su candidatura, este sujeto ha declarado que si llega a la Casa Blanca construirá un muro con México, para frenar la inmigración ilegal y este muro según su dicho sería pagado por los mexicanos. “Hasta que no lo hagan, la 'Administración Trump' subiría las tarifas de los visados y las entradas a los puertos estadounidenses”, nos dice este singular personaje.

"Cuando México envía a su gente, no envían a los mejores. No te envían a ti. Mandan gente que tiene muchos problemas y ellos nos traen esos problemas. Ellos traen drogas, traen delincuencia. Son violadores y, algunos, yo asumo, son buenas personas", dijo el magnate en junio de 2015, cuando anunció su postulación.

La idea de construir un muro en la frontera para evitar el ingreso de inmigrantes mexicanos fue una de las primeras y más polémicas propuestas que hizo Trump desde que anunció su aspiración a la candidatura presidencial republicana.

Los posicionamientos de dos ex presidentes de México en relación a este singular personaje y sus declaraciones sobre el muro, son dignos de tomarse en consideración:

Vicente Fox en una entrevista con Jorge Ramos, presentador de la Cadena Univisión, dijo, entre muchas otras cosas:

"Yo lo dije: I am not going to pay for this f**** wall (no voy a pagar ese jodido muro)

El expresidente cargó contra Trump y apuntó que su candidatura entraña riesgos.

Donald Trump (Reuters)

"Es un fanfarrón, presumido, ignorante, que no tiene ni idea de lo que es sentarse en la silla presidencial de los Estados Unidos, es un lugar de alto respeto. Seguir a un falso profeta como es Donald Trump, seguirlo al desierto, sin saber adónde lleva a esta nación, es peligrosísimo", dijo Fox.

Felipe Calderón, por su parte declaró "Los mexicanos no vamos a pagar un solo centavo por el estúpido muro de Donald Trump"

Marco Rubio y Ted Cruz, quienes luchan por su postulación por parte del partido Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, acusan al magnate inmobiliario de pretender deportar, si llega al poder, a 11 millones de indocumentados.

Robert Keagan, en uno de sus últimos artículos en el prestigiado diario The Washington Post señala “Seamos claros: Trump no es un tonto…..No está secuestrando al Partido Republicano o al movimiento conservador…El es una creación del partido, su monstruo Frankestein, traído a la vida por el partido, alimentado por el partido y ahora hecho suficientemente fuerte como para destruir a su creador…”

Tomemos en serio lo que sucede en los Estados Unidos. Me preocupa mucho la candidatura de un personaje como Trump a la presidencia de este país, pero más me preocupa que tenga tantos seguidores entre el pueblo norteamericano.

Parafraseando al insigne Nemesio García Naranjo “Oh México, pobre patria mía, tan lejos de Dios y tan cerca de Trump.”

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¿ Donald Trump el Anticristo? Hay mucha gente asustada en Estados Unidos

¿Es Donald Trump el Anticristo?
Si bien el Papa Francisco señaló que no entraría en el debate sobre si la gente debía o no votar por Trump, sí mostró su desacuerdo hacia las propuestas políticas del empresario.
odo empezó con una pregunta al papa durante su regreso a Roma después de visitar México. Un reportero lo cuestionó sobre la propuesta de Donald Trump respecto a construirun muro entre México y Estados Unidos para evitar la migración ilegal.
“Una persona que piensa sólo en hacer muros, sea donde sea, y no hacer puentes, no es cristiano”, dijo el papa en su vuelo a Europa.
A partir de ese comentario iniciaron una serie de declaraciones y respuestas entre ambas partes y el Vaticano.
Estas son las principales respuestas en este ‘pleito’ entre el precandidato republicano y el papa:
Trump respondió al dicho del papa sobre su fe y lo calificó de “vergonzoso”, durante un evento de campaña en Kiawah Island, Carolina del Sur.
“Es vergonzoso que un líder religioso esté cuestionando la fe de otra persona… ningún líder, especialmente un líder religioso, debe tener el derecho a cuestionar la religión o la fe de otro hombre”.
Pero Trump no solo defendió sus creencias, también advirtió que él podría defender al papa y al Vaticano de un ataque terrorista mejor que otros.
“Cuando el Vaticano sea atacado por ISIS, que como todos saben es el premio máximo para ISIS, puedo prometerles que el papa desearía y rezaría que Donald Trump fuera el presidente”.
Después de la rápida respuesta del millonario al papa, el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, trató de aclarar que las declaraciones del papa no habían sido un ataque a Trump.
“De ningún modo esto es un ataque personal ni una indicación sobre cómo votar… esta es su opinión general, que es muy consistente con seguir con valentía las indicaciones del Evangelio de ofrecer acogida y solidaridad”.
Horas después y en un tono más conciliador, Trump dijo a CNN que no quiere pelear con el Papa.
“Tengo mucho respeto por el papa. Tiene mucha personalidad y creo que está haciendo un buen trabajo, tiene mucha energía… de hecho, no me gusta pelear con el papa. No creo que esto sea una pelea”.

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Donald Trump estaría dispuesto a declarar la guerra a México si no paga por el muro -

Parece que Donald Trump no se cansa de hacer comentarios provocativos hacia los mexicanos, lo peor es que sigue con esa idea de construir un muro para evitar la entrada de inmigrantes a los Estados Unidos. Esta mañana en una entrevista para la cadena NBC el periodista Bob Woodward le preguntó al empresario qué medidas tomará para obligar a nuestra nación a pagar el muro que nos separará.
Hay que recordar que de acuerdo con los cálculos del aspirante a la candidatura republicana, México tendría que pagarle 8 mil millones de dólares para construir un muro de 3 mil 200 kilómetros que impedirá la entrada a inmigrantes. ¡JA!
Ante el cuestionamiento del periodista, el precandidato respondió que si México se negara a pagar se vería obligado a tomar “medidas más serias“, fue entonces cuando Woodward lo interrumpió diciendo: “Son una nación soberana ¿Cómo haces que una nación así pague algo que aseguran no pagarán?”.
El político no tuvo problema en decir que había “muchas maneras” en hacernos pagar por dicho muro, comenzó diciendo que podía quitarnos el subsidio que nos dan: “puedo quitarles el subsidio que les damos, es ridículo, tenemos una pequeña porción de China a la que le pagamos un subsidio. Hay tantas formas en las que México hace dinero con nosotros que es ridículo. Les quitaremos el dinero a ellos“.
frontera
Al escuchar tales declaraciones el periodista le preguntó a Trump que si estaría dispuesto a declararle la guerra a México a lo que el político respondió: “Créeme, cuando rejuvenezca a nuestros militares México no querrá jugar a la guerra con nosotros“.
Esta respuesta no fue para nada sorpresiva, tomando en cuenta de quien viene, sin embargo es una respuesta preocupante ya que la popularidad y simpatía de Trump sigue creciendo en el país del norte, de seguir así podríamos verlo llegar a la presidencia, algo nada bueno para nadie.
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Tanto líderes mundiales, entre ellos Obama, y celebridades han comenzado a hacer llamados a los ciudadanos norteamericanos a que dejen de impulsar a Donald Trump. Políticos mexicanos como Felipe CalderónVicente Fox e incluso Enrique Peña Nieto han comenzado a manifestar su preocupación también ante el crecimiento del magnate.
Por el bien de todos, esperamos que no lo dejen llegar a la Casa Blanca.
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Donald Trump tras los pasos de Adolfo Hitler y Hugo Chavez.

 

 Los griegos solían decir: ·Los dioses ciegan a los que quieren perder" cuando se referían a la actitud errática y a la falta de visión de las personas que pierden el norte y toman decisiones que al final provocan su destrucción.

  Los Estados Unidos de Norteamérica están en una hora menguada, son los lideres mundiales en abortos provocados, los lideres en la producción de pornografía, los lideres en el consumo de drogas licitas. y a esto le añadieron la aprobación de matrimonio entre homosexuales.

  No me estraña entonces, que un país ebrio de vicios y sin rumbo fijo tenga como un claro aspirante a la Presidencia de la Nación a Donald Trump personaje cuasi folclórico,mal hablado, intolerante y absolutamente básico. Los votantes republicanos estan poniendo su mirada en un hombre que a todas luces es una combinación gringa entre Adolfo Hitler y Hugo Chavez, (salvando las distancias y ruego que se me perdone) A ninguno de estos personajes se les tomo en serio hasta que ya era muy tarde y la pila de cadáveres ya estaba alta y sus respectivos países destruidos.
  Como no soy profeta (que ya hay muchos, vamos) no quiero anunciar el triunfo de Trump, pero si esto sucede (Dios no lo permita) hay que tomar palco, por que estados Unidos, y el mundo con el, iniciara su caída por el despeñadero de la guerra y la destrucción.

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BIOGRAFIA DE Donald Trump

(Donald John Trump; Nueva York, 1946) Magnate estadounidense. Enriquecido en el sector inmobiliario, forjó desde los años 80 un imperio empresarial orientado a la construcción de casinos, hoteles y viviendas de lujo que supo mantener pese a las dificultades financieras. Cobró con ello un considerable prestigio y popularidad como encarnación del self-made mannorteamericano, a pesar de su carácter ególatra y sus dudosos escrúpulos. De ideología extremadamente conservadora, su constante presencia en la televisión y sus declaraciones fuera de tono lo convirtieron, a partir de 2005, en uno de los personajes más polémicos del país. En 2015 presentó su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano; mediadas las primarias, y contra todo pronóstico por la rudeza y simplismo de sus mensajes xenófobos, Donald Trump seguía siendo el candidato mejor situado para disputar la sucesión de Obama a la probable candidata demócrata, Hillary Clinton.

Donald Trump
Su padre, Fred Trump, que se había quedado huérfano a los doce años, formó su fortuna construyendo viviendas de clase media, hasta llegar a tener miles de pisos en los barrios neoyorquinos de Queens, Brooklyn y Staten Island. Desde muy pequeño Donald Trump, el cuarto de un total de cinco hijos, acompañó a su padre en la inspección de los bloques y en el cobro de los alquileres. Donald estudió en la Universidad Fordham y en la de Pensilvania. Tras ello empezó a trabajar en el negocio de la construcción; en 1974, con 28 años, recibió el relevo de su padre y entró de lleno en el mundo inmobiliario de Manhattan.
La forja de un imperio
Uno de sus primeros grandes éxitos fue la idea de adquirir un viejo hotel contiguo a la Grand Central Station que, mediante préstamos y exenciones fiscales, logró convertir en uno de los mejores establecimientos de la ciudad. A partir de entonces compró toda clase de viviendas y edificios en Nueva York, particularmente torres de lujosos apartamentos (como la Trump Tower, donde el propio Trump reside en un triplex) y hoteles: es propietario del legendario Hotel Plaza, del Hotel Saint Moritz y del Hotel Grand Hyatt.
Pero su auténtico imperio se formó en Atlantic City, localidad situada en la costa de Nueva Jersey, cerca de Filadelfia. Allí poseía los tres principales casinos: el Trump Castle, el Trump Plaza y el más reciente Taj Mahal. También allí se hallaba anclado el yate Trump Princess, considerado el más lujoso del mundo, que fue adquirido al millonario saudita Adnan Kashoggi por 29 millones de dólares. El magnate poseía además una casa valorada en siete millones de dólares en Palm Beach (Florida), una mansión de 47 habitaciones en Connecticut, un Boeing 727 y seis helicópteros. En 1990 ocupaba el puesto decimonoveno en la lista de grandes fortunas estadounidenses de la revista Forbes, con un patrimonio valorado en más de mil millones de dólares.
Entre sus adquisiciones de los 80 figuran el puente aéreo de la Eastern Company entre Boston, Nueva York y Washington, que rebautizó como Trump Shuttle, y el 5% de las acciones de American Airlines. En junio de 1988 publicó el libro Trump o el arte de vender, que en poco tiempo se colocó a la cabeza de las listas de libros más vendidos en su país. Trump era el ejemplo por antonomasia del norteamericano triunfador que se ha hecho a sí mismo, y uno de los millonarios más populares de Estados Unidos. Aunque habitualmente se mantuvo al margen de la política, a comienzos de 1987 dedicó más de cien mil dólares a la compra de espacios en los principales periódicos, donde publicó una carta abierta en la que criticaba la política norteamericana de proteger los petroleros que navegaban por el Golfo Pérsico.
Crecerse en la adversidad
Donald Trump contrajo matrimonio en 1978 con la deportista de origen checo Ivana Winkelmayr, a la que había conocido dos años antes durante los Juegos Olímpicos de Montreal, en las pruebas de patinaje artístico en que participaba Ivana. El matrimonio tuvo tres hijos. A comienzos de 1990, Ivana Trump presentó la demanda de divorcio de su marido, iniciando una de las separaciones más caras de los Estados Unidos. El hecho mereció la portada de muchos periódicos y fue tratado incluso en telediarios durante cinco días seguidos. Donald Trump cedió a su ex esposa Ivana 10 millones de dólares, una pensión anual de 600.000 dólares, una mansión en Connecticut y un apartamento en el Trump Plaza de Nueva York, además de la custodia de sus hijos.
En 1990 empezaron a circular rumores insistentes acerca de las dificultades económicas de Trump, quien al parecer no podía hacer frente al pago de sus enormes deudas. El 27 de abril de ese mismo año, el millonario contrató los servicios de la firma Merrill Lynch para negociar la venta de su aerolínea Trump Shuttle, aunque trató de disimular esta operación afirmando que quería dinero para convertirse en "el rey del líquido", con la idea de comprar gangas inmobiliarias aprovechando la caída del mercado.

Con Melania Knauss, su tercera esposa
Pese a los apuros, Trump anunció en mayo que construiría un hotel y un edificio inteligente en São Paulo, y el 17 de junio de 1991 afirmó que había llegado a un acuerdo con algunos de sus acreedores por el que declararía en quiebra su casino Trump Castle de Atlantic City con el fin de aliviar las deudas. Poco después, el 12 de julio, se supo que había vendido su yate Trump Princess por 42 millones de dólares al banco que lo tenía hipotecado. El 29 de agosto de ese mismo año, la juez de un Tribunal de Quiebras de Nueva Jersey aprobó un plan para el recate de la bancarrota del casino Taj Mahal.
En marzo de 1992, Donald Trump aceptó ceder a sus acreedores bancarios el control del 49 por ciento del Hotel Plaza de Nueva York, a cambio de condiciones crediticias más favorables. Con estas y otras hábiles e ingeniosas maniobras, fruto de su innegable talento para los negocios, pudo finalmente superar la crisis financiera de los 90 y mantener su fortuna y su prestigio. Siguió construyendo casinos y lujosos hoteles en Estados Unidos y en muchos otros países, y de manera análoga superó las dificultades que acecharon su imperio en 2004 y en 2009, causadas por el excesivo endeudamiento que suponían sus proyectos faraónicos; ciertamente pocos como él han sabido bregar en situaciones difíciles, cualidad de la que se preció en libros como El arte de sobrevivir (1991) y El arte de volver (1997).
Precandidato republicano
Tras la sonada ruptura con Ivana, su vida sentimental siguió siendo azarosa. En 1993 contrajo matrimonio con la actriz Marla Maples, de la que se divorciaría en 1999; su tercera y actual esposa es la modelo eslovena Melania Knauss, con la que se casó en 2005. A partir de ese mismo año protagonizó el reality show El aprendiz, en el que un grupo de aspirantes compiten por un contrato para dirigir alguna de sus empresas; tal exposición pública incrementó su popularidad, pero también dio a conocer su personalidad un tanto primaria y su carácter egocéntrico y estridente.

Cartel promocional de El aprendiz
Por esos mismos años se intensificó su interés por la política; desde posturas que no cabe calificar sino de extremadamente conservadoras, dio constantes muestras de su ideario xenófobo y machista. En 2011 exigió a Obama que acreditara su condición de estadounidense mostrando su partida de nacimiento; en 2013 afirmó que negros e hispanos eran los culpables de casi todos los crímenes violentos; en junio de 2015, las declaraciones que acompañaron la presentación de su candidatura a la presidencia por el Partido Republicano provocaron un enorme revuelo: tachó a los inmigrantes mexicanos de violadores y narcotraficantes y defendió la construcción de un muro fronterizo a costa del erario del país vecino. La reacción fue un boicot masivo de la comunidad latina a las empresas del magnate, y especialmente contra la Miss Universe Organization, entidad que organiza los concursos de belleza Miss Universo y Miss Estados Unidos y de la que Trump es accionista mayoritario.
Lejos de retractarse, el magnate siguió colocándose deliberadamente en el ojo del huracán con declaraciones y gestos extremos. En agosto de 2015 propuso la deportación de once millones de inmigrantes ilegales y la retirada a sus hijos de la ciudadanía estadounidense, y redobló sus ataques a los medios y periodistas que cuestionaban su programa: dirigió groseros comentarios machistas a Megyn Kelly, del canal de noticias Fox, y expulsó de una rueda de prensa a Jorge Ramos, periodista estrella de la cadena latina Univisión. Los réditos de tal estrategia se hicieron pronto tangibles: las encuestas situaron de inmediato a Trump como el mejor valorado de los diecisiete precandidatos republicanos a la presidencia.
La elección definitiva del candidato por el Partido Republicano no tendrá lugar hasta julio de 2016, pero el multimillonario parece decidido a culminar esta carrera de fondo, y aunque se auguraba que acabaría perdiendo su empuje inicial (como ha ocurrido siempre en las primarias con otros histriónicos o estrafalarios aspirantes), por el momento sus rivales y el mismo Partido Republicano parecen descolocados tanto ante la rudeza de sus planteamientos como por los resultados obtenidos en las primarias: Trump superó de inmediato a los restantes precandidatos y, después del «supermartes» (1 de marzo de 2016), disponía ya de 319 delegados, casi cien más que su principal competidor, el senador por Texas Ted Cruz. El magnate posee también un equipo de fútbol en Nueva Jersey y patrocina combates de boxeo, además de una carrera ciclista denominada Tour de Trump. Su conglomerado empresarial incluye reputadas compañías como Trump Enterprises Incorporation, The Trump Corporation, Trump Development Co., Wembley Realty Inc., Park South Co. y Land Corp. of California.

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Donald Trump: "Cuando sea presidente voy a unir el mundo"

Antes de presentarse a lo que será el primer debate televisivo de los precandidatos a la presidencia de Estados Unidos, el republicano Donald Trump decidió relajarse en una cancha de golf. No tenía pensado hablar de política durante su visita a Escocia, pero finalmente lanzó algunos comentarios.

Cuando sea presidente "voy a unir el mundo", citó a Trump el diario británico "The Guardian". Además, me llevaré muy bien con el presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró el precandidato republicano.

Las declaraciones no terminaron allí. Según cita el periódico, Trump aseguró que la diplomacia está sobrevaluada y que, pese a toda corrección política, Estados Unidos es impopular en todas partes. "Todos nos odian", sostuvo.

Las observaciones del empresario dan un anticipo de lo que podría suceder en el primer debate de los republicanos este jueves.

El multimillonario no solo ha escalado a la cima de las encuestas entre los republicanos gracias a sus polémicos comentarios, sino que su lengua afilada también lo ha convertido en el nuevo favorito de los medios de comunicación. No pasa un día sin que Trump sea noticia. El revuelo que semanas atrás desataron los correos electrónicos de Hillary Clinton ya es cosa del pasado. Ahora Trump domina los titulares.

En breve deberá demostrar si así también podrá sobrevivir a un debate real. Trump podría adjudicarse una victoria en Cleveland siempre y cuando utilice argumentos convincentes sin ser demasiado hostil, escribe el "The New York Times".

Debe afirmarse como una voz seria en contra de los otros nueve candidatos que, a diferencia del magnate de Nueva York, ya tienen años de experiencia en estas contiendas.

Sobre todo Jeb Bush, el ex gobernador de Florida, hijo y hermano de dos ex presidentes de Estados Unidos. A pesar de su fuerte aparato financiero -ya recibió donaciones por más 114 millones de dólares- Bush aún no ha podido tomar las riendas. Igualmente sigue siendo uno de los favoritos de los conservadores tradicionales.

Y seguramente, según lo que ya reflejan las encuestas, el duelo más emocionante será el que sostengan Trump, con un 20,8 por ciento de aprobación, y Bush, con el 12,2 por ciento.

Pero también el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, con un 13,7 por ciento de aprobación entre los votantes tiene un lugar asegurado en el debate de dos horas. Walker debería estar preparado para los embates de Trump. "Wisconsin es un desastre", dijo recientemente el dueño de un multimillonario imperio.

El senador de Florida, Marco Rubio, el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee y el candidato ultraconservador Ben Carson, del Tea Party, estarán casi seguro entre los top 10, al igual que los senadores Rand Paul y Ted Cruz. Mientras, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, todavía tiene que temer por su lugar en el debate.

Durante el encuentro, en el que podrá explayarse poco menos de diez minutos, Trump intentará no enredarse en cuestiones políticas muy específicas. Igualmente, los moderadores de la emisora "Fox News" tratarán de animarlo a no quedarse en la reserva.

"Hasta ahora ha conseguido salir airoso con fuertes críticas y generalizaciones", señala el asesor de campaña Kevin Madden al "New York Times".

Si bien el hombre que lleva el peinado más discutido de Estados Unidos se jacta de que, a pesar de los ofrecimientos de sus asesores, no se prepara en absoluto para el debate, los periodistas de "Fox" querrán sacarle más información que una mera crítica al acuerdo nuclear iraní o a la política exterior del presidente Barack Obama.

Tal vez incluso tenga que dar a conocer su plan secreto y supuestamente "infalible" para derrotar a la milicia terrorista Estado Islámico.

Pero el debate político también puede convertirse en el naufragio del ambicioso empresario en su camino a la Casa Blanca, como lo demostró recientemente su campaña racista contra los mexicanos. Trump ha hecho del ataque a los inmigrantes ilegales mexicanos su principal argumento de campaña. "Los que entren sin papeles deberán ser deportados", insistió el precandidato a CNN.

Entre tanto, haciendo caso omiso del repudio expresado por la comunidad latina y el boicot que le hicieron grandes cadenas televisivas, el multimillonario estadounidense insiste: los inmigrantes latinos sólo llevan problemas a Estados Unidos.

Si bien los 16 precandidatos oficiales republicanos tienen el objetivo común de ir contra Obama y la principal candidata demócrata, Hillary Clinton, durante el debate los diez hombres con mayores posibilidades no escatimarán palabras para dejar mal parado a su contrincante.

La oportunidad para dar su propio mensaje al mundo en esos poco minutos probablemente sea en un debate de ideas con Trump. "Él es, por naturaleza muy agresivo y está dispuesto a decir cualquier cosa", afirma Newt Gingrich. El ex presidente de la Cámara de Diputados resumió el temperamento de Trump con una simple palabra: "Nitroglicerina".

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