Jerusalén, una piedra pesada para las naciones (2)

El predominio de la ciudad de Jerusalén en la actualidad fue heredado de la enorme gravitación espiritual de la antes ciudad jebusea, que desde tiempos muy antiguos fue llamada por los profetas "ciudad santa" y el mismo Jehová la escogió para "poner allí su nombre", esto fue dicho por él como estatuto perpetuo.
   Esta ciudad ha tenido etapas históricas que la han hecho incursionar en las primeras páginas de la historia de la humanidad: 1) primer punto de contacto entre el patriarca Abraham  con Melquisedec (rey de Salem o Jerusalén) 2) fue convertida en "ciudad santa" desde que fue conquistada por el rey David a los jebuseos, convertida en centro religioso permanente y no ha dejado de serlo hasta nuestros días; 3) en los momentos actuales además de ser centro religioso para judíos, cristianos y mahometanos, tiene importancia geopolítica; y en el futuro será transformada y convertida en ciudad celestial.
   Dios es inmutable.  Sus elección es y será siempre perpetua y Jerusalén no es la excepción, si tomamos en cuenta lo que dice 2 Crónicas 6:6, cuando Jehová expresa: "Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel". 
   El título de ciudad santa lo podemos ver en el libro del profeta Isaías (Isaías 48:2, 52: 1), en la profecía de las setenta semanas de Daniel (Daniel 9:24), en el Nuevo Testamento, específicamente en Mateo 27:53, que expresa que en el día en que Jesucristo resucitó los muertos salieron de sus sepulcros y entraron a la ciudad santa y se aparecieron a muchos, y la nueva Jerusalén del futuro, descrita en Apocalipsis 21:2  por el apóstol Juan que será habitada por ángeles y las personas que han alcanzado la salvación eterna.
   Por esas razones  no sorprende que Jerusalén, tal como dicen las Sagradas Escrituras, se convierta desde ya en el foco de atención mundial del poder satánico.  El anticristo, antagonista del Señor y su iglesia pretenderá el poder divino desde el monte Sión en el escenario geopolítico de los últimos tiempos.
   Intentará quitar el estatuto perpetuo dictado por Dios que puso en Jerusalén su nombre, convirtiéndose en un usurpador con el apoyo de una coalición de naciones y los otros dos componentes de la trilogía satánica.  No obstante hasta ese tiempo Jerusalén será una "piedra pesada", pues el Señor vencerá a las fuerzas del mal.  Recordemos lo que dijo Jehová a través del profeta Zacarías, en el capítulo 8 verso 3: "Así dice Jehová: yo retornaré a Sión, y moraré en medio de Jerusalén, se llamará Ciudad de la Verdad; y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de la Santidad".  Esta es una promesa perpetua.

  

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Jerusalén, una piedra pesada para las naciones (2)

El predominio de la ciudad de Jerusalén en la actualidad fue heredado de la enorme gravitación espiritual de la antes ciudad jebusea, que desde tiempos muy antiguos fue llamada por los profetas "ciudad santa" y el mismo Jehová la escogió para "poner allí su nombre", esto fue dicho por él como estatuto perpetuo.
   Esta ciudad ha tenido etapas históricas que la han hecho incursionar en las primeras páginas de la historia de la humanidad: 1) primer punto de contacto entre el patriarca Abraham  con Melquisedec (rey de Salem o Jerusalén) 2) fue convertida en "ciudad santa" desde que fue conquistada por el rey David a los jebuseos, convertida en centro religioso permanente y no ha dejado de serlo hasta nuestros días; 3) en los momentos actuales además de ser centro religioso para judíos, cristianos y mahometanos, tiene importancia geopolítica; y en el futuro será transformada y convertida en ciudad celestial.
   Dios es inmutable.  Sus elección es y será siempre perpetua y Jerusalén no es la excepción, si tomamos en cuenta lo que dice 2 Crónicas 6:6, cuando Jehová expresa: "Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel". 
   El título de ciudad santa lo podemos ver en el libro del profeta Isaías (Isaías 48:2, 52: 1), en la profecía de las setenta semanas de Daniel (Daniel 9:24), en el Nuevo Testamento, específicamente en Mateo 27:53, que expresa que en el día en que Jesucristo resucitó los muertos salieron de sus sepulcros y entraron a la ciudad santa y se aparecieron a muchos, y la nueva Jerusalén del futuro, descrita en Apocalipsis 21:2  por el apóstol Juan que será habitada por ángeles y las personas que han alcanzado la salvación eterna.
   Por esas razones  no sorprende que Jerusalén, tal como dicen las Sagradas Escrituras, se convierta desde ya en el foco de atención mundial del poder satánico.  El anticristo, antagonista del Señor y su iglesia pretenderá el poder divino desde el monte Sión en el escenario geopolítico de los últimos tiempos.
   Intentará quitar el estatuto perpetuo dictado por Dios que puso en Jerusalén su nombre, convirtiéndose en un usurpador con el apoyo de una coalición de naciones y los otros dos componentes de la trilogía satánica.  No obstante hasta ese tiempo Jerusalén será una "piedra pesada", pues el Señor vencerá a las fuerzas del mal.  Recordemos lo que dijo Jehová a través del profeta Zacarías, en el capítulo 8 verso 3: "Así dice Jehová: yo retornaré a Sión, y moraré en medio de Jerusalén, se llamará Ciudad de la Verdad; y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de la Santidad".  Esta es una promesa perpetua.

  

El predominio de la ciudad de Jerusalén en la actualidad fue heredado de la enorme gravitación espiritual de la antes ciudad jebusea, que desde tiempos muy antiguos fue llamada por los profetas "ciudad santa" y el mismo Jehová la escogió para "poner allí su nombre", esto fue dicho por él como estatuto perpetuo.
   Esta ciudad ha tenido etapas históricas que la han hecho incursionar en las primeras páginas de la historia de la humanidad: 1) primer punto de contacto entre el patriarca Abraham  con Melquisedec (rey de Salem o Jerusalén) 2) fue convertida en "ciudad santa" desde que fue conquistada por el rey David a los jebuseos, convertida en centro religioso permanente y no ha dejado de serlo hasta nuestros días; 3) en los momentos actuales además de ser centro religioso para judíos, cristianos y mahometanos, tiene importancia geopolítica; y en el futuro será transformada y convertida en ciudad celestial.
   Dios es inmutable.  Sus elección es y será siempre perpetua y Jerusalén no es la excepción, si tomamos en cuenta lo que dice 2 Crónicas 6:6, cuando Jehová expresa: "Pero a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel". 
   El título de ciudad santa lo podemos ver en el libro del profeta Isaías (Isaías 48:2, 52: 1), en la profecía de las setenta semanas de Daniel (Daniel 9:24), en el Nuevo Testamento, específicamente en Mateo 27:53, que expresa que en el día en que Jesucristo resucitó los muertos salieron de sus sepulcros y entraron a la ciudad santa y se aparecieron a muchos, y la nueva Jerusalén del futuro, descrita en Apocalipsis 21:2  por el apóstol Juan que será habitada por ángeles y las personas que han alcanzado la salvación eterna.
   Por esas razones  no sorprende que Jerusalén, tal como dicen las Sagradas Escrituras, se convierta desde ya en el foco de atención mundial del poder satánico.  El anticristo, antagonista del Señor y su iglesia pretenderá el poder divino desde el monte Sión en el escenario geopolítico de los últimos tiempos.
   Intentará quitar el estatuto perpetuo dictado por Dios que puso en Jerusalén su nombre, convirtiéndose en un usurpador con el apoyo de una coalición de naciones y los otros dos componentes de la trilogía satánica.  No obstante hasta ese tiempo Jerusalén será una "piedra pesada", pues el Señor vencerá a las fuerzas del mal.  Recordemos lo que dijo Jehová a través del profeta Zacarías, en el capítulo 8 verso 3: "Así dice Jehová: yo retornaré a Sión, y moraré en medio de Jerusalén, se llamará Ciudad de la Verdad; y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de la Santidad".  Esta es una promesa perpetua.

  

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