Pues creo que con la noticia que vais a leer a continuación, la ola de homosexualidad que barrió el Planeta a finales del siglo XX y principios del siglo XXI se explica por completo, y tengo que agradecer a un seguidor de esta página que ha superado la homosexualidad, el haberme dado la clave.
Aunque llevaba ya tiempo indicándome que investigara por ahí, Josemiguel me cuenta el viernes que un amigo suyo se ha vuelto bisexual a raíz de haber empezado a consumirProzac. Josemiguel que, dado que superó la homosexualidad, ha visto casos parecidos en gente que estaba tomando antidepresivos, me cuenta que los ISRS son unos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina. Este neurotransmisor es conocido como la “hormona” de la felicidad porque regula el estado de ánimo, pero también influye en la sexualidad.
¿Cómo actúan estos fármacos para superar la depresión si dice que “inhiben la recaptación de la serotonina”?
Pues lo que hacen es evitar que este químico llegue al cerebro, de manera que su química se distribuye por el cuerpo y eso lo activa, dándole la sensación de tener más “energía”.
Acto seguido, me acuerdo de la escritora Lucía Echebarría (a la que conocí justo antes de hacerse famosa: otra sincronía) que triunfó con la novela “Amor, curiosidad, prozac y dudas” que describía su propio proceso psicológico para salir de la depresión gracias al Prozac. Al poco tiempo, se declaró bisexual e incluso ganó el Premio Nadal con una novela sobre este mismo tema.
Es evidente que sí, ¿verdad? Es precisamente en esa generación donde la homosexualización fue más feroz.
Un dato más: el movimiento gay vivió su primera brutal expansión en los años 70 con el uso de la heroína y el popper en Nueva York (y en otros lugares del mundo); la segunda en los años 80 y principios de los noventa con la moda de las drogas de diseño, particularmente, el éxtasis; y la tercera, con los “medicamentos antidepresivos inhibidores de la serotonina” a finales de los 90 y al comienzo del siglo XXI. Todas esas drogas afectan a la sexualidad y la descontrolan.
¿Encaja?
Pues sí: estamos ante el mayor programa MK Ultra de la historia. El que trastornó la sexualidad humana. Para ello, obviamente, hacían falta iconos culturales prefabricados que guiaran a los corderitos al abismo de la autodestrucción. Eso fue Lucía Etxebarría, al igual que Lou Reed (Heroine), Eric Clapton (Cocaine), la movida de Manchester, etc, etc, etc.
PD: SSRI. fluoxetina, duloxetina, paroxetina.
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