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Una nueva Venezuela nacerá después de un tiempo de angustia

El reverendo José Manuel Pérez recibió dos palabras proféticas sobre Venezuela. La primera de ellas mientras el país esperaba noticias de la salud de ex presidente Chávez. La segunda, la noche del 14 de abril de 2013, día en que se llevaron a cabo las elecciones en las que Nicolás Maduro fue proclamado presidente del país.
-1-
“El León de los babalaos ha sido herido y quitada su gloria.
¿Dónde están tus protectores en quienes confiabas?
Tu gloria con la que presumías ante los grandes de las naciones, pues confiabas en tus pociones y en tus contras, tus altares y tus maestros espirituales, quitada te es.
Tu reino te es cortado, y detrás de ti solo quedara confusión, sangre… Tus ídolos no pudieron librarte y rechazaste mi mensaje con arrogancia y reverente hipocresía.
He aquí mi mano está contra la nación idolatra, la que se hizo del hombre su ídolo y lo adoró como a Dios. Ay, ay de la nación cuyo dios no puede librarla, porque días malos se avecinan, angustia, hambre, llanto, clamor… ¡Di a tus muchos dioses que te salven! ¡Clama a tus líderes que te libren! ¡Desnuda con desnudez! Gritos de niños, clamor de ancianos, los perros en las calles comen carne de hombres, fuerte angustia, corren de un lado a otro sin saber a dónde ir.
Jehová ha olvidado, dijeron. No hay quien vea nuestra maldad, no hay quien juzgue. Por dinero se han vendido muchos de mis ministros. Buscaron gloria bajo la sombra de sus amigos políticos, se sintieron seguros y dijeron: ¿Quién nos moverá? Más así dice Jehová: He aquí mis ojos ven y mis oídos oyen. ¿A dónde escaparéis de mi irá con que visito a Venezuela?, ¿a dónde escapareis?”.
Mientras meditaba, veía una manada de patos que volaban desordenadamente, me pareció raro, pues nunca había visto tal cosa, tal desorden. Entonces me dijo el Señor:
“Así será Venezuela, correrán de aquí para allá sin líder, (pues su líder no será líder), sin dirección, en anarquía, preguntarán y no habrá quien responda…
Vestisteis de rojo a la nación, y ahora se vestirá de sangre. Vestidos de blanco tus babalaos salían haciendo alarde, ahora se vestirán de luto. Arrepentíos, arrepentíos, y llorad. He aquí mi mano desde Oriente a Occidente…”
*Al remanente:
“Clama, clama con dolor, con lágrimas. Sus ojos verán cosas que jamás pensaron ver. Si soy yo tu confianza, clama a mí.
¿De dónde pedís Socorro? Porqué he aquí el Socorro de los que confiaron en el hombre y fueron seducidos con sus muchas palabras y atraídos dijeron debajo de sombra estaremos. Su Socorro pereció y con él su esperanza. Confiad en mí, Santificaos. Levantad mi bandera, corred con ella…
Cambiaré vuestras banderas rojas por banderas blancas y azules, no sin sangre será depurada la nación. Gran controversia, traición, traición gritaran, pero no habrá quien les oiga. Sordos estarán sus oídos pues no quisieron oírme, entonces oirán el sonido de la metralla…
Pero la hora de tinieblas pasará. No temas. ¿No librare yo al íntegro? ¿No daré paz al justo? Si por breve momento te estremezco, con gloria permanecerá sobre ti mi mano para bien, dice el Señor Jehová de los ejércitos”
Poco después el Señor muestra a su siervo diciendo:
“Estudia la Cosiata. Es tiempo de revisar la historia. Esto es lo que sucederá en Venezuela… El tiempo es corto. La Cosiata volverá a sucede. Este es el principio del fin del bolivarianismo (…) Dile a mi pueblo que estudie la Cosiata”.
-2-
El pasado 14 de Abril del 2013, la noche de las elecciones en Venezuela, me acosté angustiado grandemente.
En la madrugada me levanté muy compungido entre visiones y palabras que Dios me mostraba. Era cómo sí todas ellas vinieran a una. Escenas de visiones del pasado venían también a mi mente, hasta que el Señor me habló: “¡Levántate y escribe!”.
“Comienza un nuevo tiempo en Venezuela, y algunos querrán darle nombre y verlo como una secuencia del pasado. Pero no. Será un nuevo momento, porque para muerte surgió éste y no para vida. Cachorro de León querrá ser llamado pero delante de él irán solo escorpiones con gran ponzoña. Muerte cual nunca antes, principio del fin será, y así será contado en la historia. De éste no se narrarán sus logros ni sus muchos aciertos entre sus errores, pues para desgracia ha salido. Con su boca hablará grandes palabras y será seguido primero por muchos, pero rápido por pocos. Entonces usará la fuerza y todo el poder en su mano para perseguir a sus adversarios y derramara mucha sangre en poco tiempo, porque su tiempo será corto”.
Veo a muchos profetas levantarse para guiar al pueblo, pero poco pueblo les sigue y les escucha. Serán perseguidos y muchos de ellos asesinados. Veo mucho pueblo que se levanta, grandes protestas, protestas de miedo y angustia, porque el tiempo del miedo y la angustian han llegado a Venezuela. Pero saldrán muchos jóvenes a las calles. Veo marchas gigantes. Veo a profetas que se levanta entre mucho pueblo. Pero, guiado por hombres impíos, alineados al gobierno, el corazón del pueblo será llevado lejos de las palabras de estos profetas y solo muy poco pueblo creerá y seguirá a estos. Habrá trampas para ellos porque querrán callarlos y quitarlos de en medio. HABRÁ GRAN TEMOR ENTRE LOS DEL REMANENTE. Se levantarán muchos impíos aún entre el ministerio, cuyo compromiso no es con Dios ni con su obra, sino con el gobierno y por boca de estos serán entregados a muerte muchos del remanente. Habrá persecución por todas partes.
“No habrá seguridad en el gobierno, ni estabilidad. Entonces querrán hacerlo por la fuerza. Correrán una carrera contra el tiempo y perderán, pues su tiempo será corto. Buscarán alianzas desesperadamente, pero algunos de sus aliados se irán y se harán declaraciones públicas contra estos, pero no lograrán volver a esas alianzas. Pocos aliados quedarán y serán sólo los peores, los que están puestos para desgracia y deshonra, los que quedarán.
Este es el principio del fin del bolivarianismo en Venezuela; porque no lucharán con hombre sino que contra mí, dice el Señor. Y su fama será sólo deshonra y su nombre será sólo desgracia. Y nadie quedará que quiera ser llamado por el nombre de estos, porque no les será entregada gloria como a su antecesor, ni gracia ante el pueblo, sino que por vara tendrá amigos que no serán amigos, recibirá traición tras traición, y no tendrá paz ni un solo día. Aún su rostro mostrará su ira, su angustia, pues de ira será colmado…”
¿No queda nadie que oiga?, pregunté en la visión, pues veía que los profetas hablaban, pero la gente con rabia se iba y no querían escuchar, aun ministros y líderes “cristianos”. Y se me dijo: “Es que la mayoría sigue a ministros y líderes comprometidos con el gobierno…”.Veía cómo se alejaban de los mensajeros que llegaban para advertirles.
“¡Entraré en juicio contra muchos líderes que han vendido su fe, y han vendido sus iglesias! Airado estoy contra ellos, pero por amor del remanente -me decía el Señor- se levantará palabra de Dios por todas partes. Callarán a uno y se levantarán cinco; y, aunque en medio de gran hostilidad, hablarán y será perseguido el mensaje de estos, pues espada aguda habrá sus bocas”.
Remanente de Dios no tengas miedo, Dios ha escuchado tu clamor y por causa de ello su mano luchará esta batalla hasta concederle la libertad al país.
“Clama -dice el Señor- como nunca porque habrá lágrimas, gran llanto en mi pueblo. Preparaos para la respuesta histórica de este examen, que muchos ya han reprobado. Dije que limpiaría mis altares y lo veréis. Dije que os daría una nueva Venezuela y la veréis, más no sin sangre.”
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Un asteroide como un autobús volverá a acercarse a la Tierra este 8 de octubre.

Un asteroide que fue descubierto en el sistema solar a comienzos de 2012 volverá a acercarse a la órbita de la Tierra el próximo 8 de octubre.


El cuerpo celeste 2012 BX 34, que fue detectado el 25 enero de 2012 por los participantes del programa estadounidense 'Catalina', orientado a la búsqueda e investigación de cuerpos menores del sistema solar, como asteroides y cometas, volverá este martes a acercarse a la órbita de la Tierra. La distancia entre el objeto astronómico y el planeta llegará a ser de unos 54 millones de kilómetros, según la agencia rusa Ria-Novosti. 


Cuando hizo su primera aparición en la trayectoria de la Tierra, en 2012, el asteroide pasó a unos 60.000 kilómetros de distancia de nuestro planeta. El cuerpo celeste fue catalogado como objeto próximo a la Tierra, es decir, un objeto atrapado por la gravitación del planeta que periódicamente vuelve a su trayectoria. Según los cálculos, se estima que el diámetro del objeto espacial es de unos 8-10 metros, es decir, del tamaño medio de un autobús. Los investigadores del Centro de planetas menores, un organismo de Observatorio Astrofísico Smithsonian, estiman que el brillo del cuerpo celeste tiene una magnitud aparente de 14, es decir, similar al brillo de Plutón. 





Los científicos indican que a causa de su tamaño el cuerpo celeste no es potencialmente peligroso para nuestro planeta y que incluso en el caso de que fuera atraído por la gravitación, se quemará al entrar en la atmósfera, ya que el diámetro 'crítico' de este tipo de objetos tiene que superar los 140 metros. 

Fuente: actualidad.rt.com 
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JUICIO PARA LAS NACIONES, PASTORES ARREPIENTANSE!

Revelación:  madrugada del  8 de mayo 2013.

 Veía como predicaba la Palabra de Dios y citaba de manera insistente lo que Dios ha hablado en advertencia sobre PUERTO RICO.
"Muchas cosas tendrán que acontecer y todo lo escrito en Su Palabra se cumplirá y  después vendrá el fin!" Decía a voz en cuello
{"Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin" (Mt. 24, 14).}
Mientras hablaba recorría dentro de un automóvil lo que parecían ser distintos lugares, países, razas....
Esto en confirmación a lo que mis labios hablaban de parte del Espíritu.
Todos oían la Palabra, pero muy pocos escuchaban, ósea eran constituidos oidores olvidadizos

 {Stgo. 1:221:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

1:23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

1:24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

1:25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. }
Luego de ser llevada por distintos lugares donde veía guerras, asesinatos, gentes en bailes, fiestas, enfermos, naciones divididas, odio... Indiferencia... Sí; mucha indiferencia a pesar de la gran necesidad que había, muchos no aceptaban la Palabra ni la advertencia... NO QUERÍAN A CRISTO COMO SU SALVADOR!



Pero, dentro de esta revelación hubo algo que realmente conmovió mi ser... Fue demasiado impactante para mi... Y fue lo que vi seguido después de haber sido llevada por los DISTINTOS PAÍSES.

Se me paró o colocó en un lugar, este lugar era subterráneo, al inicio no veía nada, sino hasta una luz brillante iluminó sólo lo suficiente, entonces fue que vi... Vi gente, almas, seres humanos, estos hacían fila, era una fila de "inspección" en ella verificaban si los nombres de las almas aparecían en un libro,




 allí los nombres eran llamados en voz alta por 2 seres muy grandes! Aquellos que no eran llamados, eran parados en un borde... Se me acerco la vista... Y este borde daba a un inmenso, profundo y oscuro precipicio que parecía no tener fin, allí eran lanzados aquellos cuyos nombres no estaban registrados... Ohhh! Dios que terrible....



{Apocalipsis 20:12, 15“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida…. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”}

{Apocalipsis 21:27“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”}


{Daniel 12:1-2“….pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro….Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”}


{Lucas 10:20“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”}

Vi claramente un matrimonio de pastores, eran de edad mediana y ambos de tez trigueña clara... Pregunté:
 oh! Dios..! Pero estos son pastores... Porqué van camino al abismo?
La respuesta fue rápida y hablo a mi corazón: " Estos pastores comenzaron bien la obra que puse en sus manos, amaban las almas, llevaban su iglesia en la Palabra de Dios, buscaban el rostro de Dios, pero ahora están dormidos, aman más la fama y la posición social, el dinero, viven compitiendo con otros pastores., ya no aman la verdad."



Oh! Señor Jesucristo!!! Que dolor tan fuerte ver la mirada de aquellos pastores, al estar allí parados ellos sabían hacia donde se dirigían sus almas... Pero supe que aún había oportunidad para ellos..

{Eclesiastés 9:1-10 9  Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.
2 Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento.
3 Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos.
4 Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
6 También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
7 Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.
8 En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento  sobre tu cabeza.
9 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. 10 Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.}
Todo lo que se me mostraba era para que advirtiera, aún a los pastores de que su compromiso es con Dios y NO con el hombre, de que la salvación no es heredada y que los ministerios no facilitan la entrada al cielo, sea cual sea tu ministerio y no importa cuantos milagros, sanidades, oraciones, ayunos o  predicas Dios he haya usado.. No importa que seas hijo de pastores o que incluso hayas levantado un concilio entero... Si te apartas de la Verdad, te descuidas, te vanaglorias o se contamina tu corazón... Tu nombre será borrado del Libro de la Vida!

De repente tuve una visión y vi como ellos comenzaron a arrepentirse y a volverse a Dios con todo su corazón, vi entonces que sus nombres comenzaron a ser nuevamente escritos en este libro, entonces fueron cambiados de fila.

No podré describir con exactitud todas las emociones y sentimientos que viví en esta experiencia, pero Sí puedo advertir que sin verdaderas y que vienen del corazón del Dios de los ejércitos al cual sirvo y amo intensamente!

Una vez más el Espíritu Santo, Puro e Íntegro de Dios; llama a Su pueblo y muy especialmente a LOS PASTORES a arrepentimiento, a aquellos que andan en sus propios placeres y buscando sus bienes y deleites.... Arrepiéntanse, Cristo esta a la puertas.... Sus juicios están a las puertas..!!!
Dios bendiga a todo aquel que lee y cree, por tanto habiendo creído; se santifica aún más delante del Gran Yo SOY, Jehová Dios de los ejércitos.

El que tiene oído, oiga lo que habla el Espíritu a su iglesia Apoc 3:22
Leillian Rivera, sierva de Jesucristo
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JUICIO PARA LAS NACIONES, PASTORES ARREPIENTANSE!

Revelación:  madrugada del  8 de mayo 2013.

 Veía como predicaba la Palabra de Dios y citaba de manera insistente lo que Dios ha hablado en advertencia sobre PUERTO RICO.
"Muchas cosas tendrán que acontecer y todo lo escrito en Su Palabra se cumplirá y  después vendrá el fin!" Decía a voz en cuello
{"Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin" (Mt. 24, 14).}
Mientras hablaba recorría dentro de un automóvil lo que parecían ser distintos lugares, países, razas....
Esto en confirmación a lo que mis labios hablaban de parte del Espíritu.
Todos oían la Palabra, pero muy pocos escuchaban, ósea eran constituidos oidores olvidadizos

 {Stgo. 1:221:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

1:23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

1:24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

1:25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. }
Luego de ser llevada por distintos lugares donde veía guerras, asesinatos, gentes en bailes, fiestas, enfermos, naciones divididas, odio... Indiferencia... Sí; mucha indiferencia a pesar de la gran necesidad que había, muchos no aceptaban la Palabra ni la advertencia... NO QUERÍAN A CRISTO COMO SU SALVADOR!



Pero, dentro de esta revelación hubo algo que realmente conmovió mi ser... Fue demasiado impactante para mi... Y fue lo que vi seguido después de haber sido llevada por los DISTINTOS PAÍSES.

Se me paró o colocó en un lugar, este lugar era subterráneo, al inicio no veía nada, sino hasta una luz brillante iluminó sólo lo suficiente, entonces fue que vi... Vi gente, almas, seres humanos, estos hacían fila, era una fila de "inspección" en ella verificaban si los nombres de las almas aparecían en un libro,




 allí los nombres eran llamados en voz alta por 2 seres muy grandes! Aquellos que no eran llamados, eran parados en un borde... Se me acerco la vista... Y este borde daba a un inmenso, profundo y oscuro precipicio que parecía no tener fin, allí eran lanzados aquellos cuyos nombres no estaban registrados... Ohhh! Dios que terrible....



{Apocalipsis 20:12, 15“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida…. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”}

{Apocalipsis 21:27“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”}


{Daniel 12:1-2“….pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro….Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”}


{Lucas 10:20“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”}

Vi claramente un matrimonio de pastores, eran de edad mediana y ambos de tez trigueña clara... Pregunté:
 oh! Dios..! Pero estos son pastores... Porqué van camino al abismo?
La respuesta fue rápida y hablo a mi corazón: " Estos pastores comenzaron bien la obra que puse en sus manos, amaban las almas, llevaban su iglesia en la Palabra de Dios, buscaban el rostro de Dios, pero ahora están dormidos, aman más la fama y la posición social, el dinero, viven compitiendo con otros pastores., ya no aman la verdad."



Oh! Señor Jesucristo!!! Que dolor tan fuerte ver la mirada de aquellos pastores, al estar allí parados ellos sabían hacia donde se dirigían sus almas... Pero supe que aún había oportunidad para ellos..

{Eclesiastés 9:1-10 9  Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.
2 Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento.
3 Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos.
4 Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
6 También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
7 Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.
8 En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento  sobre tu cabeza.
9 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. 10 Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.}
Todo lo que se me mostraba era para que advirtiera, aún a los pastores de que su compromiso es con Dios y NO con el hombre, de que la salvación no es heredada y que los ministerios no facilitan la entrada al cielo, sea cual sea tu ministerio y no importa cuantos milagros, sanidades, oraciones, ayunos o  predicas Dios he haya usado.. No importa que seas hijo de pastores o que incluso hayas levantado un concilio entero... Si te apartas de la Verdad, te descuidas, te vanaglorias o se contamina tu corazón... Tu nombre será borrado del Libro de la Vida!

De repente tuve una visión y vi como ellos comenzaron a arrepentirse y a volverse a Dios con todo su corazón, vi entonces que sus nombres comenzaron a ser nuevamente escritos en este libro, entonces fueron cambiados de fila.

No podré describir con exactitud todas las emociones y sentimientos que viví en esta experiencia, pero Sí puedo advertir que sin verdaderas y que vienen del corazón del Dios de los ejércitos al cual sirvo y amo intensamente!

Una vez más el Espíritu Santo, Puro e Íntegro de Dios; llama a Su pueblo y muy especialmente a LOS PASTORES a arrepentimiento, a aquellos que andan en sus propios placeres y buscando sus bienes y deleites.... Arrepiéntanse, Cristo esta a la puertas.... Sus juicios están a las puertas..!!!
Dios bendiga a todo aquel que lee y cree, por tanto habiendo creído; se santifica aún más delante del Gran Yo SOY, Jehová Dios de los ejércitos.

El que tiene oído, oiga lo que habla el Espíritu a su iglesia Apoc 3:22
Leillian Rivera, sierva de Jesucristo
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Reino de Cristo

A lo largo del Antiguo Testamento, el pueblo elegido vivió en la expectativa del Mesías, el cual habría de venir para restablecer a Israel y fundar su reinado universal en esta tierra.

No entendieron, a pesar de que los profetas lo repitieron una y otra vez, que antes de esa venida gloriosa y reinante habría una venida previa, no en su índole de realeza, sino en su condición humilde y sufriente, y de aparente derrota final en la cruz.

Hoy día, a los cristianos nos pasa exactamente al revés. Aceptamos que Jesús de Nazaret fue el Mesías esperado, pero se nos ha olvidado la promesa de que tiene que volver para regir el orbe con justicia y los pueblos con rectitud, desde una Jerusalén de dominio espiritual universal aceptado por todos los pueblos.

Es cierto que Él reina ya, desde la Eucaristía, en los corazones de los fieles viadores y en los salvos del Cielo, pero se tiene que cumplir la promisión esencial de su reinado sobre las naciones, desde un Israel restaurado convertido a Él hacia el final de la Gran Tribulación, reinado en el que se llevarán a cumplimiento todas las bienaventuranzas.

Ese es el centro de todo el mensaje de la Redención, y es la primera promesa que Dios le hace a María al momento de la Anunciación: “He aquí que darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin (Lc 1, 27).

Para una joven judía de esa época la promesa era perfectamente entendible, no necesitaba interpretación alguna, y sabía exactamente a qué se referían las palabras del ángel.

Es lamentable la falta de conocimiento de estos temas. La teología y la filosofía deberían en este momento estar disertando sobre qué cambios sufrirá la naturaleza humana con la llegada del Milenio, pues es un hecho que no solo Jerusalén y la Iglesia serán restauradas, sino también la persona humana misma, cuasi recobrando así el estado primigenio: “Todos seremos transformados” (I Cor 15, 51).

Esta es la esperanza que nos debe animar continuamente, estamos asistiendo no al fin del mundo, sino a la más grandiosa renovación de la humanidad, estamos en un nuevo adviento esperando el triunfo del bien y el Retorno del Señor de la historia, la gloriosa Parusía de Jesús.
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Parusía

“Parusía” (del griego Parousia) significa manifestación, hacerse presente, y designa la segunda venida de Jesucristo, aparición pública y gloriosa anunciada por Él mismo, quien volverá para realizar tres cosas: 1) derrotar al Anticristo, así como al Falso Profeta y a quienes impusieron un Gobierno Mundial anticristiano durante siete años; 2) juzgar a las naciones y llevar a cabo la primer resurrección y, 3) restaurar la creación y elevar la naturaleza humana en su integridad, transformándola íntima y esencialmente. Con la Parusía, Jesús inaugura el largo período de “mil años” de su Reinado sobre la Tierra, mismo que concluye con su tercera y última manifestación, en el Juicio Final.

El mismo Jesús prometió su Regreso para después de la Gran Tribulación: “Después de la aflicción de aquellos días, verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria”(Mt 24, 29; Mc 13, 26; Lc 21, 27).

Así lo dieron a entender los ángeles a quienes fueron testigos de la Ascensión: “Ese mismo Jesús que habéis visto subir a los cielos, así vendrá, como le habéis visto ascender” (Hch 1, 11).

Así lo transmitió el apóstol San Pablo: “Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, se aparecerá por segunda vez, sin relación ya con el pecado, a los que lo esperan para su salvación” (Hb 9, 28).

Y así lo conservó un buen número de padres y escritores eclesiásticos de los primeros cuatro siglos de la Iglesia, sosteniendo, en resumen: que Jesús ha de volver para reinar en esta Tierra por un periodo largo (“mil años” en el género apocalíptico), después de que el misterio de la iniquidad llegue a su exceso durante la Gran Tribulación; que regresará para derrotar al Anticristo y a sus cómplices, y que tendrá lugar la primera resurrección, la de todos los santos, quienes, luego de haber sido encadenado Satanás, reinarán por mil años con Cristo, juntamente con los que fueron arrebatados en la Gran Tribulación y con los que murieron mártires durante ese periodo, ejerciendo así el prometido trono de David desde la Jerusalén restaurada, sobre un mundo totalmente renovado.

Hoy día, la mayoría de los cristianos ha olvidado el dogma esencial de la fe, que es la segunda venida de Cristo en su condición reinante. Lo paradójico es que lo tienen que repetir cada vez que rezan el padrenuestro: “Venga a nosotros tu Reino”.

Contrariamente a los anti-milenaristas, que espiritualizan tanto el reinado de Cristo al punto de confundirlo con el Cielo, y de mezclar la Parusía con el Juicio Final, para los primeros cristianos no era así: ellos habían recibido de los apóstoles y evangelistas que Cristo volverá para reinar en este mundo durante un periodo largo, después de haber derrotado a Satanás, el cual aparentemente triunfará durante la Gran Tribulación. Sólo después del largo reinado de Cristo, entonces sí vendrá el fin del mundo y el Juicio Universal.

La Parusía es el acontecimiento que concluye la Gran Tribulación y da inicio al Milenio.
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Microchip

La explicación más sencilla es que el 666 que atañe al Anticristo sea una gematría. Los hebreos, al igual que los griegos, asignaban un número a los nombres. Y es que Juan señala precisamente que es “el número de su nombre” (y en algunas traducciones “número de hombre”), socializando y controlando a la humanidad mediante un sistema económico biotecnológico implantado en la mano derecha y en la frente, hecho que implica una adhesión a él por lo cual, quien lo reciba, no entrará al Reino de Cristo.

Es como si Juan nos dijera: si todo lo que ya dije va a caracterizar a la persona del Anticristo no les convence, calculen el número de su nombre.

"Y la bestia hará que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, es decir, el nombre de la bestia"
(Ap 13:16).

El señalamiento es interesante desde la perspectiva de que habrá un nuevo sistema, pues ello presupone que el anterior sistema se ha colapsado por completo y ya no existe, ha sido sustituido.

Pero esto no es sino uno de tantos engaños del “Impío”. Aquí, se trata de absorber la deuda de las personas, las familias, las empresas y los países, en un nuevo sistema centralizado, donde el impuesto sea global y ya no haya peligro de cargar con efectivo o plásticos –lo cual será bien tomado como forma de evitar robos y asaltos que por supuesto se habrán generalizado.

En varios países se usa ya el microchip implantado bajo la piel como técnica de pago escaneado que va directo a la cuenta bancaria. Pero, además, como técnica de localización satelital así como de identificación, estando conectada a computadoras centralizadas.

Es decir, ya no habrá necesidad de cárceles, el planeta entero será una cárcel (no por algo está siendo muy cuestionado por organismos de derechos humanos). Es decir, falta total de privacidad, de independencia y de propiedad privada.

Pudiera parecer algo conveniente, el problema es que San Juan nos dice que “a mitad de la semana” es decir, a los tres años y medio, el Anticristo reclamará para sí la adoración divina, como retribución por haber solucionado los problemas humanos. Por ello dice el Apóstol claramente que quienes estén marcados con este dispositivos no entraran al Reino y beberán el cáliz de la ira de Dios (Ap 14:10).

El microchip será, por así decirlo, la causa material de millones de martirios por amor a Cristo. Por eso, cuando San Juan contempla el cielo llenarse repentinamente de enorme cantidad de hombres y mujeres vestidos de blanco nos revela:

“Después de estas cosas miré, y he aquí una gran muchedumbre, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos; y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero” (Ap 7-9).

Una vez terminado el sellamiento, Juan contempla una incontable multitud que adora a Dios ante su trono, y uno de los ancianos le dice quiénes son:

“Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas ¿quiénes son, y de dónde han venido? Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de la Gran Tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero” (Ap 7:13).

Tratar de escapar del sistema de microchip implicará ser excluido del comercio, de los beneficios gubernamentales, de los sistemas de racionalización masiva de alimentos, del nuevo sistema financiero.

Es probable que en algún momento, gran número de personas querrán quitárselo, lo cual tendría consecuencias funestas, dado que al tratar de arrancarse se libera Litio, sustancia que es altamente tóxica e, incluso, mortal. Esta puede ser la causa de la primera de las siete plagas: “Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”(Ap 16:2).

En una entrevista que realizó Aaron Russo a Nick Rockefeller, en Junio de 2007, éste último admitió, abierta y descaradamente, que la finalidad última de la elite banquera internacional es reducir numéricamente la población mundial y controlar a quienes sobrevivan mediante el microchip,
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Gran Tribulación

Hacia mediados del siglo sexto antes de Cristo, Daniel tuvo una revelación numérica acerca del tiempo que tardará el triunfo del Mesías y, con ello, lo que durará el designio mediador de la nación judía.

Siendo un adolescente, Daniel fue llevado cautivo a Babilonia, en la deportación que sufrieron los hebreos en el año 586 a. C. Allí creció demostrando singular sabiduría, misma que le llevo a ser nombrado primer ministro de varios reyes.

Entendiendo Daniel, por la lectura del profeta Jeremías, que la deportación estaba a punto de terminar, y preguntando a Dios cuándo llegaría el Mesías para restaurar Israel, recibió del arcángel Gabriel una de las profecías matemáticas más exactas de las Escrituras.

Le dijo Gabriel: “Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin a la rebeldía, para poner fin a los pecados, para expiar la culpa, para instaurar justicia eterna, para sellar visión y profecía, para ungir al Santo de los santos” (Dn 9:24).

Para los hebreos, una “semana” (shabua) significan siete años, siendo el séptimo un año sabático para la tierra. Así fue como Daniel pudo saber que la cautividad de Babilonia iba a durar 70 años (10 “semanas” x 7 años).

Gabriel, además de darle a conocer al profeta Daniel que el tiempo para la restauración de Israel y el triunfo del Mesías sería de 490 años (70 “semanas” x 7 años), le indica, con increíble precisión, el inicio y el fin de las primeras 69 semanas: “Entiende, pues, y comprende: desde que salga la orden para reconstruir Jerusalén, hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas” (Dn 9:25).

Ese periodo de 69 “semanas” (483 años) es exactamente el que va desde el año en que el rey de Persia, Artajerjes, dio la orden de reconstruir Jerusalén y el Templo (457 a. C.), hasta que Jesús fue ungido en ocasión de su bautismo, en el Jordán (26 d. C.); es decir, desde el mes de Nisán del año veinte del reinado de Artajerjes (Nehemías 2, 1-8) hasta el 30 d. C., si se consideran los cuatro años de error de cálculo.

Además, Gabriel le reveló una de las profecías más precisas sobre el desenlace de Jesús en su primera venida: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí” (Dn 9:26).

Sin embargo, pasaron siete años después de la Resurrección y no sucedió el Retorno triunfal de Cristo. De ello se deduce que entre la 69 y la 70 “semana” hay un intervalo de tiempo indefinido, y que la última semana de Daniel está aún por cumplirse.

Respecto a esa postrera “semana” que falta, Gabriel le reveló al profeta Daniel que un caudillo, que San Juan denominará más tarde el “Anticristo”, sellará una alianza global con otros gobernantes, pretendiendo someter a todas las naciones y religiones, que perseguirá a los fieles y a los santos (Dn 7, 25), y que a los tres años y medio (mitad de la “semana”) proscribirá el sacrificio divino: “Y por otra semana confirmará un pacto con muchos; y a mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación; y en el ala del Templo habrá abominaciones desoladoras hasta el final, cuando la ruina decretada se derrame sobre el desolador” (Dn 9, 27).

A partir de que Daniel recibió la revelación, la identificación con hechos reales quedaría oculto hasta el tiempo final, cuando los protagonistas podrán identificarlos, ya sin duda, a la vista de los hechos:“Pero tú, Daniel, mantén secretas estas palabras y sella el libro hasta el tiempo final, entonces muchos lo abrirán y se aumentará el conocimiento” (Dan 12, 4).

En la era de la Iglesia, casi siete siglos después de Daniel, en el año 96 de nuestra era, el apóstol Juan tuvo una revelación en la que Jesucristo le dio a conocer lo que sería la historia de la Iglesia (capítulos 1 a 3 del Apocalipsis) y lo que ocurrirá durante los siete años de la 70 “semana” de Daniel (capítulos 4 al 19). A ese postrer periodo, Jesucristo y los cuatro evangelistas lo denominaron la “Gran Tribulación”.

Dice San Mateo: “Cuando veáis, pues, la abominable desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea que entienda), entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes (…), porque habrá entonces una Gran Tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo, ni la volverá a haber jamás” (Mt 24, 15).

Por la revelación de Mateo “ni volverá a haberla jamás” sabemos que después de los siete años de la Gran Tribulación y de la Parusía, la historia humana continuará en esta Tierra, y es el Apóstol Juan quien nos da a conocer que ese período posterior durará mil años (significando “periodo largo” o quizá, también, mil años efectivos): “Y agarró al dragón, a aquella serpiente antigua, que es Satanás, y le encadenó por mil años; y lo metió en el abismo, cerrándolo y sellándolo sobre él, para que no ande más engañando a las naciones, hasta que se cumplan los mil años, después de los cuales ha de ser soltado por un poco de tiempo” (Ap 20, 2-3).

Sobre la Gran Tribulación, San Juan y San Pablo nos dicen que cinco situaciones la caracterizan: 1) guerras que finalizan en un falso acuerdo de paz en favor de Israel; 2) desastres naturales y cataclismos cósmicos; 3) arrebato de los fieles y persecución; 4) colapso financiero y carestía; 5) apostasía generalizada y gobierno mundial del Anticristo.

Si bien los acontecimientos de esos siete años constituyen una dolorosa purificación, lo importante es que son preludio de un final prometedor, el triunfo del bien y la renovación admirable de la naturaleza humana y de todo el orden creado, “la restauración universal de que habló Dios por boca de sus santos profetas” (Hch 3, 21).

San Lucas nos dice que la proximidad del Retorno de Cristo constituye una esperanza para estar seguros y confiados cuando inicie la Gran Tribulación: “Cuando veáis que estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque se acerca vuestra redención” (Lc 21, 28).

Se trata sí, de una purga, pero de aquella que antecede el cumplimiento de todas las promesas de liberación del mal y del pecado que sojuzgan a los hombres: “Así también, Cristo aparecerá por segunda vez, sin relación al pecado, para salvar a los que esperan en Él” (Hb 9, 28).

La Gran Tribulación es la suprema batalla entre el bien y el mal, es la purificación previa a la Parusía, es el final de los tiempos de las naciones antes de que la naturaleza humana y la creación sean renovadas, es la siega que separa el trigo de la cizaña, es la realización del designio original del Creador, es la condición causal para la más grande manifestación de Dios en la historia.
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El Falso Profeta

En la simbología apocalíptica de San Juan, la Gran Tribulación está dominada por dos personales, el Anticristo, al cual dibuja con la imagen de la Bestia salida “del mar”, representación del poder político, y la Bestia salida “de la tierra”, símbolo del ámbito religioso. A ésta la llama la “Segunda Bestia”, que está al servicio de la Primera, y hace que toda la humanidad la adore.

A la Segunda Bestia, la denomina también “Falso Profeta”, y lo plasma seductor y pretendiendo emular a Jesucristo, adulterando la verdadera religión.

Dice Leonardo Castellani: “Cuando la estructura temporal de la Iglesia pierda la efusión del Espíritu, y la religión adulterada se convierta en la Gran Ramera, entonces aparecerá el Hombre de Pecado y su Falso Profeta, quien será a la vez como un Sumo Pontífice del Orbe, o bien tendrá a sus órdenes un falso Pontífice. Y matiza Alfredo Sáenz: “No que la Iglesia perderá la fe, pero sí se verá gravemente afectada. Todas las energías del demonio estarán concentradas en pervertir lo que es específicamente religioso. Al demonio no le interesa matar, sino corromper, envenenar, falsificar”.

La pseudo-Iglesia ó contra-Iglesia, predicará la democracia, la solidaridad, la tolerancia, la hermandad universal, convirtiéndose casi en una nueva religión.

Castellani opina que la advertencia a la Iglesia de Laodicea, por su indiferencia e infidelidad en la postrera época de la Iglesia, corresponde a la “gran apostasía” anunciada por San Pablo y por Jesús mismo. Por suerte, cuando habla del castigo dice “comenzaré a vomitarte” (Ap 3, 16), lo cual implica que el vómito o rechazo por parte de Dios no se consumará. Los que resistan y hagan penitencia se salvarán. Será la época de la parábola de la cizaña. Cuando llega el tiempo de la siega, es cuando la cizaña se parece más al trigo.

Precisamente ese es el papel encomendado al Falso Profeta. El Apocalipsis nos muestra el Templo profanado, no destruido. La religión se mantendrá, pero adulterada; los dogmas serán vaciados de su contenido y sustituidos por idolátricas doctrinas. El Templo perdurará porque no hay que destruirlo, servirá para que allí se siente el Anticristo “haciéndose adorar como Dios” (2 Tes 2, 4). Es la abominable desolación anunciada por Daniel (Dn 9, 27) y por Cristo (Mt 24, 15). Pero la corrupción de la Iglesia no será total. El pseudoprofeta logrará conculcar el atrio y las naves, pero el Tabernáculo o Sancta Sanctorum será preservado. La Iglesia falsificada se sumará al propósito de buscar el reino en este mundo, con los medios más eficaces, por ende los más satánicos. Es la tentación del reino milenario pero sin Cristo, un cristianismo expurgado de la Cruz y que prescinde de la Parusía.

La unificación del mundo se realizará por el terror y por la mentira: el terror político y la mentira de la falsa religión, un cristianismo enteramente falsificado.
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Dos testigos

El Antiguo Testamento nos habla de dos personajes que fueron arrebatados en vida: Elías y Enoc. Ambos fueron llevados al cielo sin pasar por la muerte (Gn 5, 24; Heb 11, 55; y 2 Rey 2, 11) y ambos volverán durante la Gran Tribulación para enfrentar públicamente al Anticristo.

Ellos estarán llenos del Espíritu Santo, predicarán con la fuerza de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en Dios por ellos; harán grandes prodigios, por la virtud del Espíritu, y condenarán los errores del Anticristo.

Así lo dice San Juan: "Entonces me fue dada un caña, semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y a los que en él adoran. Y deja aparte el atrio de afuera del templo. Y no lo midas, porque ha sido dado a los gentiles, y ellos pisotearán la ciudad santa por cuarenta y dos meses. Yo mandaré a mis dos testigos y ellos profetizarán por 1.260 días, vestidos de cilicio. Ellos son dos olivos y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra. Si alguien les quiere dañar, fuego sale de la boca de ellos y devora a sus enemigos. Cuando alguien les quiere hacer daño tienen que morir de esta manera. Ellos tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no caiga lluvia durante los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas, para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran” (Ap 11, 3-14).

Enoc y Elías serán muertos, sus cuerpos serán expuestos en las calles de Jerusalén, y a los tres días resurgirán ante el asombro de todo el mundo: "Cuando hayan concluido su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente es llamada Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos. Y por tres días y medio, la gente de los pueblos y de las razas y de las lenguas y de las naciones mirarán sus cadáveres; y no permitirán que sus cadáveres sean puestos en sepulcros. Y los habitantes de la tierra se gozarán sobre ellos y se alegran. Y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían sido un tormento para los habitantes de la tierra." (Ap 11, 8).

El profeta Malaquías dice: "He aquí que yo envío al profeta Elías antes de que venga el día de Jehová, grande y temible” (Mal 4, 5). Y en el evangelio de Mateo, en el relato sobre la transfiguración de Jesús, cuando Pedro, Santiago y Juan descendían de la montaña después de haber visto allí a Moisés y a Elías con Jesús, los discípulos le preguntaron al Señor: "¿por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Y respondiendo Jesús dijo: En verdad Elías tiene que venir para restaurar todas las cosas” (Mt 17, 11), pero explicó que en un sentido Elías había venido ya, porque Juan el Bautista había anticipado esa predicción por medio de su ministerio, precisamente en el espíritu y el poder de Elías.
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Profecías para la iglesia de Venezuela


Así te dice Jehová el Señor, a ti Pueblo de Dios, para que recibas estas Palabras que te entrega hoy… “Sea que escuches o dejes de escuchar, quizás las escuches, quizás te arrepientas y te vuelvas de tus malos caminos, quizás tu duro corazón se conmueva y te vuelvas a Mí para que yo tenga misericordia de ti, porque ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te distraes en tus propias y vanas sabidurías y en tu hipocresía religiosa desvirtúas mi mensaje, tu hablar me es fastidio y tus ritos me son abominación! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que con tu fútil santidad levantas el dedo señalador para sentenciar inicuamente aún al inocente! ¡Ay de ti pueblo de Dios; que con tu falsa adoración levantas en mi Nombre espectáculos para brindarte tributo en mis altares! ¡Ay de ti pueblo de Dios que te revuelcas cual ramera y al levantarte me ofreces sacrificios llenos de inmoralidad! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te jactas de tener la verdad y no andas en ella; que emites juicios en tu religiosidad cual fariseos y miras con desprecio a tus hermanos! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que mezclas lo santo con lo profano! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que en tu liviandad y falta de temor llevas una vida réproba que pone en vergüenza y deshonra mi Nombre y a mi Iglesia, que con tus actos y testimonios inmorales te conviertes en piedra de tropiezo para el que quiere entrar por La Puerta! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te jactas cual pavorreal en tu parcela de ser dueño de tu verdad y te empeñas en encuadrarme en tus doctrinas e interpretaciones humanas! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te tomas como tuyo lo que es mío, que insistes en engañar al Espíritu con tu hipocresía religiosa! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que metes tu mano inescrupulosa en el alfolí y tomas mis ofrendas y sacrificios para tus deleites y concupiscencias! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que en tu viveza engañas a mis pastores para vivir cual sanguijuela chupando la sangre de mis ministros! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que has hecho de tus inclinaciones políticas tus dioses! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te has hecho dioses de tu avaricia y de tu glotonería financiera! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que en tu equivocada e hipócrita humildad encasillas mis bendiciones y mi prosperidad en la miseria de tu corazón y en la ruina de tu espíritu! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te levantas contra tu hermano, diciendo no es mi hermano comamos sus carnes! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te empeñas en medir la fe en Mí de tu hermano y mi Existencia en su corazón con la vara de tu religiosidad y el nivel de tu doctrina fariseísta! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que profanas mis altares con tu iniquidad y tu dedo señalador y con la multitud de tus pecados! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te has ido tras la brujería y hechicería, que haces mescolanzas de lo vil y lo profano con lo santo, desviando con tus abominaciones a los pequeñitos de Dios! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que levantas cada vez más altos los cercos de la división de mi Iglesia para confusión tuya y de los que han de ser salvos!”

Así te dice el Señor tu Dios: A ti pastor, que apacientas las ovejas del buen Pastor, recibe estas palabras y vuélvete de tus malos caminos, para que Dios te extienda su misericordia y sea oído tu clamor en el día malo y seas librado de la voracidad del cazador, porque “¡Ay de ti pastor, que te empeñas en mantener ciegas y en la miseria a mis ovejas! ¡Ay de ti pastor, que en tu religiosidad ciegas tu entendimiento negando con tus acciones mi Justicia y vedándole a mi Pueblo las llaves que abren las ventanas de bendición y abundancia de todo bien; provocándoles que en su pobreza y escasez renieguen de Mí! ¡Ay de ti pastor, que has profanado Mi Casa con tus intereses políticos, que te alegras en sentarte en la mesa de los escarnecedores y en sus banquetes presumes de que estoy contigo! ¡Qué falto de entendimiento eres! ¿Quién te dijo que Yo soy un Dios mendigo que me alegro con sus limosnas? ¿No Soy Yo el dueño del oro y de la plata, no Soy Yo el Dios de los tiempos y que pongo reyes y quito reyes? ¿Acaso es difícil para Mí colocar reyes conforme a mi corazón? ¿Acaso no conozco Yo tu corazón y tus pasiones desenfrenadas por el poder que hipócritamente pones mi Nombre al frente para revolcarte cual ramera con tu dios de la política y confundes, hieres y hasta matas a mis ovejas, porque no están de acuerdo contigo? ¡Ay de ti pastor, que desvías a mi pueblo del Camino, del mensaje de la Cruz, de la Resurrección, de mi Justicia, de la Segunda Venida de mi Hijo y de mi Juicio, hacia veredas amplias de vana prosperidad y riquezas; veredas permisivas y pecaminosas que los conducirán a la muerte! ¡Ay de ti pastor, que te empeñas en entretejer doctrinas de hombres como doctrinas salvadoras, que parcelas en ellas a mis ovejas y corderos encadenándolos y hasta matándolos con tus rígidas y vanas leyes señaladoras de su salvación y de la presencia de mi Espíritu en el corazón de ellos! ¡Ay de ti pastor, que enseñas a mis ovejas a practicar la iniquidad y a odiar a sus hermanos, sólo porque no practican tus doctrinas fatuas de hombres que en verdad esconden la santurronería y fariseísmo que hay en tu corazón! ¡Ay de ti pastor, que no ordenas mi casa, que dejas que el desorden obre en mi alfolí, que tienes en poco manejar con cuidado el tesoro de mi casa y dejas que el impío tome lo que es mío para deleitarse en sus concupiscencias! ¡Ay de ti pastor, que diriges a tus ovejas en las sendas del libertinaje y del desorden y en la falta de temor a mi Palabra! ¡Ay de ti pastor, que escuchas a los profetas que te aúpan y te hablan bien y cierras tus oídos y mantienes con pan de angustia y con agua de aflicción a mis profetas que te hablan Palabra de verdad y que te exhortan para que te vuelvas de tu pecado y dirijas en santidad y en unanimidad a mi Pueblo! ¡Ay de ti pastor, que desechas a mis maestros por escuchar profecías y enseñanzas de espíritus de mentira y manipulación agradables a tu oído! ¡Ay de ti pastor, que en la congregación que he puesto a tu cuidado dejas de lado el impartir la sana doctrina, el conocimiento y la enseñanza de mis mandamientos y preceptos y en tu ceguera encarcelas y matas a mis maestros! ¡Ay de ti pastor, ay de ti!”

Así te dice el Señor tu Dios: A ti maestro, escucha la profundidad en la sencillez de mi mensaje y reconoce ahora tus pecados delante de mí para que tenga misericordia de ti y en el día de la calamidad extienda mi mano para salvarte; porque “¡Ay de ti maestro, que en tu egoísmo y orgullo religioso y teológico cierras tu boca mientras el pueblo perece por falta de conocimiento, que en tu vano saber dejas contaminar la masa mientras dices -Allá ellos, yo no abro más mi boca-! ¡Ay de ti maestro que tomas y enseñas solo una porción de mi Palabra e invalidas en tu opinión y vano conocimiento el resto de esa Palabra, que te empecinas en instruir únicamente con tu mente creada la amplitud eterna e incomprensible de la PALABRA COMPLETA y PEREMNE del CREADOR que no se fracciona y acomoda a teologías y entendimientos humanos, encerrando con tus enseñanzas a mi pueblo en la limitación de tu insubstancial conocimiento! ¡Ay de ti Maestro que te empeñas en catalogar en tus criterios finitos, cambiables y llenos de fallos mis misterios inescrutables y las manifestaciones infinitas del Poder de mi Espíritu! ¡Ay de ti maestro, ay de ti!”

Así te dice el Señor tu Dios, Jehová de los Ejércitos: A ti profeta, que has sido llamado para que seas atalaya y para que tu boca suene como trompeta de fuego, escucha ahora su voz y pon afinado tu oído a esta Palabra que te hago saber hoy, para que te apercibas y te vuelvas de tus malos caminos y salves tu vida de tus predadores y de la calamidad repentina; porque “¡Ay de ti profeta, que te dejas usar por el espíritu de la mentira y manipulación y envías a la muerte a mis pastores! ¡Ay de ti profeta que te haces cuernos y haces actos proféticos despampanantes para profetizar sólo lo que los pastores y el pueblo quieren oír! ¡Ay de ti profeta, que hablas en mi nombre y es en tu propio nombre que hablas, que con vanas palabras desvías al justo de su justicia y al impío alientas en su pecado, que distraes y confundes a los pastores en tus propias concupiscencias y encaminas a mi pueblo hacia la apostasía! ¡Ay de ti profeta que hieres con tu espada a mis ovejas y destruyes con tu boca a mis corderos! ¡Ay de ti profeta, que no adviertes del mal a mi Pueblo, que cierras tu boca y callas la Palabra por salvar tu carne! ¡Ay profeta de Dios, que no adviertes al impío que se arrepienta, que cierras tu boca a causa de tu egoísmo y resentimiento esperando que el mal ocurra para ver saciado tu deseos de venganza! ¡Ay de ti profeta, ay de ti!”

A ti evangelista y ministro del altar; así te habla el Señor tu Dios que te llamó de las tinieblas para que anuncies la Luz a los que están en oscuridad; para que escuchando estas Palabras te arrepientas de tus pecados y malos caminos y en el día de la angustia, del terror del perseguidor y de la tormenta oscura, seas librado y la Luz te guié a tu salvación, porque “¡Ay de ti evangelista y ministro del altar que haces tus agendas en función de la garantía de finanzas, que poco tomas en cuenta a mi Espíritu, que tienes fuera de tu agenda las solicitudes de mis siervos que no te dan certeza de grandes ofrendas y de cubrir tus fastuosos gastos! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar, que cambiaste el mensaje central Evangelizador y de mi Justicia por la añadidura de la prosperidad! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar que mides la efectividad de tu mensaje con la cantidad de ofrendas recogidas! ¡Ay de ti evangelista, ministro del altar, que en tu soberbia crees que eres tu quién mueve las multitudes y en tu delirio te has envanecido, llegando a creer que te deben rendir pleitesía y que miras como a poco a mis ovejas! ¡Ay de ti evangelistas y ministro del altar, que confundes con tu vana palabrería e ilusorios shows la entrada de la Puerta! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar, que usas mi altar para comer la carne de mis siervos y ministros; y en tu carnicería voraz incitas a mi pueblo a comerla también! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar, ay de ti!”

Así te dice el Señor tu Dios, Rey de reyes, a ti apóstol; para que te vuelvas a Él de todo tu corazón y te humilles delante de él para que en su misericordia te perdone tus pecados y sea librada tu vida el día de la calamidad y de la persecución de los esbirros “¡Ay de ti apóstol que has descuidado tus rebaños, que has desviado tu misión de cuidar en las congregaciones que te entregado la sana doctrina y el mensaje del evangelio de la Cruz, de la Resurrección, de mi Justicia, de la Segunda Venida Cristo y de mi Juicio! ¡Ay de ti apóstol, que maltratas y hieres a tus pastores y no escuchas sus querellas, que los abandonas a su suerte y te dedicas sólo a las congregaciones que te garantizan ofrendas! ¡Ay de ti apóstol, que has dejado que tus pastores encaminen a mis ovejas por veredas falsas, que no has tenido cuidado de anatemas que se infiltran en las congregaciones que te he entregado! ¡Ay de ti apóstol, que has dejado que tus pastores se deslumbren con embrujos que los desvían de mi camino! ¡Ay de ti apóstol, que desvías a mis pastores hacia el fariseísmo que estableces como verdad salvadora, doctrinas de hombres y los esclavizas en tus prejuicios religiosos! ¡Ay de ti apóstol, que en tu religiosidad y en tu limitada interpretación de sólo fracciones de mi Entera Palabra impides que mis pastores vean y enseñen a mi Iglesia la amplitud de Mi Justicia, de Mi Bien y de Mi Abundancia sobre ellos y que te empeñas a encasillar en tus doctrinas de hombres la multiforme e infinitas manifestaciones de mi Espíritu, impidiendo el crecimiento de mi pueblo y el mover de mi Espíritu sobre mi Iglesia! ¡Ay de ti apóstol, que siembras en mis pastores doctrinas de hombres como verdades absolutas de salvación, que siembras en el corazón de ellos el rechazo y menosprecio hacia el resto de mis pastores y sus hermanos que no practican tales doctrinas, que provocas con tus doctrinas rígidas y despiadadas la muerte de muchas ovejas y la división de mi pueblo en parcelas! ¡Ay de ti apóstol, ay de ti!”

Ahora Iglesia, pueblo de Dios; así te habla Dios, tu Salvador; que entrega naciones y quita reyes y pone reyes por ti. Escucha esta sus palabras, pues te habla como un Padre que apela a que seas sensible a su voz y entres en las razones de su boca. “¡Oh, Pueblo mío, hijo mío! Por amor a mi mismo, en un último instante, con estas palabras, seré paciente contigo, como un padre amoroso que enseña a su hijo que lo ha colmado con su conducta y aun le detiene el castigo, una vez más, para tratar de persuadirlo con palabras sabias de que se vuelva de su mal camino y así, confrontándole, le hace saber las consecuencias de su rebeldía y de no escuchar su voz, insiste de varias maneras hacerle entender sus razones con la esperanza de que el muchacho lo oiga, se arrepienta y no lo empuje a usar el castigo severo y la vara correctora que quebrante su voluntad rebelde. Quizás entonces, entres en conciencia y mudes tu actitud y te vuelvas y te arrepientas, pues con grande amor te he amado. ¿Quién conoce tu corazón, sino Yo? ¿Quién conoce tu llamado, sino Yo? ¿Quién conoce tus debilidades y flaquezas, sino Yo? ¿Quién conoce tus temores, sino Yo? ¿Quién conoce tu pecado, sino Yo? ¿Quién conoce tus rebeliones, sino Yo? ¿No Soy Yo acaso un solo Pastor? ¿No tengo Yo un solo rebaño? ¿No me conduelo Yo por mis ovejas? ¿No sufro por la perniquebrada y por la herida y maltratada? ¿No pagué con precio de sangre por la que está afuera? ¿Podrás tú decirme a quién he salvado y a quién no? ¿Podrás tú decirme a quien he tomado por mi hijo o hija y a quién no? ¿Podrás tu ver el corazón del hombre sin que te lo revele Yo? ¿Podrás tú decirle a mi Espíritu cómo se debe manifestar y cómo no? ¿Podrás tú con tu vano conocimiento decirme cuáles son los métodos que se deben usar para alcanzar a los que han de ser salvos y cuáles no? ¿Podrás retener el mover de mi Espíritu con tu prudencia vana? ¿Podrás tú invalidar mi Palabra o fraccionarla sin que tengas consecuencias? ¿Tienes tú poder para ordenarme a Mí a quién le debo dar cual o tal don o cual o tal ministerio? ¿Podrás contar y clasificar en una matriz todas las formas infinitas que tiene mi Espíritu para manifestarse? ¿Podrás tú convencerme con tus argumentos, por qué es que tu denominación con tus doctrinas humanas es la perfecta y por qué es que tu forma de servirme, adorarme y presentarte delante de Mí es la correcta? Demuéstrame ahora con tus criterios humanos por qué no debería morar en el templo de los que cantan fuerte y usan todo tipo de sonido para alabarme a Mí; o morar en el templo de los que dejan que sus mujeres se pinten y usen pantalón y dejan que mi amor los mueva a servirme; o morar en el templo de los que danzan y dejan que mi Espíritu se manifieste como Él quiera; o morar en el templo de los que simplemente mantienen a sus mujeres calladas en la congregación mientras encuentran en el silencio la forma de unir su espíritu al Mío; o morar en el templo de los que diezman y ofrendan y cada vez más prueban toda clase de llaves que me hagan abrir ampliamente las ventanas de los cielos para bendecirles y prosperarles; o morar en el templo de aquellos apasionados por la gran comisión que no cesan de buscar y presentarme formas y estrategias, que no concuerdan con tu religiosidad, para alcanzar las almas y consolidarlas, encontrando, con gozo, que el poder de mi Espíritu los respalda y hace que se añadan a mi Iglesia miles de aquellos que han de ser salvos. Dime ahora pueblo mío, dime ahora hijo mío; ¿limitaría Yo mi Justicia y multiforme naturaleza divina de relacionarme con mis hijos sólo por tus paradigmas religiosos? ¿Podrás tú encasillarme en tus teologías toscas? ¿Puedes responderme a estas preguntas con el verdadero amor y la sinceridad genuina que motiva mi Espíritu en tu corazón y dejarme satisfecho y convencido con tu respuesta? ¿No hice Yo que doce hombres con caracteres, valores, fuerzas, condiciones distintas, niveles de fe y sensibilidad para escuchar y atender mi voz se establecieran como tribus y se multiplicara mi pueblo? Y ¿No fui Yo quien escogió doce hombres con diferentes caracteres, fuerzas, conocimientos, valores, condiciones sociales, económicas y políticas y con desiguales niveles de fe y sensibilidades al oír y al poner por obra mi voz para que fuesen mis discípulos y para que del testimonio de ellos se estableciera y multiplicara mi Iglesia? ¿Crees entonces que porque tomé doce tribus y doce apóstoles tuve doce pueblos diferentes y doce iglesias distintas? ¡Claro que no! cada una posesiona un territorio y todas juntas hacen una gran nación, cada uno llega a los perdidos con mi mensaje de una forma y todos juntos cumplen la Gran Comisión! La tribu de Benjamín no le puede de decir a la de Rubén: ¡Quítate de esta tierra, pues tú no eres pueblo de Dios, porque no haces esto o aquello que yo sí hago! O Judá no le puede decir a Efraín: ¡Quítate, sólo yo soy pueblo de Dios! ¿No fui Yo quien rompió el esquema que mis apóstoles habían concebido de cómo y a quiénes debía predicarse mi evangelio? ¿No fui Yo quién confrontó a Pedro para que no llamase inmundo lo que yo santifiqué y para que comiese y participara con confianza de ello? ¿No fui Yo el mismo que también escogió a Pablo y a Pedro, actuando en ellos como quise; uno en el apostolado de la incircuncisión y al otro en el apostolado de la circuncisión? Por eso, pueblo Mío, hijo Mío, no hay nada que justifique tus acciones, pues Yo tengo un solo pueblo, una sola Iglesia, un solo Camino, una sola Verdad y un solo Espíritu que es el único que ha sido enviado a convencer de pecado, de justicia y de Juicio.”

Otra vez, pueblo de Dios; el Dios tuyo que conoce tus pensamientos y escudriña los corazones te habla a ti que te niegas a oír esta voz para que depongas tu actitud y dejes de lado tu soberbia y desobediencia; porque “¡Ay, de ti pueblo de Dios que has decidido ser rebelde a estas palabras! ¡Ay de ti pueblo de Dios que buscarás cualquier excusa para decir que la boca de Jehová no ha hablado! tu duro rostro y tu dedo señalador demuestran cuanto te has envilecido cual fariseo y cuanta hiel y podredumbre hay en tu corazón. Dice Dios “Tu pecado llegó a los cielos y mi balanza te ha hallado falto”.

Por esta razón se enciende el furor de Dios contra su pueblo y se extiende contra él su mano; cierra los ojos para no ver tu aflicción mientras la espada desenvainada comienza con los que en el altar ministran y sin piedad alguna no descansará, ni reposará hasta que haya acabado.

Nuevamente dice Dios: “¡Ay pueblo de Dios! Tu maldad te castigará y tus rebeldías serán las que te condenen, por cuanto has decidido escasear en mi temor y dejar de lado mi Palabra y por cuanto conoces la Verdad y te empeñas en desviarte del Camino, tu castigo será mayor. Te probaré con fuego, fuego que consuma como paja tu soberbia, tus vanas obras y tus doctrinas de hombres. En el día de la destrucción repentina no estaré contigo y tu angustia no será oída. ¡Ay, pueblo de Dios tu maldad te ha alcanzado! No hay donde esconderse, se han vuelto contra ti y corren detrás tuyo con palos y toda clase de armas para comer tus carnes; como quienes cazan liebres son tus perseguidores, los cuales te buscan aun en los escondrijos y te sacan, exhiben y te cuentan como quién se ufana en contar las presas de su caza. Por tu pecado e incredulidad dejaré que la muerte te persiga y te alcance la calamidad. En tu angustia y persecución te haré amar al hermano que desprecias y con tus manos agarradas tan fuertes a las de él, como el que teme ser arrebatado del otro, clamarás a Mí por tu salvación. Te dejaré beber de mi copa y si me negares yo también te negaré. Dejaré que tus angustiadores golpeen tus carnes y tu corazón y que traten de volverte hacia ellos hasta la muerte. Pero Yo me acordaré del justo, me acordaré de aquel que se volvió a Mí, de aquel que quebrantó su corazón y se humilló ante mi presencia y haré que sus perseguidores sean destruidos y devorados ferozmente por las aves de rapiña y las fieras grandes que saltan de los montes y los mares. Entonces bajaré a ellos con el consuelo y el bálsamo para sus heridas y enjugaré su llanto, levantaré su cabeza y le daré a comer banquetes, le ungiré con mi aceite, le daré por herencia la tierra, le haré llover la lluvia temprana y tardía, le daré buena semilla para que siembren, le podré en alto, y el fuego de mi Espíritu estará en ellos; los cinco dedos de la mano edificarán mi iglesia; el hermano con el hermano compartirán banquete con alegría y gozo; se añadirán en multitudes los que han de ser salvos y el avivamiento de esta nación se extenderá hasta los confines de la tierra, porque mi venida esta cerca.

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Una nueva Venezuela nacerá después de un tiempo de angustia

El reverendo José Manuel Pérez recibió dos palabras proféticas sobre Venezuela. La primera de ellas mientras el país esperaba noticias de la salud de ex presidente Chávez. La segunda, la noche del 14 de abril de 2013, día en que se llevaron a cabo las elecciones en las que Nicolás Maduro fue proclamado presidente del país.
-1-
“El León de los babalaos ha sido herido y quitada su gloria.
¿Dónde están tus protectores en quienes confiabas?
Tu gloria con la que presumías ante los grandes de las naciones, pues confiabas en tus pociones y en tus contras, tus altares y tus maestros espirituales, quitada te es.
Tu reino te es cortado, y detrás de ti solo quedara confusión, sangre… Tus ídolos no pudieron librarte y rechazaste mi mensaje con arrogancia y reverente hipocresía.
He aquí mi mano está contra la nación idolatra, la que se hizo del hombre su ídolo y lo adoró como a Dios. Ay, ay de la nación cuyo dios no puede librarla, porque días malos se avecinan, angustia, hambre, llanto, clamor… ¡Di a tus muchos dioses que te salven! ¡Clama a tus líderes que te libren! ¡Desnuda con desnudez! Gritos de niños, clamor de ancianos, los perros en las calles comen carne de hombres, fuerte angustia, corren de un lado a otro sin saber a dónde ir.
Jehová ha olvidado, dijeron. No hay quien vea nuestra maldad, no hay quien juzgue. Por dinero se han vendido muchos de mis ministros. Buscaron gloria bajo la sombra de sus amigos políticos, se sintieron seguros y dijeron: ¿Quién nos moverá? Más así dice Jehová: He aquí mis ojos ven y mis oídos oyen. ¿A dónde escaparéis de mi irá con que visito a Venezuela?, ¿a dónde escapareis?”.
Mientras meditaba, veía una manada de patos que volaban desordenadamente, me pareció raro, pues nunca había visto tal cosa, tal desorden. Entonces me dijo el Señor:
“Así será Venezuela, correrán de aquí para allá sin líder, (pues su líder no será líder), sin dirección, en anarquía, preguntarán y no habrá quien responda…
Vestisteis de rojo a la nación, y ahora se vestirá de sangre. Vestidos de blanco tus babalaos salían haciendo alarde, ahora se vestirán de luto. Arrepentíos, arrepentíos, y llorad. He aquí mi mano desde Oriente a Occidente…”
*Al remanente:
“Clama, clama con dolor, con lágrimas. Sus ojos verán cosas que jamás pensaron ver. Si soy yo tu confianza, clama a mí.
¿De dónde pedís Socorro? Porqué he aquí el Socorro de los que confiaron en el hombre y fueron seducidos con sus muchas palabras y atraídos dijeron debajo de sombra estaremos. Su Socorro pereció y con él su esperanza. Confiad en mí, Santificaos. Levantad mi bandera, corred con ella…
Cambiaré vuestras banderas rojas por banderas blancas y azules, no sin sangre será depurada la nación. Gran controversia, traición, traición gritaran, pero no habrá quien les oiga. Sordos estarán sus oídos pues no quisieron oírme, entonces oirán el sonido de la metralla…
Pero la hora de tinieblas pasará. No temas. ¿No librare yo al íntegro? ¿No daré paz al justo? Si por breve momento te estremezco, con gloria permanecerá sobre ti mi mano para bien, dice el Señor Jehová de los ejércitos”
Poco después el Señor muestra a su siervo diciendo:
“Estudia la Cosiata. Es tiempo de revisar la historia. Esto es lo que sucederá en Venezuela… El tiempo es corto. La Cosiata volverá a sucede. Este es el principio del fin del bolivarianismo (…) Dile a mi pueblo que estudie la Cosiata”.
-2-
El pasado 14 de Abril del 2013, la noche de las elecciones en Venezuela, me acosté angustiado grandemente.
En la madrugada me levanté muy compungido entre visiones y palabras que Dios me mostraba. Era cómo sí todas ellas vinieran a una. Escenas de visiones del pasado venían también a mi mente, hasta que el Señor me habló: “¡Levántate y escribe!”.
“Comienza un nuevo tiempo en Venezuela, y algunos querrán darle nombre y verlo como una secuencia del pasado. Pero no. Será un nuevo momento, porque para muerte surgió éste y no para vida. Cachorro de León querrá ser llamado pero delante de él irán solo escorpiones con gran ponzoña. Muerte cual nunca antes, principio del fin será, y así será contado en la historia. De éste no se narrarán sus logros ni sus muchos aciertos entre sus errores, pues para desgracia ha salido. Con su boca hablará grandes palabras y será seguido primero por muchos, pero rápido por pocos. Entonces usará la fuerza y todo el poder en su mano para perseguir a sus adversarios y derramara mucha sangre en poco tiempo, porque su tiempo será corto”.
Veo a muchos profetas levantarse para guiar al pueblo, pero poco pueblo les sigue y les escucha. Serán perseguidos y muchos de ellos asesinados. Veo mucho pueblo que se levanta, grandes protestas, protestas de miedo y angustia, porque el tiempo del miedo y la angustian han llegado a Venezuela. Pero saldrán muchos jóvenes a las calles. Veo marchas gigantes. Veo a profetas que se levanta entre mucho pueblo. Pero, guiado por hombres impíos, alineados al gobierno, el corazón del pueblo será llevado lejos de las palabras de estos profetas y solo muy poco pueblo creerá y seguirá a estos. Habrá trampas para ellos porque querrán callarlos y quitarlos de en medio. HABRÁ GRAN TEMOR ENTRE LOS DEL REMANENTE. Se levantarán muchos impíos aún entre el ministerio, cuyo compromiso no es con Dios ni con su obra, sino con el gobierno y por boca de estos serán entregados a muerte muchos del remanente. Habrá persecución por todas partes.
“No habrá seguridad en el gobierno, ni estabilidad. Entonces querrán hacerlo por la fuerza. Correrán una carrera contra el tiempo y perderán, pues su tiempo será corto. Buscarán alianzas desesperadamente, pero algunos de sus aliados se irán y se harán declaraciones públicas contra estos, pero no lograrán volver a esas alianzas. Pocos aliados quedarán y serán sólo los peores, los que están puestos para desgracia y deshonra, los que quedarán.
Este es el principio del fin del bolivarianismo en Venezuela; porque no lucharán con hombre sino que contra mí, dice el Señor. Y su fama será sólo deshonra y su nombre será sólo desgracia. Y nadie quedará que quiera ser llamado por el nombre de estos, porque no les será entregada gloria como a su antecesor, ni gracia ante el pueblo, sino que por vara tendrá amigos que no serán amigos, recibirá traición tras traición, y no tendrá paz ni un solo día. Aún su rostro mostrará su ira, su angustia, pues de ira será colmado…”
¿No queda nadie que oiga?, pregunté en la visión, pues veía que los profetas hablaban, pero la gente con rabia se iba y no querían escuchar, aun ministros y líderes “cristianos”. Y se me dijo: “Es que la mayoría sigue a ministros y líderes comprometidos con el gobierno…”.Veía cómo se alejaban de los mensajeros que llegaban para advertirles.
“¡Entraré en juicio contra muchos líderes que han vendido su fe, y han vendido sus iglesias! Airado estoy contra ellos, pero por amor del remanente -me decía el Señor- se levantará palabra de Dios por todas partes. Callarán a uno y se levantarán cinco; y, aunque en medio de gran hostilidad, hablarán y será perseguido el mensaje de estos, pues espada aguda habrá sus bocas”.
Remanente de Dios no tengas miedo, Dios ha escuchado tu clamor y por causa de ello su mano luchará esta batalla hasta concederle la libertad al país.
“Clama -dice el Señor- como nunca porque habrá lágrimas, gran llanto en mi pueblo. Preparaos para la respuesta histórica de este examen, que muchos ya han reprobado. Dije que limpiaría mis altares y lo veréis. Dije que os daría una nueva Venezuela y la veréis, más no sin sangre.”

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Un asteroide como un autobús volverá a acercarse a la Tierra este 8 de octubre.

Un asteroide que fue descubierto en el sistema solar a comienzos de 2012 volverá a acercarse a la órbita de la Tierra el próximo 8 de octubre.


El cuerpo celeste 2012 BX 34, que fue detectado el 25 enero de 2012 por los participantes del programa estadounidense 'Catalina', orientado a la búsqueda e investigación de cuerpos menores del sistema solar, como asteroides y cometas, volverá este martes a acercarse a la órbita de la Tierra. La distancia entre el objeto astronómico y el planeta llegará a ser de unos 54 millones de kilómetros, según la agencia rusa Ria-Novosti. 


Cuando hizo su primera aparición en la trayectoria de la Tierra, en 2012, el asteroide pasó a unos 60.000 kilómetros de distancia de nuestro planeta. El cuerpo celeste fue catalogado como objeto próximo a la Tierra, es decir, un objeto atrapado por la gravitación del planeta que periódicamente vuelve a su trayectoria. Según los cálculos, se estima que el diámetro del objeto espacial es de unos 8-10 metros, es decir, del tamaño medio de un autobús. Los investigadores del Centro de planetas menores, un organismo de Observatorio Astrofísico Smithsonian, estiman que el brillo del cuerpo celeste tiene una magnitud aparente de 14, es decir, similar al brillo de Plutón. 





Los científicos indican que a causa de su tamaño el cuerpo celeste no es potencialmente peligroso para nuestro planeta y que incluso en el caso de que fuera atraído por la gravitación, se quemará al entrar en la atmósfera, ya que el diámetro 'crítico' de este tipo de objetos tiene que superar los 140 metros. 

Fuente: actualidad.rt.com 

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JUICIO PARA LAS NACIONES, PASTORES ARREPIENTANSE!

Revelación:  madrugada del  8 de mayo 2013.

 Veía como predicaba la Palabra de Dios y citaba de manera insistente lo que Dios ha hablado en advertencia sobre PUERTO RICO.
"Muchas cosas tendrán que acontecer y todo lo escrito en Su Palabra se cumplirá y  después vendrá el fin!" Decía a voz en cuello
{"Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin" (Mt. 24, 14).}
Mientras hablaba recorría dentro de un automóvil lo que parecían ser distintos lugares, países, razas....
Esto en confirmación a lo que mis labios hablaban de parte del Espíritu.
Todos oían la Palabra, pero muy pocos escuchaban, ósea eran constituidos oidores olvidadizos

 {Stgo. 1:221:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

1:23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

1:24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

1:25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. }
Luego de ser llevada por distintos lugares donde veía guerras, asesinatos, gentes en bailes, fiestas, enfermos, naciones divididas, odio... Indiferencia... Sí; mucha indiferencia a pesar de la gran necesidad que había, muchos no aceptaban la Palabra ni la advertencia... NO QUERÍAN A CRISTO COMO SU SALVADOR!



Pero, dentro de esta revelación hubo algo que realmente conmovió mi ser... Fue demasiado impactante para mi... Y fue lo que vi seguido después de haber sido llevada por los DISTINTOS PAÍSES.

Se me paró o colocó en un lugar, este lugar era subterráneo, al inicio no veía nada, sino hasta una luz brillante iluminó sólo lo suficiente, entonces fue que vi... Vi gente, almas, seres humanos, estos hacían fila, era una fila de "inspección" en ella verificaban si los nombres de las almas aparecían en un libro,




 allí los nombres eran llamados en voz alta por 2 seres muy grandes! Aquellos que no eran llamados, eran parados en un borde... Se me acerco la vista... Y este borde daba a un inmenso, profundo y oscuro precipicio que parecía no tener fin, allí eran lanzados aquellos cuyos nombres no estaban registrados... Ohhh! Dios que terrible....



{Apocalipsis 20:12, 15“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida…. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”}

{Apocalipsis 21:27“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”}


{Daniel 12:1-2“….pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro….Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”}


{Lucas 10:20“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”}

Vi claramente un matrimonio de pastores, eran de edad mediana y ambos de tez trigueña clara... Pregunté:
 oh! Dios..! Pero estos son pastores... Porqué van camino al abismo?
La respuesta fue rápida y hablo a mi corazón: " Estos pastores comenzaron bien la obra que puse en sus manos, amaban las almas, llevaban su iglesia en la Palabra de Dios, buscaban el rostro de Dios, pero ahora están dormidos, aman más la fama y la posición social, el dinero, viven compitiendo con otros pastores., ya no aman la verdad."



Oh! Señor Jesucristo!!! Que dolor tan fuerte ver la mirada de aquellos pastores, al estar allí parados ellos sabían hacia donde se dirigían sus almas... Pero supe que aún había oportunidad para ellos..

{Eclesiastés 9:1-10 9  Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.
2 Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento.
3 Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos.
4 Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
6 También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
7 Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.
8 En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento  sobre tu cabeza.
9 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. 10 Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.}
Todo lo que se me mostraba era para que advirtiera, aún a los pastores de que su compromiso es con Dios y NO con el hombre, de que la salvación no es heredada y que los ministerios no facilitan la entrada al cielo, sea cual sea tu ministerio y no importa cuantos milagros, sanidades, oraciones, ayunos o  predicas Dios he haya usado.. No importa que seas hijo de pastores o que incluso hayas levantado un concilio entero... Si te apartas de la Verdad, te descuidas, te vanaglorias o se contamina tu corazón... Tu nombre será borrado del Libro de la Vida!

De repente tuve una visión y vi como ellos comenzaron a arrepentirse y a volverse a Dios con todo su corazón, vi entonces que sus nombres comenzaron a ser nuevamente escritos en este libro, entonces fueron cambiados de fila.

No podré describir con exactitud todas las emociones y sentimientos que viví en esta experiencia, pero Sí puedo advertir que sin verdaderas y que vienen del corazón del Dios de los ejércitos al cual sirvo y amo intensamente!

Una vez más el Espíritu Santo, Puro e Íntegro de Dios; llama a Su pueblo y muy especialmente a LOS PASTORES a arrepentimiento, a aquellos que andan en sus propios placeres y buscando sus bienes y deleites.... Arrepiéntanse, Cristo esta a la puertas.... Sus juicios están a las puertas..!!!
Dios bendiga a todo aquel que lee y cree, por tanto habiendo creído; se santifica aún más delante del Gran Yo SOY, Jehová Dios de los ejércitos.

El que tiene oído, oiga lo que habla el Espíritu a su iglesia Apoc 3:22
Leillian Rivera, sierva de Jesucristo

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JUICIO PARA LAS NACIONES, PASTORES ARREPIENTANSE!

Revelación:  madrugada del  8 de mayo 2013.

 Veía como predicaba la Palabra de Dios y citaba de manera insistente lo que Dios ha hablado en advertencia sobre PUERTO RICO.
"Muchas cosas tendrán que acontecer y todo lo escrito en Su Palabra se cumplirá y  después vendrá el fin!" Decía a voz en cuello
{"Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero, para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin" (Mt. 24, 14).}
Mientras hablaba recorría dentro de un automóvil lo que parecían ser distintos lugares, países, razas....
Esto en confirmación a lo que mis labios hablaban de parte del Espíritu.
Todos oían la Palabra, pero muy pocos escuchaban, ósea eran constituidos oidores olvidadizos

 {Stgo. 1:221:22 Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

1:23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

1:24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

1:25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. }
Luego de ser llevada por distintos lugares donde veía guerras, asesinatos, gentes en bailes, fiestas, enfermos, naciones divididas, odio... Indiferencia... Sí; mucha indiferencia a pesar de la gran necesidad que había, muchos no aceptaban la Palabra ni la advertencia... NO QUERÍAN A CRISTO COMO SU SALVADOR!



Pero, dentro de esta revelación hubo algo que realmente conmovió mi ser... Fue demasiado impactante para mi... Y fue lo que vi seguido después de haber sido llevada por los DISTINTOS PAÍSES.

Se me paró o colocó en un lugar, este lugar era subterráneo, al inicio no veía nada, sino hasta una luz brillante iluminó sólo lo suficiente, entonces fue que vi... Vi gente, almas, seres humanos, estos hacían fila, era una fila de "inspección" en ella verificaban si los nombres de las almas aparecían en un libro,




 allí los nombres eran llamados en voz alta por 2 seres muy grandes! Aquellos que no eran llamados, eran parados en un borde... Se me acerco la vista... Y este borde daba a un inmenso, profundo y oscuro precipicio que parecía no tener fin, allí eran lanzados aquellos cuyos nombres no estaban registrados... Ohhh! Dios que terrible....



{Apocalipsis 20:12, 15“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida…. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”}

{Apocalipsis 21:27“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.”}


{Daniel 12:1-2“….pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro….Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.”}


{Lucas 10:20“Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.”}

Vi claramente un matrimonio de pastores, eran de edad mediana y ambos de tez trigueña clara... Pregunté:
 oh! Dios..! Pero estos son pastores... Porqué van camino al abismo?
La respuesta fue rápida y hablo a mi corazón: " Estos pastores comenzaron bien la obra que puse en sus manos, amaban las almas, llevaban su iglesia en la Palabra de Dios, buscaban el rostro de Dios, pero ahora están dormidos, aman más la fama y la posición social, el dinero, viven compitiendo con otros pastores., ya no aman la verdad."



Oh! Señor Jesucristo!!! Que dolor tan fuerte ver la mirada de aquellos pastores, al estar allí parados ellos sabían hacia donde se dirigían sus almas... Pero supe que aún había oportunidad para ellos..

{Eclesiastés 9:1-10 9  Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo saben los hombres; todo está delante de ellos.
2 Todo acontece de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica, y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que jura, como al que teme el juramento.
3 Este mal hay entre todo lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida; y después de esto se van a los muertos.
4 Aún hay esperanza para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro vivo que león muerto.
5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido.
6 También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol.
7 Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios.
8 En todo tiempo sean blancos tus vestidos, y nunca falte ungüento  sobre tu cabeza.
9 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol. 10 Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.}
Todo lo que se me mostraba era para que advirtiera, aún a los pastores de que su compromiso es con Dios y NO con el hombre, de que la salvación no es heredada y que los ministerios no facilitan la entrada al cielo, sea cual sea tu ministerio y no importa cuantos milagros, sanidades, oraciones, ayunos o  predicas Dios he haya usado.. No importa que seas hijo de pastores o que incluso hayas levantado un concilio entero... Si te apartas de la Verdad, te descuidas, te vanaglorias o se contamina tu corazón... Tu nombre será borrado del Libro de la Vida!

De repente tuve una visión y vi como ellos comenzaron a arrepentirse y a volverse a Dios con todo su corazón, vi entonces que sus nombres comenzaron a ser nuevamente escritos en este libro, entonces fueron cambiados de fila.

No podré describir con exactitud todas las emociones y sentimientos que viví en esta experiencia, pero Sí puedo advertir que sin verdaderas y que vienen del corazón del Dios de los ejércitos al cual sirvo y amo intensamente!

Una vez más el Espíritu Santo, Puro e Íntegro de Dios; llama a Su pueblo y muy especialmente a LOS PASTORES a arrepentimiento, a aquellos que andan en sus propios placeres y buscando sus bienes y deleites.... Arrepiéntanse, Cristo esta a la puertas.... Sus juicios están a las puertas..!!!
Dios bendiga a todo aquel que lee y cree, por tanto habiendo creído; se santifica aún más delante del Gran Yo SOY, Jehová Dios de los ejércitos.

El que tiene oído, oiga lo que habla el Espíritu a su iglesia Apoc 3:22
Leillian Rivera, sierva de Jesucristo

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Reino de Cristo

A lo largo del Antiguo Testamento, el pueblo elegido vivió en la expectativa del Mesías, el cual habría de venir para restablecer a Israel y fundar su reinado universal en esta tierra.

No entendieron, a pesar de que los profetas lo repitieron una y otra vez, que antes de esa venida gloriosa y reinante habría una venida previa, no en su índole de realeza, sino en su condición humilde y sufriente, y de aparente derrota final en la cruz.

Hoy día, a los cristianos nos pasa exactamente al revés. Aceptamos que Jesús de Nazaret fue el Mesías esperado, pero se nos ha olvidado la promesa de que tiene que volver para regir el orbe con justicia y los pueblos con rectitud, desde una Jerusalén de dominio espiritual universal aceptado por todos los pueblos.

Es cierto que Él reina ya, desde la Eucaristía, en los corazones de los fieles viadores y en los salvos del Cielo, pero se tiene que cumplir la promisión esencial de su reinado sobre las naciones, desde un Israel restaurado convertido a Él hacia el final de la Gran Tribulación, reinado en el que se llevarán a cumplimiento todas las bienaventuranzas.

Ese es el centro de todo el mensaje de la Redención, y es la primera promesa que Dios le hace a María al momento de la Anunciación: “He aquí que darás a luz un Hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande, y será llamado Hijo del Altísimo, Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin (Lc 1, 27).

Para una joven judía de esa época la promesa era perfectamente entendible, no necesitaba interpretación alguna, y sabía exactamente a qué se referían las palabras del ángel.

Es lamentable la falta de conocimiento de estos temas. La teología y la filosofía deberían en este momento estar disertando sobre qué cambios sufrirá la naturaleza humana con la llegada del Milenio, pues es un hecho que no solo Jerusalén y la Iglesia serán restauradas, sino también la persona humana misma, cuasi recobrando así el estado primigenio: “Todos seremos transformados” (I Cor 15, 51).

Esta es la esperanza que nos debe animar continuamente, estamos asistiendo no al fin del mundo, sino a la más grandiosa renovación de la humanidad, estamos en un nuevo adviento esperando el triunfo del bien y el Retorno del Señor de la historia, la gloriosa Parusía de Jesús.

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Parusía

“Parusía” (del griego Parousia) significa manifestación, hacerse presente, y designa la segunda venida de Jesucristo, aparición pública y gloriosa anunciada por Él mismo, quien volverá para realizar tres cosas: 1) derrotar al Anticristo, así como al Falso Profeta y a quienes impusieron un Gobierno Mundial anticristiano durante siete años; 2) juzgar a las naciones y llevar a cabo la primer resurrección y, 3) restaurar la creación y elevar la naturaleza humana en su integridad, transformándola íntima y esencialmente. Con la Parusía, Jesús inaugura el largo período de “mil años” de su Reinado sobre la Tierra, mismo que concluye con su tercera y última manifestación, en el Juicio Final.

El mismo Jesús prometió su Regreso para después de la Gran Tribulación: “Después de la aflicción de aquellos días, verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria”(Mt 24, 29; Mc 13, 26; Lc 21, 27).

Así lo dieron a entender los ángeles a quienes fueron testigos de la Ascensión: “Ese mismo Jesús que habéis visto subir a los cielos, así vendrá, como le habéis visto ascender” (Hch 1, 11).

Así lo transmitió el apóstol San Pablo: “Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, se aparecerá por segunda vez, sin relación ya con el pecado, a los que lo esperan para su salvación” (Hb 9, 28).

Y así lo conservó un buen número de padres y escritores eclesiásticos de los primeros cuatro siglos de la Iglesia, sosteniendo, en resumen: que Jesús ha de volver para reinar en esta Tierra por un periodo largo (“mil años” en el género apocalíptico), después de que el misterio de la iniquidad llegue a su exceso durante la Gran Tribulación; que regresará para derrotar al Anticristo y a sus cómplices, y que tendrá lugar la primera resurrección, la de todos los santos, quienes, luego de haber sido encadenado Satanás, reinarán por mil años con Cristo, juntamente con los que fueron arrebatados en la Gran Tribulación y con los que murieron mártires durante ese periodo, ejerciendo así el prometido trono de David desde la Jerusalén restaurada, sobre un mundo totalmente renovado.

Hoy día, la mayoría de los cristianos ha olvidado el dogma esencial de la fe, que es la segunda venida de Cristo en su condición reinante. Lo paradójico es que lo tienen que repetir cada vez que rezan el padrenuestro: “Venga a nosotros tu Reino”.

Contrariamente a los anti-milenaristas, que espiritualizan tanto el reinado de Cristo al punto de confundirlo con el Cielo, y de mezclar la Parusía con el Juicio Final, para los primeros cristianos no era así: ellos habían recibido de los apóstoles y evangelistas que Cristo volverá para reinar en este mundo durante un periodo largo, después de haber derrotado a Satanás, el cual aparentemente triunfará durante la Gran Tribulación. Sólo después del largo reinado de Cristo, entonces sí vendrá el fin del mundo y el Juicio Universal.

La Parusía es el acontecimiento que concluye la Gran Tribulación y da inicio al Milenio.

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Microchip

La explicación más sencilla es que el 666 que atañe al Anticristo sea una gematría. Los hebreos, al igual que los griegos, asignaban un número a los nombres. Y es que Juan señala precisamente que es “el número de su nombre” (y en algunas traducciones “número de hombre”), socializando y controlando a la humanidad mediante un sistema económico biotecnológico implantado en la mano derecha y en la frente, hecho que implica una adhesión a él por lo cual, quien lo reciba, no entrará al Reino de Cristo.

Es como si Juan nos dijera: si todo lo que ya dije va a caracterizar a la persona del Anticristo no les convence, calculen el número de su nombre.

"Y la bestia hará que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les ponga una marca en la mano derecha o en la frente, y que nadie pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca, es decir, el nombre de la bestia"
(Ap 13:16).

El señalamiento es interesante desde la perspectiva de que habrá un nuevo sistema, pues ello presupone que el anterior sistema se ha colapsado por completo y ya no existe, ha sido sustituido.

Pero esto no es sino uno de tantos engaños del “Impío”. Aquí, se trata de absorber la deuda de las personas, las familias, las empresas y los países, en un nuevo sistema centralizado, donde el impuesto sea global y ya no haya peligro de cargar con efectivo o plásticos –lo cual será bien tomado como forma de evitar robos y asaltos que por supuesto se habrán generalizado.

En varios países se usa ya el microchip implantado bajo la piel como técnica de pago escaneado que va directo a la cuenta bancaria. Pero, además, como técnica de localización satelital así como de identificación, estando conectada a computadoras centralizadas.

Es decir, ya no habrá necesidad de cárceles, el planeta entero será una cárcel (no por algo está siendo muy cuestionado por organismos de derechos humanos). Es decir, falta total de privacidad, de independencia y de propiedad privada.

Pudiera parecer algo conveniente, el problema es que San Juan nos dice que “a mitad de la semana” es decir, a los tres años y medio, el Anticristo reclamará para sí la adoración divina, como retribución por haber solucionado los problemas humanos. Por ello dice el Apóstol claramente que quienes estén marcados con este dispositivos no entraran al Reino y beberán el cáliz de la ira de Dios (Ap 14:10).

El microchip será, por así decirlo, la causa material de millones de martirios por amor a Cristo. Por eso, cuando San Juan contempla el cielo llenarse repentinamente de enorme cantidad de hombres y mujeres vestidos de blanco nos revela:

“Después de estas cosas miré, y he aquí una gran muchedumbre, la cual ninguno podía contar, de todas gentes y linajes y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y palmas en sus manos; y clamaban en alta voz, diciendo: Salvación a nuestro Dios que está sentado sobre el trono, y al Cordero” (Ap 7-9).

Una vez terminado el sellamiento, Juan contempla una incontable multitud que adora a Dios ante su trono, y uno de los ancianos le dice quiénes son:

“Y respondió uno de los ancianos, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas ¿quiénes son, y de dónde han venido? Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de la Gran Tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero” (Ap 7:13).

Tratar de escapar del sistema de microchip implicará ser excluido del comercio, de los beneficios gubernamentales, de los sistemas de racionalización masiva de alimentos, del nuevo sistema financiero.

Es probable que en algún momento, gran número de personas querrán quitárselo, lo cual tendría consecuencias funestas, dado que al tratar de arrancarse se libera Litio, sustancia que es altamente tóxica e, incluso, mortal. Esta puede ser la causa de la primera de las siete plagas: “Fue el primero, y derramó su copa sobre la tierra, y vino una úlcera maligna y pestilente sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y que adoraban su imagen”(Ap 16:2).

En una entrevista que realizó Aaron Russo a Nick Rockefeller, en Junio de 2007, éste último admitió, abierta y descaradamente, que la finalidad última de la elite banquera internacional es reducir numéricamente la población mundial y controlar a quienes sobrevivan mediante el microchip,

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Gran Tribulación

Hacia mediados del siglo sexto antes de Cristo, Daniel tuvo una revelación numérica acerca del tiempo que tardará el triunfo del Mesías y, con ello, lo que durará el designio mediador de la nación judía.


Siendo un adolescente, Daniel fue llevado cautivo a Babilonia, en la deportación que sufrieron los hebreos en el año 586 a. C. Allí creció demostrando singular sabiduría, misma que le llevo a ser nombrado primer ministro de varios reyes.

Entendiendo Daniel, por la lectura del profeta Jeremías, que la deportación estaba a punto de terminar, y preguntando a Dios cuándo llegaría el Mesías para restaurar Israel, recibió del arcángel Gabriel una de las profecías matemáticas más exactas de las Escrituras.

Le dijo Gabriel: “Setenta semanas están fijadas sobre tu pueblo y tu ciudad santa, para poner fin a la rebeldía, para poner fin a los pecados, para expiar la culpa, para instaurar justicia eterna, para sellar visión y profecía, para ungir al Santo de los santos” (Dn 9:24).

Para los hebreos, una “semana” (shabua) significan siete años, siendo el séptimo un año sabático para la tierra. Así fue como Daniel pudo saber que la cautividad de Babilonia iba a durar 70 años (10 “semanas” x 7 años).

Gabriel, además de darle a conocer al profeta Daniel que el tiempo para la restauración de Israel y el triunfo del Mesías sería de 490 años (70 “semanas” x 7 años), le indica, con increíble precisión, el inicio y el fin de las primeras 69 semanas: “Entiende, pues, y comprende: desde que salga la orden para reconstruir Jerusalén, hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas” (Dn 9:25).

Ese periodo de 69 “semanas” (483 años) es exactamente el que va desde el año en que el rey de Persia, Artajerjes, dio la orden de reconstruir Jerusalén y el Templo (457 a. C.), hasta que Jesús fue ungido en ocasión de su bautismo, en el Jordán (26 d. C.); es decir, desde el mes de Nisán del año veinte del reinado de Artajerjes (Nehemías 2, 1-8) hasta el 30 d. C., si se consideran los cuatro años de error de cálculo.

Además, Gabriel le reveló una de las profecías más precisas sobre el desenlace de Jesús en su primera venida: “Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí” (Dn 9:26).

Sin embargo, pasaron siete años después de la Resurrección y no sucedió el Retorno triunfal de Cristo. De ello se deduce que entre la 69 y la 70 “semana” hay un intervalo de tiempo indefinido, y que la última semana de Daniel está aún por cumplirse.

Respecto a esa postrera “semana” que falta, Gabriel le reveló al profeta Daniel que un caudillo, que San Juan denominará más tarde el “Anticristo”, sellará una alianza global con otros gobernantes, pretendiendo someter a todas las naciones y religiones, que perseguirá a los fieles y a los santos (Dn 7, 25), y que a los tres años y medio (mitad de la “semana”) proscribirá el sacrificio divino: “Y por otra semana confirmará un pacto con muchos; y a mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la oblación; y en el ala del Templo habrá abominaciones desoladoras hasta el final, cuando la ruina decretada se derrame sobre el desolador” (Dn 9, 27).

A partir de que Daniel recibió la revelación, la identificación con hechos reales quedaría oculto hasta el tiempo final, cuando los protagonistas podrán identificarlos, ya sin duda, a la vista de los hechos:“Pero tú, Daniel, mantén secretas estas palabras y sella el libro hasta el tiempo final, entonces muchos lo abrirán y se aumentará el conocimiento” (Dan 12, 4).

En la era de la Iglesia, casi siete siglos después de Daniel, en el año 96 de nuestra era, el apóstol Juan tuvo una revelación en la que Jesucristo le dio a conocer lo que sería la historia de la Iglesia (capítulos 1 a 3 del Apocalipsis) y lo que ocurrirá durante los siete años de la 70 “semana” de Daniel (capítulos 4 al 19). A ese postrer periodo, Jesucristo y los cuatro evangelistas lo denominaron la “Gran Tribulación”.

Dice San Mateo: “Cuando veáis, pues, la abominable desolación, anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea que entienda), entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes (…), porque habrá entonces una Gran Tribulación, cual no la hubo desde el principio del mundo, ni la volverá a haber jamás” (Mt 24, 15).

Por la revelación de Mateo “ni volverá a haberla jamás” sabemos que después de los siete años de la Gran Tribulación y de la Parusía, la historia humana continuará en esta Tierra, y es el Apóstol Juan quien nos da a conocer que ese período posterior durará mil años (significando “periodo largo” o quizá, también, mil años efectivos): “Y agarró al dragón, a aquella serpiente antigua, que es Satanás, y le encadenó por mil años; y lo metió en el abismo, cerrándolo y sellándolo sobre él, para que no ande más engañando a las naciones, hasta que se cumplan los mil años, después de los cuales ha de ser soltado por un poco de tiempo” (Ap 20, 2-3).

Sobre la Gran Tribulación, San Juan y San Pablo nos dicen que cinco situaciones la caracterizan: 1) guerras que finalizan en un falso acuerdo de paz en favor de Israel; 2) desastres naturales y cataclismos cósmicos; 3) arrebato de los fieles y persecución; 4) colapso financiero y carestía; 5) apostasía generalizada y gobierno mundial del Anticristo.

Si bien los acontecimientos de esos siete años constituyen una dolorosa purificación, lo importante es que son preludio de un final prometedor, el triunfo del bien y la renovación admirable de la naturaleza humana y de todo el orden creado, “la restauración universal de que habló Dios por boca de sus santos profetas” (Hch 3, 21).

San Lucas nos dice que la proximidad del Retorno de Cristo constituye una esperanza para estar seguros y confiados cuando inicie la Gran Tribulación: “Cuando veáis que estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque se acerca vuestra redención” (Lc 21, 28).

Se trata sí, de una purga, pero de aquella que antecede el cumplimiento de todas las promesas de liberación del mal y del pecado que sojuzgan a los hombres: “Así también, Cristo aparecerá por segunda vez, sin relación al pecado, para salvar a los que esperan en Él” (Hb 9, 28).

La Gran Tribulación es la suprema batalla entre el bien y el mal, es la purificación previa a la Parusía, es el final de los tiempos de las naciones antes de que la naturaleza humana y la creación sean renovadas, es la siega que separa el trigo de la cizaña, es la realización del designio original del Creador, es la condición causal para la más grande manifestación de Dios en la historia.

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El Falso Profeta

En la simbología apocalíptica de San Juan, la Gran Tribulación está dominada por dos personales, el Anticristo, al cual dibuja con la imagen de la Bestia salida “del mar”, representación del poder político, y la Bestia salida “de la tierra”, símbolo del ámbito religioso. A ésta la llama la “Segunda Bestia”, que está al servicio de la Primera, y hace que toda la humanidad la adore.

A la Segunda Bestia, la denomina también “Falso Profeta”, y lo plasma seductor y pretendiendo emular a Jesucristo, adulterando la verdadera religión.

Dice Leonardo Castellani: “Cuando la estructura temporal de la Iglesia pierda la efusión del Espíritu, y la religión adulterada se convierta en la Gran Ramera, entonces aparecerá el Hombre de Pecado y su Falso Profeta, quien será a la vez como un Sumo Pontífice del Orbe, o bien tendrá a sus órdenes un falso Pontífice. Y matiza Alfredo Sáenz: “No que la Iglesia perderá la fe, pero sí se verá gravemente afectada. Todas las energías del demonio estarán concentradas en pervertir lo que es específicamente religioso. Al demonio no le interesa matar, sino corromper, envenenar, falsificar”.

La pseudo-Iglesia ó contra-Iglesia, predicará la democracia, la solidaridad, la tolerancia, la hermandad universal, convirtiéndose casi en una nueva religión.

Castellani opina que la advertencia a la Iglesia de Laodicea, por su indiferencia e infidelidad en la postrera época de la Iglesia, corresponde a la “gran apostasía” anunciada por San Pablo y por Jesús mismo. Por suerte, cuando habla del castigo dice “comenzaré a vomitarte” (Ap 3, 16), lo cual implica que el vómito o rechazo por parte de Dios no se consumará. Los que resistan y hagan penitencia se salvarán. Será la época de la parábola de la cizaña. Cuando llega el tiempo de la siega, es cuando la cizaña se parece más al trigo.

Precisamente ese es el papel encomendado al Falso Profeta. El Apocalipsis nos muestra el Templo profanado, no destruido. La religión se mantendrá, pero adulterada; los dogmas serán vaciados de su contenido y sustituidos por idolátricas doctrinas. El Templo perdurará porque no hay que destruirlo, servirá para que allí se siente el Anticristo “haciéndose adorar como Dios” (2 Tes 2, 4). Es la abominable desolación anunciada por Daniel (Dn 9, 27) y por Cristo (Mt 24, 15). Pero la corrupción de la Iglesia no será total. El pseudoprofeta logrará conculcar el atrio y las naves, pero el Tabernáculo o Sancta Sanctorum será preservado. La Iglesia falsificada se sumará al propósito de buscar el reino en este mundo, con los medios más eficaces, por ende los más satánicos. Es la tentación del reino milenario pero sin Cristo, un cristianismo expurgado de la Cruz y que prescinde de la Parusía.

La unificación del mundo se realizará por el terror y por la mentira: el terror político y la mentira de la falsa religión, un cristianismo enteramente falsificado.

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Dos testigos

El Antiguo Testamento nos habla de dos personajes que fueron arrebatados en vida: Elías y Enoc. Ambos fueron llevados al cielo sin pasar por la muerte (Gn 5, 24; Heb 11, 55; y 2 Rey 2, 11) y ambos volverán durante la Gran Tribulación para enfrentar públicamente al Anticristo.

Ellos estarán llenos del Espíritu Santo, predicarán con la fuerza de Dios, y los hombres de buena voluntad creerán en Dios por ellos; harán grandes prodigios, por la virtud del Espíritu, y condenarán los errores del Anticristo.

Así lo dice San Juan: "Entonces me fue dada un caña, semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y a los que en él adoran. Y deja aparte el atrio de afuera del templo. Y no lo midas, porque ha sido dado a los gentiles, y ellos pisotearán la ciudad santa por cuarenta y dos meses. Yo mandaré a mis dos testigos y ellos profetizarán por 1.260 días, vestidos de cilicio. Ellos son dos olivos y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra. Si alguien les quiere dañar, fuego sale de la boca de ellos y devora a sus enemigos. Cuando alguien les quiere hacer daño tienen que morir de esta manera. Ellos tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no caiga lluvia durante los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas, para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran” (Ap 11, 3-14).

Enoc y Elías serán muertos, sus cuerpos serán expuestos en las calles de Jerusalén, y a los tres días resurgirán ante el asombro de todo el mundo: "Cuando hayan concluido su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente es llamada Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos. Y por tres días y medio, la gente de los pueblos y de las razas y de las lenguas y de las naciones mirarán sus cadáveres; y no permitirán que sus cadáveres sean puestos en sepulcros. Y los habitantes de la tierra se gozarán sobre ellos y se alegran. Y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían sido un tormento para los habitantes de la tierra." (Ap 11, 8).

El profeta Malaquías dice: "He aquí que yo envío al profeta Elías antes de que venga el día de Jehová, grande y temible” (Mal 4, 5). Y en el evangelio de Mateo, en el relato sobre la transfiguración de Jesús, cuando Pedro, Santiago y Juan descendían de la montaña después de haber visto allí a Moisés y a Elías con Jesús, los discípulos le preguntaron al Señor: "¿por qué dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Y respondiendo Jesús dijo: En verdad Elías tiene que venir para restaurar todas las cosas” (Mt 17, 11), pero explicó que en un sentido Elías había venido ya, porque Juan el Bautista había anticipado esa predicción por medio de su ministerio, precisamente en el espíritu y el poder de Elías.

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Profecías para la iglesia de Venezuela


Así te dice Jehová el Señor, a ti Pueblo de Dios, para que recibas estas Palabras que te entrega hoy… “Sea que escuches o dejes de escuchar, quizás las escuches, quizás te arrepientas y te vuelvas de tus malos caminos, quizás tu duro corazón se conmueva y te vuelvas a Mí para que yo tenga misericordia de ti, porque ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te distraes en tus propias y vanas sabidurías y en tu hipocresía religiosa desvirtúas mi mensaje, tu hablar me es fastidio y tus ritos me son abominación! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que con tu fútil santidad levantas el dedo señalador para sentenciar inicuamente aún al inocente! ¡Ay de ti pueblo de Dios; que con tu falsa adoración levantas en mi Nombre espectáculos para brindarte tributo en mis altares! ¡Ay de ti pueblo de Dios que te revuelcas cual ramera y al levantarte me ofreces sacrificios llenos de inmoralidad! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te jactas de tener la verdad y no andas en ella; que emites juicios en tu religiosidad cual fariseos y miras con desprecio a tus hermanos! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que mezclas lo santo con lo profano! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que en tu liviandad y falta de temor llevas una vida réproba que pone en vergüenza y deshonra mi Nombre y a mi Iglesia, que con tus actos y testimonios inmorales te conviertes en piedra de tropiezo para el que quiere entrar por La Puerta! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te jactas cual pavorreal en tu parcela de ser dueño de tu verdad y te empeñas en encuadrarme en tus doctrinas e interpretaciones humanas! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te tomas como tuyo lo que es mío, que insistes en engañar al Espíritu con tu hipocresía religiosa! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que metes tu mano inescrupulosa en el alfolí y tomas mis ofrendas y sacrificios para tus deleites y concupiscencias! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que en tu viveza engañas a mis pastores para vivir cual sanguijuela chupando la sangre de mis ministros! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que has hecho de tus inclinaciones políticas tus dioses! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te has hecho dioses de tu avaricia y de tu glotonería financiera! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que en tu equivocada e hipócrita humildad encasillas mis bendiciones y mi prosperidad en la miseria de tu corazón y en la ruina de tu espíritu! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te levantas contra tu hermano, diciendo no es mi hermano comamos sus carnes! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te empeñas en medir la fe en Mí de tu hermano y mi Existencia en su corazón con la vara de tu religiosidad y el nivel de tu doctrina fariseísta! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que profanas mis altares con tu iniquidad y tu dedo señalador y con la multitud de tus pecados! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que te has ido tras la brujería y hechicería, que haces mescolanzas de lo vil y lo profano con lo santo, desviando con tus abominaciones a los pequeñitos de Dios! ¡Ay de ti pueblo de Dios, que levantas cada vez más altos los cercos de la división de mi Iglesia para confusión tuya y de los que han de ser salvos!”

Así te dice el Señor tu Dios: A ti pastor, que apacientas las ovejas del buen Pastor, recibe estas palabras y vuélvete de tus malos caminos, para que Dios te extienda su misericordia y sea oído tu clamor en el día malo y seas librado de la voracidad del cazador, porque “¡Ay de ti pastor, que te empeñas en mantener ciegas y en la miseria a mis ovejas! ¡Ay de ti pastor, que en tu religiosidad ciegas tu entendimiento negando con tus acciones mi Justicia y vedándole a mi Pueblo las llaves que abren las ventanas de bendición y abundancia de todo bien; provocándoles que en su pobreza y escasez renieguen de Mí! ¡Ay de ti pastor, que has profanado Mi Casa con tus intereses políticos, que te alegras en sentarte en la mesa de los escarnecedores y en sus banquetes presumes de que estoy contigo! ¡Qué falto de entendimiento eres! ¿Quién te dijo que Yo soy un Dios mendigo que me alegro con sus limosnas? ¿No Soy Yo el dueño del oro y de la plata, no Soy Yo el Dios de los tiempos y que pongo reyes y quito reyes? ¿Acaso es difícil para Mí colocar reyes conforme a mi corazón? ¿Acaso no conozco Yo tu corazón y tus pasiones desenfrenadas por el poder que hipócritamente pones mi Nombre al frente para revolcarte cual ramera con tu dios de la política y confundes, hieres y hasta matas a mis ovejas, porque no están de acuerdo contigo? ¡Ay de ti pastor, que desvías a mi pueblo del Camino, del mensaje de la Cruz, de la Resurrección, de mi Justicia, de la Segunda Venida de mi Hijo y de mi Juicio, hacia veredas amplias de vana prosperidad y riquezas; veredas permisivas y pecaminosas que los conducirán a la muerte! ¡Ay de ti pastor, que te empeñas en entretejer doctrinas de hombres como doctrinas salvadoras, que parcelas en ellas a mis ovejas y corderos encadenándolos y hasta matándolos con tus rígidas y vanas leyes señaladoras de su salvación y de la presencia de mi Espíritu en el corazón de ellos! ¡Ay de ti pastor, que enseñas a mis ovejas a practicar la iniquidad y a odiar a sus hermanos, sólo porque no practican tus doctrinas fatuas de hombres que en verdad esconden la santurronería y fariseísmo que hay en tu corazón! ¡Ay de ti pastor, que no ordenas mi casa, que dejas que el desorden obre en mi alfolí, que tienes en poco manejar con cuidado el tesoro de mi casa y dejas que el impío tome lo que es mío para deleitarse en sus concupiscencias! ¡Ay de ti pastor, que diriges a tus ovejas en las sendas del libertinaje y del desorden y en la falta de temor a mi Palabra! ¡Ay de ti pastor, que escuchas a los profetas que te aúpan y te hablan bien y cierras tus oídos y mantienes con pan de angustia y con agua de aflicción a mis profetas que te hablan Palabra de verdad y que te exhortan para que te vuelvas de tu pecado y dirijas en santidad y en unanimidad a mi Pueblo! ¡Ay de ti pastor, que desechas a mis maestros por escuchar profecías y enseñanzas de espíritus de mentira y manipulación agradables a tu oído! ¡Ay de ti pastor, que en la congregación que he puesto a tu cuidado dejas de lado el impartir la sana doctrina, el conocimiento y la enseñanza de mis mandamientos y preceptos y en tu ceguera encarcelas y matas a mis maestros! ¡Ay de ti pastor, ay de ti!”

Así te dice el Señor tu Dios: A ti maestro, escucha la profundidad en la sencillez de mi mensaje y reconoce ahora tus pecados delante de mí para que tenga misericordia de ti y en el día de la calamidad extienda mi mano para salvarte; porque “¡Ay de ti maestro, que en tu egoísmo y orgullo religioso y teológico cierras tu boca mientras el pueblo perece por falta de conocimiento, que en tu vano saber dejas contaminar la masa mientras dices -Allá ellos, yo no abro más mi boca-! ¡Ay de ti maestro que tomas y enseñas solo una porción de mi Palabra e invalidas en tu opinión y vano conocimiento el resto de esa Palabra, que te empecinas en instruir únicamente con tu mente creada la amplitud eterna e incomprensible de la PALABRA COMPLETA y PEREMNE del CREADOR que no se fracciona y acomoda a teologías y entendimientos humanos, encerrando con tus enseñanzas a mi pueblo en la limitación de tu insubstancial conocimiento! ¡Ay de ti Maestro que te empeñas en catalogar en tus criterios finitos, cambiables y llenos de fallos mis misterios inescrutables y las manifestaciones infinitas del Poder de mi Espíritu! ¡Ay de ti maestro, ay de ti!”

Así te dice el Señor tu Dios, Jehová de los Ejércitos: A ti profeta, que has sido llamado para que seas atalaya y para que tu boca suene como trompeta de fuego, escucha ahora su voz y pon afinado tu oído a esta Palabra que te hago saber hoy, para que te apercibas y te vuelvas de tus malos caminos y salves tu vida de tus predadores y de la calamidad repentina; porque “¡Ay de ti profeta, que te dejas usar por el espíritu de la mentira y manipulación y envías a la muerte a mis pastores! ¡Ay de ti profeta que te haces cuernos y haces actos proféticos despampanantes para profetizar sólo lo que los pastores y el pueblo quieren oír! ¡Ay de ti profeta, que hablas en mi nombre y es en tu propio nombre que hablas, que con vanas palabras desvías al justo de su justicia y al impío alientas en su pecado, que distraes y confundes a los pastores en tus propias concupiscencias y encaminas a mi pueblo hacia la apostasía! ¡Ay de ti profeta que hieres con tu espada a mis ovejas y destruyes con tu boca a mis corderos! ¡Ay de ti profeta, que no adviertes del mal a mi Pueblo, que cierras tu boca y callas la Palabra por salvar tu carne! ¡Ay profeta de Dios, que no adviertes al impío que se arrepienta, que cierras tu boca a causa de tu egoísmo y resentimiento esperando que el mal ocurra para ver saciado tu deseos de venganza! ¡Ay de ti profeta, ay de ti!”

A ti evangelista y ministro del altar; así te habla el Señor tu Dios que te llamó de las tinieblas para que anuncies la Luz a los que están en oscuridad; para que escuchando estas Palabras te arrepientas de tus pecados y malos caminos y en el día de la angustia, del terror del perseguidor y de la tormenta oscura, seas librado y la Luz te guié a tu salvación, porque “¡Ay de ti evangelista y ministro del altar que haces tus agendas en función de la garantía de finanzas, que poco tomas en cuenta a mi Espíritu, que tienes fuera de tu agenda las solicitudes de mis siervos que no te dan certeza de grandes ofrendas y de cubrir tus fastuosos gastos! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar, que cambiaste el mensaje central Evangelizador y de mi Justicia por la añadidura de la prosperidad! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar que mides la efectividad de tu mensaje con la cantidad de ofrendas recogidas! ¡Ay de ti evangelista, ministro del altar, que en tu soberbia crees que eres tu quién mueve las multitudes y en tu delirio te has envanecido, llegando a creer que te deben rendir pleitesía y que miras como a poco a mis ovejas! ¡Ay de ti evangelistas y ministro del altar, que confundes con tu vana palabrería e ilusorios shows la entrada de la Puerta! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar, que usas mi altar para comer la carne de mis siervos y ministros; y en tu carnicería voraz incitas a mi pueblo a comerla también! ¡Ay de ti evangelista y ministro del altar, ay de ti!”

Así te dice el Señor tu Dios, Rey de reyes, a ti apóstol; para que te vuelvas a Él de todo tu corazón y te humilles delante de él para que en su misericordia te perdone tus pecados y sea librada tu vida el día de la calamidad y de la persecución de los esbirros “¡Ay de ti apóstol que has descuidado tus rebaños, que has desviado tu misión de cuidar en las congregaciones que te entregado la sana doctrina y el mensaje del evangelio de la Cruz, de la Resurrección, de mi Justicia, de la Segunda Venida Cristo y de mi Juicio! ¡Ay de ti apóstol, que maltratas y hieres a tus pastores y no escuchas sus querellas, que los abandonas a su suerte y te dedicas sólo a las congregaciones que te garantizan ofrendas! ¡Ay de ti apóstol, que has dejado que tus pastores encaminen a mis ovejas por veredas falsas, que no has tenido cuidado de anatemas que se infiltran en las congregaciones que te he entregado! ¡Ay de ti apóstol, que has dejado que tus pastores se deslumbren con embrujos que los desvían de mi camino! ¡Ay de ti apóstol, que desvías a mis pastores hacia el fariseísmo que estableces como verdad salvadora, doctrinas de hombres y los esclavizas en tus prejuicios religiosos! ¡Ay de ti apóstol, que en tu religiosidad y en tu limitada interpretación de sólo fracciones de mi Entera Palabra impides que mis pastores vean y enseñen a mi Iglesia la amplitud de Mi Justicia, de Mi Bien y de Mi Abundancia sobre ellos y que te empeñas a encasillar en tus doctrinas de hombres la multiforme e infinitas manifestaciones de mi Espíritu, impidiendo el crecimiento de mi pueblo y el mover de mi Espíritu sobre mi Iglesia! ¡Ay de ti apóstol, que siembras en mis pastores doctrinas de hombres como verdades absolutas de salvación, que siembras en el corazón de ellos el rechazo y menosprecio hacia el resto de mis pastores y sus hermanos que no practican tales doctrinas, que provocas con tus doctrinas rígidas y despiadadas la muerte de muchas ovejas y la división de mi pueblo en parcelas! ¡Ay de ti apóstol, ay de ti!”

Ahora Iglesia, pueblo de Dios; así te habla Dios, tu Salvador; que entrega naciones y quita reyes y pone reyes por ti. Escucha esta sus palabras, pues te habla como un Padre que apela a que seas sensible a su voz y entres en las razones de su boca. “¡Oh, Pueblo mío, hijo mío! Por amor a mi mismo, en un último instante, con estas palabras, seré paciente contigo, como un padre amoroso que enseña a su hijo que lo ha colmado con su conducta y aun le detiene el castigo, una vez más, para tratar de persuadirlo con palabras sabias de que se vuelva de su mal camino y así, confrontándole, le hace saber las consecuencias de su rebeldía y de no escuchar su voz, insiste de varias maneras hacerle entender sus razones con la esperanza de que el muchacho lo oiga, se arrepienta y no lo empuje a usar el castigo severo y la vara correctora que quebrante su voluntad rebelde. Quizás entonces, entres en conciencia y mudes tu actitud y te vuelvas y te arrepientas, pues con grande amor te he amado. ¿Quién conoce tu corazón, sino Yo? ¿Quién conoce tu llamado, sino Yo? ¿Quién conoce tus debilidades y flaquezas, sino Yo? ¿Quién conoce tus temores, sino Yo? ¿Quién conoce tu pecado, sino Yo? ¿Quién conoce tus rebeliones, sino Yo? ¿No Soy Yo acaso un solo Pastor? ¿No tengo Yo un solo rebaño? ¿No me conduelo Yo por mis ovejas? ¿No sufro por la perniquebrada y por la herida y maltratada? ¿No pagué con precio de sangre por la que está afuera? ¿Podrás tú decirme a quién he salvado y a quién no? ¿Podrás tú decirme a quien he tomado por mi hijo o hija y a quién no? ¿Podrás tu ver el corazón del hombre sin que te lo revele Yo? ¿Podrás tú decirle a mi Espíritu cómo se debe manifestar y cómo no? ¿Podrás tú con tu vano conocimiento decirme cuáles son los métodos que se deben usar para alcanzar a los que han de ser salvos y cuáles no? ¿Podrás retener el mover de mi Espíritu con tu prudencia vana? ¿Podrás tú invalidar mi Palabra o fraccionarla sin que tengas consecuencias? ¿Tienes tú poder para ordenarme a Mí a quién le debo dar cual o tal don o cual o tal ministerio? ¿Podrás contar y clasificar en una matriz todas las formas infinitas que tiene mi Espíritu para manifestarse? ¿Podrás tú convencerme con tus argumentos, por qué es que tu denominación con tus doctrinas humanas es la perfecta y por qué es que tu forma de servirme, adorarme y presentarte delante de Mí es la correcta? Demuéstrame ahora con tus criterios humanos por qué no debería morar en el templo de los que cantan fuerte y usan todo tipo de sonido para alabarme a Mí; o morar en el templo de los que dejan que sus mujeres se pinten y usen pantalón y dejan que mi amor los mueva a servirme; o morar en el templo de los que danzan y dejan que mi Espíritu se manifieste como Él quiera; o morar en el templo de los que simplemente mantienen a sus mujeres calladas en la congregación mientras encuentran en el silencio la forma de unir su espíritu al Mío; o morar en el templo de los que diezman y ofrendan y cada vez más prueban toda clase de llaves que me hagan abrir ampliamente las ventanas de los cielos para bendecirles y prosperarles; o morar en el templo de aquellos apasionados por la gran comisión que no cesan de buscar y presentarme formas y estrategias, que no concuerdan con tu religiosidad, para alcanzar las almas y consolidarlas, encontrando, con gozo, que el poder de mi Espíritu los respalda y hace que se añadan a mi Iglesia miles de aquellos que han de ser salvos. Dime ahora pueblo mío, dime ahora hijo mío; ¿limitaría Yo mi Justicia y multiforme naturaleza divina de relacionarme con mis hijos sólo por tus paradigmas religiosos? ¿Podrás tú encasillarme en tus teologías toscas? ¿Puedes responderme a estas preguntas con el verdadero amor y la sinceridad genuina que motiva mi Espíritu en tu corazón y dejarme satisfecho y convencido con tu respuesta? ¿No hice Yo que doce hombres con caracteres, valores, fuerzas, condiciones distintas, niveles de fe y sensibilidad para escuchar y atender mi voz se establecieran como tribus y se multiplicara mi pueblo? Y ¿No fui Yo quien escogió doce hombres con diferentes caracteres, fuerzas, conocimientos, valores, condiciones sociales, económicas y políticas y con desiguales niveles de fe y sensibilidades al oír y al poner por obra mi voz para que fuesen mis discípulos y para que del testimonio de ellos se estableciera y multiplicara mi Iglesia? ¿Crees entonces que porque tomé doce tribus y doce apóstoles tuve doce pueblos diferentes y doce iglesias distintas? ¡Claro que no! cada una posesiona un territorio y todas juntas hacen una gran nación, cada uno llega a los perdidos con mi mensaje de una forma y todos juntos cumplen la Gran Comisión! La tribu de Benjamín no le puede de decir a la de Rubén: ¡Quítate de esta tierra, pues tú no eres pueblo de Dios, porque no haces esto o aquello que yo sí hago! O Judá no le puede decir a Efraín: ¡Quítate, sólo yo soy pueblo de Dios! ¿No fui Yo quien rompió el esquema que mis apóstoles habían concebido de cómo y a quiénes debía predicarse mi evangelio? ¿No fui Yo quién confrontó a Pedro para que no llamase inmundo lo que yo santifiqué y para que comiese y participara con confianza de ello? ¿No fui Yo el mismo que también escogió a Pablo y a Pedro, actuando en ellos como quise; uno en el apostolado de la incircuncisión y al otro en el apostolado de la circuncisión? Por eso, pueblo Mío, hijo Mío, no hay nada que justifique tus acciones, pues Yo tengo un solo pueblo, una sola Iglesia, un solo Camino, una sola Verdad y un solo Espíritu que es el único que ha sido enviado a convencer de pecado, de justicia y de Juicio.”

Otra vez, pueblo de Dios; el Dios tuyo que conoce tus pensamientos y escudriña los corazones te habla a ti que te niegas a oír esta voz para que depongas tu actitud y dejes de lado tu soberbia y desobediencia; porque “¡Ay, de ti pueblo de Dios que has decidido ser rebelde a estas palabras! ¡Ay de ti pueblo de Dios que buscarás cualquier excusa para decir que la boca de Jehová no ha hablado! tu duro rostro y tu dedo señalador demuestran cuanto te has envilecido cual fariseo y cuanta hiel y podredumbre hay en tu corazón. Dice Dios “Tu pecado llegó a los cielos y mi balanza te ha hallado falto”.

Por esta razón se enciende el furor de Dios contra su pueblo y se extiende contra él su mano; cierra los ojos para no ver tu aflicción mientras la espada desenvainada comienza con los que en el altar ministran y sin piedad alguna no descansará, ni reposará hasta que haya acabado.

Nuevamente dice Dios: “¡Ay pueblo de Dios! Tu maldad te castigará y tus rebeldías serán las que te condenen, por cuanto has decidido escasear en mi temor y dejar de lado mi Palabra y por cuanto conoces la Verdad y te empeñas en desviarte del Camino, tu castigo será mayor. Te probaré con fuego, fuego que consuma como paja tu soberbia, tus vanas obras y tus doctrinas de hombres. En el día de la destrucción repentina no estaré contigo y tu angustia no será oída. ¡Ay, pueblo de Dios tu maldad te ha alcanzado! No hay donde esconderse, se han vuelto contra ti y corren detrás tuyo con palos y toda clase de armas para comer tus carnes; como quienes cazan liebres son tus perseguidores, los cuales te buscan aun en los escondrijos y te sacan, exhiben y te cuentan como quién se ufana en contar las presas de su caza. Por tu pecado e incredulidad dejaré que la muerte te persiga y te alcance la calamidad. En tu angustia y persecución te haré amar al hermano que desprecias y con tus manos agarradas tan fuertes a las de él, como el que teme ser arrebatado del otro, clamarás a Mí por tu salvación. Te dejaré beber de mi copa y si me negares yo también te negaré. Dejaré que tus angustiadores golpeen tus carnes y tu corazón y que traten de volverte hacia ellos hasta la muerte. Pero Yo me acordaré del justo, me acordaré de aquel que se volvió a Mí, de aquel que quebrantó su corazón y se humilló ante mi presencia y haré que sus perseguidores sean destruidos y devorados ferozmente por las aves de rapiña y las fieras grandes que saltan de los montes y los mares. Entonces bajaré a ellos con el consuelo y el bálsamo para sus heridas y enjugaré su llanto, levantaré su cabeza y le daré a comer banquetes, le ungiré con mi aceite, le daré por herencia la tierra, le haré llover la lluvia temprana y tardía, le daré buena semilla para que siembren, le podré en alto, y el fuego de mi Espíritu estará en ellos; los cinco dedos de la mano edificarán mi iglesia; el hermano con el hermano compartirán banquete con alegría y gozo; se añadirán en multitudes los que han de ser salvos y el avivamiento de esta nación se extenderá hasta los confines de la tierra, porque mi venida esta cerca.

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