Jerusalén: una piedra pesada para las naciones (1)

Las Sagradas Escrituras no se equivocan con los sucesos geopolíticos que ocurren en los tiempos actuales, los cuales fueron predichos hace cientos de años como es el caso de Jerusalén que se puede considerar como la ciudad más disputada en la historia de la humanidad y lo será hasta el final de los días o elDía de Jehová.
    Consecuencias históricas y geopolíticas a través del tiempo han hecho de Jerusalén, la ciudad santa, que será el asiento del reino milenial de nuestro señor Jesucristo, como el lugar que resumirá las luchas hegemómicas del fin de la era gentil, en la parte final de la última semana profética predicha por el profeta Daniel (la profecía de las setenta semanas).
    En el libro del profeta Zacarías, capítulo 12: 2-3 se expresa lo siguiente acerca de Jerusalén cuando dice: "He aquí, yo voy a poner a Jerusalén por copa de vértigo para todos los pueblos de alrededor. Durante el asedio contra Judá y Jerusalén.  Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada para todos los pueblos; todos los que se la carguen, serán despedazados, y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella".
   Asimismo,  el profeta Zacarías en el capítulo 14: 2 que dice: “Porque yo reuniré a todas las naciones  contra Jerusalén para combatir; y la ciudad será tomada…” más adelante en el versículo 3 expresa: “Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla”, estos dos eventos caracterizarán el intento final de la toma de la ciudad santa en el Armagedón.
   Hace ya varios siglos la ciudad de Jerusalén ha pasado por momentos históricos críticos: invasiones, destrucción de su templo, asedios y en los momentos actuales, es el foco de atención mundial y de disputa entre varias naciones, algo que no es casual es un proceso que seguirá en la historia de la humanidad hasta el Día de Jehová que es el día del juicio.
   Desde tiempos muy antiguos, Jerusalén era el tipo de ciudad santa.  Recordemos que Melquisedec era "rey de Salem" (Jerusalén) a quien Abraham luego de derrotar a Quedorlaomer y otros reyes le dio los "diezmos de todo", por lo que Melquisedec que fue llamado  también"rey de justicia" partió pan y vino elementos que anticipaban el sacrificio hecho por Jesucristo.
   Habitada por largo tiempo por los cananeos (jebuseos) fue conquistada por el rey David por razones geopolíticas; pues la presencia de los jebuseos entorpecía la comunicación de las tribus del norte y del sur.  Además la ciudad quedaba sobre una meseta a 1145 metros sobre el Mar Muerto lo que le daba una posición privilegiada.  Sin embargo, la mayor conquista fue espiritual.  Cobró importancia a través de los siglos, numerosos salmos hablan de su belleza.  A Jerusalén escogió Jehová para poner allí su nombre. (I Reyes 14:21).
   Jerusalén de por sí ya se ha convertido en una piedra pesada para las naciones.  Ha sido el punto de conflicto en toda la historia, un proceso que culminará y alcanzará su clímax en los tiempos finales.  Los líderes políticos mundiales han considerado a esta ciudad como "la manzana de la discordia" y "punto de conflicto" y piedra de obstáculo para garantizar las negociaciones de paz en el medio oriente.
   Este proceso geopolítico está claramente establecido en las Sagradas Escrituras.  No hay forma ni manera de que Jerusalén sea una ciudad para la paz antes de que culmine la era gentil.
  
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Jerusalén, una piedra pesada para las naciones (2)

El predominio de la ciudad de Jerusalén en la actualidad fue heredado de la enorme gravitación espiritual de la antes ciudad jebusea, que desde tiempos muy antiguos fue llamada por los profetas "ciudad santa" y el mismo Jehová la escogió para "poner allí su nombre", esto fue dicho por él como estatuto perpetuo.
   Esta ciudad ha tenido etapas históricas que la han hecho incursionar en las primeras páginas de la historia de la humanidad: 1) primer punto de contacto entre el patriarca Abraham  con Melquisedec (rey de Salem o Jerusalén) 2) fue convertida en "ciudad santa" desde que fue conquistada por el rey David a los jebuseos, convertida en centro religioso permanente y no ha dejado de serlo hasta nuestros días; 3) en los momentos actuales además de ser centro religioso para judíos, cristianos y mahometanos, tiene importancia geopolítica; y en el futuro será transformada y convertida en ciudad celestial.
   Dios es inmutable.  Sus elección es y será siempre perpetua y Jerusalén no es la excepción, si tomamos en cuenta lo que dice 2 Crónicas 6:6, cuando Jehová expresa: "Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel". 
   El título de ciudad santa lo podemos ver en el libro del profeta Isaías (Isaías 48:2, 52: 1), en la profecía de las setenta semanas de Daniel (Daniel 9:24), en el Nuevo Testamento, específicamente en Mateo 27:53, que expresa que en el día en que Jesucristo resucitó los muertos salieron de sus sepulcros y entraron a la ciudad santa y se aparecieron a muchos, y la nueva Jerusalén del futuro, descrita en Apocalipsis 21:2  por el apóstol Juan que será habitada por ángeles y las personas que han alcanzado la salvación eterna.
   Por esas razones  no sorprende que Jerusalén, tal como dicen las Sagradas Escrituras, se convierta desde ya en el foco de atención mundial del poder satánico.  El anticristo, antagonista del Señor y su iglesia pretenderá el poder divino desde el monte Sión en el escenario geopolítico de los últimos tiempos.
   Intentará quitar el estatuto perpetuo dictado por Dios que puso en Jerusalén su nombre, convirtiéndose en un usurpador con el apoyo de una coalición de naciones y los otros dos componentes de la trilogía satánica.  No obstante hasta ese tiempo Jerusalén será una "piedra pesada", pues el Señor vencerá a las fuerzas del mal.  Recordemos lo que dijo Jehová a través del profeta Zacarías, en el capítulo 8 verso 3: "Así dice Jehová: yo retornaré a Sión, y moraré en medio de Jerusalén, se llamará Ciudad de la Verdad; y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de la Santidad".  Esta es una promesa perpetua.

  
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Ceguera espiritual impide ver el devenir profético


   Son varias las causas espirituales por las que el mundo de hoy vive a espaldas del devenir profético, aunque esta a la vista y los eventos finales estén claramente en las Sagradas Escrituras.
   Podemos citar dos factores que impiden ver lo profético: la ceguera espiritual causada por doctrinas de racionalización de los eventos naturales y cotidianos así como la falsa espiritualidad derivada de un relativismo religioso, que tiende a la  búsqueda de la felicidad.
   La visión racionalista de que todo pasa por pura casualidad y sin la intervención divina, y su consecuente explicación científica a ultranza   es como un velo negro que cubre la visión espiritual de la que todo ser humano es capaz si la pide a Dios. La afirmación de que "el hombre le busca explicación a todas las cosas" es elemental en el mundo actual.
   Tanto la búsqueda de la felicidad con las llamadas religiones light  (aquellas  que pregonan que no existe el infierno y que el pecado no existe como tal), y por otra parte la racionalización explicada más arriba, forman parte de las doctrinas de espíritus engañadores descrita en I Timoteo 4:1 que dice: "Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios".
   Otro problema  es la incapacidad del hombre natural de percibir las cosas espirituales, tal como lo afirma también el apóstol Pablo, en I Corintios 2:14 al expresar: "Pero el hombre natural no capta las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura y no las puede conocer porque se han de discernir espiritualmente".
   Hay que observar que el apóstol Pablo habla de doctrina de demonios  o en otras palabras todo un sistema religioso, científico y filosófico compuesto de dogmas, experiencias, conjunto de ideas o razonamientos capaz de instruir, llevar al intelecto humano todas las cosas que causan la negación del espíritu de la verdad ( I Juan 4:6).
   Las doctrinas de demonios pueden ser científicas, religiosas o filosóficas.  Su relativo éxito en los humanos es que todas tienen un mismo fin: satisfacer las necesidades naturales, sensuales, económicas y de razonamiento sin reconocer a Dios y su Palabra.  El resultado de ellas es un corazón duro y entenebrecido.
   El lenguaje profético divino llevado por las Sagradas Escrituras se contrapone contra todo un sistema demoníaco que lo "explica todo" para un mundo que busca respuestas fuera de Dios. Una especie de sabiduría idolátrica que prefiere adorar la sensualidad y el culto al éxito material y al placer, apoyado en un racionalismo científico y filosófico. 
   
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Los engañosos “milagros y maravillas” satánicos


   Contrario a lo que generalmente muchos cristianos creen, el mundo de las tinieblas con Satanás a la cabeza, tiene todo un diseño de engaño para la humanidad basado en “milagros y maravillas” impresionantes y capaces de hacer vacilar y engañar.
   Actualmente hay una erupción inusitada de ocultismo, mancia, adivinación y varias formas de magia que alejan a los humanos de Dios, apoyado por el deseo o la curiosidad del hombre de obtener poder y conocimientos fuera de la esfera divina.
   En la Biblia hay varios registros acerca de la capacidad  de agentes satánicos capaces de revertir e influir en la naturaleza, para competir o falsificar los milagros divinos.  En el antiguo testamento lo vemos en la narración de las plagas (en realidad señales) que cayeron sobre Egipto relatadas en Exodo capítulos 7-11, cuando los magos egipcios enfrentaron a Moisés y Aarón.
   Cada una de las plagas que sobrevinieron en Egipto, fueron también repetidos por los  magos de ese país, menos la plaga de piojos, obviamente porque su poder era limitado.  Lo que hicieron estos magos no fueron acciones de ilusionismo sino una demostración de la capacidad  de las agencias demoníacas para la producción de “milagros” en la naturaleza, con el objetivo marcado de acrecentar la incredulidad en la corte del faraón.
 Otro caso notable registrado en el antiguo testamento es el de Job.  Dios le permitió a Satanás afectar a este siervo  con el propósito de demostrarle al “acusador” s cabal fidelidad, claro está con limitaciones: Satanás no podía quitarle la vida. 
   En los primeros capítulos del libro de Job, Satanás se vale de hechos portentosos para hacerlo sufrir.  La primera noticia de uno de sus criados fue que “un fuego de Dios (interpretación errónea) bajó del cielo y quemó a ovejas y pastores y los consumió.  Nótese aquí que el siervo confundió la acción satánica como proveniente de Dios.  Ahí se puede notar el poder engañoso de los portentos satánicos.
   Otra de las acciones diabólicas portentosas fue el envío de un fuerte viento que mató a los hijos de Job.  El viento provocó que la casa cayera encima de ellos (Job 1:18-19).  Esto naturalmente fue un tornado de gran potencia.
   Con estos dos ejemplos nos bastan para afirmar dos cosas: a) la capacidad de Satanás  y sus demonios para realizar hechos portentosos y confundir, b) que también pueden convertirse en milagros engañosos.  Este último aspecto estará en su máxima expresión cuando  aparezca el “hombre de pecado” o el Anticristo al final de los tiempos.
   En 2 Tesalonicenses 2: 9-12  dice refiriéndose al Anticristo: “El advenimiento de ese impío, que es obra de Satanás, irá acompañado de hechos poderosos, señales y falsos milagros y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”.
   Lo importante es saber que los milagros engañosos están destinados a impresionar y sorprender la capacidad humana. Satanás sabe bien que el ser humano puede ser profundamente impresionado con “maravillas” y “hechos portentosos”.  Es por eso que los instrumentos de Satanás como los falsos profetas tendrán éxito al final de los días, provocando que muchos cristianos caigan en la apostasía.
  
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El temor de las “señales del cielo” La mentira apocalíptica del 2012


No aprendáis el camino de las naciones, ni tengáis temor de las señales del cielo, aunque las naciones le teman. Jeremías 10:2.

   Una parte significativa de los habitantes del planeta recibió el año 2012 invadida por una avalancha incontenible de augurios e interpretaciones apocalípticas basada en la predicción de la antigua cultura maya de que el fin del mundo ocurrirá el próximo 21 de diciembre.
    Estas “profecías”  han creado temor y toda una legión de crédulos que además de hacer caso omiso a la Palabra, tampoco creen en científicos acreditados de la NASA que han desmentido hasta la saciedad de que las teorías apocalípticas mayas basadas e la ocurrencia de un máximo solar que acabará con la Tierra, no tienen asidero científico.
    Aún así, hay desconcierto aún en los estudiosos descendientes de los mayas que han atribuido a “antropólogos famosos que han escrito libros sin hablar con ellos”, el mito “apocalipsis maya” y dicen que el 21 de diciembre del 2012 no ocurrirá nada, siendo simplemente el “último día de la cuenta larga del calendario maya” que culmina ese día, una cuenta que comenzó 3 mil 114 años antes de Cristo.
   Lo cierto es que desde hace algunos años, las especulaciones apocalípticas han ido creciendo, y ahora hay todo una teoría predictiva.  No obstante, la Biblia es clara sobre este tipo de predicciones  basadas en las “señales del cielo”, específicamente en el libro del profeta Jeremías 10: 2 que dice: No aprendáis el camino de las naciones, ni tengáis temor de las señales del cielo, aunque las naciones le teman. Es el mismo Jehová que nos advierte sobre la predicción basada en ciertos fenómenos celestiales por más raros y espectaculares que estos sean.
   Sabemos y está comprobado, que los mayas adoraban al “ejército del cielo” (bíblicamente así se le llama a los astros y a las estrellas) una práctica que Dios aborrecía.  Es por esa razón que la primera parte del versículo 2, hace una clara advertencia: “no aprendáis el camino de las naciones” o en otras palabras, las creencias de prácticas religiosas de pueblos paganos.
   Ahora bien, curiosamente esa misma advertencia divina trasciende los tiempos, y es ahora que en pleno siglo XXI, millones de personas en el mundo le dan crédito a las “predicciones” de una cultura que desapareció hace cientos de años.  Muchos se preguntarán el por qué de este fenómeno a lo que contestamos que la respuesta está en la proclividad humana en buscar respuestas a su insaciable e irrefrenable curiosidad de saber el futuro, basada en el culto a los astros.
    Desde el punto de vista bíblico esa actitud ocurre por el gran poder seductor  de la hechicería que patrocina la idolatría. El libro del profeta Nahum 3:4 dice: A causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones y a los pueblos con sus hechizos. En este versículo el profeta habla de Nínive que representa el sistema religioso apóstata del mundo gentil en los últimos tiempos, así como Babilonia representa el sistema político.  Ahí se demuestra el poder seductor de la hechicería basada en las fornicaciones (idolatría) que encuentra fácil cultivo en las mentes débiles e inclinadas a los augurios.
    En el libro del profeta Isaías, Dios es claro y específico acerca de su infinito poder y omnisciencia por lo que es dueño del porvenir y que como Creador, pone en “orden todo el ejército del cielo.  Esta verdad bíblica la encontramos en el capítulo 45: 10-12 que dice: Así dice Jehová, el Santo de Israel, el que lo formó: “Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos.  Yo hice la tierra y creé sobre ella al ser humano.  Yo, mis manos desplegaron los cielos y pongo en orden todo su ejército”.
   En este versículo citado hay cuatro elementos a ser tomados en cuenta para que comprendamos el poder de Dios sobre la Tierra y los astros y el resto del firmamento: 1)Hizo la tierra y creó sobre ella al ser humano, 2) desplegó los cielos  y puso en orden todo su ejército, en otras palabras el orden de todo el universo está bajo la soberanía de Dios.
   Es así que tal como advierte el Señor a través del profeta Jeremías no debemos tener miedo a las señales del cielo, lo augurios que anuncian destrucción, puesto que él es el creador del universo.
   
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Jerusalén: una piedra pesada para las naciones (1)

Las Sagradas Escrituras no se equivocan con los sucesos geopolíticos que ocurren en los tiempos actuales, los cuales fueron predichos hace cientos de años como es el caso de Jerusalén que se puede considerar como la ciudad más disputada en la historia de la humanidad y lo será hasta el final de los días o elDía de Jehová.
    Consecuencias históricas y geopolíticas a través del tiempo han hecho de Jerusalén, la ciudad santa, que será el asiento del reino milenial de nuestro señor Jesucristo, como el lugar que resumirá las luchas hegemómicas del fin de la era gentil, en la parte final de la última semana profética predicha por el profeta Daniel (la profecía de las setenta semanas).
    En el libro del profeta Zacarías, capítulo 12: 2-3 se expresa lo siguiente acerca de Jerusalén cuando dice: "He aquí, yo voy a poner a Jerusalén por copa de vértigo para todos los pueblos de alrededor. Durante el asedio contra Judá y Jerusalén.  Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada para todos los pueblos; todos los que se la carguen, serán despedazados, y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella".
   Asimismo,  el profeta Zacarías en el capítulo 14: 2 que dice: “Porque yo reuniré a todas las naciones  contra Jerusalén para combatir; y la ciudad será tomada…” más adelante en el versículo 3 expresa: “Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla”, estos dos eventos caracterizarán el intento final de la toma de la ciudad santa en el Armagedón.
   Hace ya varios siglos la ciudad de Jerusalén ha pasado por momentos históricos críticos: invasiones, destrucción de su templo, asedios y en los momentos actuales, es el foco de atención mundial y de disputa entre varias naciones, algo que no es casual es un proceso que seguirá en la historia de la humanidad hasta el Día de Jehová que es el día del juicio.
   Desde tiempos muy antiguos, Jerusalén era el tipo de ciudad santa.  Recordemos que Melquisedec era "rey de Salem" (Jerusalén) a quien Abraham luego de derrotar a Quedorlaomer y otros reyes le dio los "diezmos de todo", por lo que Melquisedec que fue llamado  también"rey de justicia" partió pan y vino elementos que anticipaban el sacrificio hecho por Jesucristo.
   Habitada por largo tiempo por los cananeos (jebuseos) fue conquistada por el rey David por razones geopolíticas; pues la presencia de los jebuseos entorpecía la comunicación de las tribus del norte y del sur.  Además la ciudad quedaba sobre una meseta a 1145 metros sobre el Mar Muerto lo que le daba una posición privilegiada.  Sin embargo, la mayor conquista fue espiritual.  Cobró importancia a través de los siglos, numerosos salmos hablan de su belleza.  A Jerusalén escogió Jehová para poner allí su nombre. (I Reyes 14:21).
   Jerusalén de por sí ya se ha convertido en una piedra pesada para las naciones.  Ha sido el punto de conflicto en toda la historia, un proceso que culminará y alcanzará su clímax en los tiempos finales.  Los líderes políticos mundiales han considerado a esta ciudad como "la manzana de la discordia" y "punto de conflicto" y piedra de obstáculo para garantizar las negociaciones de paz en el medio oriente.
   Este proceso geopolítico está claramente establecido en las Sagradas Escrituras.  No hay forma ni manera de que Jerusalén sea una ciudad para la paz antes de que culmine la era gentil.
  

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Jerusalén, una piedra pesada para las naciones (2)

El predominio de la ciudad de Jerusalén en la actualidad fue heredado de la enorme gravitación espiritual de la antes ciudad jebusea, que desde tiempos muy antiguos fue llamada por los profetas "ciudad santa" y el mismo Jehová la escogió para "poner allí su nombre", esto fue dicho por él como estatuto perpetuo.
   Esta ciudad ha tenido etapas históricas que la han hecho incursionar en las primeras páginas de la historia de la humanidad: 1) primer punto de contacto entre el patriarca Abraham  con Melquisedec (rey de Salem o Jerusalén) 2) fue convertida en "ciudad santa" desde que fue conquistada por el rey David a los jebuseos, convertida en centro religioso permanente y no ha dejado de serlo hasta nuestros días; 3) en los momentos actuales además de ser centro religioso para judíos, cristianos y mahometanos, tiene importancia geopolítica; y en el futuro será transformada y convertida en ciudad celestial.
   Dios es inmutable.  Sus elección es y será siempre perpetua y Jerusalén no es la excepción, si tomamos en cuenta lo que dice 2 Crónicas 6:6, cuando Jehová expresa: "Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel". 
   El título de ciudad santa lo podemos ver en el libro del profeta Isaías (Isaías 48:2, 52: 1), en la profecía de las setenta semanas de Daniel (Daniel 9:24), en el Nuevo Testamento, específicamente en Mateo 27:53, que expresa que en el día en que Jesucristo resucitó los muertos salieron de sus sepulcros y entraron a la ciudad santa y se aparecieron a muchos, y la nueva Jerusalén del futuro, descrita en Apocalipsis 21:2  por el apóstol Juan que será habitada por ángeles y las personas que han alcanzado la salvación eterna.
   Por esas razones  no sorprende que Jerusalén, tal como dicen las Sagradas Escrituras, se convierta desde ya en el foco de atención mundial del poder satánico.  El anticristo, antagonista del Señor y su iglesia pretenderá el poder divino desde el monte Sión en el escenario geopolítico de los últimos tiempos.
   Intentará quitar el estatuto perpetuo dictado por Dios que puso en Jerusalén su nombre, convirtiéndose en un usurpador con el apoyo de una coalición de naciones y los otros dos componentes de la trilogía satánica.  No obstante hasta ese tiempo Jerusalén será una "piedra pesada", pues el Señor vencerá a las fuerzas del mal.  Recordemos lo que dijo Jehová a través del profeta Zacarías, en el capítulo 8 verso 3: "Así dice Jehová: yo retornaré a Sión, y moraré en medio de Jerusalén, se llamará Ciudad de la Verdad; y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de la Santidad".  Esta es una promesa perpetua.

  

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Ceguera espiritual impide ver el devenir profético


   Son varias las causas espirituales por las que el mundo de hoy vive a espaldas del devenir profético, aunque esta a la vista y los eventos finales estén claramente en las Sagradas Escrituras.
   Podemos citar dos factores que impiden ver lo profético: la ceguera espiritual causada por doctrinas de racionalización de los eventos naturales y cotidianos así como la falsa espiritualidad derivada de un relativismo religioso, que tiende a la  búsqueda de la felicidad.
   La visión racionalista de que todo pasa por pura casualidad y sin la intervención divina, y su consecuente explicación científica a ultranza   es como un velo negro que cubre la visión espiritual de la que todo ser humano es capaz si la pide a Dios. La afirmación de que "el hombre le busca explicación a todas las cosas" es elemental en el mundo actual.
   Tanto la búsqueda de la felicidad con las llamadas religiones light  (aquellas  que pregonan que no existe el infierno y que el pecado no existe como tal), y por otra parte la racionalización explicada más arriba, forman parte de las doctrinas de espíritus engañadores descrita en I Timoteo 4:1 que dice: "Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios".
   Otro problema  es la incapacidad del hombre natural de percibir las cosas espirituales, tal como lo afirma también el apóstol Pablo, en I Corintios 2:14 al expresar: "Pero el hombre natural no capta las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura y no las puede conocer porque se han de discernir espiritualmente".
   Hay que observar que el apóstol Pablo habla de doctrina de demonios  o en otras palabras todo un sistema religioso, científico y filosófico compuesto de dogmas, experiencias, conjunto de ideas o razonamientos capaz de instruir, llevar al intelecto humano todas las cosas que causan la negación del espíritu de la verdad ( I Juan 4:6).
   Las doctrinas de demonios pueden ser científicas, religiosas o filosóficas.  Su relativo éxito en los humanos es que todas tienen un mismo fin: satisfacer las necesidades naturales, sensuales, económicas y de razonamiento sin reconocer a Dios y su Palabra.  El resultado de ellas es un corazón duro y entenebrecido.
   El lenguaje profético divino llevado por las Sagradas Escrituras se contrapone contra todo un sistema demoníaco que lo "explica todo" para un mundo que busca respuestas fuera de Dios. Una especie de sabiduría idolátrica que prefiere adorar la sensualidad y el culto al éxito material y al placer, apoyado en un racionalismo científico y filosófico. 
   

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Los engañosos “milagros y maravillas” satánicos


   Contrario a lo que generalmente muchos cristianos creen, el mundo de las tinieblas con Satanás a la cabeza, tiene todo un diseño de engaño para la humanidad basado en “milagros y maravillas” impresionantes y capaces de hacer vacilar y engañar.
   Actualmente hay una erupción inusitada de ocultismo, mancia, adivinación y varias formas de magia que alejan a los humanos de Dios, apoyado por el deseo o la curiosidad del hombre de obtener poder y conocimientos fuera de la esfera divina.
   En la Biblia hay varios registros acerca de la capacidad  de agentes satánicos capaces de revertir e influir en la naturaleza, para competir o falsificar los milagros divinos.  En el antiguo testamento lo vemos en la narración de las plagas (en realidad señales) que cayeron sobre Egipto relatadas en Exodo capítulos 7-11, cuando los magos egipcios enfrentaron a Moisés y Aarón.
   Cada una de las plagas que sobrevinieron en Egipto, fueron también repetidos por los  magos de ese país, menos la plaga de piojos, obviamente porque su poder era limitado.  Lo que hicieron estos magos no fueron acciones de ilusionismo sino una demostración de la capacidad  de las agencias demoníacas para la producción de “milagros” en la naturaleza, con el objetivo marcado de acrecentar la incredulidad en la corte del faraón.
 Otro caso notable registrado en el antiguo testamento es el de Job.  Dios le permitió a Satanás afectar a este siervo  con el propósito de demostrarle al “acusador” s cabal fidelidad, claro está con limitaciones: Satanás no podía quitarle la vida. 
   En los primeros capítulos del libro de Job, Satanás se vale de hechos portentosos para hacerlo sufrir.  La primera noticia de uno de sus criados fue que “un fuego de Dios (interpretación errónea) bajó del cielo y quemó a ovejas y pastores y los consumió.  Nótese aquí que el siervo confundió la acción satánica como proveniente de Dios.  Ahí se puede notar el poder engañoso de los portentos satánicos.
   Otra de las acciones diabólicas portentosas fue el envío de un fuerte viento que mató a los hijos de Job.  El viento provocó que la casa cayera encima de ellos (Job 1:18-19).  Esto naturalmente fue un tornado de gran potencia.
   Con estos dos ejemplos nos bastan para afirmar dos cosas: a) la capacidad de Satanás  y sus demonios para realizar hechos portentosos y confundir, b) que también pueden convertirse en milagros engañosos.  Este último aspecto estará en su máxima expresión cuando  aparezca el “hombre de pecado” o el Anticristo al final de los tiempos.
   En 2 Tesalonicenses 2: 9-12  dice refiriéndose al Anticristo: “El advenimiento de ese impío, que es obra de Satanás, irá acompañado de hechos poderosos, señales y falsos milagros y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”.
   Lo importante es saber que los milagros engañosos están destinados a impresionar y sorprender la capacidad humana. Satanás sabe bien que el ser humano puede ser profundamente impresionado con “maravillas” y “hechos portentosos”.  Es por eso que los instrumentos de Satanás como los falsos profetas tendrán éxito al final de los días, provocando que muchos cristianos caigan en la apostasía.
  

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El temor de las “señales del cielo” La mentira apocalíptica del 2012


No aprendáis el camino de las naciones, ni tengáis temor de las señales del cielo, aunque las naciones le teman. Jeremías 10:2.

   Una parte significativa de los habitantes del planeta recibió el año 2012 invadida por una avalancha incontenible de augurios e interpretaciones apocalípticas basada en la predicción de la antigua cultura maya de que el fin del mundo ocurrirá el próximo 21 de diciembre.
    Estas “profecías”  han creado temor y toda una legión de crédulos que además de hacer caso omiso a la Palabra, tampoco creen en científicos acreditados de la NASA que han desmentido hasta la saciedad de que las teorías apocalípticas mayas basadas e la ocurrencia de un máximo solar que acabará con la Tierra, no tienen asidero científico.
    Aún así, hay desconcierto aún en los estudiosos descendientes de los mayas que han atribuido a “antropólogos famosos que han escrito libros sin hablar con ellos”, el mito “apocalipsis maya” y dicen que el 21 de diciembre del 2012 no ocurrirá nada, siendo simplemente el “último día de la cuenta larga del calendario maya” que culmina ese día, una cuenta que comenzó 3 mil 114 años antes de Cristo.
   Lo cierto es que desde hace algunos años, las especulaciones apocalípticas han ido creciendo, y ahora hay todo una teoría predictiva.  No obstante, la Biblia es clara sobre este tipo de predicciones  basadas en las “señales del cielo”, específicamente en el libro del profeta Jeremías 10: 2 que dice: No aprendáis el camino de las naciones, ni tengáis temor de las señales del cielo, aunque las naciones le teman. Es el mismo Jehová que nos advierte sobre la predicción basada en ciertos fenómenos celestiales por más raros y espectaculares que estos sean.
   Sabemos y está comprobado, que los mayas adoraban al “ejército del cielo” (bíblicamente así se le llama a los astros y a las estrellas) una práctica que Dios aborrecía.  Es por esa razón que la primera parte del versículo 2, hace una clara advertencia: “no aprendáis el camino de las naciones” o en otras palabras, las creencias de prácticas religiosas de pueblos paganos.
   Ahora bien, curiosamente esa misma advertencia divina trasciende los tiempos, y es ahora que en pleno siglo XXI, millones de personas en el mundo le dan crédito a las “predicciones” de una cultura que desapareció hace cientos de años.  Muchos se preguntarán el por qué de este fenómeno a lo que contestamos que la respuesta está en la proclividad humana en buscar respuestas a su insaciable e irrefrenable curiosidad de saber el futuro, basada en el culto a los astros.
    Desde el punto de vista bíblico esa actitud ocurre por el gran poder seductor  de la hechicería que patrocina la idolatría. El libro del profeta Nahum 3:4 dice: A causa de la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos, que seduce a las naciones con sus fornicaciones y a los pueblos con sus hechizos. En este versículo el profeta habla de Nínive que representa el sistema religioso apóstata del mundo gentil en los últimos tiempos, así como Babilonia representa el sistema político.  Ahí se demuestra el poder seductor de la hechicería basada en las fornicaciones (idolatría) que encuentra fácil cultivo en las mentes débiles e inclinadas a los augurios.
    En el libro del profeta Isaías, Dios es claro y específico acerca de su infinito poder y omnisciencia por lo que es dueño del porvenir y que como Creador, pone en “orden todo el ejército del cielo.  Esta verdad bíblica la encontramos en el capítulo 45: 10-12 que dice: Así dice Jehová, el Santo de Israel, el que lo formó: “Preguntadme de las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos y acerca de la obra de mis manos.  Yo hice la tierra y creé sobre ella al ser humano.  Yo, mis manos desplegaron los cielos y pongo en orden todo su ejército”.
   En este versículo citado hay cuatro elementos a ser tomados en cuenta para que comprendamos el poder de Dios sobre la Tierra y los astros y el resto del firmamento: 1)Hizo la tierra y creó sobre ella al ser humano, 2) desplegó los cielos  y puso en orden todo su ejército, en otras palabras el orden de todo el universo está bajo la soberanía de Dios.
   Es así que tal como advierte el Señor a través del profeta Jeremías no debemos tener miedo a las señales del cielo, lo augurios que anuncian destrucción, puesto que él es el creador del universo.
   

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